María de los Ángeles Martos nació en Villanueva de Córdoba, en el Valle de Los Pedroches, en el seno de una familia "normal y corriente", como ella misma dice. Allí se crió, allí se casó y allí trabajó, hasta que en 2003 dio el salto a Covap, donde pasó por varios departamentos hasta acabar donde ella quería, que era el de Marketing. "Estuve allí hasta 2018, que fue cuando tomé la decisión de que era el momento del cambio".
Eso la llevó a Alicante, donde se pasó un año trabajando en la Dirección Comercial y Marketing de Maestral Restaurante, pero como no le gustaba permanecer tan lejos de su gente, acabó regresando a Córdoba, donde empezó a trabajar por su cuenta y a montar la Asociación con la que organizaba congresos para educar en valores a la juventud.
Por entonces, en 2019, los únicos congresos que hacía al año eran en Pozoblanco. Pero el 8 de marzo de 2022 vino como ponente Antxo Pérez y en el camino de vuelta le dijo a María Ángeles que no le parecía bien lo que estaba haciendo, porque pensaba que su proyecto tenía que llegar a muchos más jóvenes y no se podía quedar sólo allí.
"Con esas palabras comenzó el cambio y fue cuando realmente montamos la Asociación, tomé la decisión y ese mismo año dimos el salto a la capital cordobesa y a más sitios, como Villanueva de Córdoba. El año pasado tuvimos la fortuna de llegar a 8.000 jóvenes y este año esperamos llegar a alguno más".
¡Uy! Va usted muy deprisa y las cosas hay que empezarlas desde el principio. Lo primero de todo es saber cómo se le ocurrió poner en marcha Desde Siempre Para Siempre? Incluso más al principio: ¿Por qué ese nombre?
Mi hijo pequeño, Antonio, falleció de leucemia Bifenotípica, que es una leucemia que tiene dos tipos de tumores a la vez y, ¡claro!, es muy difícil de superar. Le dieron poco tiempo de vida, pero mi hijo vivió, por fortuna y gracias al equipo de Hematología Pediátrica del Hospital Reina Sofía, en tono a unos nueve años. Empezamos con seis años y con 15 file cuando murió. Era algo que ya sabíamos. Antonio, en sus últimos días dejó escritas cuatro cartas: Una para sus amigos, una para su novieta, una para su hermano y otra para mí.
En la mía, me decía: "Mamá, por favor, sigue ayudando". Y algo que tenían en común todas esas cartas era que se despedía diciendo "desde siempre para siempre". Era un lema que compartía con todos sus amigos. De hecho, no hace mucho estuve en Pozoblanco y me encontré con un amigo de él que hacía muchos años que no lo veía y otro niño más que tenía tatuado 'Desde siempre para siempre'. Hay unos cuantos de sus amigos que también lo llevan tatuado. La vedad es que sorprende muchísimo el alcance y la cantidad e corazones que ha despertado Antonio. Muchísimos.
¿Por qué en la carta que le escribió a usted dice "sigue" ayudando? ¿Qué hacía antes?
Pues porque nosotros siempre, en el Hospital y en todas partes, vimos que era necesario ayudar. Y si veníamos un caso e una persona que necesitaba ayuda de alguna manera, se la dábamos. Yo siempre he dicho que la ayuda que se le puede prestar a una persona es con tu hombro y con tu palabra y estando al lado. Que a veces se nos olvida que pare que con dar dinero basta para sr solidarios y no es así. Hay otras formas de ayudar que a veces son hasta más necesarias, que es precisamente con el corazón, tratando a las personas de una forma diferente.
Estando presentes, ¿verdad?
Sí. Eso era algo que ellos no tenían, y mi hijo mayor señala que eso "lo tenemos muy en vena" lo importante que es ayudar a los demás.
A raíz de eso puso en marcha la Fundación.
Es que por haber estado en Covap sacando adelante muchos eventos, tenía muy claro qué era lo que realmente veía que faltaba por la zona y en muchos otros sitios. Es verdad que en las grandes ciudades, a las que llegan eventos de diferente índole, pero en las que son más pequeñas y en núcleos rurales no llega nunca, por ejemplo, un congreso destinado para jóvenes y que, además, tenga esa parte tan importante de historias vitales. Y como no había ni tenían acceso a ello surgió la idea. Tuve la fortuna de que se lo presenté a Covap, a Ricardo Delgado, le encantó y ellos fueron desde primera hora quienes apostaron por el proyecto conmigo.
O sea que Covap está detrás de la Fundación.
Por supuesto. Ellos fueron parte en Pozoblanco siempre y han estado apostando por el proyecto, tanto Covap como la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno.
