Felipe Molina: "Un pastor no es 'abuelo de Heidi', hay que valorar la calidad de los productos del campo"

Forma parte de la sexta generación de ganaderos, es biólogo y regresó de la Facultad al campo por vocación pero deja claro que es un trabajo muy duro y que hacen faltas reformas en la política agraria

CORDOBA. 12/10/2017. ENTREVISTA AL PASTOR FELIPE MOLINA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

No es el abuelo de Heidi. Felipe Molina (Córdoba, 1973) es un biólogo que no regresó al campo por falta de empleo siguiendo la tendencia de la mayoría de quienes echan las 'peonás' bajo el sol de justicia cordobés. Él nunca abandonó la ganadería familiar, 'Las Albaidas', donde capitanea 3.000 ovejas con la ayuda de un compañero de trabajo esencial, su perro de pastoreo a quien trata y cuida como un animal, "sin ponerle vestidos ni cortarle el pelo porque no lo necesita".

No cuenta su trabajo con rudeza pero es claro en su discurso: "la imagen bucólica del pastor esconde una vida de esfuerzo por la dedicación diaria, sin faltar un solo día". Porque en su trabajo, sus animales comen y beben los 365 del año. Y además, Felipe se ha empeñado en lidiar contra los efectos del cambio climático llevando a su rebaño de la capital hasta los Pedroches o a la Campiña estacionalmente siguiendo la tradición de hasta cinco generaciones atrás, dos veces al año, para que pasten los rastrojos limpiando los cultivos para la siguiente cosecha al tiempo que dejan crecer el pasto en las dehesas.

Sin embargo, para que los productores rurales puedan impulsar sus negocios, hoy que se celebra, precisamente el Día Mundial de la Mujer Rural, Felipe está convencido que sería necesario que desde las administraciones se apostara por sellos de calidad que hagan que el consumidor final valore un cordero criado y alimentado en su entorno natural.

CORDOBA. 12/10/2017. ENTREVISTA AL PASTOR FELIPE MOLINA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Se mantiene respetuoso con respecto a los movimientos que condenan la muerte de animales para el consumo y argumenta que "todo está inventado ya"; la naturaleza "es en sí misma sabia y los seres humanos hemos seguido una dieta omnívora". 

En lo que si se implica bastante, es en que los "urbanitas" vean que "ni la leche viene de la nevera ni la carne del supermercado" por eso es muy activo en sus redes sociales; cuelga vídeos de sus viajes de trasterminancia -una trashumancia dentro de la misma provincia-, imágenes de sus animales y comparte experiencias con otros ganaderos porque está convencido de que "el aprendizaje del campo es necesario porque de la naturaleza parte todo".

Justo hoy se celebra el Día Mundial de la Mujer Rural pero, ¿no estamos precisamente ante un abandono del campo por la ciudad? Como uno de los pocos ganaderos que realiza trasterminancia, ¿cuáles son las principales causas de esta tendencia?

Es verdad que soy uno de los pocos que quedan y como tal te digo que el censo no ha bajado mucho; es cierto que hay menos ovejas pero porque hay que adaptar las explotaciones. Con respecto a la trashumancia, es que es una actividad que necesita muchísima mano de obra; antes bajaban por las vías pecuarias desde Villaviciosa hasta Córdoba hasta 50 ganaderías, luego iban hasta la Campiña y ahora solo quedan algunos ganaderos en Villaviciosa, El Vacar y poco más. En veinte años han ido desapareciendo y hemos quedado unos cinco o así y no tardamos más de dos días en cada recorrido; aprovechamos el invierno en las cercanías de Córdoba y el verano llevamos a los animales a pastar los rastrojos de trigo y cereales, girasol de la Campiña, hasta que empieza a llover.

En veinte años han ido desapareciendo y hemos quedado unos cinco o así y no tardamos más de dos días en cada recorrido

Contigo, que mantienes el relevo de la sexta generación, el futuro está asegurado. ¿De casta le viene al galgo?

Es vocación, claro que sí, porque yo he estudiado Biología en la Universidad pero nunca la he ejercido, pero influye haber visto trabajar a mi abuelo y a mi madre, el haber tenido tanto contacto con el campo influye. Pero no te olvides de que aunque a veces la gente de campo se avergüence de serlo en algunos foros, somos empresarios, pequeños, pero empresarios con nuestras obligaciones fiscales que cotizamos y facturamos pero sin echar la persiana a las nueve de la noche porque trabajamos con animales, que necesitan comer y beber los 365 días del año. No hay vacaciones a no ser que mi padre me cubra; esto no es como en otras ganaderías extensivas que tienen su bolsa de ganaderos que pasan a darle al botón del pienso o del agua a tu granja.  

