MANUEL PATIÑO OSUNA. LIBRERO

"Desconocemos cómo evolucionan las cosas y quizá en 10 años ya no haya libros electrónicos"

Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA
photo_camera Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA

Manuel Patiño Osuna lleva tanto tiempo haciendo libros que parece que él mismo tenga las manos hechas de papel y cartón y forme ya parte de la historia viva de la edición. En la actual Feria del Libro de Córdoba hay un poco de todo y la editora Depapel pone el toque original y supone el ejemplo más claro de que el libro vuelve a ser un continente bello hasta el punto que deja un tanto desfasado el sentido la canción de 'You can't judge a book by looking at the cover (No puedes juzgar a un libro por su portada)', de The Monkees.

Manuel nació hace 63 años en la calle Cardenal González, en el Horno de San Luis, y de allí prácticamente no se ha movido. "Mis amigos dicen que a mí se me cayó un día un bote de cola en el taller y que allí me quedé pegado para siempre", y "además no me gusta viajar", apunta.

Junto a su tío, Salvador Osuna, montó en 1981 la librería ubicada en la calle de la Feria, El Juglar, y allí comenzó a estudiar Encuadernación, en la Escuela de artes y Oficios. Eso le permitió que al cerrar El Juglar, en 1985, pudiera montar un taller de encuadernación, que ya tiene ya cerca de 40 años.

Pero después de 12 años de encuadernar numerosas tesis doctorales, además de muchos periódicos y fascículos, a la familia Osuna les dio por experimentar y fabricar papel. "De eso hace ya unos 30 años, y a raíz de hacer papel hicimos una exposición, no todavía con el nombre Depapel, en la Biblioteca Municipal en 1996 y todo era a base de objetos de decoración, lámparas y muebles de cartón y papel". Fue bastante llamativa y les afianzó en su idea de continuar por esos derroteros.

El cambio de verdad vino en el año 2000, cuando un amigo de la familia imprimió sobre el papel con una impresora de tinta. "Esa posibilidad, para mí que me he pasado la vida entre libros, me abrió la puerta para editar uno". Y el primero que vio la luz fue "uno sobre Córdoba, en una serie que tiene absolutamente todo de papel; y así estuvimos ya editando libros desde ese año".

Curiosamente, en 2022 se dejaron de fabricar las máquinas con las que podían imprimir ese papel en concreto. Por tanto los que quedan de esa serie son ya los últimos de los últimos. ¿A Manuel le preocupa eso o le hunde en la melancolía? En absoluto. Con los ojos puestos siempre adelante lo tiene claro: "Ahora seguimos probando ya con otras historias". Una forma de pensar muy propia de los supervivientes. Eso, y su sentido del humor. No paró de reírse en toda la entrevista.

Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA
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De dónde saca las ideas para darles forma a sus libros. ¿Se pone a pensar una noche y se le ocurren esas imágenes tan poderosas?

Algunas veces, sí, pero me molesta que sea de noche (se ríe). Llevo toda la vida viendo libros, me encanta el mundo del libro en toda las facetas. Y hace poco en una charla en la Escuela de Artes y Oficios a quienes estudian encuadernación les decía que por qué no. La idea, el concepto que tienen que tener en la cabeza es ¿por qué no? Un libro es un continente, donde lo importante siempre es el contenido, pero el continente puede cambiar. Nosotros hemos hecho libros escritos en una cafetera. De hecho, le editamos a Mertxe Manso una huevera. Tenemos las cajas de pastillas. El continente puede variar, el contenido, insisto, siempre va a ser lo más importante, pero puede cambiar la forma.

Pero su trabajo permite que un libro se le meta por los ojos a más de uno.

Sí, con esta historia de los libros electrónicos, decía alguna vez que los libros, a lo largo de la historia, siempre han sido bellos y se han cuidado y se han utilizado materiales ricos y estaban al alcance de muy poca gente. Luego vino la industria y abarató los costes y todos podíamos llegar a los libros. Se democratizó la lectura. Pero ahora tenemos medios para hacer libros de nuevo bellos, pero sin pasarte de precio. ¿Por qué no recupera la belleza en la forma de los libros? No puedes sustituir los libros electrónicos, evidentemente.

Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA
Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA

No, pero un libro electrónico no 'viste' una estantería de una casa, que no deja de ser también una seña de identidad de sus habitantes.

