Valentina Lucena. Experta en adicciones

"No nos autoengañemos con las compras, seguro que no lo necesitamos"

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photo_camera Valentina Lucena, psicóloga experta en Adicciones del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental

La psicóloga Valentina Lucena es doctora en psicología aplicada y experta en adicciones. Es la responsable del grupo de adicciones en la delegación de Córdoba del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental y en pleno periodo de rebajas estivales, se ha sentado para explicar los comportamientos abusivos que, sin darnos cuenta, son factores de riesgo de compras compulsivas.

Del abuso a la patología hay diferencias muy grandes, pero "un adicto siempre llega a serlo por un uso excesivo", advierte la experta, que alerta de los riesgos de las compras on line pues una vez que introducimos nuestros datos, solo un 'clic' es necesario para cargar en la cuenta la compra de cualquier producto. Una tendencia que ya es un hábito para los más jóvenes con el riesgo de perder la noción de lo que compran.

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Lucena reflexiona sobre la "sociedad de la abundancia" y donde "no hay tolerancia a la frustración" origen, a su juicio, de la "pérdida de valores" que "nos lleva a buscar el placer inmediato",  con "atracones" de compras, de comida o excesos que suplen la manera adecuada de canalizar las emociones negativas.

Para evitar que las compras se conviertan en un problema, la psicóloga da algunos consejos a seguir y anima a la reflexión sobre nuestros hábitos de conducta: "¿De verdad lo necesitas? ¿Vas a ser más feliz con eso?", son algunas de las preguntas que invita a cuestionarnos justo antes de pasar por caja.

Las rebajas no están hechas para lo que necesitamos, sino para lo que deseamos

Los últimos cálculos del gasto medio español en rebajas apuntan a una horquilla de 80 a 90 euros por persona. Teniendo en cuenta que el marketing propone ofertas, descuentos, liquidación de colecciones a menudo, ¿realmente necesitamos lo que compramos?

Es imposible. Las rebajas no están hechas para lo que necesitamos, sino para lo que deseamos. Que es lo que nos va a dar la clave de un problema de compra compulsiva. La necesidad se genera desde dentro o por factores externos como el marketing. Cuando tienes una necesidad porque se te ha roto la nevera, comparas precios, miras opciones, hay un periodo de reflexión y luego, eliges la mejor opción. En rebajas tendemos a comprar compulsivamente, no pensamos, vemos algo barato y lo cogemos sin más. Las compras compulsivas las tenemos todos en un momento dado y la explicación es la sociedad en la que vivimos, hemos hecho a ir de compras un hábito que es lo que puede generar la adicción.

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¿Pero quién no ha ido a comprarse un capricho después de un día horrible de trabajo?

Todos lo hemos hecho en un momento dado. Y lo que hacemos es canalizar con las compras nuestras emociones de frustración, enfado, tristeza, las preocupaciones. En esta sociedad no tenemos tolerancia a la frustración o al dolor. Piensa en nuestras abuelas, si les dolía algo, se tenían que aguantar un poquito hasta que iban al médico o le recetaban el calmante. Ahora sientes que te va a doler la cabeza y ya te tomas la pastilla. Estamos en el aquí y ahora. Recompensas inmediatas.

El 'no' no entra dentro de nuestras posibilidades.

Para nada. Desde pequeños los niños lo tienen todo y doble o triple. Por eso, al llegar a adultos y enfrentarte con la vida real con problemas que no tienen solución inmediata, tendemos a evadirlos, salir de compras, o atiborrarnos de dulces como 'calmante', que realmente es algo engañoso, porque hay veces que las situaciones no tienen solución o ésta llega a largo plazo. Las compras las usamos como recurso para gestionar nuestras emociones negativas.

El neuromarketing explora los sentimientos y las emociones para incitarnos a comprar

Carrie Bradshaw (de la serie 'Sexo en Nueva York') se va de compras para despejarse y le va genial.

Claro, los comportamientos son aprendidos y el cine, la televisión, el marketing contribuye en la modificación de nuestros hábitos desde su aparición. El neuromarketing explora los sentimientos y las emociones para incitarnos a comprar. Es un negocio redondo que afecta a las personas más vulnerables que, actualmente, el propio ritmo de vida hace que todos en algún momento de nuestras vidas nos hayamos refugiado en algo para encontrar el placer inmediato.

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¿Cuándo nos tenemos que preocupar?

Porque una tarde te vayas de compras con tus amigas, no pasa nada. El problema viene cuando cada vez que me pasa algo me voy de compras, en solitario y sin ningún pensamiento previo. Como estoy desbordada, las recompensas con una compra son inmediatas, y lo haces dos o tres veces y ya sabes que te sientes bien. Nos debemos de preocupar cuando empiezas a hacerlo sola, cuando escondes lo que compras o adquieres cosas que tienes de otros colores o modelos. Otro indicativo, cuando usas tu tiempo libre y dejas de hacer actividades placenteras para ir a centros comerciales. También está el autoengaño; te convences de que 'necesitas' algo cuando sabes perfectamente que tienes otro parecido o que hace la misma función.

Algo que, además, si pagamos con tarjeta o con el móvil, la compra parece como que 'no cuesta'.

No somos conscientes del valor del dinero. Pero la recompensa a nivel personal es muy satisfactoria, te hace sentir bien. Las recompensas inmediatas se asocian muy rápido.

En su experiencia en consulta, ¿cómo de frecuente es la adicción a las compras?

