CRISTINA PEDRAJAS. PORTAVOZ DEL GRUPO MUNICIPAL PODEMOS CÓRDOBA

"Lo que necesitamos y lo que la ciudadanía quiere es que la izquierda vaya unida a las próximas elecciones"

Cristina Pedrajas posa para Córdoba Hoy
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Sorprendió a propios (no tanto) y extraños su anuncio antes del último Pleno municipal de que no se iba a volver a presentar a unas elecciones y que pretendía jubilarse como profesora y no como política. Tanto es así que algún que otro youtuber le ha entrevistado porque no entendía cómo alguien podría retirarse en un momento óptimo. "No es algo muy común, entendía y así me lo preguntó en la entrevista".

Cristina Pedrajas ha sido (es) la portavoz del Grupo Municipal de Podemos Córdoba en éste último mandato y aún le quedan unos meses de trabajo intensos. Se irá justo cuando se celebren elecciones municipales en todo el país y el mapa se tiña de uno u otro color desde la base, desde las administraciones más cercanas a la ciudadanía. Su deseo no es otro que dejar un buen legado y que la izquierda ("la que está a la izquierda del PSOE") sea capaz de dejar a un lado sus diferencias y acudir en coalición a las urnas.

Cristina Pedrajas posa para Córdoba Hoy
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¿Se ha pesando mucho su decisión? 

Ha sido reflexionado durante mucho tiempo, pero realmente no tenía las cosas claras. Lo que ponía en la balanza pesaba tanto para un lado como para el otro. Siempre he dicho desde el primer día que venía para estar los cuatro años de mandato y hacer una labor, pero que volvía a mis clases. Me he considerado de toda la vida profesora y no soy política y quería volver. Teniendo en cuenta, también, la edad que tengo, próxima a la jubilación, con más motivo me visualizo a mí misma jubilándome como profesora el lugar de política, que e hace ilusión.

Ha sido una decisión difícil, y al final he tenido que hacer una especie de consulta popular entre mis allegados y familiares, tras una noche de insomnio, y la inmensa mayoría coincidían en que debía dedicarme tiempo para mí y volver a retomar mi vida anterior, al margen de que siga colaborando en causas sociales, con colectivos, haciendo política de calle. De lo que me retiro es de apolítica institucional.

Su caso es el ejemplo claro de que se puede ejercer la actividad pública sin ser político de carrera.

Creo que sí. De hecho (se ríe) me he saltado multitud de veces los protocolos y todo lo reglado y lo estándar. Porque yo creo que no debemos de perder el contacto con la ciudadanía y vengo de ser de toda la vida ciudadana de a pie. Esa frescura, esa naturalidad les gusta mucho a la gente y, de hecho, me ha sorprendido ver que realmente he llegado a muchas personas que me han dado la enhorabuena, incluso muchísimas que claramente no eran de izquierdas. Eso me hace pensar que, en efecto, la gente está necesitada de ese tipo de políticos, de gente que habla con el corazón y con la razón, pero no con una clave partidista.

¿Y ha comprobado si es o no difícil hacer política?

Sí. Es muy difícil. Primero, hay que distinguir si estás en la oposición o si estás gobernando. En el segundo caso, la dificultad estriba en que la maquinaria pesada de una institución como el Ayuntamiento o un parlamento, te arrastra. Te falta personal, te faltan recursos, te faltan a veces ideas o coordinación con otras áreas y compañeros. Eso es lo que oigo en los que han gobernado.

Y los que estamos en la oposición, nuestra dificultad está en que gritas y trabajas mucho, te empeñas, pones la carne en el asador, echas muchas horas, pero en realidad obtienes muy poco fruto luego de tu trabajo. Eso, como mínimo, es desmoralizante.

Cuando consigues una pequeñas cuestión te parece ya un mundo, pero no debería de ser así. Creo que cuando alguien está gobernando debería de escuchar más a la oposición, porque la oposición está más en contacto con la calle y con lo que necesita la ciudadanía. Y el que está gobernando se pierde mucho eso, porque se mete en su micromundo, de su área, de su delegación, de su disciplina y pierde el Norte un poco.

Cristina Pedrajas posa para Córdoba Hoy
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Lo que indican sus palabras es que, pese a estar en la oposición, usted misma se ha dado cuenta de que no es tan sencillo trasladar a la política práctica la teoría ideológica de cada uno.

