Maribel Castilla, nació en 1965 en Ciudad Jardín, cuando las mujeres tenían todavía los niños en sus casas, y ya desde muy pequeña le han encantado las plantas. Es una autentica enamorada del mundo vegetal. Con seis o siete años sembraba con esquejes que le daban las vecinas sus geranios y "todos me salían adelante". Disfrutaba viendo cómo crecían, como le iban naciendo hojas nuevas. Fue paralelo su amor por plantas y animales y en general por la vida y la naturaleza, y ya de adolescente reflexionó en que los seres humanos son también vida y que cuidar a las personas es igual de importante que cuidar el entorno, por lo que decidió hacerse Enfermería.
Tenia, incluso la idea de que si algún día acababa viviendo en el campo, montaría una especie de granja-escuela o algo por el estilo y ser capaz allí de cuidar de las personas que estuvieran algo más aisladas en el agro. Todo eso lo tenía ya de adolescente en la cabeza, lo que pasa es que la realidad suele ir por otros derroteros. Conoció a alguien que tenía la vida hecha en la capital, por lo que se ha terminado quedando en la ciudad, pero muy feliz con su trabajo actual en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
Por lo demás, continúa fiel a sus aficiones: Las salidas al campo y las plantas que tiene en su casa. Que son muchas. Están en un patio y lo que ha estado cuidando en los últimos tiempos son cactus, muy acorde con los veranos tórridos que están viniendo últimamente. "Tengo una colección preciosa" y todos florecen, porque es lo único que aguanta en exterior a pleno sol en verano.
Charlamos un ratito a la sombra de las encinas en pleno centro del Parque de El Patriarca.
¿El Patriarca para usted es como su jardín particular, no?
Sí. Digamos que esto es realmente el jardín y no las macetas en casa. Esto es realmente el jardín. Lo que te da vida, lo que te levanta el ánimo.
Pero antes de que fuera parque, ya era un espacio verde.
Era un bosque, que es lo que a mí me gusta. Yo venía por aquí y me paseaba. Creo que nos pasa mucho a todos los que amamos las plantas. En realidad, lo que nos gusta es la naturaleza, el bosque, el jardín original. Pero no todo el mundo puede desplazarse tanto al campo como quisiera ni mucho menos tener la suerte de contar con un bosque al lado de tu casa, al que puedas ir andando en poco menos de 15 minutos.
Con sinceridad. ¿Cómo le gusta más? ¿Como está ahora o como era antes?
Me gusta natural. Me gusta como estaba, porque no necesitaba estas piedras ni cemento ni ninguna estructura artificial. Esto era una pradera de herbáceas con sus grandes encinas salpicadas. Entiendo que en algún punto determinado sea a lo mejor necesario acometer algo, pero justamente aquí donde estamos, en el corazón del parque, la Plaza central, no sólo yo, sino otros muchos botánicos que están en la Plataforma de Apoyo y Seguimiento a El Patriarca, no lo veían necesario.
Yo creo que en el proyecto de urbanismo en realidad no ha habido ninguna persona trabajando que fuera realmente biólogo o ecólogo. Ha estado el técnico de Jardines, sí, pero personas estudiosas o entendidas de la naturaleza en sí, del bosque como tal, no ha habido nadie que pudiera orientar en ese sentido.
¿En qué lo ha notado?
En que ha quedado como mixto, entre lo que era el bosque y un jardín urbano. Pero esto no es un parque urbano, es un bosque natural y el valor principal es conservarlo con tal, como uno de los encinares más antiguos que tenemos, un bosque relicto de encinas. Y de hecho aquí quedan especies endémicas, incluso de la era en que esto fue un bosque tropical después de haber sido mar, como son enredaderas como la Aristolochia baetica, en las que se reproduce una mariposa preciosa, la Zerynthia rumina, que también quedan colonias en determinados enclaves y uno de ellos es éste.
Y esas cosas merecen ser cuidadas. En caso contrario, con el cambio climático y la subida continua de temperatura también perderemos eso.
¿Tenemos aquí, por tanto, encinas centenarias?
