PROTECCIÓN A LOS ANIMALES

El jueves empieza el juicio por los perros muertos por calor: esta es Cloe, la superviviente

Hace casi dos años, nueve perros de un grupo de diez murieron por el calor dentro de un coche aparcado y cerrado en la Avenida del Flamenco (Vallellano). Cloe, la jagd terrier superviviente, vive ahora feliz con una familia de acogida

Cloe, echada, junto a su familia perruna
photo_camera Cloe, echada, junto a su familia perruna

Esa perrita echada que ven en la foto en medio de su familia perruna se llama Cloe y va a ser una de las protagonistas del juicio que tendrá lugar el próximo jueves.  La fiscalía pide dos años de prisión por delito continuado de maltrato animal a un hombre que dejó en el interior de su coche a su rehala, compuesta por diez perros, cuando la temperatura exterior era de 43 grados. El tiempo pasado dentro con las ventanillas cerradas hizo que varios murieran allí mismo. Otros al poco por las secuelas gravísimas. Pero hubo una superviviente: esta jagd terrier, raza creada en Alemania en la década de los XX del siglo pasado sobre todo para cobrar piezas en madrigueras, como el zorro, aunque también se emplean en general en caza menor.

Alejada ya de esos cometidos vive ahora acogida por la pareja compuesta por Azahara Gómez y Alberto Rojano. Y está acogida porque sólo podrá ser adoptada oficialmente tras una sentencia en firme. Mientras tanto, legalmente, sigue perteneciendo a su dueño original.

Tras el suceso del coche no todo fue fácil. Cloe primero estuvo afectada por el golpe de calor. Y luego, posiblemente por las consecuencias en las defensas, tuvo parvoriosis, una grave enfermedad que produce fiebre, diarreas y vómitos. Pero esta terrier parecía destinada a sobrevivir como una especie de símbolo. De hecho la asociación el Arca de Noé, a la que pertenece Azahara Gómez, espera que el juicio suponga un paso adelante en cuanto al tratamiento judicial de los casos de maltrato a animales.

“Es cariñosísima, casi empalagosa”, nos cuenta riendo Azahara, que ha incorporado a Cloe al resto de su manada, que se completa con otros cuatro perros, todos adoptados. Se los presentamos con palabras de Azahara:

Está Pepe, el podenco rubio:  “llegó a casa con tres meses, rescatado de un pueblo. Le habían pegado y tenía una luxación de hombro. Ahora tiene 9 años”.

Está Cata, la podeca rubia: La recogieron corriendo por la autovía con lo que parecía un tumor enorme en una de sus mamas, llena de heridas, faltándole un trozo de labio y con leishmania. El tumor resultó ser una hernia inguinal con prolapso de útero de la que ya se operó.Le calculamos en torno a los 13 años, pero es difícil saber por la mala vida que habrá tenido”.

Está Tigre, el galgo: “Llegó con dos meses. Fue rescatado junto a sus hermanos y su madre de un canal al que los habían tirado. También tiene 9 años”.

Y está, punky, un chucho: “fue rescatada de una zona de parcelas. Algunos vecinos le daban de comer y otros le pegaban. Había parido en un zarzal y corrían peligro de ahogarse ella y sus 6 bebés, porque fue una época de tormentas. Cuando llegó a casa se tiró como dos meses viviendo escondida entre el sofá y la pared, hasta que empezó a confiar en nosotros". 

Como se puede comprobar, cuando las asociaciones y multitud de personas insisten en la adopción de perros –siempre con la debida responsabilidad-, hay motivos de peso.

Cloe, perro

Al principio, prosigue Azahara Gómez, Cloe  era “muy retraída, temerosa y esquiva, ahora se sube al sofá, se pone de pie y te abraza, más de una vez se ha caído del sofá por hacerlo. Luego sin venir a cuento, gira la cabeza y te mira con la cabeza ladeada o del revés, mirada de amor, que le decimos, y también se ha caído del sofá por eso más de una vez”. Eso sí, el instinto es el instinto: “todavía se nota que procede de la caza y reacciona a veces antes los perros pequeños, pero en general es muy sociable con personas y perros".

Tanto la pareja de acogida de Cloe como los miembros del Arca de Noé en general, están esperanzados en que este juicio pueda significar un antes y un después en la consideración del maltrato animal. "Se ha avanzado mucho socialmente en este aspecto pero vivimos el juicio con incertidumbre, ya que en el ámbito judicial las penas siguen siendo muy laxas, y aquí ha habido nueve animales muertos", explica Azahara.

La suerte quiso que al menos uno sobreviviese: Cloe. Y ella sí que tuvo su antes y su después: "cuando la miras fijamente y le acercas despacio la cara, o va sacando ella la lengua también despacito o te pega un bocaíto en la nariz, ya te digo que es muy payasa..."