No lo es. Es muy fácil caer en las posturas populistas cuando dices que, por ejemplo, quieres conseguir multitud de viviendas sociales en Córdoba. Pero cuando llegas a la Administración te das cuenta que te topas con muchos muros que derribar. Tienes que conseguir suelo público, convencer al gobierno, hacer licitaciones, poner a trabajar a un grupo de técnicos en ello, etcétera. Luego, resulta tan tedioso, tan difícil, implica tantísimos pasos que dar que, a veces, te resignas y reconoces que pese a llevarlo en tu programa estás limitado y no lo vas a poder hacer por completo o, al menos, no en un solo mandato. Quizá puedes dejar sembrado y abrir una puerta para que luego sea más fácil. Cuando conoces la política desde dentro te das cuenta que es muy fácil hablar desde fuera y decir que uno haría y conseguiría tal o cual cosa, pero la realidad te pone en tu lugar y quizá ni la mitad de lo que prometías o estabas convencido de que ibas a hacerlo lo vas a poder acometer.

¿Está usted satisfecha o contenta con lo que haya podido conseguir como oposición en este mandato?

Hombre, muy satisfecha, no, porque entiendo que ha sido muy poco. Lo que sí es cierto es que hemos conseguido sacar adelante pequeñas cuestiones que sirven para ayudar de verdad a las personas. Al ser un Grupo Municipal muy pequeñito teníamos la misión de ser mediadores entre las personas que buscan solucionar su problema, ya sea de un desahucio, una ayuda, un trámite burocrático que la administración electrónica parece que es muy accesible para todos, pero es totalmente falso, y ahí estamos nosotros. La facilidad que tenemos es contar con el contacto directo de quien realmente tiene en sus manos resolver esas situaciones o ayudar a esas personas. Es muy importante, porque cuando a alguien le has sacado de verdad de un apuro y luego te dice que si no hubiese sido por tu intervención no se habría resuelto.

Nosotros no podemos realmente ejecutar nada, pero sí podemos hacer esa mediación y podemos presionar algo al gobierno para que haga determinadas cuestiones. Por tanto, pequeñas cuestiones sí hemos conseguido y para una persona o una familia a lo mejor son muy importantes.

Lo último en estos días ha sido lo del Bono Joven, que puede parecer una nimiedad, pero abre una puerta. Nunca se había hecho antes en Córdoba que los jóvenes, que en este caso se ha puesto un rango de edad que podría haber sido otro, entre 16 y 19 años que puedan ir durante estos tres meses gratis completamente a todos los espectáculos, teatros que haya en nuestros escenarios municipales, es muy importante. Que no sea la falta de medios un handicap para acudir a un evento cultural y de espectáculo.

A la gente joven hay que darle un empujoncito en ese sentido, pero muchas veces ocurre que ese empujón pasa por que no tienen dinero. ¿Parece poca cosa? Pues mira, creo que es un paso importante, porque es un programa piloto que puede abrir la puerta a que el año que viene se haga algo más amplio en edad, en tiempo y recursos económicos.

Cristina Pedrajas posa para Córdoba Hoy
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¿Ha terminado haciendo amigos en el Pleno?

Pues sí. Pocos, la verdad sea dicha y no necesariamente de los partidos más afines. Aunque uno milite en determinada formación y tenga una ideología, las personas son personas. Así que ha habido personas con las que a nivel humano, de corazón, he conectado muy bien y con mucha empatía, de todos los partidos, y ha habido otras con las que para nada. Tanto ahí, como fuera, en empresas, colectivos o la ciudadanía en general, me llevo algunos buenos amigos y algunas amigas de estos años.

¿Qué es lo que más le ha dejado satisfecha y lo que, por el contrario, ha supuesto una verdadera tristeza, a lo largo de lo que va de mandato?

