HERMENEGILDA MORENO. PRESIDENTA DE APLICO Y PROPIETARIA DE LIBRERÍA TÍTERE

"Creemos que el problema lo tenemos en la librería de enfrente, pero nuestro enemigo es otro"

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photo_camera Hermenegilda Moreno, presidente de APLICO

La presidenta de Aplico lleva gran parte de su vida entre libros. Pionera en el negocio de la literatura infantil y los juegos educativos,  que ahora pueblan todos las tiendas vinculadas con los más pequeños, en Córdoba, Hermenegilda Moreno ha sabido dejar su propia huella en un gremio en el que no es fácil mantenerse a flote.

En plenos preparativos de la 43 Feria del Libro (la entrevista se hace dos días antes de su inauguración) la propietaria de Títere bucea en los motivos que le movieron a montar su propio comercio (hace 26 años), en los principales problemas del sector y en todo aquello que los libros han aportado a su vida.

Y para terminar la historia con un final feliz, invita a todos los lectores a participar en la 43 edición de la Feria del Libro, que permanecerá hasta el próximo domingo en el Bulevar Gran Capitán, insistiendo en que es el resultado del esfuerzo global  y, sobre todo, una gran fiesta de la cultura.

- ¿Cómo llegó a ser librera, fue algo premeditado o casual?

Con quince años en vez de seguir estudiando tuve que trabajar y tuve también la gran suerte de entrar en una papelería librería del Sector Sur. Allí vieron que me gustaba el tema y me llevaron a librería Góngora (que ya no existe), y aquello fue mi sueño absoluto, descubrí que aquella era mi historia, aunque no la hubiera elegido yo. A partir de ahí empecé a leer, a conectar con toda la gente de la Facultad de Filosofía y Letras, todo era un aprendizaje continuo y luego, al cabo de los años, decidí montar mi propio negocio. Al hacerlo,  opté porque fuera solo infantil, porque justo cuando yo empecé a trabajar no podíamos pensar que la literatura para los más pequeños llegara a este  momento y significara tanto. Opté por una literatura diferente y un tipo de juego también diferente.

- ¿Desde el principio mantuvo la actual ubicación en Reyes Católicos?

No, cogí el primer local en la Calle Conde Cárdenas, en una esquinita, era muy pequeño y solo ofrecía  juegos y material escolar, esa fue la primera idea. Pero a mí la gente me conocía por el mundo del libro y llegó un momento que me pedían continuamente libros y pensé que había que cambiar la historia y buscar un local más amplio con el fin de combinar las dos cosas.

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- ¿Por qué al principio no quería libros?

Porque sabía que era muy complicado, el libro tiene muy poco margen, no es que sea una buena empresaria, pero sí es verdad que el tema lúdico podía resultar mucho más fácil. Tuve suerte de que en aquel momento no había mucha gente dedicándose a esto en Córdoba y, en ese sentido, me hice con una clientela magnífica, que aún hoy vienen como abuelas y abuelos.  Aquello que fui aportando y descubriendo era nuevo y fantástico para todo el mundo.

- ¿Cómo ha evolucionado el sector en este tiempo?

En el tema de lectura, indudablemente, estamos mucho mejor que hace años. Aunque nos quejemos del electrónico, hay una diferencia enorme, muchísimos más críos y crías que tienen acceso a la lectura. Últimamente hay un montón de editoriales, conducidas por mujeres curiosamente,   que están sacando maravillas, casi todas en álbum infantil.

- ¿Cómo cambió el trabajar en una librería su relación con los libros?

Cuando yo monté la tienda apenas leía literatura infantil, porque tenemos esos prejuicios de que esa literatura es solo para niños, y ahora, sin embargo, es lo que más leo, entre otras cosas, porque me gusta recomendar a mis clientes sobre los libros que van a comprar.

Hay que estar en la calle porque tenemos que decirle a la gente que existimos

- ¿Cuál es su género favorito?