La adicción a las compras compulsivas como tal no está clasificada como enfermedad. Existe una discusión de si se trata de un impulso descontrolado o de una adicción. Se habla de compras compulsivas o impulsivas cuando existe un abuso o mal uso de la actividad de compra. Entonces hablamos de una adicción conductual, sin sustancia. En Córdoba no tenemos centros especializados para el tratamiento de las compras compulsivas, sino que se tratan junto con otras adicciones o comportamientos adictivos como la ludopatía o juego patológico o alcohol.

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Se habla de compras compulsivas o impulsivas cuando existe un abuso o mal uso de la actividad de compra

¿Cuál es el perfil de las personas que ya empiezan a tener un problema de compras compulsivas ? 

No existen estadísticas concretas actualizadas sobre el perfil de estas personas sin tener en cuenta otras patologías.

Bueno, pero haberlas, haylas.

Desde mi experiencia, he conocido a más mujeres en tratamiento a partir de 30 o 40 años, de profesiones liberales. No obstante, tenemos que decir que el problema empieza en la adolescencia, creciendo teniéndolo todo, comprando sin necesidad, la situación se agrava con la repetición de los patrones a lo largo de los años. Cuando está asociado a otras patologías como la adicción a sustancias, el perfil es más heterogéneo. Hay personas mayores de ambos sexos que, por ejemplo, llegan a comprar diez camisetas de distintos colores en un bazar de artículos baratos o se gastan parte del presupuesto en tupperwares totalmente innecesarios.

¿Es frecuente que haya otras patologías asociadas cuando la persona ya llega a un punto de necesitar ayuda profesional?

Sí, es frecuente. Las compras compulsivas están asociadas al trastorno bipolar, a adicciones con sustancias, trastornos depresivos e impulsividad.

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En los casos de no tener otras enfermedades asociadas, ¿cuáles son los factores de riesgo?

En mujeres, fundamentalmente la ansiedad, la tristeza, la soledad, los estados depresivos donde se busca esa gratificación fácil e inmediata que nuestro cerebro percibe cuando adquirimos objetos. En el caso de los hombres, suele darse motivado por el estrés laboral o insatisfacciones relacionadas con una actividad laboral. No es la cantidad de dinero lo que indica que tienes un problema; puedes comprar diez prendas iguales a bajo precio o pasar por las tiendas todos los días, incluso varias veces autoengañándote en que "no vas a perder la oportunidad de perder este producto" cuando la ropa, por ejemplo, va a estar siempre si no en esa tienda, en otra y durante cualquier época del año. Cuando compras impulsivamente y compulsivamente sin necesidad o sin que realmente lo desees, debes pararte a reflexionar.

Cuando compras impulsivamente y compulsivamente sin necesidad o sin que realmente lo desees, debes pararte a reflexionar

Además, con el comercio on-line en muchas plataformas, una vez que asocias tu método de pago, con solo un 'clic' ya has comprado.

Es preocupante la habitualidad con la que los jóvenes compran on-line. Ahí sí que he realizado algunos estudios sobre adicciones en la Universidad de Córdoba (UCO) y los resultados de los jóvenes que reconocen la frecuencia de sus hábitos de compras. Si les sale mal un examen, no se socializan demasiado, están obsesionadas con las tendencias de moda de las famosas a las que siguen en las redes sociales. Cualquier excusa es buena para comprarse ropa o complementos.

¿Cómo podemos controlarlo? ¿Algunos consejos?

Es muy lógico: Hacer listas de lo que necesitas, planificar nuestras economías y, aunque estemos habituados a pagar con tarjeta, debemos tener un control del gasto, de los ingresos y los gastos. Parece una obviedad pero, a veces, nos conviene recordarlo.

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Y en especial durante los periodos de ofertas, rebajas, promociones, ¿cómo controlamos el abuso de las compras?

Lo que voy a responder es también bastante obvio: Compra sólo lo que necesites. Si vas a por un pantalón y ves oferta de camisetas, dejarse llevar por la oferta es una reafirmación del autoengaño. Las tiendas de ropa con productos baratos están todo el año. Cuando tengas una prenda delante, pregúntate: ¿Lo necesito? ¿Le voy a dar uso de verdad o lo voy a dejar en el cajón? ¿Tengo algo igual o parecido que me haga la misma función? ¿Me lo puedo permitir?

La sociedad del bienestar ha adoptado patrones de conducta de abundancia y es una característica de nuestros tiempos

¿Cómo se abordan las adicciones sin sustancia con elementos con los que vamos a tener que convivir, como las compras?

Hay que reeducar a la persona en su aprendizaje de consumo. Al principio, se controla que no vaya a las tiendas. Se le requisa la tarjeta u otro método de pago. Y se trabaja la gestión de emociones, los problemas asociados que la han llevado a ese abuso hasta que se ha convertido en una adicción.

Lo que pasa es que a quien le gusta la moda, adquirir ropa o complementos, les hace felices.

Hay una estadística que sitúa las doce de la noche como el momento del día que más compras on-line se hacen. Porque es cuando estamos más cansados después de todo el día de trabajo, cuidados familiares. ¿Cree que compramos por felicidad o por vulnerabilidad? Una persona de clase media tiene de todo lo que necesita a nivel material y, sin embargo, la mayoría de nosotros no pasa un día sin abrir la cartera o usar los métodos de pago. Podemos estar una temporada perfectamente sin adquirir prendas de ropa o zapatos, porque no tenemos una sola camiseta blanca o unas solas sandalias. Lo que ocurre es un fenómeno sociológico que escapa a la psicología. La sociedad del bienestar ha adoptado patrones de conducta de abundancia y es una característica de nuestros tiempos. Sólo siendo conscientes de nuestras emociones y aprendiendo a gestionarlas evitaremos estar expuestos a riesgos conductuales en los que nos escondemos.

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