Empiezo por lo segundo. Cuando me han llegado personas, casi siempre mujeres, con carga de hijos pequeños, y que las habían desahuciado o estaban a punto de hacerlo. Concretamente una me llegó diciendo que o le solucionaban el problema o aquí mismo se suicidaba ese día. Y venía con un niño pequeño en un carrito. Te dicen eso y se te parte el alma. Una chica que hasta hace poco tenía su trabajo, su pareja, su piso, una vida normal y de pronto le llega una crisis, pierde los dos el trabajo, él se abandona a la bebida, pierden el piso y se ve en la calle con dos niños en plena crianza, con los más mínimos recursos y sola. ¿Qué haces con eso? En tu mano no tienes la solución. La pones en contacto con Servicios Sociales, pero es una solución para hoy, porque soluciones habitacionales no son fáciles. Meterla en un centro donde hay personas de por sí conflictivas tampoco es la solución, ni siquiera inmediata, cuanto más a medio o largo plazo. Ésos son los casos más difíciles.

Y lo más satisfactorio, sin lugar a dudas, las bodas. Casar a gente.

¿Sí? Yo creí que me iba a referir algún logro social.

Sí. En esas bodas todo es felicidad, todo es emoción y todo es alegría. Salvo algún que otro caso en que alguno de los novios estaba con una enfermedad. Pero en la inmensa mayoría de los casos son los momentos más entrañables y más bonitos.

No voy a negar que se han conseguido logros sociales interesantes, aunque, como he dicho antes, importantes por desgracia ninguno por nuestra escasa fuerza en la oposición.

Bueno, ha comentado el poder que tienen en sus manos de llevar al Pleno cuestiones que pueden llegar a ser resueltas sin tener que gobernar.

La verdad es que muchas de nuestras mociones se han aprobado por unanimidad o casi por unanimidad. Pero es muy desmoralizante comprobar que las mociones se quedan prácticamente en una declaración de intenciones y que el gobierno no tiene obligación de cumplirlas y ejecutar esos acuerdos que se alcanzan. Pero son mociones muy interesantes, desde un punto de vista medioambiental, de ayuda a las mujeres o a la mujer gitana, porque conseguimos que estuvieran representadas en el Consejo Municipal de la Mujer. Curiosamente no estaba la mujer gitana representada. El colectivo LGTBI, cuestiones de vivienda, de trabajo, proponiendo planes de empleo, formación para jóvenes... La verdad es que hemos traídos cosas muy interesantes, pero estamos a la espera de que se cumplan la mayor parte de esos acuerdos (se ríe con ironía) y nos iremos con cara e tontos viendo cómo no se ejecutan.

A eso no hay derecho. Hay todo un trabajo detrás de documentación, de debate y demás y no hay derecho a que las mociones no sean vinculantes No debería ser así. Tendría que haber algún modo de penalizar al gobierno que esté cuando pasa olímpicamente de los acuerdos que ellos mismos llegan a apoyar y no los ejecutan.

Cristina Pedrajas posa para Córdoba Hoy
Cristina Pedrajas posa para Córdoba Hoy

Es que eso hace que se pierda el sentido de llevar mociones a un Pleno.

Claro. Y hace que se pierda la ilusión también. Cuando te vienen colectivos y personas particulares con esos problemas y te plantean llevarlos a debate al Pleno, como hemos hecho con una de taxistas este mes, lo hacen con la ilusión de que puedan ser escuchados y se consigan litros auténticos, Luego no pasa. Uno se auto anima y da esperanzas, pero por dentro piensas que el gobierno va a hacer lo que le dé la gana.

¿Y no cree que la ciudadanía se da cuenta de eso?

Bueno, sí. Pero es que la participación no es tan grande como queremos. ¿Qué porcentaje real de la ciudadanía está pendiente de lo que se hace desde el Ayuntamiento, qué temas se llevan y qué se aprueba o no? Me temo que es mínimo. Son muy poco los que leen la prensa a diario. Nosotros realizamos un gran esfuerzo cada día por intentar que eso no sea así. Tu trabajo si no sale a la prensa y no se divulga a través de los medios de comunicación es como si no se hubiese hecho. Nadie se entera. Sobre todo cuando estás en la oposición. Hacemos ese esfuerzo y te das cuenta que ese trabajo no le llega a la gente en general, sólo a los más interesados. La gente no reivindica. Yo echo de menos que la gente salga a la calle, porque a los que estamos en las instituciones nos hace falta eso: Tener un respaldo detrás de muchas personas en la calle pidiendo lo que es justo para ellos y lo que necesitan. Eso te da fuerza también de cara a exigirle al gobierno de turno que se ponga las pilas. Pero si no tienes ese empuje detrás te ves muy solo, perdido y ninguneada.