Sí. Y algorrabos y otros árboles de gran porte. Tanto las encinas como esos otros árboles grandes, que tienen más valor, han intentado no tocarlos con la obra. Los demás que eran más de matorral y herbáceas las han intentado compensar poniendo árboles de sombra, almeces y fresnos, y lo que nosotros reclamamos es que lo que se ha plantado para ayudar a regenerar que por lo menos no se deje morir. Que se rieguen. Así de sencillo.
Hay que tener en cuenta que quizá ha sido más lo que se ha quitado que lo que se ha repuesto y por mucho que instales y plantes, si no riegas ni mantienes se pierde. Es una pena y supondría un año entero perdido, aunque nos digan que se van a volver a reponer. Si entra en el contrato de obra o si por las olas de calor los acaban reponiendo sería el próximo invierno y eso ya es un año perdido. La fijación del CO2, que es lo que mitiga el cambio climático, la sombra, el desarrollo del árbol, eso lo has perdido, y al morirse el CO2 se vuelve a liberar a la atmósfera.
De hecho, hay una cantidad importante de plantones que ya son cadáveres.
Muchos. Lo hemos podido ver todos hoy.
(La entrevista se ha realizado el sábado pasado, aprovechando una actividad ambiental en El Patriarca)
Bueno, pero para eso esta usted. Es decir que desde que esto se puso en marcha usted vio que no se estaba regando y se dijo a sí misma que no lo iba a permitir. ¿Fue usted la que inició el riego 'privado' de estas plantas públicas de El Patriarca?
Sí. Empecé yo a regar los plantones y los árboles. Empecé como vecina y usuaria del parque. Yo ni siquiera tenía conocimiento de que existía la Plataforma que estaba recién creada a finales de diciembre. Yo, como era mi lugar habitual de dar paseos y de intentar hacer algo de ejercicio por la salud, o traer a mi madre también para que caminara, vi que habían puesto algo más de cien arbolitos pequeños en el paseo inferior de la zona Sur del parque y que se estaban muriendo porque nadie los regaba.
A la vez que venía a andar ya me traía una mochila y dos bolsas de plástico cargadas con las botellas que era capaz de llevar, con cuatro o cinco botellas en cada bolsa más las de la mochila y los iba regando. La obra estaba todavía haciéndose y quedaba meses por terminar, pero cuando vieron que yo los estaba regando, a la semana siguiente pusieron otros ciento y pico más y a la semana siguiente, otros tantos.
¿Los regaban o no?
No los regaban. Seguían, además, plantándolos en seco sin su primer riego, en un diciembre y enero que hemos tenido que no ha llovido ni una gota.
¿Para qué los plantaban entonces si no los iban a regar en absoluto?
Era el acuerdo al que había llegado Urbanismo con Bosquia, que trabaja para otras empresas que quieren mitigar su huella de carbono, a base de pagar para que les siembren árboles, y se había dado permiso de que en estos terrenos podrían convenir que se sembraran y tiraron para adelante.
Yo, por una parte, estaba encantada de ver que cada vez se ponían más arbolitos, pero no me imaginaba que en ningún momento ellos no se iban a hacer cargo de este riego. Empecé a notarlo como una presión cada vez mayor sobre mí, una responsabilidad de que si yo no los regaba se morían. Lo que yo ya había mantenido vivo dos o tres semanas y hasta un mes más los nuevos que iban poniendo, en el caso de que yo no continuara se secarían.
Hice, incluso, un experimento para comprobarlo. Si una semana sembraban cien o doscientos dejaba de ese rincón uno sin regar a ver qué pasaba y comprobar si realmente como ellos decían eran plantas autóctonas y no necesitaban de cuidados para agarrarse. Como te puedes imaginar, acababa totalmente muerto a los tres o cuatro días.
Pero si de verdad son autóctonas, ¿por qué no han agarrado?
Son plantas pequeñitas, de primera savia, traídas de vivero. Y, aunque sean de especies mediterráneas, con las temperaturas y la sequía que llevamos en este año, si no las riegas de forma periódica y ni siquiera le haces el riego de asiento, del mismo día que la pones, no se agarran.
