David Jiménez, de 23 años, es el rostro visible de la Vocalía de Juventud en la Asociación Vecinal La Palomera, del barrio de El Naranjo. Un colectivo que el resto de organizaciones relacionadas con la participación ciudadana ponen de ejemplo y hasta miran con envidia, ya que pueden llegar a ser el relevo generacional que más de uno y una ansían, o, mejor dicho, necesitan como agua de mayo.
Cuando se le planteó hacerle la entrevista David, en su humildad, preguntó la razón. "Yo no soy nadie", dijo, y hasta apuntó a otros colectivos juveniles cordobeses que se mueven desde hace tiempo, como es el caso de Juventud por el Clima. Y es verdad, peo si algo tiene de especial esa Vocalía es que hace barrio, y con ello, hace ciudad. Una Córdoba necesitada de ese tipo de movimiento para que la dinamización por zonas no se pierda y cada una de ellas avance sin perder su idiosincrasia. La Vocalía de Juventud surge, además, en el seno de una Asociación Vecinal con solera (el año pasado cumplió medio siglo de vida), con una vitalidad interesante y con una cantidad ingente de actividades pensadas para la vecindad. Hasta el punto que han vuelto a llenar el centro cívico de vida. Pero no todo lo que se hace allí va dirigido específicamente a la juventud, que pide a gritos lugares y espacios de ocio donde desarrollarse. Por lo pronto, necesitan su instituto como el comer, porque esa juventud tiene que desplazare a otras zonas donde hacen su vida y eso se acaba perdiendo en El Naranjo.
En esta entrevista vamos a conocer un poco más la labor de esta Vocalía y sus necesidades.
Ustedes han conformado en su barrio de El Naranjo un grupo muy dinámico, que bien merece la pena conocer algo más a fondo. ¿Cómo empezó?
La Vocalía Juvenil tiene muchísimos años de historia. Nosotros, lo único que hemos hecho es heredar una cultura de participación juvenil que había en el barrio, que comenzó hace ya muchos años gracias a la JOC, la Juventud Obrera Cristiana, que fue quien impulsó la participación en el barrio. Hubo ya un grupo de jóvenes metidos en la Asociación Vecinal La Palomera, que dieron sus primeros pasos, y luego hubo un barón, debido a que las dos personas que más implicadas estaban tuvieron que marcharse por trabajo a otras ciudades.
Pero, a partir de un compañero, de Miguelo Campa, nació de una reflexión suya ir a limpiar La Palomera, que la tenemos al lado del barrio y lo sentimos como nuestro. Hemos pasado mucho tiempo allí de chicos, también ahora más crecidos. Lo tenemos al lado y es un privilegio para nosotros. Vio que estaba muy, muy sucia y me dijo de ir a limpiarla. Lo hicimos los dos juntos. Había tantísima basura que nos desbordó y se nos ocurrió pedirle al barrio que vinieran a retirar la basura. A partir de ese momento volvió a prenderse la llama de la Vocalía Juvenil.
La gente que fue a limpiar La Palomera no eran sólo jóvenes, ¿no?
Había gente de todas las edades. Desde niños pequeños que venían con los padres a personas mayores del barrio que también dijeron de limpiar.
¿El parón en la Vocalía cuándo fue?
De 2015-2016 a 2018-2019.
Tres año, entonces.
Yo diría que cuatro.
¿Y en todo ese tiempo no hubo nada de actividad juvenil en el barrio?
No. Nada. Uno de los que estaba participando más se marchó a Granada y el otro, a Madrid.
Pero un movimiento no son dos personas. ¿Qué pasó? ¿Los demás se quedaron huérfanos y sin reaccionar?
No sabría responderte a eso. Quizá habría que preguntárselo a los que se fueron. Sé que estaba haciendo cosas y que llevaban a un grupo de jóvenes, y ahora los dos están haciendo su vida y trabajando en otro sitio.
Y el relevo lo ha cogido usted.
Sí.
Pero se apoyará en alguien más, porque hacer esa labor solo no debe ser plato de gusto.