CORDOBA. 12/10/2017. ENTREVISTA AL PASTOR FELIPE MOLINA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

En tu caso, el campo no ha sido por obligación ante la falta de empleo como ocurre en las cuadrillas de vendimiadores donde cada vez son más jóvenes que regresan por la falta de oportunidades.

Está claro que la vuelta al campo siempre ha sido la opción para las criaturas que no han encontrado trabajo de lo suyo y que echan sus peonadas con las aceitunas o las uvas porque no tienen más remedio. Yo es que no he salido nunca de aquí. No es un trabajo con un horario de principio a fin, es un modo de vida. Quienes trabajamos en el campo lo vivimos así; si siembras tomates y viene un año malo no puedes sembrar otra cosa si tu tierra no te lo permite, tienes que adaptar tus materias primas a las estaciones, al clima. Yo no voy a abandonar a mis animales para dedicarme a otra cosa. Jamás.

No es un trabajo con un horario de principio a fin, es un modo de vida

Pero en el siglo XXI, con la rapidez con la que se produce todo y a pesar de tu activismo en redes sociales, será complicado seguir tendencias de ocio por ejemplo.

¡Que la gente de campo no somos unos garrulos! Se saca tiempo para ir a exposiciones, me encantan las apuestas culturales, para ir al cine; que en verano está la cosa más dura de trabajo, pues aprovecho ahora, sobre las siete, cuando ya se acaba el día y las obligaciones del campo. Lo que no voy a hacer es "running" habiéndome levantado a las cinco de la mañana y habiendo trabajado duro durante todo el día.

Detrás de la idea bucólica del pastor, con sus rebaños pastando apaciblemente en la dehesa, hay un tajo duro y una vida de sacrificio importante.

Desde luego, últimamente, como subo muchas fotos en las redes sociales de mis animales, la gente se cree que los trabajadores del campo somos como el abuelo de Heidi. Y ya ves que no es así; madrugones, trabajo físico con los animales, mucho papeleo porque las exigencias sanitarias son interminables y una preocupación continua por aspectos coyunturales que no dependen de ti como el cambio climático.

CORDOBA. 12/10/2017. ENTREVISTA AL PASTOR FELIPE MOLINA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Y en tu caso, además, le añadimos las trasterminancia al menos dos veces al año cuando te desplazas con tus 3.000 ovejas para que pasten en mejores terrenos

En este tipo de trashumancia, mover los animales requiere salir fuera de casa, aunque sea un par de noches, cuando sabes que se pueden alimentar con pienso en las fincas sin que tú tengas que mover ni privar de nada; montar la caseta o alquilar la de las obras, habilitar puntos de agua y corrales para los animales. Esto implica mucho sacrificio, tienes que contratar personal o hacerlo tú mismo. También hay quienes optan por transportar los animales en camiones pero van mucho mejor andando y pastando por el campo aunque tu pases por unos días de polvo y caminata. Pero es que alimentándolos bien así te aseguras que tengan la fuerza suficiente para superar el otoño.

Además, es que si dejas a los animales comer el poco pasto que queda al final te cargas la dehesa que es lo que ocurre en el Valle de Los Pedroches donde se acaba esquilmando el suelo y dejando las encinas repeladas y mordidas sin poder amortiguar los efectos de cualquier enfermedad que llegue o del frío del invierno; además el tapiz del suelo se queda desprotegido.

Entonces, el valor es doble; para los animales y para el campo.

Un animal que pasta a sus anchas y come restrojos de las cosechas está mejor preparado para el invierno; la tierra de tu ganadería descansa, crece, a la vez que limpias las dehesas y los montes por los que pasa el ganado. Es básico pero importante destacarlo.

Un animal que pasta a sus anchas y come restrojos de las cosechas está mejor preparado para el invierno; la tierra de tu ganadería descansa, crece, a la vez que limpias las dehesas.

Una actividad que cuentas como si tal cosa pero que tiene puesto el foco mediático en el que ya conocemos en los medios como "el pastor 2.0"

Qué va, no nos damos cuenta de que todo está inventado; la trashumancia se hacía desde el inicio de la humanidad para recuperar los suelos de pasto para que amortigüen los efectos climáticos, para que no se seque el campo, para preservar el tapiz del suelo; ¿qué pasaría si llegan lluvias torrenciales y el suelo no filtra?