Es que ni siquiera les echaban agua el primer día. Lo que tú sí haces de forma normal con un geranio cuando lo trasplantas en tu casa. Eso se llama el riego de asiento.
Pues haciendo eso, más que llamarse Bosquia la empresa ésa podría llamarse ''Sequia'...
Ya ves. Ni una gota. El muchacho decía que tenía mucho trabajo, que a él no le pagaban el agua y que no tenía por qué traerla de su casa, como yo sí hacía, y que no le pagaban ni el tiempo de riego ni el agua que precisaba.
Pero usted siguió.
Yo seguí, y además me enteré, precisamente por los medios de comunicación, de que se había constituido la Plataforma de Apoyo y Seguimiento al Patriarca y a través de A Desalambrar, del que yo he formado parte durante muchos años para andar y conocer nuestra Sierra por los caminos públicos, me pusieron en contacto y entré en la Plataforma.
Entré encantada, porque me decían que yo era sus ojos, al ser la vecina más cercana y estar aquí prácticamente a diario, y les podía decir cómo iban avanzando las obras, lo que se estaba haciendo, lo que ponían, lo que iba bien y lo que no iba tan bien, como la falta de riego, hasta el punto de que tuvimos dos reuniones.
¿En la Plataforma le echaban una mano también regando o seguía estando sola en esa labor?
No. En lo del riego lo he llevado más sola, porque soy la que vivo más cerca para cargar con el agua y, además, cada persona tiene su opinión. La mayoría de los que están en la Plataforma piensan que eso tiene que ser responsabilidad desde el primer momento del Ayuntamiento y del que diseña la reforestación o quien elabora el plan de caminos y planta los árboles grandes en los márgenes o quien se pone a aplicar la idea de la UCO de construir las 30 islas de reforestación y le dicen que debería de haber una cuba de agua en cada una de ellas y luego no las instalan.
Es difícil que un particular traiga desde su casa tantos y tantos litros de agua para tantas y tantas plantas.
Entiendo que tienen su razón al pensar eso, pero si alguien no riega, en este caso usted, las plantas desaparecen. Es como quejarse y lavarse las manos al mismo tiempo. Por eso le pregunto a las claras: ¿Si usted no hubiera estado ahí se hubieran muerto las plantas?
Absolutamente todas las que plantaron. No quedaría ya ni una a día de hoy. Tardaban ni una semana en secarse. Es más, algunas se murieron porque tardé en darme cuenta en que habían sembrado en un rincón nuevo. Si tardaba en darme cuenta más de tres días ya llegaba tarde a hacerle el primero riego y la mitad ya estaba muertas.
¿Cuánto hubieran aguantado con ese primer riego del que habla?
Por entonces, que no era el calor de ahora, si se le hacía el primer riego llegaban a aguantar hasta 10 días. Me llegaban a decir que los traían mojados del vivero. Muy bien, pero es que se tiraban toda la mañana plantando, los sacaban con la raíz al sol y al llegar los últimos estaban ya totalmente secos. Los únicos que plantaban con algo de humedad era la primera docena.
El riego de asiento es necesario para que la tierra que trae del vivero se una a la que le echas encima y sin que queden bolsas de aire que daña y mata la raíz o genera hongos. El riego de asiento es importante para varias funciones. Por eso cuando sembramos en casa aplastamos bien la tierra y al echar el agua sale el último aire que pueda haber y se quedan unidas las tierras.
¿Cuándo empezó a conseguir que otras personas le ayudaran en su tarea de regar en El Patriarca?
Los primeros que conseguí que vinieran fue mi propia familia. Mi marido y mi hermana, y también un compañero que estaba en la Plataforma que se solidarizó conmigo porque igualmente es enfermero, José Ramírez, y encantada con esa ayuda. Ya tenía algo más de esperanza y veía que no estaba sola. Importante por si tenía que faltar más de una semana, sabía que había alguien más que se encargaba de regar y que las plantas aguantarían.
