El Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC) ha considerado necesario que cuando se elabore el Plan de Actuación para el Desarrollo del Comercio Local de Córdoba, deberá pasar previamente por su dictamen y también del Consejo Social de la Ciudad, antes de que se apruebe por el Pleno municipal.
Y es que, según ha señalado el presidente del CMC, Juan Andrés de Gracia, "entendemos que lo que se nos ha presentado para nuestra evaluación no es un plan como tal, sino un estudio técnico para, a partir de él, formalizar el plan con participación de los sectores empresariales y sindicales del comercio".
En opinión del CMC, el comercio local "ha sido, es y deberá ser un puntal" de la conformación de los barrios, distritos y de la ciudad. Y por todo ello, "apostamos por un plan con dotación económica real". En ese sentido, es necesaria la existencia de asociaciones comerciales que sean portavoces en cada barrio o distrito y que se conecten a la organización ciudadana, para aunar esfuerzos y proyectos.
En cualquier caso, el Consejo del Movimiento Ciudadano ha querido comentar los puntos que se citan en lo que consideran un "estudio técnico", y así sobre las medidas de urbanismo comercial, o de movilidad (tales como aparcamientos, reserva de plazas o peatonalizaciones) reclaman que "deben consensuarse con otras entidades ciudadanas, con especial participación de las asociaciones vecinales y los consejos de distrito".
Según este organismo, los proyectos urbanísticos y de movilidad no se pueden enfocar sólo desde las necesidades del comercio, sino buscando la reactivación y la rehabilitación de la zona a nivel general. Pero algo han dejado muy claro: "Nos oponemos a la multiplicación de las zonas azules y favorecemos la movilidad a través del transporte público".
Territorialización de las propuestas
Además, el informe técnico peca de excesiva uniformidad, cuando "la política comercial no tiene que ser igual para toda la ciudad, siendo necesarias medidas distintas para el comercio de la periferia, de barrios en exclusión, de barrios con centros comerciales abiertos o del Casco". Eso implica la necesidad de una "territorialización de las propuestas", porque "no pueden ser iguales las medidas para zonas comerciales modernas que para zonas comerciales en retroceso".
Puntualizando aún más, el caso del Casco Histórico requiere de una política comercial en la línea de potenciar el comercio hacia el vecindario existente y "no ser un mero soporte de la actividad turística". Además, ha advertido que la política comercial no puede sostenerse sobre la ocupación de la vía pública, más allá de actuaciones puntuales, ya que "la vía pública está saturada en gran parte de la ciudad y debe permitir fundamentalmente su uso general y no particular".
Otro punto necesario para el CMC es que el Plan de Comercio Local debe abordar "con profundidad" la pérdida de locales comerciales ante su transformación en viviendas, proceso que lleva un ritmo imparable, provocando la "desertización comercial futura de los barrios afectados".
Por otro lado, considera que la política de comercio local debe tener en cuenta la existencia o no de centros comerciales, de mercados ambulantes, de alternativas comerciales (kioscos, mercados municipales o mercados ocasionales), con la idea de "evitar que haya medidas contradictorias con las que se aprueban para otros mecanismos comerciales y viceversa".
De igual modo, este plan, como cualquier otro que se aplique en la capital cordobesa, debe tener como una estrategia esencial estar inscrito en el plan de acción contra el cambio climático y de adaptación a él. Por tanto, las estrategias que se definan "deben ser coherentes con una ciudad que afronte con todas sus fuerzas la emergencia climática".
Finalmente, recomienda el CMC que el comercio local debe tener en cuenta el envejecimiento de la población y plantearse estrategias de cara a la soledad en que viven hoy miles de mayores, las dificultades de usar nuevas tecnologías, o las demandas de favorecer la máxima accesibilidad.