CORDOBA. 12/10/2017. ENTREVISTA AL PASTOR FELIPE MOLINA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Bueno, tal y como está el tiempo, lo mismo estamos en un verano eterno porque el otoño se está resistiendo. En el campo los efectos del calentamiento global se notan muy rápido.

Desde hace cuatro o cinco años tenemos un mes más de verano; el calor comienza en mayo y acaba a final de octubre. No hay equilibrio en el campo, la tierra está seca.

Que traducido resulta...

Se retrasan las parideras de los animales; la naturaleza es sabia y cuando los animales notan la sequía, que no van a poder alimentar a sus crías non paren por mucho que fuerces tener al macho y a la hembra en perfectas condiciones. Este año yo preveo una reducción de hasta un 20 por ciento de corderos por navidad y eso que con la trashumancia se estimulan mucho más porque comen los rastrojos de las cosechas, pastan a sus anchas. Una ganadería intensiva que alimenta con pienso puede ver su producción reducida hasta en un 40 por ciento por el cambio climático.

Pero también es cierto que cada vez se impulsan más iniciativas respetuosas y se promociona el valor de lo natural, del campo. Lo "eco", "bio" sigue en auge con tiendas de productos de cercanías, huertos urbanos en las ciudades.

Vamos a ver; son buenas iniciativas para que el consumidor local tenga acceso a verduras de la huerta y los niños conozcan el proceso pero eso a nivel productivo no incide. Mira, justo vengo de reunirme con agricultores extremeños y coincidimos en la falta de protección de las producciones tradicionales de agricultura y ganadería.

CORDOBA. 12/10/2017. ENTREVISTA AL PASTOR FELIPE MOLINA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Pero si tenéis una PAC con líneas de subsidios, ayudas a la tecnificación. Otros fondos se resintieron con la crisis, pero la PAC ha seguido impulsando el campo.

No me refiero a las ayudas y subvenciones a las grandes fincas, que eso está muy bien, no me voy a meter. Me refiero a las ganaderías y explotaciones pequeñas, que realizan unos esfuerzos enormes por mantener una manera respetuosa por el medio ambiente y por los animales, preservando la tierra, haciendo contrapeso con los efectos del cambio climático, eso no se ve recompensado, apoyado.

Para el consumidor final, ¿en qué se diferencia mi producto con el de una gran granja de producción con animales enjaulados? Si a las autoridades les gusta tanto lo que hacemos que se traduzca en poner en marcha sellos que certifiquen la calidad en los etiquetados y en que los distribuidores, los carniceros y fruteros sepan trasmitir el valor de los productos.

Además de apoyar verdaderamente las vías pecuarias recuperando pilones de agua para que puedan beber los animales, son pequeñas cosas que ayudarían muchísimo y evitarían que acabemos todos montando los animales en camiones para que pasten o alimentándolos con pienso.

Si a las autoridades les gusta tanto lo que hacemos que se traduzca en poner en marcha sellos que certifiquen la calidad en los etiquetados.

Y sobre el 'boom' del turismo rural. ¿Tampoco eso ha beneficiado a agricultores y ganaderos?

¿Han preguntado a la gente del campo? A ganaderos, agricultores, olivareros. Puede que el bar del pueblo y el hotel, que muchas veces ni es de la gente del lugar, sí que vean sus ingresos aumentados pero ¿a mí de qué me sirve si las excursiones al campo van con sus bocatas y sus bebidas de lata? Habría que promocionar ese turismo con el consumo de productos locales para que el turismo rural nos beneficiase a todos. 

A ver, entonces, ¿dónde está la clave? ¿Más ayudas económicas?

No se trata de eso. Desde mi punto de vista, como un ganadero, creo que hay que reconocer más el trabajo de la gente del campo, ¡que no somos el abuelo de Heidi!, que se trata de un trabajo muy duro y sacrificado que requiere de estar pendiente los 365 días del año de tus animales, de tu tierra. Y no hablo de ayudas económicas sino de apoyar mediante el reconocimiento de nuestros productos, el impulso los cultivos y carne local, del conocimiento del campo frente a lo industrial, de los beneficios para el medio ambiente y para tu propio bienestar. 

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Bueno, a ver, también, y ni mucho menos sería cuestión de generalizar, pero en ocasiones la gente de campo es reacia a esa apertura que implica dar a conocer sus productos.

Es cierto que puede permanecer cierta endogamia, que viene quizá de tradición familiar pero te repito, que no somos todos como los garrulos que están en el imaginario colectivo; el campo está ya muy profesionalizado, mis ovejas llevaban microchip mucho antes que los perros domésticos.