Yo uso el libro electrónico y tiene sus utilidades a la hora de búsqueda de textos, de palabras concretas en distintos escritores, pero luego el objeto-libro está metido en el subconsciente de todo el mundo.

Hay que estar todo el día dándole vueltas a la cabeza para sacar unos libros completamente diferentes unos de otros. ¿Las ideas son suyas?

Mías. Todas. (Se ríe) es que ahora mismo estoy trabajando solo. Hago la encuadernación, el diseño, la impresión, la maquetación, todo. Les doy forma de carta con sobre y sello, con las de Bécquer desde su celda; de caja de pastillas, una idea que nos surgió en un hospital cuidando a alguien allí. Se trataba de añadir un poco de humor y salió 'Humorpidina. 100 píldoras poético-humorísticas', que fue el primero de la serie.

Se podría decir que el libro que sale de ahí es prácticamente su hijo.

Sí. En algún caso llego a hacer los textos, las ilustraciones, la fotografía...

Incluso la pintura, porque me ha comentado que hay libros aquí pintados a mano en su portada.

Y son todos diferentes, además.

Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA
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Hábleme de la temática de sus libros.

Sobre todo, incluso con limitaciones técnicas al hacerlo todo a mano, cuentos y poesía. Sobre todo, poesía, que es con lo que comenzamos. También arte, de fotografía, temática Córdoba. Hemos publicado bastante sobre Córdoba. Casi siempre mezclándolo. Ahí tenemos uno de citas literarias sobre la ciudad, otro de poemas sobre Córdoba.

¿Se pone en contacto con los autores para pedirles permiso?

No. (Se ríe) no tenemos poder como para pagar unos derechos de autor. Cualquiera que mire los libros verá que son todos autores y autoras cuyos derechos han caducado ya. Hay algunas excepciones, como el de Dulce Chacón, que la conocimos directamente, o Gloria Fuertes, que sí hablamos con la Fundación y llegamos a un acuerdo.

Por ejemplo, tenemos uno de Miguel Hernández que hicimos hace 12 años y no lo pudimos publicar para el centenario porque la familia nos pedía unas condiciones que nosotros no podíamos alcanzar. El pasado 1 de enero caducaron los derechos del poeta y lo hemos podido rescatar, y hemos publicado también un sobre literatura.

Andamos así. Las imágenes, igual. Cuando usamos una imagen son libres de derechos, tanto de pintura como de fotografía.

¿No han hablado con autores actuales?

Sí. Hemos estado como seis o siete años publicando a autores y autoras de Córdoba. Que en muchos casos ha sido su primera obra. Es el caso de Fernando Sánchez Mayo o Pilar Sanabria, pero ya son libros que están descatalogados. A Manuel Gahete también le publicamos. Y luego bastante gente que algunos no han seguido y otros ahí están. Empezamos sobre todo en la colección de 'sobres-literatura' y después a casi todos les hemos publicado también en la colección 'Versos a tornillo'.

Pero esta gente cedía sus derechos y no pedían nada a cambio, ¿no?

En este caso, sí, porque no dejaba de ser la presentación de un poeta que no había publicado nada antes y venden 20 o 30 libros. El acuerdo que teníamos era que se les daba cinco libros, que podía ser más o menos el 10% de la venta que se iban a hacer.

Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA
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Con el trabajo que usted hace se da la circunstancia de que hay obras que son el mismo libro, pero tienen la portada diferente.

Es que son hechos a mano uno a uno y no salen iguales. Los que tienen pintura es a base de una técnico con pintura decorativa que se hace con engrudo de harina, para que te hagas una idea es como la gacha pero sin azúcar, con acuarela. Y es una técnica de llenar todo de pintura con distintos tonos y quitar. Es muy bonita y se ha llamado esa colección 'Harina de otro costal' por el material con que está hecho. Ofrecer que cada libro sea distinto, siendo el mismo, es un añadido de valor más.

También tiene libros que son los últimos de su especie.

Sí, pero eso no me importa. A veces no recuerdo de qué color tenía la tela tal o cual libro. En el fondo qué mas da.

Hombre, lo digo por el trasfondo de melancolía que supone ser el último ejemplar de algo.