La Plataforma desde el principio me ha ayudado en el hecho de insistir al Ayuntamiento de que el riego y el mantenimiento es de carácter municipal y mientras la obra se desarrollaba tendría que haber sido responsabilidad de los encargados de la actuación. La obra ha durado meses y no puede ser que siembren árboles grandes en marzo y si la obra no se ha entregado hasta junio pasado, no se haya hecho ni un sólo riego.
Eso significa que también ha tenido que regar los árboles grandes.
También, porque es que ellos han regado un mínimo.
¿Sadeco o los del Área de Parques y Jardines no se han pasado por aquí aún?
Yo no he visto que le hayan dado la responsabilidad a ningún área municipal. Ni a Parques y Jardines ni a ninguna subcontrata. He visto en la plaza central del parque que se ha regado alguna vez en este punto con cubas y camiones por parte de los propios encargados de la obra. Es la verdad y hay que decirlo. Pero creo que yo los he regado más veces que ellos.
Los árboles de la linde Sur, que son los que estaban más dejados y sin ningún riego, la convocatoria que hicimos de cadena humana para el riego el pasado día 9 de julio parece que llamó la atención en el Ayuntamiento y mandaron regarlos el viernes, día 8, por la mañana.
¿Un día antes de la cadena humana?
Un día antes justo se regaron los árboles grandes del paseo inferior del parque. Para nosotros los colectivos que estábamos allí fue una auténtica alegría, porque de ese modo, todo el agua que llevábamos la pudimos emplear en los 1.800 plantones que estaban tan necesitados o más de agua que los grandes.
Ahora que lo ha mencionado, ¿qué colectivos participan en estas iniciativas?
Nos acompañan muchos colectivos diferentes. Desde la propia Plataforma de Apoyo y Seguimiento al Patriarca hasta la Red de Medio Ambiente de IU, que es algo abierto y puede entrar cualquier persona amante de la naturaleza esté o no afiliada a ese partido o sea o no simpatizante, porque es una red que se dedica a la acción directa ambiental. Hay también muchos voluntarios que están salvando los vencejos, los aviones y otros pájaros que se caen por el calor. Ten en cuenta que cualquier cosa de urgencia ambiental que detectemos en la ciudad intentamos colaborar.
Está también Pacma, Ecologistas en Acción, personas individuales, grupos de vecinos que lo van difundiendo en sus redes sociales y pensamos seguir haciéndolo. Mientras no haya un riego regular por parte del Ayuntamiento, vamos a intentar seguir salvando el máximo número de plantas.
Una cuestión importante. ¿De dónde traen el agua?
Ahora mismo la traemos principalmente de nuestros domicilios. Hay una persona encantadora, Carlos, que también salva y cría los vencejos caídos del nido, que viene desde Cabra y nos trae agua de aquellas fuentes, que ya tiene mérito con la de kilómetros que tiene que hacer con la camioneta cargada de garrafas y botellas rellenadas allí a fin de que el agua no tenga cloro y dañe menos las plantas.
No me malinterprete con la pregunta, pero tienen que estar usando ustedes agua potable para regar.
Hombre, yo la traigo de mi casa porque yo no tengo otra opción.
Lo entiendo.
Y para empezar, en el propio parque no tienes ni siquiera una fuente para que te puedas aliviar la sed después de las dos o tras horas que estamos al sol regando. No tenemos agua ni para nosotros beber de una fuente aquí y mucho menos agua en cantidad para perolistas o senderistas o para rellenar las botellas.
Y ya que tienen que hacerlo ustedes, ¿han pedido, al menos, a alguien que les facilite el acceso al agua de pozo para no tener que usar agua potable en esta tarea tan necesaria en época de sequía como la que estamos?
Los pozos que hay en la zona central del parque creo que son de agua de Emacsa. Solamente han utilizado un pozo aquí para sacar unos tubitos de riego por goteo y regar una docena de árboles del paseo central y también para hacer un bebedero de pájaros, que está muy bien pero es insuficiente en comparación a todos los árboles que se han instalado. Es una cantidad muy pequeña lo que salva y que está pensado de cara a los vecinos de entrada de El Patriarca o para poder hacerse la foto los políticos.