Sí, claro. Empecé con Miguel y a partir de ahí se han ido sumando alguna que otra persona joven más. El año pasado éramos ocho o nueve personas jóvenes del barrio y entro todos pusimos en marcha un montón de cosas. En octubre hicimos La Casa del Terror con temática sobre medio ambiente. Nos planteamos que se podría pasar bien con una Casa del Terror, y, al mismo tiempo, reivindicar una problemática, como es el cambio climático y sus consecuencias.
También hicimos otra recogida de basura, porque ya lo sentimos como algo nuestro, anual y que nos gusta hacerlo, además de que lo consideramos importante. En Carnaval hicimos un teatro reivindicando las necesidades que tenía el barrio. Este verano pusimos en marcha cine de verano, que llevaba un montón de años sin hacerse. Lo hablamos con el polideportivo, nos respondieron que encantados de la vida y ahí montamos el cine para el barrio.
¿Se ve usted continuando dentro del movimiento ciudadano cuando deje de ser joven para llevar la Vocalía?
Sí. Yo por mi parte tengo claro que voy a continuar. Creo que la participación ciudadana es una conquista, un derecho de la ciudadanía y es absolutamente necesario no perderlo. Al final la participación se creó porque había deficiencias y lo que había no era suficiente. Sigue habiéndolas y hay que continuar con esto.
De hecho, yo estudié Educación Social; el trabajo de fin de grado (TFG) lo hice la juventud en los movimientos vecinales y el trabajo de fin de master lo hice la juventud y la participación ciudadana y en septiembre empiezo el doctorado y lo voy a hacer sobre la participación ciudadana de Córdoba (se ríe).
Vamos, que usted todo un teórico en la materia y la lleva bien metida en la sangre.
Es algo que creo muy importante.
¿Qué tienen pensado montar para este año?
Este año es un poco más complicado, porque la precariedad laboral que sufrimos la juventud a veces no nos permite organizarnos bien con la participación. Por ejemplo una de nuestras compañeras está estudiando por las mañanas y trabajando por la tarde, hay otra persona que se ha tenido que ir a Toledo a trabajar; hay otro que tiene jornadas parciales que te matan el día entero... Así que está un poco todo más parado. Queremos ahora retomar la recogida de basura en marzo y mi idea es que a partir de esa actividad poder reactivar un poco la Vocalía. También esperamos que en verano, una fecha en la que estamos todos un poco más liberados, podamos seguir haciendo cosas.
La idea es que la Vocalía de Juventud de El Naranjo no acabe muriendo. ¿Cómo están intentando atraer a más jóvenes para que participen?
En su momento hicimos unos talleres semanales de tiempo, que es algo tradicional en este barrio y a partir de ahí conectamos con más adolescentes que jóvenes. Pero pienso que se conectará de nuevo a través de las acciones que hagamos. Porque las personas que han acabado en la Vocalía ha sido gracias a las acciones que hemos ido haciendo. Por ejemplo, hicimos ping-pong en la Plaza, tras haber pedido los correspondientes permisos, y ahí conectamos con una persona joven; luego con el Castillo del Terror conectamos con dos más. Por tanto, la clave esta en la acción.
Sin embargo, nos hace falta mucha ayuda de las instituciones, porque antes había dinamizadores juveniles, animadores socio-culturales en los barrios, había proyectos destinados a fomentar la participación y todo eso ya se ha perdido.
¿Estamos a cero?
¡Sí, claro! De hecho, en los Presupuestos de este año se ha reducido en Juventud cerca del 11% en comparación al pasado año, que no llega ni al 0,5% del presupuesto total de Córdoba, y en Participación Ciudadana, se ha reducido casi un 8%, no llega ni al 1,5% del Presupuesto. Son recortes excesivos. Además, los proyectos que se llevan a cabo, en Juventud, por ejemplo, son actividades a corto plazo, que está muy bien, que son necesarias y se está apostando bastante, por ejemplo, por el arte, pero con eso generas consumidores y votantes, pero no estás consiguiendo generar ciudadanía.
Yo, sin ir más lejos, soy consecuencia de un proyecto educativo a largo plazo, porque de chico estaba ya la Vocalía y ahí he tenido un acompañamiento de años, y luego con la JOC también de años, en donde se me han trasmitido unos valores de tratar de ser protagonista en la ciudad en la que vivo, de estar empoderado y saber que puedo cambiar las cosas.