Bueno. Esa parte sí que está presente. Lo que ocurre con ese libro en concreto que comentas, ya llevamos año y medio sin poderlo volver a hacer y ya hemos empezado a hacerlo de otro modo. Ahora es con una cartulina industrial pero elaborada a base de hierbas y vamos buscando también materiales industriales que sean bonitos y sostenibles, a ser posible.

¿Cuántos años llevan viniendo a la Feria del Libro?

Al principio, venimos como librería La Luna. Empezamos venir con mi trio, porque era suya la librería. Y empezamos a traer nuestros primeros libros. Hasta el punto de que el primer año teníamos sólo cuatro o cinco títulos (se ríe). Después ya empezamos a venir como Ediciones Depapel hace ya 10 años.

¿Y cómo cree que ha ido la evolución de la Feria en ese tiempo?

Estos dos últimos años parece que van bien y, sin ir mas lejos, el año pasado fue el mejor con diferencia para nosotros, incluso en comparación a antes de la pandemia y es que vinimos con ocho o 10 novedades y la gente se lanzó a comprarlas. Recuerdo que hubo años en los que estuvimos en La Victoria que no funcionó muy bien. Quizá fue por el sitio, porque no hay otra explicación, pero el caso es que allí no funcionaba. En contra, en el Bulevar, que es una lugar natural de paso, viene bastante gente.

Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA
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¿Este año hay también novedades?

Sí. Hemos traído 'Memorias de un chinorri', de Salvador Osuna, que es una preciosidad de libro. Y también un libro de Juan Pérez Cubillo, 'Encrucijada flamenca. El Flamenco en Córdoba (último tercio del s. XIX-primer tercio del s. XX)', y que se presenta en la Feria. Forma parte de una colección que empezó el año pasado, 'Ciudades retratadas', en plan 'Córdoba retratada por...', y es el número 10 de esa colección.

¿Y notan que el público sigue queriendo libros de papel?

Sí, claro. Eso es algo que tengo muy claro. Los de Luque y demás también lo comentan. Es más, tengo la sensación de que ha habido un repunte a raíz de la pandemia. Nosotros, además, hacemos autoediciones, digámoslo así, a base de gente que se encarga 'su' libro, de 10 ejemplares y, se ha dado el caso de un único ejemplar. Y eso en la pandemia de la Covid-19 creció muchísimo entre la gente que ha escrito en esa época, ya fueran sus memorias o sobre un familiar.

¿Y esa gente le dejan a usted libertad absoluta o le marcan unas pautas que seguir sobre el libro que quieren?

Vamos haciendo pruebas, pero sí confían bastante en mí por todo lo que ven que he hecho. Si vienen a mí es porque les gusta mi trabajo. Sale siempre algo más caro, aunque no demasiado más, que ir a una imprenta, lo que pasa es que también tienen la ventaja de que no tienes por qué hacer 500 ejemplares. Optan por una veintena, y si luego necesitan 10 más, se hacen.

Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA
Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA

Estoy pensando, por ejemplo, en lo que ha hecho con las cartas de Bécquer desde su celda. ¿Eso lo piden los autores actuales?

No. Los experimentos no valen para la mayoría,. Se les ofrece alguna cosa o alguna idea, pero no suelen aceptarlo. Quieren un libro. Mertxe Manso, sí, porque ella es editora, además, y le gustó la idea de la huevera. La verdad es que esa idea se había hecho para un regalo. Era un ejemplar único y estábamos buscando con ella una caja-libro, pero no un libro en una caja, sino que la caja fuera el propio libro. Y cuando vio la huevera dijo: "Ésa es mi caja" (se ríe) y se la hicimos.

¿Y la cafetera?

También fue para un regalo. Era para un adolescente que ya empezaba a decir que los libros no le gustaban mucho, después de que todos los años ye le fuera regalando un libro. Así que me dije "vamos a darle un disgusto" y que cuando habrá el paquete aparezca una cafetera (se vuelve a reír). En la parte de abajo, dentro, tenía papel blanco que simulaba el agua, cortado a trocitos. En la zona del café había hojas escritas y también rotas y arriba estaban las hojas sueltas, que eran el libro propiamente dicho sobre Surrealismo para la ocasión, que era lo más adecuado.

Volviendo al asunto de los libros en formato papel. ¿Cree usted que vayan a desaparecer?