¿Qué cree usted que está generando ese pasotismo social?

La era en la que estamos de la imagen, el sonido, el entretenimiento digital y demás ha provocado que la gente esté muy en clave de introversión, de soledad, de estar consigo mismo, de entretenimiento en su casa y de ahí no salen.

Aparte de eso, ocurre que en los partidos de izquierdas, por ejemplo el mío, cuando se nos pone en las instituciones, toda esa fuerza de personas que teníamos apoyándonos en la calle ya es como si hubiesen cumplido una misión. Ya consiguen situar a varios que son los responsables de intentar llevar a cabo esas políticas y ellos se relajan y se duermen un poco. Creo que estamos en ese momento.

Cristina Pedrajas posa para Córdoba Hoy
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En 2011 tuvimos ese inmenso empujón popular, los años sucesivos fueron de inercia de esa fuerza fresca y novedosa y eso se ha ido desinflando, desinflando, desinflando. Al margen de que exista también el problema de la propia división de los partidos de izquierdas que conlleva que la gente se desilusiones y se vea un poco perdida.

Ha comentado que la era digital pueda estar adormeciendo las conciencias, pero también es verdad que ustedes están haciendo bastante uso de las redes sociales, precisamente para dar a conocer su labor diaria.

Es que hoy en día es impensable ya hacer cualquier cosa y para divulgarlo está demostrado y no hay nada mejor que las redes sociales. Unas están más adaptadas a distintos rangos de edad que otras. Ya se usa Facebook mucho menos, porque llega a un público más mayor, pero están las otras pensadas para gente joven o incluso para adolescentes, a pesar de que a ese grupo de la sociedad la política no les llega directamente, pero se puede ir sembrando ideas.

Realmente ahí es donde hay que moverse. Eso lo descubrió y lo demostró (se ríe) mucho Vox en sus campañas, como lo hizo el propio Trump. Todo lo que no salga en televisión, que la sigue viendo en sus casas, pero es un medio muy controlado y muy caro, que no está en la mano de los partidos y mucho menos de grupos municipales. Saliéndote de ahí tenemos los periódicos digitales, los escritos ya prácticamente están pasando al olvido, aunque se siguen leyendo en los bares, pero son muy pocos. Luego ocurre que no toda la prensa te publica, dependiendo de qué medio sea y de qué pie cojea. Eso significa que está también muy controlada.

Así que definitivamente lo que todavía tiene libertad absoluta y llega cada día a más personas son las redes sociales. Por tanto, hay que utilizarlas como medio de difusión. Además tienen algo muy bueno y es que puede haber retroalimentación, cuestión que en una cuña de radio o en un periódico no lo encuentras.

Cristina Pedrajas posa para Córdoba Hoy
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Imagínese que antes de marcharse del Ayuntamiento alguien o algo le concediera la posibilidad, la capacidad y el poder, a modo de varita mágica, de resolver un único problema. ¿Qué haría usted para mejorar la ciudad?

¿Antes de marcharme? (se ríe y reflexiona un tiempo). ¡Buf! En el momento en que estamos hay muchos problemas de vivienda, de desempleo, de malestar social, pero hay algo que sobrevuela a todo eso y es la salud de las personas. Yo estoy convencida que la salud persona viene directamente incluida por la salud del medio ambiente. Si no tenemos salud, todo lo demás carece de sentido o pasa a un tercer plano. Con una varita mágica lo que arreglaría de un plumazo sería cambiar las condiciones medioambientales y que nuestra ciudad fuese realmente verde en el sentido de poder conseguir que baje la temperatura de manera sustancial, que volviésemos a tener agua y que la ciudadanía en general estuviera de verdad conciencia de lo que hay que hacer para atenuar ese cambio climático que todavía hay quien no se lo cree pero que está aquí ya con nosotros y las consecuencias van a ser muy graves, porque se van a traducir, como estamos viendo, en carencia de agua, aumento de precios en la alimentación, escasez de alimentos y agua que llegará, incluso en los grifos, en riego y demás. Podemos llegar a vivir una situación realmente insostenible.