Vale, pero, aparte de trabajo, ¿qué necesita ahora la juventud? ¿Qué podía conseguir que alguien se interesara por hacer ciudad?
¡Uf! Yo no soy nadie para hablar en nombre de la juventud (se ríe).
Tiene razón. Acotémoslo a la juventud de su barrio, El Naranjo.
(Tarda un tiempo). La juventud de mi barrio. Yo diría que espacios de ocio para que el barítono se convierta en un lugar dormitorio, como Villarrubia o Encinarejo, donde vas a dormir, pero la vida la haces en otra parte. Creo que eso es importante. Está muy relacionado con la Casa de la Convivencia o el centro cívico, que en pandemia se recortó muchísimo las actividades y poco a poco la Asociación ha estado peleando para que vuelva a cobrar vida y ahora está más lleno de gente que nunca. Entre ellos hay jóvenes, porque tienen la sala de estudio. Y creo que convertir el centro cívico en un espacio en el que la juventud se sienta cercana es muy importante.
¿Por ejemplo, con qué tipo de ocio?
(Vuelve a tomarse su tiempo). Buena pregunta.
¿Conciertos, teatro...? ¿Con qué se les puede llenar el tiempo y llenarles también por dentro?
Personalmente creo que la participación ya de por sí te hace crecer y puede ser hasta divertida. No tiene, ni muchísimo menos, por qué ser un muermo. Con la participación te lo puedes pasar genial, pro para eso tienes que estar abierto a ello (se ríe).
Ahora que ha dicho que vuelve a estar el centro cívico lleno de gente, porque se han movido para que haya actividades, ¿hay algo pensado exclusivamente para la juventud?
No. Ahora mismo, no. Hay actividades, lo que pasa es que no se les ha preguntado a la juventud sobre lo que quiere. Habría que acercarse a ellos. El barrio no tiene instituto y los jóvenes tiene que irse al IES Ángel de Saavedra, en Valdeolleros, o en el Tablero. En ambos institutos tiene que haber gente de El Naranjo, y habría que preguntarles a ellos qué quieren en su barrio.
El barrio suyo va tener instituto, ¿no?
Sí. El proyecto lleva ya años y años, al igual que la piscina pública o el centro de salud, que se supone que va a estar terminado este 2024, aunque no se ha puesto ni una piedra. Pero ahora mismo no hay instituto y los jóvenes hacen vida fuera de su barrio.
El colegio blanco, el público, el CEIP José de la Torre y del Cerro, está ahí aguantando y peleando porque cada vez hay menos niños y hay ese miedo a que lo puedan cerrar.
¿Y esa piscina que ha mencionado tiene ya terreno asignado?
Sí. El proyecto está hecho. Se supone que está firmado y que lo iban a hacer, pero no ha sido así. Hay terreno. Irá ubicado en el espacio que hay entre el Colegio Calasancio y el Polideportivo La Palomera. Hay un espacio gigantesco y vacío y es donde se tenía pensado hacer la piscina.
La piscina sí que sería, por ejemplo, un buen lugar de ocio juvenil.
Por supuesto.
¿Qué otros espacios necesitan desde la juventud? Cine, no, porque hay lo que hay en la ciudad, pero, no sé, ¿quizá un sitio para hacer teatro?
Para hacer teatro...
Sí, no sólo representar, sino crear una obra para el barrio.
En la parte de abajo del centro cívico hay una especie de salida con un escenario, pero un teatro como tal no hay, evidentemente. En el espacio del centro cívico sí se podrían representar obras y pequeños conciertos. Ahora que recuerdo, otra de las demandas que tenemos es que se descentralicen los recursos de la Casa de la Juventud, que está genial, y que se lleven a los barrios, porque un chaval de El Naranjo ya te digo yo que no va a ir hasta la Fuensanta a la Casa de la juventud.
Me esta diciendo que lo suyo sería que hubiera como pequeñas delegaciones de la Casa de la Juventud en los distritos.
Sí, con los servicios que ofrece la Casa de la Juventud.
¿La Vocalía de Juventud de El Naranjo podría servir de inspiración a otras zonas de la ciudad para que se rejuveneciera el movimiento ciudadano? ¿Han contactado ya con gente de otras zonas?