Para mí el cuento es clave y fundamental para empezar a leer, porque te permite en un texto muy cortito todo un mundo. La buena literatura infantil no es diferente de la de adultos, hay libros que los hemos calificado de literatura infantil y no entiendo por qué ya que es literatura en mayúsculas. También me gusta la poesía y coincido con quienes consideran que es fundamental en el inicio como enganche a la lectura, seguramente por su ritmo y la musiquilla, creo que es una buena base y un arma magnífica para engancharlos.

- ¿Es tan difícil el negocio de librero como se piensa?

Sí, estamos en malos tiempos pero porque la sociedad es así.  los libros no se consumen como cualquier otro producto, entonces estamos en crisis permanentemente.  Los libros tienen muy poco margen, con lo cual no podemos defendernos, y si a eso le unes que son algo de lo que prescindimos cuando decimos que no tenemos para otra cosa y que se ha decidido que debe ser gratis, que no se respeta el trabajo del escritor o del editor…

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- En ese sentido, ¿quizás les haya más hecho más daño el  libro electrónico, no?

Los lectores dicen tengo las casas llenas de libros y además tienen soporte electrónico porque se lo han regalado. Como devoradores de libros, siguen usando papel, y dónde más leen es en papel, el soporte electrónico lo utilizan para los viajes, no creo que sea lo que más nos perjudica.

- ¿Cuándo llegó a la presidencia de la Asociación de Papelería y Librerías de Córdoba (APLICO)?

  • Hace dos años

- Desde este cargo, ¿cuál cree que es el principal problema del sector ahora?

Que no tenemos unión. Sigo intentándolo pero probablemente por aburrida no tarde mucho en desistir. Desde el principio, mi única intención era hacer asociación porque es básico y fundamental para plantearnos cosas. Para eso se necesita un grupo de gente y no tres o cuatro personas, yo entiendo el asociacionismo como todos peleando por lo mismo, si no  ¿qué sentido tiene? ¿a quién represento yo si no hay un grupo? Eso es lo que no he conseguido hasta ahora, cuando llega el libro de texto, que es lo que más le preocupa, convocas y va más gente, pero cuando dices de hablar de libro estrictamente, que yo creo que es el problema de fondo más serio, no hay tanta respuesta. Tenemos que ver qué podemos hacer con nuestros barrios, nuestras escuelas, nuestras asociaciones de vecinos, porque estamos integrados en la vida del barrio. Eso era lo que yo pretendía y lo que pretendo, todavía no he tirado la toalla.

Como devoradores de libros, siguen usando papel, el soporte electrónico lo utilizan para los viajes

- ¿Hay mucha competencia entre comercios o no se trata de eso?

Sí, ese es el problema, que creemos que el problema que tenemos es la librería de enfrente, pero ese no es. A todos los llamo compañeros, desde Miguel que está un poco más arriba, y con quien tengo una relación maravillosa y le tengo mucho cariño, hasta Luque o cualquiera, son mis compañeros. Nuestro enemigo está fuera de eso y si no lo vemos mal apaño tenemos: las editoriales que venden directamente a los centros; los distribuidores que venden incluso directamente a asociaciones de padres…ese es nuestro problema

- ¿Por qué siempre la problemática que más se oye es la del  libro de texto entonces?

Sí, yo no entiendo que haya tanto revuelo, incluso por parte de los otros compañeros porque el libro de texto ya no tiene margen desde que empezó el tema del cheque libro, que encima lo cobramos cuando lo cobramos. El margen, que ya era ridículo con todo el trabajo que conlleva, de un 25, se ha ido reduciendo y ahora está entre un 15 y un 18 por ciento, si compras directamente a la editorial, porque si compras a un distribuidor hay aún menos margen. Antes  lo hemos defendido porque tenías los productos de papelería con un poco de más margen, pero la papelería ya no nos la compran, ahora se compra en las grandes superficies o en los ‘chinos’ y es verdad que era un buen empujón. Creo que hay un problema serio y es que no entra nadie a comprar un libro, ese es el problema de las librerías. Se decidió que no se recomendaban libros en los centros, ahora parece que está cambiando un poco esto, pero esto convirtió a las librerías en espacios vacíos por la tarde, cuando antes eran espacios llenos de gente.