Yo creo que no. Hay ahora incluso estudios que indican que la capacidad del cerebro adquiere más conocimiento a través del papel que de una pantalla. Quizá sea así porque cuando nos ponemos delante de una pantalla tendemos a que vaya todo muy deprisa; no sé por qué, pero es así. Hay urgencia, un ansia por ver muchas cosas casi al mismo tiempo. Pero el libro quizá ofrece esa calma, porque vas en realidad a la velocidad que cada uno puede.

Otra cosa es que ahora se estén cuidando mucho los diseños y se busca de nuevo que los libros sean bellos y atractivos. El libro electrónico puede ofrecer otras comodidades y otras historias, pero el ser humano se mueve mucho en base a la belleza y que algo le guste como objeto.

Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA
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Eso funciona con los que ya son adultos y han probado ambas cuestiones. Pero ¿qué pasaría con los más chiquitines?

La Feria lleva varios años en los que se centra mucho en lo infantil. En mi caso no tengo ningún libro infantil, porque soy un gran desconocedor de ese mundo, pero me da la sensación que ese público también consume bastantes libros. Las librerías que conocemos que se han dedicado a eso siguen funcionando.

¿Usted no ha visto nunca a un niño intentar ampliar la imagen de un libro?

No (se ríe).

Yo sí lo he visto. Por eso quiero remarcar la frontera de edad que hay entre los que leen libros aún y los que lo hacen todo en exclusiva a través de pantalla. Y, con sinceridad, desconozco qué va a pasar con esa generación y los productos que todos ustedes venden en la Feria.

La historia es que realmente no sabemos por dónde vamos ahora mismo y cómo evolucionan las cosas. La inteligencia artificial surgió hace seis meses, por decirlo de algún modo, y no se sabe ni siquiera qué aplicaciones puede tener. Y lo mismo se inventan una nueva forma de leer a través de las gafas y el libro electrónico quedaría desfasado. No sé.

Y para elaborar libros también. Se podría aplicar la inteligencia artificial en esto que usted hace.

Bueno, ya he hecho pruebas con fotos (se ríe). Yo no me cierro a nada en cuanto a aprender y seguir mirando cosas, pero otra cuestión bien diferente es como se pueda usar luego esa inteligencia artificial. Es que ya te digo, lo mismo el libro electrónico en 10 años ha dejado de existir, porque se hayan encontrado otras formas de leer.

Una cuestión importante: Cuando usted hace un libro, ¿le tiene que gustar a usted? ¿Se compraría su propio libro? Lo digo porque hay gente que compone canciones o escribe y ni baila sus temas ni lee sus escritos.

Sí, hombre. Tengo que aclarar que con las autoediciones hay cosas que no, pero los que publicamos nosotros como editorial Depapel, sí. Me gustan.

Manuel Patiño Osuna posa para Córdoba Hoy FOTO JM AYALA
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¿Podrían considerarse sus obras como de coleccionista?

Los hay. Hay gente que lo hace. A nosotros, de todos modos, nos han llegado propuestas y he huido un poco del tema, e hacer un número limitado, en lugar de ir reponiendo a medida que se acaban. Es decir sacar 100 ejemplares numerados. Eso entra más en el mundo del coleccionismo, pero me parece absurdo que si la técnica me permite seguir haciendo un libro deje de hacerlo.

La verdad es que, aunque hiciera 50 más, no dejarían de ser únicos.

Es verdad que en algunos casos eso ocurre.Y los hay que ya no se van a poder encontrar. Por eso digo que hay gente que colecciona los libros como elementos de colección, aunque según mi experiencia, el 90% de la gente los compra para regalar.

¿Y le ha dado por escribir alguna vez? Esta pregunta se la suelo hacer también a los músicos que interpretan, pero me acaban diciendo que no componen.

Pues yo tampoco escribo. Hago los típicos retos de pie de foto. No es algo que me llame y, además, no me daría más tiempo para eso (se ríe). En una lista ficticia de los trabajos que yo he hecho en torno al libro a Salvador Osuna le dije hace dos años, que publicó 'Desmesuras', que me faltaba por hacer un prólogo, y a él se lo hice (se ríe), pero fue sólo por completar una lista. Pero, no, no, no. Le tengo bastante respeto a la escritura.

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