Hace un tiempo emergió la Vocalía de Villarrubia y Encinarejo y me acuerdo que el año pasado hicieron un día de apertura para presentarse y algunos de nosotros fuimos para allá para hablar con ellos y decirles que no estaban solos (se ríe) y que contar con nosotros. Ahora mismo no sé nada de ellos. Sé que siguen y que están haciendo sus cositas y sus actividades, pero no hemos mantenido más contacto. La verdad es que me alegro mucho de que sigan funcionando.
El último proyecto que han puesto en marcha en el barrio ha sido el del recuento de árboles. ¿Ese estudio salió de la Vocalía de Juventud?
Sí. Como ahora empiezan a actualizarse y a hacerse de nuevo los planes de barrio, con las asociaciones vecinales que se presentan al consejo de distrito y todo eso para ver qué se quiere en estos cuatro años de mandato. Uno de ellos era el tema del arbolado y como otros años se mandaba una lista de carencias calle por calle. Nosotros pensamos en dar un pasito más, en darle a eso una vuelta y dijimos "¿y si soñamos barrio? ¿Y si construimos una mejor ciudad donde se pueda vivir?". Porque, o cambiamos este estilo de todo asfalto y coches o llegaremos más fácilmente a los 50 grados en verano y nos lo acabamos cargando todo.
Así que, aparte de decir los árboles que faltan en sus huecos, que en total han salido 92, decidimos contar las calles del barrio sin un solo ejemplar, bien porque son antiguas y no se pensó en árboles en su momento o por cualquier otro motivo, pero en un futuro lo van a pedir urgentemente, eso seguro. Han salido en total 10 calles, que son 2.000 metros, el equivalente a 10 campos de fútbol. Hemos querido relacionarlo con este ejemplo porque es muy visual y es una imagen que impacta más.
Luego están las calles que tienen árboles, pero que luego cuentan con un montón vacías. Por ejemplo, Abad de Rute, que es una calle de 150 metros, tiene todos sus árboles, pero es que son sólo dos (se ríe). Así, unas pocas calles más. Y luego Madres Escolapias, que atraviesa el barrio entero, y sólo tiene 15 ejemplares.
¿Todas las calles son susceptibles de tener árboles?
No sé si en todas las calles podrían plantarse árboles, pero te puedo decir que en la gran mayoría, sí. En alguna que otra a lo mejor hay que decidir si aparcamos el coche en frente de nuestra casa o ponemos árboles, pero en la mayoría se podría.
¿Eso es algo que lo van a decidir ustedes? Quiero decir si el estudio se ha presentado al Ayuntamiento o si lo van a presentar y si tienen intención de pelearlo allí hasta que lo consigan.
Lo hemos presentado al Consejo de Distrito y también el jueves por la mañana fuimos a ver a los grupos municipales a entregarles una copia del estudio a cada uno.
¡Ah! ¿Y han dicho algo al respecto?
Pues la mayoría ya lo habían leído. ¡Mira tú qué bien! Y algunos han adelantado su intención de reunirse con la ciudadanía en El Naranjo y hablar con nosotros. Hay calles, además, que ahora se van a arreglar por parte de Infraestructuras, y las que no tienen ningún árbol habrá que estar allí porque se formará una comisión de seguimiento de obras y pediremos que por favor esta vez sí que los planten.
¿Y han hablado ya con el concejal, Miguel Ruiz Madruga, que siempre ha estado diciendo que los árboles son fundamentales en Córdoba?
Con la asociación vecinal del barrio anunció no hemos quedado. Sé que vino al Consejo de Distrito y allí dijo que todo se había hecho muy mal y que venía en plan salvador a arreglarlo todo. Hasta prometió que iba a poner las luces del aparcamiento en dos meses y aún seguimos esperando por ellas. Desconfío ya un poco.
¿Tienen previsto elaborar más estudios similares al de la arboleda con otras necesidades o carencias del barrio?
No sé si haremos más estudios. A raíz de éste, la Asociación y la Vocalía nos hemos adscrito al Plan de Reforestación de la ciudad, que dinamiza Ecologistas en acción, que de esto sí que saben y ellos piden muchísimos más árboles que nosotros para poder cambiar el curso de la ciudad. No tenemos pensados más estudios, pero es cuestión de darle una vuelta.