A nosotros lo que nos interesa es que se salve un numero importante, una masa arbórea que sea significativa para la regeneración del bosque.
Personalmente, creo que lo importante es salvaguardar ambas cuestiones: El bosque y el agua potable, que no abunda. Hay agua, de hecho, que se puede usar para riego que no es potable y me refería a eso precisamente cuando le he preguntado si han contactado con alguien para que les facilitaran cubas para riego no potable.
Conforme se estaban terminando la obra pedí a la empresa que de las cubas que estaban utilizando para el baldeo de los caminos que me dejaran algunas para que las pudiéramos usar en nuestro riego. El jefe de obra me dio incluso permiso para rellenar las botellas que estaba utilizando para que no volviera a casa a por más agua. Yo les comenté la idea de que si estaban con poco personal o esto se iba a quedar sin riego durante el verano nos dejaran a los voluntarios dos o tres cubas de agua distribuidas a lo largo del camino inferior, que es donde ellos no han regado prácticamente nada, porque nos iban a venir muy bien.
Una cuba de ésas tiene muchos litros y te puede durar semanas, y nos hubiera permitido salvar todos los plantones pequeños.
¿Qué pasó con esa idea?
Que no me las dejaron. Cuando terminaron la obra se llevaron todo el material e incluso les facilité mi teléfono por si el técnico que había llevado todo lo de la arboleda me quisiera llamar para llegar a un acuerdo de algún tipo, pero tampoco me llamó.
¿Y con Emacsa?
Si Emacsa directamente ni siquiera ha facilitado la fuente para que las personas beban, que en principio iba a ir una y nosotros pedíamos dos, de lo del riego olvídate.
¿Dónde iban a ir esas fuentes?
La que estaba prevista iba a instalarse en esta parte superior central del parque, porque aquí hay una zona también de olivos que se consideraba en el estudio que hizo la Universidad de Córdoba de El Patriarca que estaba un poco más degradada, por lo que podría convertirse en el área útil para dejarla para los perolistas. Y cuando la obra comenzó en el primer encuentro se nos comentó que el punto de agua iría por aquí, por esta zona.
Hablamos de agua potable, ¿no?
Sí, para que bebieran los paseantes.
¿Y la otra fuente?
Es la que pedíamos nosotros. La queríamos abajo, porque por allí entra muchísima gente y también se juntan muchos perolistas y muchos campistas que demandan tener un punto de agua. Además los que salen por allí también se van de aquí con bastante necesidad de agua en el cuerpo.
Pero, en fin, al final no se ha puesto ninguna, porque, por lo visto, pedía Emacsa muchos requisitos o quizá salía más económico que lo pusiera directamente la empresa pública. En cualquier caso, yo no veo justo que nos dejan todo el peso y la reivindicación sobre los hombros de los ciudadanos y ciudadanas. Si nosotros no lo peleamos y lo reclamamos nos quedamos sin fuente.
Para nosotros eso implica que hay una falta de coordinación entre las distintas áreas del Ayuntamiento. Si tú realizas una intervención tan importante con una fuerte inversión de dinero público y que ha venido de fondos de la Unión Europea (UE) no puedes dejar las más de 60 hectáreas del parque sin un punto de agua y ahora decir "que protesten los ciudadanos a ver si así lo consiguen". Igual que has planteado hacer el circuito para las personas de movilidad reducida, que son personas que tienen mucha más necesidad de agua, que vienen ancianos a caminar y el ejemplo es mi madre que con 93 años es capaz de andar un tramo de éstos, pero son personas que se deshidratan, no beben y esto tiene varios kilómetros y sería muy adecuado un punto de agua. para beber.
¿Hay visos de que haya solución? Es que a este paso les veo a los voluntarios echando agua para los restos.
Espero que no. Es un trabajo muy arduo y todos y todas tenemos ya nuestro propio trabajo. De hecho, pagamos al Ayuntamiento para que cada cual haga su trabajo. Yo ya tengo el mío en el Hospital. Puedo realizar una ayuda temporal, pero esperamos que esto se solucione.