¿Cuál es su sentido? ¿Qué pretende? ¿Qué busca 'Desde Siempre Para Siempre'?
'Desde Siempre Para Siempre' busca dos cosas importantes: Primero, concienciar a la sociedad de la importancia que tienen los valores, que es sumamente importante darnos cuenta, y en segundo lugar, despertar a la sociedad a esos valores, sobre todo a los jóvenes, porque éstos tienen hoy en día cantidad de cosas a su alcance, pero los valores parece que los estamos dejando olvidados. Valores tan importantes como el respeto, el perdón, solidaridad... Cuestiones necesarias para forjar a una persona que vaya siempre de frente. Para eso hacen falta valores necesarios como los que he dicho y el amor y son cosas a las que no prestamos atención. Creemos que el ser individual en todo eso funciona y yo no estoy de acuerdo.
Los chicos en Pozoblanco o en cualquier sitio al que vamos, cuando venden pulseras 800 o 1.000 niños juntos, hacemos recaudaciones de 4.000 o 5.000 euros que van para asociaciones locales y cercanas a ellos que realmente necesitan ese dinero. Al final por supuesto hay que decirles que con la unidad de muchas personas se consiguen resultados extraordinarios.
¿Cree usted que esa falta de valores, o mejor dicho pérdida, es propia de esta época o viene e antes?
No. Yo pienso que es de ahora. Fíjate, vas en el autobús o te sientas en la terraza a tomar café y te encuentras a cuatro personas sentadas en la misma mesa y todos miando el móvil. No ves que haya una comunicación.
Por tanto, ¿piensa que las nuevas tecnologías están detrás de esta falta de valores o del aislamiento frente a ellos?
No son sólo las tecnologías, sino la nueva forma de vida que al final nos hace muy individualistas. Se nos olvida la importancia de llegar a un sitio y dar un abrazo a una persona, ofrecer una sonrisa, un buenos días y cosas tan esenciales como la empatía con los demás que se nos olvida que hay que tenerla.
¿El individuo se ha convertido en algo encerrado en sí mismo sin mirar al exterior?
Creo que hay muchos individuos que están encerrados en sí mismos. Muchísimos. Por fortuna, hay otros tantos que no. Hay una tendencia precisamente hacia ese individualismo cerril carente de valores. No hace mucho vi a una señora mayor que quería cruzar la calle y la puede ayudar, pero pasaban a mi lado 40 o 50 personas y nadie se paró a echarle una mano. Son pequeños detalles que tienen mucha importancia, y, por cierto, a esa edad vamos a llegar la mayoría.
Muy bien, ¿y de qué forma intenta usted hacerles llega a los jóvenes esos valores de los que habla?
A través de historias vitales. Por ejemplo, el próximo día 22 de febrero en Pozoblanco viene Miriam Fernández. Ella tiene una historia preciosa, porque nació con una parálisis cerebral y sus padres biológicos la vieron en adopción por el problema que tenía. Nadie apostaba por que ella pudiera andar y, sin embargo, Miriam consiguió ser cantante, actriz y escritora.
¿Eso gracias a sus padres adoptivos?
Gracias a sus padres no biológicos y gracias a la actitud de vida que tiene ella. La superación, la forma de afrontar la vida están en su mente. Las limitaciones las ponemos nosotros con nuestra mente. Hay personas a las que les cuesta un poco más, vigentemente. Por ejemplo, Cisco García no puede llegar a todas partes con su silla de ruedas, porque existen limitaciones físicas, pero la actitud de vida que ellos tienen es superior a la de la inmensa mayoría.
Y ésos son los valores que usted quiere que se transmitan en sus congresos, ¿no?
¡Claro! El valor de la superación, el valor de la no frustración, porque a veces la vida tiene muchísimos palos que nos dan a todos. Muchísimos. Yo, por ejemplo, cuando falleció Antonio tuve que asumir su muerte y antes durante nueve años su enfermedad. En lugar de ir hundida por los rincones diciendo que qué pena, me digo ¡no! He tenido la fortuna de tenerlo conmigo 15 años.
¿Y ahora se siente usted fuerte?
Sí. Ahora me siento fuerte. Pero, además, yo mi fuerza la encuentro en algo tan importante como fue la entereza que tuvo mi hijo, en su forma de afrontar la vida y su forma de afrontar la muerte. Ahí es donde yo encontré mi fuerza. Me dio una lección de vida importantísima.
Bueno, a usted y a todos los que estaban a su alrededor, supongo.
