SALVADOR RUIZ PINO. DIRECTOR DE CÁRITAS DIOCESANA

"Lo que Cáritas hace aquí en un año las Misioneras de la Caridad en Calcuta lo hacen en medio mes"

Salvador Ruiz Pino posa para Córdoba Hoy
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"Los números de Cáritas van más allá de sus límites reales, porque Cáritas somos todos en la Iglesia". Es decir que si bien "hay un grupo de la parroquia que se ocupa de animar esa acción socio-caritativa, obviamente ahí colabora toda la parroquia, toda la Iglesia". Son palabras de Salvador Ruiz Pino "un joven de 38 años", que comenzó como secretario general de Cáritas Diocesana en Córdoba en el año 2009 hasta hace tres años, cuando pasó a ser el director diocesano. 

El voluntariado de Cáritas Diocesana en Córdoba se calcula entre los 1.650 y los 1.700. Los servicios generales tienen, además, un grupo de voluntarios para los programas, sobre todo el de personas sin hogar, algunos voluntarios más también en programas como el ropero, el acompañamiento en las residencias o en la Casa de Acogida, pero "nuestra masa grande está en las parroquias". Esos voluntarios (él mismo lo es) y la capacidad del Ser Humano para aguantar el sufrimiento es lo que le ha llevado a describir a las personas como "criaturas impresionantes" con una ingente capacidad de resiliencia.

Su máximo y muy cariñoso referente es Madre Teresa de Calcuta y sus hijas, las Hermanas de la Caridad, a las que denomina ejército de ángeles que caminan por las calles de Calcuta. Un ejemplo del que la Iglesia "tiene mucho que aprender". No es de extrañar, por tanto, que entre los libros de Santiago Posteguillo, que suele usar como ejemplo para sus alumnos de Derecho Romano en la Pontificia de Madrid donde imparte clases, haya una imagen de la albanesa Premio Nobel de La Paz.

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¿Cómo se lleva ser director diocesano?

Bien. El equipo que hay en Cáritas Diocesana es extraordinario. Se lleva como un privilegio y una responsabilidad importante. Es decir, no deja de ser un nombramiento que hace la Iglesia para llevar una de las instituciones principales que tiene la Diócesis y en segundo lugar, no dejo de ser un voluntario más de los 1.700 que tiene la Diócesis. Con lo cual, insisto en que es un privilegio representar a esos 1.700 voluntarios que hay por toda la provincia de Córdoba.

Todos los años le escuchamos ofrecer el balance anual de Cáritas, y todos los años se le ve pasarlo mal con los datos que aporta, que no van a mejor. ¿Personalmente, tanto sufrimiento le deja cicatrices en su interior?

Al final, el que se acerca a Cáritas, ya sea para ayudar desde el voluntariado, o para pedir ayuda en su situación personal, está buscando un acompañamiento, en ambas partes de la situación. Son como las dos orillas de un río, y el cauce, en este caso Cáritas, necesita de esas dos orillas. Obviamente, cuando una persona se acerca a acompañar, como es el caso de los voluntarios, como es también mi caso, y se encuentra con alguien que busca el acompañamiento por la necesidad particular, es lógico que esa relación hace que uno se contagie, ahora que hablamos tanto de contagios con el virus, del sufrimiento de las personas.

"Es un privilegio representar a esos 1.700 voluntarios que hay repartidos por toda la provincia de Córdoba"

Pero, junto con ese sufrimiento, resalta muchas veces también lo mejor de cada uno. Resaltan las potencialidades, las capacidades, la forma de afrontar ese sufrimiento. Con lo cual, y esto podría ser un testimonio que podría dar cualquier voluntario de las parroquias cordobesas, cuando el voluntario se acerca a estas situaciones más que ver el sufrimiento y dolerse de él, que también (no somos piedras, sino personas), se ve sobre todo la capacidad, la lucha, la forma de encarar la vida. No deja de ser muchas veces aprendizaje, enseñanza que estas personas que están en situación de vulnerabilidad te van transmitiendo.

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El Papa Francisco decía en su primera exhortación 'Evangelii gaudium' "los pobres tienen mucho que enseñarnos", y yo creo que esto es lo principal, la forma de encarar la situación y la forma de encarar el sufrimiento.

Quiere eso decir que usted sigue en el proceso de aprender mucho.

Evidentemente. Uno no termina nunca jamás de aprender. Nuestro delegado diocesano dice que uno está siempre, en esta materia de la acción caritativa en particular y la acción caritativa de la Iglesia de la acción social, en parbularios. Y así es. Realmente uno está aquí siempre aprendiendo del asombro. Creo que lo más importante que tienen los voluntarios es eso, no perder la capacidad de asombro.