Tengo entendido que hay ciertos problemillas con la parte privada que linda con este espacio público...
Es que me llevé un disgusto grande cuando vi que habían vuelto a meter el tractor, que tienen todo el derecho del mundo a meterlo en su parcela y a sembrar lo que quieran, pero no a tirar los plantones que había y a meterse en la linde del parque. Los plantones son los que actúan de linde entre los privado y lo público y nos han eliminado bastantes plantas con el tractor a lo largo de todo el límite Sur.
¿Se han 'comido' los girasoles que hay plantados en esa finca privada parte del parque público?
Lo que sé es que desaparecieron unos cuantos plantones. Bastantes. A posteriori se colocaron unos mojones blancos con las siglas de la Gerencia de Urbanismo, que se han ubicado unos centímetros por detrás de la linde de los plantones. Pensamos que se han puesto en número insuficiente y muy separados unos de otros, al punto que no se ven los siguientes desde algunos de esos mojones y el tractor cuando vuelva a arar o a recoger los girasoles que ahora están secos y sin semillas posiblemente vuelva a dañar otros pocos de plantones.
Hasta el límite es terreno urbanizable, es muy caro y no queremos que se nos coma ni un milímetro de lo que es público y de lo que en su día se expropió, porque debe de respetarse. Pero no sólo porque sea público, sino por respeto y sensibilidad con la vida, los árboles y los vecinos que disfrutan de ellos y que los regamos.
(Por uno de los senderos baja un grupo de ciclistas a cierta velocidad)
¿Eso está permitido aquí?
En principio pueden circular por ahí. Los carteles que están puestos para indicar los usos de cada camino están vacíos. Y si no te encuentras cartel de información medioambiental y educativa de que el peatón lleva la preferencia o que está prohibido circular a más de determinada velocidad pueden seguir haciéndolo.
Acaban de atravesar, de hecho, y a esa velocidad un sendero de movilidad reducida. Hay también personas que entran desde la Cuesta del Reventón o de más arriba con caballos, y los hay que van al paso con cuidado y hay otras que ponen al animal al galope y están dañando con ello el firme del circuito de movilidad reducida.
Por lo que comenta, el Parque de El Patriarca también se usa como paso para subir hasta las Ermitas.
Sí. La gente que anda bastante lo hace. Yo misma he subido desde mi casa hasta el Cristo. Es factible hacerlo y para quienes les gusta el senderismo no es ninguna barbaridad. Es una ruta bonita. Más bonita en otoño, porque está más fresco, y por eso necesitamos que no se pierda nada de arboleda aquí.
Eso me recuerda que cuando estábamos subiendo hasta aquí desde abajo se ha notado de golpe una bajada de temperatura.
Unos cuantos grados, sí. En cuanto hemos salido del final de Camino de El Patriarca y hemos subido unos metros, estamos aquí mucho más frescos que abajo, casi al mediodía ya. Corre la brisa y es por efecto de los árboles, hay que dejarlo claro. Los árboles crean un microclima que tiene ese efecto y ése es el valor de mantener el bosque vivo, que hoy en día se hace imprescindible para mitigar el cambio climático. De hecho, el Ayuntamiento está trabajando en aplicar medidas, que son obligatorias ya para todas las ciudades, de mitigación de cambio climático.
Pues sólo me resta darle las gracias.
Al contrario, a ti por haber estado hoy aquí.
No, no. Le doy las gracias como ciudadano por la labor que está haciendo, no como periodista por permitirme hacerle la entrevista. Es muy de agradecer ver de primera mano el efecto que tiene ese mimo y cuidado de las plantas.
(Sonríe) Yo le doy las gracias a todos los compañeros y compañeras y amigos y amigas, conocidos y desconocidos que han venido a esta segunda cadena del agua para ayudar a regar, por lo que tú dices, porque esto lo vamos a disfrutar todos. Árbol que quede vivo, árbol que vamos a disfrutar cada vez que pasemos caminando o en bicicleta o vengamos con nuestros niños aquí.