Somos capaces porque en el campo hay muchísima sabiduría, jóvenes ganaderos y agricultores formados pero que si que es verdad que muchos de ellos siguen sintiendo cierta vergüenza fuera de su entorno a reconocer y valorar su profesión, algo que me da muchísima rabia porque lo que debemos es de estar orgullosos y trabajar por mejorar porque tenemos en nuestras manos algo tan importante como es la alimentación de las personas.

Porque la leche no viene de la nevera ni el filete de la carnicería.

No sabes la de niños que no han visto una oveja en su vida. Todavía los seres humanos seguimos comiendo, con suerte, tres veces al día y de plásticos todavía no nos alimentamos. El campo es la base de todo.

Una base que no ha sido ajena a la incorporación de los avances tecnológicos que, como todo, han aportado y han perjudicado.

Las tecnologías de la comunicación nos permiten ventajas inimaginables tan solo unos años atrás, tenemos mejor calidad de vida, eso es indiscutible. No olvides que la mecanización, que ahorra costes, amplía rentabilidad económica para las grandes industrias y que tanto nos quejamos de que quita puestos de trabajo, mano de obra, está impulsada por las administraciones en ayudas económicas a la innovación.

CORDOBA. 12/10/2017. ENTREVISTA AL PASTOR FELIPE MOLINA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Felipe, respetando las concepciones o creencias como el veganismo pero sin tomar sus argumentos, tan sólo por lógica aplastante, la manera de producir materias primas animales de manera intensiva se tiene que notar en lo que te llevas a la mesa.

Es imposible que no se note. El estrés del animal hace que la carne se oxide y la leche amargue ya sea por el calor, el ruido del proceso mecánico de producción. ¿Cómo se va a criar igual un animal que come todos los días del campo, del que estás pendiente de lo que ha comido, descansado o bebido? Es una relación que estableces con tu ganadería diariamente. No es lo mismo que darle a un botón y que salga el pienso o el agua.

¿Qué opinas de los argumentos de los animalistas, concretamente, de quienes criminalizan la ingesta de seres vivos?

Respeto todas las maneras de pensar. Sólo digo que los seres vivos somos omnívoros y que todavía plásticos no podemos comer; podemos ingerir más o menos carne o pescado pero como biólogo te digo que el equilibrio es la clave de todo; ni es sano comer solo fruta, ni verdura ni tampoco carne. Te repito que respeto a todo el mundo pero entiendo que sano no es.

Yendo un poco más allá, tradicionalmente, en el mundo rural las matanzas y cacerías tenían pocos detractores que cuestionaran la actividad en si misma tal y como ocurre ahora

Yo soy ganadero, yo vivo de esto. Lo que sí te digo es que yo hago todo lo posible por que el cordero viva lo mejor posible, que se críe sano. Llevo mis animales a un matadero que sé que llevan a cabo el sacrificio lo menos doloroso posible. Pero es que es mi trabajo, de lo que vivo. Sé que ver sangre no gusta, yo no voy matando por la calle, pero recordemos que las chuletas no salen de las carnicerías ni la leche del frigorífico. Tengo amigos que en plataformas y los respeto muchísimo. Yo formo un equipo con mis animales y mi perro es el mejor compañero de trabajo del mundo.

CORDOBA. 12/10/2017. ENTREVISTA AL PASTOR FELIPE MOLINA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Deduzco de lo de ponerle ropita a los perros de casa no será lo tuyo.

Me he criado en el campo rodeado de animales. Pero lo siento, no me cabe en la cabeza que se pretenda que un perro sea una persona. Es que creo que no es sano mentalmente ni para el animal ni para ti. Un turco andaluz o un mastín de 70 kilos necesitan correr, estar al aire libre no en un piso pequeño donde salen dos veces al día cinco minutos. Los animales no necesitan chaquetas ni cortarse el pelo, su propio pelaje crea una capa para amortiguar los efectos del frío y del calor. Y luego me hace gracia cuando me dicen que mi perro tiene sed cuando lo ven corriendo detrás del rebaño; si el perro quiere beber tiene un pilón o un riachuelo cerca al que va cuando quiere.

Lo siento, no me cabe en la cabeza que se pretenda que un perro sea una persona. Es que creo que no es sano mentalmente ni para el animal ni para ti

¿Qué te hace feliz de tu vida en el campo?

La libertad, sin duda; todos los días son diferentes, una experiencia nueva, un parto, el cambio de estaciones, los colores, los olores. Saber que con tu trabajo formas parte del medio ambiente.

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