Cuando Antonio terminó el tercer trasplante, salimos del Hospital Reina Sofía y mi hijo me dijo: "Mami, yo no voy a volver". Le respondí "Bueno, Antonio, ya veremos qué ocurre". Cuando llegó la última recaída, él delante de mí, de sus hematólogos, de su padre, de su hermano, delante de todos nos dijo que hasta aquí había llegado. Y tuvimos todos que asumir que con 15 años nos decía que él no iba a luchar más, que era su momento de marcharse.
¿Y dónde radicaba la fuerza de su hijo? Porque está claro que algo debía de tener dentro para estar hecho de esa pasta.
Normalmente, los niños que tienen ese tipo de enfermedades son muy especiales. Mucho. La mayoría. Sí. Nosotros en el Hospital hemos conocido a muchos niños y todos tienen una fuerza diferente, una manera de ver la vida diferente. Se comen la vida. Antonio disfrutaba de la vida a tope. En los momentos que la enfermedad le daba tregua preguntaba a los médicos si por favor se podía subir a los caballos o irse a coger espárragos, salir al campo, nadar en la piscina, estar con sus amigos... Él lo único que quería era vivir y disfrutar. Y mi hijo disfrutó mucho en su día.
"Comerse la vida". Es un concepto con mucha fuerza.
Es que es cierto. Pasan los días y, a veces, se nos olvida disfrutar de los momentos tan bonitos que tenemos. Una de las cosas que hacía al salir del Hospital, tras estar siete u ocho meses, recuerdo que dormir en tu cama, salir a dar un paseo, tomarte una cerveza o un refresco con unos amigos... Se convertían en cosas tan importantes que a veces les damos tan poco importancia... Son necesarias para disfrutar de cada momento. Así que es cierto que a mí la enfermedad de Antonio lo que me permitió es ver la importancia de las pequeñas cosas.
Los congresos que organiza ¿a quién van dirigidos?
Nosotros empezamos con el proyecto de 'Educando en valores', que es para jóvenes de 14 a 18 años, y este año hemos lanzado el nuevo formato de 'Lidera desde el corazón', donde creemos que es necesario la responsabilidad social de los empresarios con proyectos como éste. Creemos que es muy importante que el empresario lidere con corazón, con ética, con valores, porque, al final, somos parte todos de una sociedad que si la queremos mejorar tenemos que empezar por nosotros mismos y por nuestro entorno. Yo siempre apelo a ello, y tengo a muchos empresarios que están colaborando con el proyecto, en mayor o en menor escala. No importan; lo importante es colaborar, unirnos para llevarlo a cabo.
¿La gente que acude a una de estas conferencias cambia después de un encuentro con alguien que te cuenta su experiencia personal?
Sí. La gente no solamente cambia, sino que te hacen pensar mucho. Recuerdo una conversación con Irene Villa, a la que adoro y quiero mucho y ella a mí también, y cuando íbamos en el camino y ella me iba contando para su primera ponencia le pregunté: "¿Cómo has podido perdonar a quien te ha dejado sin piernas?", "¿Por qué el perdón?", "¿Por qué es tan importante?". Y me decía: "Mariángeles, porque el rencor es un sentimiento que nosotros tenemos y no lo tienen los demás". Y es cierto, entonces cuando descubres a personas que han sufrido tanto, como ella que con 14 años se quedó sin piernas en una atentado, es normal que tuviera rencor y mil cosas más hacia esas personas que la dañaron hasta esos extremos.
Lo que ocurre es que el rencor y el odio agotan y consumen a uno mismo.
Efectivamente. Su perdón nace desde el corazón y al final a ella misma le hace bien también. De hecho, los que se lo hicieron son los que tienen esa carga, y ella no tiene cargas en su conciencia. Al final, todo ese tipo de reflexiones que las estamos llevando a cuestiones de mucho peso viven para nuestro pequeño día a día. ¿De qué nos sirve estar enfadados con el vecino de enfrente? Para nada. A veces se nos olvida la importancia de las cosas y nos enroscamos en nimiedades y situaciones mezquinas tan complejas que impiden soluciones. ¿No es mejor sentarse, hablar y llegar a un acuerdo?
Si Irene Villa es el perdón, ¿los demás qué transmiten?
Por ejemplo, Cisco García es la superación. Que lo ha hecho de una forma increíble. Por ejemplo, Jaime Alguersuari, que para mí fue todo un descubrimiento, y es 'no tengas miedo al cambio'. A veces en la vida creemos que vamos a ser bomberos y terminamos siendo periodistas. Por tanto, no tengas miedo al cambio; no sabemos nunca lo que va a ocurrir y afróntalo con optimismo. Hoy podemos estar en la Fórmula 1 y mañana podemos ser DJ. Y como no lo sabemos, disfruta del momento.