Con todo lo que ha vivido y los años que se ha empapado de estas vivencias y situaciones, si tuviera que escribir un libro, ¿hacia dónde lo tendería? ¿Cómo definiría en él al Ser Humano?

(Se lo piensa bien antes de responder) El Ser Humano es una critura impresionante. Es decir, la capacidad de resiliencia que tienen las personas con las que nosotros trabajamos, acompañamos desde las parroquias, desde estos servicios generales, la capacidad de salir una y otra vez de su situación, porque cuando vemos los datos, los números de la Memoria anual de Cáritas, claro está que al final no dejamos de ver eso, precisamente, números y cifras o porcentajes. Pero cuando contemplamos eso, no podemos olvidar lo que hay detrás: Historias en las que no una vez se cae y otra vez se levanta, sino que hay personas que están continuamente en caída y bajada, y de nuevo volver a subir y volver a caer sucesivamente.

"Las personas no pieden la dignidad, aunque muchas veces la situación social parezca que se la arrebata"

Y eso sólo es soportable desde una criatura tan impresionante como es un Ser Humano. Desde la dignidad del Ser Humano, cómo uno descubre que las personas no pieden la dignidad, aunque muchas veces la situación social parezca que se la arrebata. Las personas están continuamente en esa lucha constante.

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Yo pasé, hace bastantes años, tres veranos en Calcuta con las Misioneras de la Caridad, las hijas de Madre Teresa. Y allí una de las principales lecciones que me llevé de esas mujeres, que son una legión de ángeles que caminan por aquellas calles, fue el no tratar a los pobres como un mero número. Ellas atenderán al cabo del día a miles y miles de personas. Es decir lo que Cáritas hace aquí en un año ellas lo hacen perfectamente en medio mes sólo en una ciudad. También es verdad que es una ciudad de dos millones de habitantes.

Y es impresionante ver cómo para ellas cada persona es única. Cómo cada vez que ven a una persona la tratan como si no existiera nada más alrededor, como si sólo estuvieran ellas, como si sólo esa persona fuese el centro total y absoluto de su atención en ese momento.

Yo creo que eso es Cáritas. Cáritas tiene mucho que aprender de eso. Para Cáritas lo importante no son los números. Los pobres no se cuentan, a los pobres se les abraza. Lo importante es la persona concreta que en cada momento estamos acompañando.

"Los pobres no se cuentan, a los pobres se les abraza"

Siempre hace alusión a la Madre Teresa. Por algo será...

Es un referente de la Iglesia Samaritana. Es un referente de la Iglesia que sale al encuentro de los pobres sin perder el centro de lo que eso supone. Madre Teresa le enseña a la Iglesia de hoy que si no se reconoce a los pobres no se puede ser cristiano, no se puede ser discípulo de Cristo. Por lo tanto, la Iglesia tiene todavía ahí mucho que aprender de la fuente que es Madre Teresa de Calcuta.

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Eso me lleva a preguntar si se puede ser voluntario en Cáritas siendo ateo o no creyente.

Los hay. Tenemos voluntarios que no son creyentes. Nosotros tenemos de todo en Cáritas. Y es normal, porque Cáritas no es un club de perfectos, ni es un club de santos. Aquí somos hombres, mujeres, niños que están en el colegio y echan una mano haciendo una colecta, somos jóvenes que están en su grupo que ayudan y colaboran. En el voluntariado entra todo el mundo, porque lo que nos une es precisamente el deseo de hacer el bien a los demás. Y en eso, como no podría ser de otra manera, Cáritas no excluye a nadie.

Eso también podría explicar que Cáritas sea un ente muy bien visto por todo el espectro político.

Yo no he tenido nunca ni como secretario general ni como director ninguna queja de ninguno de los grupos políticos. De verdad. Siempre he recibido por parte de todos ellos, sean del color que sean, un buen trato en conversaciones y ratos de charla, ya fueran con personas que están en el polo de la izquierda como los que estaban en el polo de la derecha. Y en todo caso siempre ha habido disponibilidad por parte de ellos para trabajar con nosotros.

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Siempre he recordado que por ejemplo el primer convenio que Cáritas realizó para Solemccor, lo hizo con Rosa Aguilar, siendo alcaldesa de Córdoba, y el último convenio que hemos realizado, que es el primero que propiamente Cáritas ha realizado de un convenio como tal, lo ha llevado a cabo con José María Bellido.

En ese sentido, siempre ha tenido una buena relación institucional, que es lo deseable, por otra parte.