Hemos vivido una pandemia que ha sido muy dura, pero no sabemos lo que nos queda por vivir con todo esto, eso unido a la crisis climática, que está interrelacionada con esto. Si pudiese intervenir de forma mágica en un tema sería en este, porque salpica a influye en todas las demás cuestiones y a la salud.

Se va a marchar a las puertas de unas elecciones en las que no se vislumbra precisamente mucha claridad en la izquierda. ¿Cómo ve usted la situación?

En estos momentos la veo todavía muy difusa, como que nadie, ninguno de los partidos de izquierdas, y cuando digo esto no incluyo al PSOE, tiene claras las cosas. No se tiene un líder claro ni ideas claras en el sentido de que vamos en coalición o por separado. Yo, personalmente, lo que deseo, no sé lo que pasará al final y de mí obviamente no va a depender, es que vayamos unidos todos los que podamos.

Creo que eso es lo que quiere la ciudadanía y eso es lo que necesitamos. Dejar a un lado los egos de cada fuerza política, y de cada rama dentro de cada fuerza política, y ser capaces de llevar un programa unísono, porque es verdad que hay muchas más cosas que nos unen que las que nos separan. La imagen que debemos dar al exterior para ilusionar de nuevo a la gente, a nuestros votantes, a nuestros militantes, incluso, es que vayamos todos bajo unas mismas siglas. Aunque luego haya distintas formas de ver cómo solucionamos determinados problemas, pero son cuestiones menos importantes.

Aquí lo importante no son quienes vayan a encabezar una lista en un momento determinado, sino esa fuerza que hay por detrás. La fuerza que hay de la militancia, de los simpatizantes y de los votantes. Así que ojalá los que estén sean capaces de ponerse de acuerdo y demos esa imagen y no sólo en Córdoba capital, sino en todas partes.

¿Lo ve posible?

Lo veo posible a nivel de municipios sueltos. No lo veo posible a nivel global, o lo veo muy difícil, la verdad (se ríe). A nivel estatal pienso que hay que dar un empujón y dar un ejemplo y luego que los municipios vayan dejándose llevar por esa corriente. Al final, las personas que están en cada sitio, en cada pueblo, en cada ciudad, en cada rincón del país son las que tienen que ponerse de acuerdo entre ellos y ellas. Y las directrices generales no valen mucho.

Eso que dice hace pensar en un movimiento desde abajo hacia arriba. Si en los municipios hay unión, ¿no se podría trasladar eso filtrándolo hacia lo más alto de la pirámide?

¡Ojalá! Eso es lo que siempre hemos intentado aquí. Sobre todo en Podemos, cuando comenzamos con nuestra estructura rudimentaria de círculos y éstos tenían potestad para canalizar cualquier idea a la estructura hasta llegar a la dirección estatal. Pero realmente eso es muy, muy, muy complejo. Pero, sí. Yo parto de la idea de que intentemos en cada uno de los municipios ponernos de acuerdo, sumar, unirnos, llevar una sola línea, se llame como se llame y la encabece quien la encabece, y que eso sea un reflejo a nivel de todo el país, tras pasar por el nivel autonómico, antes del llegar al estatal. En ese caso puede que consigamos un poquito más; en caso contrario el auge actual de la derecha y de la extrema derecha es muy peligroso. Sólo hay que mirar a lo que está pasando en Italia y en otros lugares de Europa.

Ojalá eso no llegue a España porque me echo a temblar. Todos los logros sociales y feministas y de todo tipo que hemos conseguido en los últimos años se puede ir al garete en un mandato.

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De aquí hasta que finalice el mandato, ¿dónde va a centrar sus esfuerzos? ¿Dónde va a poner toda la carne en el asador?

Voy a seguir trabajando obviamente. Intento llevar todos los temas adelante, prepararlos lo mejor que pueda y dar el do de pecho en todo. Pero si tengo que volcarme en uno sería en el que venimos de hecho haciéndolo últimamente y que para mí es el más importante, porque, además, no hay nadie en el resto de la oposición ni en el gobierno que tenga una mínima idea de estas cuestiones, que son las de medio ambiente.

Puedo presumir de que en eso tengo una preparación al ser bióloga y profesora de biología desde hace 33 años. Creo que es realmente importante, porque desde ahí se irradia hacia todas las demás cuestiones de la vida política y social.

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