Antxo Pérez dice algo que a mí me encanta: "Lo importante es admirar el esfuerzo y no el éxito". Otra cosa que me encanta de él es cómo gestionar la frustración que tenemos hoy en día. Nos frustramos con tantísimas cosas y se nos olvida que hay que gestionarlo y que no todo sale como queremos, por lo que hay que intentarlo de diferentes maneras para llegar a nuestro fin. La frustración hay que aprender a manejarla y para conseguir un 'sí', a veces tienes que pasar previamente por 50 'noes'.
Pero no deja de ser duro.
Sí, pero esas cuestiones hay que contarlas, darlas a conocer y aprender de personas que son de éxito, pro antes han tenido que pasar por toda esa trayectoria. Y como hay que contarlo, es lo que hacemos. Más ejemplos. Marío Alonso Puig para mí es la importancia del amor desinteresado. Hace unos días hablaba precisamente con él y me decía que muchas veces pensamos que en el amor tenemos que recibir lo mismo que damos y nos equivocamos. Hay que darlo y ofrecerlo de forma desinteresada, lo recibas o no. Ésa es la diferencia. Esas vivencias de personas que te enseñan porque son así y tienen una lección de vida increíble es lógico que a los demás nos hagan reflexionar y nos conciencie.
Vuelvo a Antxo porque me dijo el otro día que la historia de una persona que está en el escenario probablemente pueda acabar salvando una vida, obligue a una persona a afrontar sus problemas, y eso es muy importante.
Tenemos otro ponente, Enrique Villena, que es un empresario y modelo y sufrió abusos sexuales desde los ocho años. Cuando les cuenta su historia a los chicos solemos hacer un experimento con ellos, alzando la mano si les ha ocurrido alguna vez esto o aquello, y nos quedamos flipados de la empatía y de la cantidad de casos que hay de este tipo. No te lo puedes ni imaginar. Entonces, está claro que hay que hablar, hay que saber afrontar y hay que darles a los chicos herramientas para que hablen, para que lo cuenten y luchemos contra eso.
Ese porcentaje pequeño que hay de personas que hacen daño profundo a los demás tiene que encontrarse delante con una masa de gente preparada para afrontarlos.
¿Y cuándo ha empezado a ser la sociedad tan difícil y poco solidaria?
No lo sé. Estoy segura que eso ha ocurrido a lo largo de la historia. Lo que pasa es que ahora vivimos en una sociedad muy avanzada tecnológicamente y la gran mayoría sabe leer y escribir y esas cuestiones nos llegan con mucha más facilidad que antes. Aunque parezca mentira, esas cosas siguen ocurriendo. Antes no había comunicación y no llegaban y ahora nos llegan en avalancha. El cáncer siempre ha existido, lo que pasa es que antes éramos ignorantes y ahora sabemos.
Exacto. Es la ignorancia lo que nos mantenía un tanto 'inocentes', quizá.
Yo creo que sí. Por eso es importante contar y hablar y la información llegue no como a través de Internet, totalmente sesgada, sino con información real a través de personas con historias empapadas de vida. Eso es lo que realmente llega. Al final, todo lo que te queda cuando conoces a alguien es con su historia vital. Eso es lo que impacta.
Ayer estuve toda la mañana contándoles mi historia a los chicos e invitándoles al congreso el día 22 en El Silo de Pozoblanco, y cuando empiezo a contar mi historia se hace el silencio y todos me escuchan. Por tanto, no es difícil mantener despierta su atención. Los chicos en mis congresos son todo oídos.
¿Cuántos congresos han celebrado ya?
Llevamos 14 congresos en tres años.
Y su idea es expandirse y llegar a más sitios. Creo que Antxo se lo pidió.
A él le tengo prometido hacer uno en su tierra, Galicia, en Santiago de Compostela, en 2025. Así que el año que viene tengo que estar allí. Pero tenemos muchos sitios. Hemos estado en Ciudad Real, en Lucena, en Montoro, Pozoblanco, Villanueva de Córdoba, en la capital cordobesa, este año vamos estar en La Roda, en Huelva, Torremolinos... Vamos poquito a poco creciendo.
¿Les llaman o son ustedes los que se ofrecen?
En unos sitios nos llaman, no a lo mejor el alcalde, pero sí algún concejal o concejala o personas cercanas y lo empezamos a trabajar con ellos. Hay sitios que cuesta más trabajo, porque, por ejemplo, en La Roda son 10 municipios los que hay que unificar, pero merece la pena, porque son muchos pueblos donde van a ir todos los niños y va a ser un congreso itinerante, de modo que el siguiente será en Estepa. Vamos a hacer algo importante como es unificar ayuntamientos o instituciones, unificar también a todo el tejido empresarial y a todos los niños por un proyecto en una zona rural.