"En lo profundo de cada corazón hay un deseo de hacer el bien a los demás, porque el deseo de solidaridad es profundamente humano"

De todos modos, ustedes plantean esta labor como una forma de vida cristiana y religiosa. Y, evidentemente, el que no cree no puede planteárselo de esa manera. ¿Dónde está, entonces, el ánimo que les mueve a trabajar en esto?

En el poso que hay en el corazón de cada Ser Humano, de cada hombre y de cada mujer. En lo profundo de cada corazón hay un deseo de hacer el bien a los demás, porque el deseo de solidaridad es profundamente humano. El corazón de cada hombre y de cada mujer es un corazón solidario. Y eso lleva a que las personas quieran acercarse a las buenas obras.

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Para nosotros, además, es motivo de alegría y de compromiso. También tenemos nosotros, en la medida de lo posible, a esas personas no creyentes que se acercan a nosotros exponerles por qué hacemos las cosas. Para nosotros eso puede ser también una causa de evangelización. Hay muchas personas que se han acercado a Dios a través de los pobres. Hay muchas personas que han descubierto la presencia sagrada, el misterio que hay detrás del velo de las personas que sufren. Eso para nosotros es un motivo de alegría, por supuesto.

Volviendo un poco atrás. ¿Qué ejemplo de alguien a quien haya ayudado o acompañado le ha tocado más la fibra?

Cuando empecé con Cáritas, antes de ser secretario general, lo hice como voluntario de dos programas, después he sido voluntario secretario general y voluntario director (sonríe). Por un lado, del programa de personas sin hogar, cuando se inició ese programa, y después del programa de formación de las Cáritas Parroquiales. De esos dos tengo experiencia de lo importante que es muchas veces el abrir el oído y abrir la mirada.

En primer lugar, con las personas sin hogar. Cuando salíamos hace muchos años y Cáritas fue la primera en poner un programa de atención nocturna a transeúntes, antes de que lo hiciera Cruz Roja y otras instituciones, y paseábamos todavía sin ninguna ruta establecida por las calles de Córdoba, había noches que llegábamos a casa a las tres o las cuatro de la madrugada después de todo esto y habiendo pasado incluso por el Hospital para llevar a alguna persona, yo ahí tengo ejemplos concretos en lo que las personas nos decían cosas tan duras como "eres el primero con quien he hablado hoy" y podía ser entonces perfectamente ya la medianoche.

"Es duro escuchar ya en la medianoche a alguien que te dice: Eres el primero con quien he hablado hoy"

Se ve ahí muchas veces la soledad en esta sociedad en la que hay mucha gente que pasa a tu lado, pero uno sigue estando solo.

Luego en el programa de voluntariado me admiraba la cantidad de personas que están en sus Cáritas Parroquiales, en sus grupos, en sus pueblos, en sus barrios para las que echar una mano en Cáritas y estar en Cáritas formaba lo más importante de su vida. Cualquier cosa alrededor quedaba sacrificada, precisamente por este deseo de hacer el bien a los demás. Su tiempo libre, su ocio, personas que dedicaban sus días libres al voluntariado, frente a otros muchos que lo dedican a sus familias, al ocio o a descansar. Y éstos se pegaban una paliza de trabajo con eso, al margen de sus trabajos normales durante el resto de la semana.

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Para mí son testimonios grandes. Hablo de personas muy mayores, que habían estado toda la vida trabajando en esto. Personas que tenían una experiencia de una vida entera dedicada a los pobres en sus parroquias. No tengo más que calificarlos de santos de la puerta de al lado, que diría el Papa Francisco, santos que nunca van a ser canonizados, que nunca van a estar en el altar, pero que a nosotros nos consta que su vida ha sido heroica y ejemplar.

Siempre pregunto esto a todos los que tienen una responsabilidad a sus espaldas: ¿Hay relevo generacional en el voluntariado?

Bueno, yo creo que lo hay. A día de hoy tenemos una gran cantidad de voluntarios jóvenes, sobre todo en los servicios generales, también en las parroquias. Es algo que se ha visto provocado por la situación Covid. La pandemia ha hecho que los voluntarios más mayores hayan tenido que quedarse en casa, porque eran población diana y especialmente vulnerables al virus. Con lo cual, ha dado un paso al frente otro tipo de voluntariado, principalmente los que forman parte de los grupos de los jóvenes de las parroquias, los voluntarios de las cofradías, que han hecho que Cáritas se revitalice y han permitido que Cáritas continúe. Creo que el relevo generacional en Cáritas está asegurado.

"La principal obra social de las cofradías está en Cáritas, aunque la gente no lo sepa"

¿De las cofradías?