La Feria del libro es un motivo de alegría para el librero, una fiesta

- Acaba de inaugurarse la 43 edición de la Feria del Libro, ¿qué supone esta cita para un librero?

Es un momento de alegría para el librero, porque es una fiesta. Sales a la calle, el ambiente es distinto, a la gente le gusta ir y encontrarse con los autores, incluso, a nosotros, aunque acabemos de vernos hace dos días,  llegan y te saludan como si estuviéramos de fiesta. Esto es importante, además, porque hay muchas personas que a lo mejor el resto del año no va a una librería. Hay personas mayores que te dicen, el libro que me compré el año pasado…y siempre se me viene la pregunta ¿y durante el año ha comprado usted alguno más? Lo que pasa es que te da un poco de cosa preguntarle (risas). Creo que tenemos que estar ahí, decir que estamos y existimos. Este año vienen cinco librerías de barrios distintos y para mí es una alegría. Conforme veían que iban entrando las solicitudes estaba contentísima. Ves, ahí en eso, sí lo he conseguido el concienciar que hay que estar ahí, en la calle, tenemos que decirle a la gente que existimos, a lo mejor con más tiempo se van consiguiendo más cosas en la asociación.

- ¿Supone un  porcentaje importante de las ventas del resto del año?

En Córdoba no tanto, se vende muchísimo más que si estás aquí en la librería, con diferencia, pero no para volvernos locos. Sobre todo por la tarde hay mucha gente que va a mirar y normalmente si  vas a mirar al final algo compras.

- ¿Qué destacaría de esta edición de la Feria del libro?

Destacaría fundamentalmente la incorporación de librerías de nuestra ciudad, que me parece fantástico que hayan decidido participar y arriesgar, porque es complicado, al menos dos meses de trabajo para prepararlo requiere .

Hermenegilda Moreno

- ¿Y a nivel de programación?

Viene Sara Mesa, Luis García Montero, Víctor del Árbol, Jordi Gracia, que da el pregón de la Feria, con el tema Cervantes, es un buen programa y a nivel de infantil este año se ha reforzado mucho. Siempre lo hemos cuidado pero este año además hay bastantes más talleres y actividades dedicadas todas las tardes a los niños y los fines de semana.  El último sábado hay una tarde dedicada a Roald Dahl, que se oye menos porque es literatura infantil, pero por el centenario, que tampoco entiendes que esté clasificado de niños, es un autor importante, y perfectamente, sus libros, pueden empezar a leerse a partir de seis o siete años, es fantasía y magia pura.

- ¿Si tuviera que recomendar un libro a los lectores de esta entrevista cuál le recomendaría?

‘Cuentos en verso para niños perversos’ de Roal Dahl.

Los libros no se consumen como cualquier otro producto, por eso estamos en crisis continuamente

- ¿Qué puede aportar la lectura?

Hablo desde mi perspectiva, para mí ha sido importantísimo, yo no tenía la opción de recorrer la mitad del mundo que he recorrido a través de los libros; ni la capacidad de entender historias que jamás me han ocurrido, si no hubiera sido a través de un libro; o de conocer a gente fantástica, si no hubiera leído. Y además otra cosa que siempre digo, ¿por qué no leer…? Aunque no sirva para nada, si me lo paso bien, porque no hacerlo. Por ejemplo, el último libro de Javier Fernández, ‘Canal’,  con este libro he llorado y es un libro precioso, produce dolor, pero termina y dices, es un libro muy bonito, precioso, que te hace sentir. El poder vivir otra vida con la lectura, eso es impagable. 

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