El año pasado llegaron ustedes a unos 8.000 jóvenes
Y este año vamos a intentar que sea alguno más.
Con ese espíritu que tiene, seguro que lo consigue.
Sí, porque creo que lo importante es que se van incorporando muchas personas al proyecto. Yo comencé sola y al final tengo a montones de personas, de empresas, de mucha gente que apuestan por esto. Y, además, cada persona que viene a uno de los congresos me dice que son congresos con alma, y eso los diferencia del resto de congresos. En ellos los chicos participan.
Hábleme un poco del que van a celebrar en Córdoba capital, en el Rectorado de la UCO, el próximo 14 de marzo.
Es el primer 'Lidera desde el corazón' y va totalmente dirigido a empresarios. Las grandes empresas tienen la suerte de crear eventos de este tipo para traer a estos ponentes pensando en su personal. Pero eso no ocurre ni en las pymes ni en las pequeñas empresas ni con los autónomos. Mi idea es que este tipo de perfiles tengan la posibilidad de un congreso anual. Es un tipo de liderazgo y de formación que te ayuda a hacer un trabajo bueno en tu propia empresa.
Su idea es que sea el primero de mucho.
Efectivamente. Nuestra idea inicial es llegar con el mensaje. Y luego, el dinero que se recaude va a destinarse para financiar más congresos, del mismo modo que lo que recaudan los chicos en los otros congresos se destina a asociaciones locales. De este modo, creamos un tejido empresarial solidario, con responsabilidad social y pienso que es un movimiento positivo.
Se trae a dos pesos pesados para este primer congreso, Mario Alonso Puig y Antxo Pérez. ¿Qué va a dejar para los siguientes?
Bueno, tengo a mucha gente. Tengo a Víctor Küppers, que ya ha colaborado en alguna ocasión y es una persona con un corazón brutal y al que le encanta mi proyecto. Tengo al Mago More, que también le gusta mucho lo que hacemos. Tengo a ponentes como por ejemplo Álex Rovira. Paz Padilla también se quiere apuntar. Tenemos muchos perfiles de peso. Siempre buscamos que sean historias vitales en positivo.
¿Y no le da un poco de vértigo el éxito que empieza a tener? Quiero decir que, como ocurre con muchos proyectos que dependen de una persona, si no le preocupa lo que pueda pasar con su iniciativa cuando usted deje de estar ahí.
No, porque estamos muchos y me estoy haciendo con un equipo. Ya no soy yo sola. Cuando termino cada congreso le pido a mi equipo que suba al escenario, porque son parte de todo esto. Está el ejemplo de Inma Sánchez, que se ha incorporado hace poco y está a tope. Es una persona que conocí en el Foro de Empresarias, le conté mi idea, le encantó y me preguntó en qué me podía ayudar y ahora coordinamos todo juntas. Ella, y todos los demás; porque esto tiene mucho trabajo detrás y su colaboración es totalmente desinteresada, ya que piensan que esto merece la pena. Eso me tranquiliza mucho, porque sé que si un día ocurre algo o yo no estoy, esto va a seguir adelante. Como me dijo la periodista y colaboradora nuestra Cati Escribano: "Este proyecto ya no es mío".
¿Hasta dónde quiere llegar con esto?
Quiero llegar a muchas personas. Para mí sería una felicidad poder decir que cada semana tengo un congreso en un sitio, y que hemos tocado los corazones si en vez de 8.000 decimos 10.000 pues bendita sea la hora. Probablemente, a lo mejor, en un congreso de 800 personas no llegaremos a todos, pero créeme que habrá un porcentaje elevado. Y con eso nos podemos sentir satisfechos.
Por cierto, ¿cómo es que está el Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo (Imdeec) detrás del congreso en la capital?
El Imdeec conoció mi proyecto. Le contamos a Blanca Torrent, que es una persona que lidera desde el corazón, es una mujer natural y lo hace como si fuera un servicio, lo que hacíamos. Estuvo en uno de los congresos, la enamoró y cuando le propuse lo de 'Lidera con el corazón' le encantó y dijo que querían estar. A Blanca, y a la inmensa mayoría de las personas, cuando les pido algo, al ver el trasfondo de lo que hay, y de que se hace las cosas con total transparencia, colabora, Aquí no hay colores ni banderas, no se trata de política ni de religiones; se trata de valores humanos, de personas, y aquí entra todo el mundo siempre que lleve el respeto por delante.