Sí, sí. La principal obra social de las cofradías está en Cáritas, aunque la gente no lo sepa (sonríe con los ojos). La mayoría de las cofradías realizan sus obras sociales en sus Cáritas Parroquiales. La cofradía no deja de ser una institución que tiene su sede canónica en la parroquia y casi todas hacen su obra social en Cáritas. Nosotros, obviamente, estamos muy agradecidos con su labor.

Por desgracia, cada vez que venimos a la rueda de prensa de la Memoria anual de Cáritas, se comprueba que las cosas van a peor. Pero usted también ha comentado que la evolución de la solidaridad es inversamente proporcional al crecimiento de las penurias, la necesidad y del sufrimiento.

Las cifras que nosotros damos en las ruedas de prensa del Corpus son fruto de la solidaridad de la gente. Aquí no podríamos hacer nada si no fuese porque la gente presta en primer lugar su tiempo, y en segundo lugar porque la gente presta sus recursos económicos. Es decir, Cáritas no tiene nada propio. Cáritas tiene el dinero que las personas confían para que se reparta entre las personas que sufren y ese mismo dinero, el que nosotros ponemos en juego a través de nuestros programas de acción social, es fruto de la solidaridad de la gente. Si cada año damos cifras mayores es porque la solidaridad es mayor, porque en caso contrario no podríamos llegar a tantísimas familias. Llegamos porque las familias son solidarias y confían en Cáritas.

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Confían en Cáritas por el estilo de hacer las cosas. Cáritas es una organización principalmente de voluntarios, con lo cual no se va un gasto importante en gestión, sino que todo, empezando por su director, lo llevan voluntarios en su gran mayoría. En segundo lugar, porque Cáritas pone en el centro a la persona. La dignidad de la persona es lo fundamental, no los programas. Lo importante para nosotros no es dar muchas cifras, no es ni siquiera que lleguemos a los 111 contratos de inserción o las 30.000 familias que acompañamos. Lo importante es que estamos acompañando a personas y cada persona está en el centro de lo que hacemos.

"Cáritas es una organización principalmente de voluntarios, con lo cual no se va un gasto importante en gestión"

Ese estilo que tiene Cáritas, no sólo en Córdoba, sino en toda la organización internacional, de hacerlo, de comprender la situación de exclusión y de vulnerabilidad, no desde la connotación negativa, sino de las posibilidades y las capacidades que tienen las personas, es lo que hacen que confíen en esta organización.

Lo que me lleva a la siguiente pregunta. ¿Cómo ha ido la cuestación este año?

Estamos todavía viéndolo. Creemos que en principio, aunque las limitaciones nos han llevado a no estar en la calle de forma presencial como nos hubiese gustado, la cuestación está funcionando igual que el año pasado. Estamos todavía recontando, porque tiene todavía que llegar todo lo recaudado a través de las parroquias en todo el fin de semana del Corpus, pero en principio los datos son muy parecidos a los del año pasado, con lo cual, muy bien y muy satisfactorio.

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¿Nuevo Testamento o Viejo Testamento? ¿Cuál prefiere?

Hombre. Yo no creo que sean separables. Si separamos uno y otro, nos vamos a quedar con una pobreza importante. Sobre todo porque en el Antiguo Testamento, aunque el gran experto en esto es nuetro delegado diocesano, que es escriturista y se dedica al estudio de la Biblia, Dios se nos revela, entre otras cosas, como un padre-madre. Como un padre con corazón de madre, y ese tipo de revelación creo que no la podemos perder. Obviamente, en el Nuevo Testamento, aparece el gran mensaje del Evangelio, que es el que nos lleva a entregar la vida, cada uno desde donde está y en la medida de sus posibles, por intentar transformar el Mundo y por intentar anunciar que hay otra forma de vivir, que hay otro plan, que hay otro proyecto y que nuestro proyecto social sólo tendrá éxito y sólo será un proyecto realmente satisfactorio para todos, e inclusivo para todos, si se parece cada vez más al proyecto del Evangelio.

¿Tiene fe en la Humanidad?

Tengo fe en Jesucristo (sonríe). Yo tengo fe en Dios, y precisamente porque creo en Dios, creo en el hombre, creo en la mujer, creo en el Ser Humano. Yo creo que todos hemos salido de las manos de Dios, por tanto todos llevamos un sello indeleble en el cual la Humanidad necesariamente está progresando. Incluso también aunque muchas veces no nos lo parezca.

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Yo siempre digo que el Mal hace mucho ruido y el Bien es muy silencioso. Muchas veces hacemos como que tanto mal como hay en el mundo nos despista de que hay mucha gente buena y hay mucha gente que hace cosas muy bien.

O sea, que tenemos remedio, entonces.

No sólo eso, sino que el remedio existe, está vigente y además no sólo es un simple remedio, sino que realmente consigue hacernos personas nuevas.

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