Un adiós previsible

Otro movimiento de equipo desolado. Propio de equipo en crisis, el club blanquiverde anunció el final de su relación con la dirección deportiva. Cada vez más señalada, más cuestionada, más expuesta en el huracán de la crítica de hambre atroz de la ruina global que azota al Córdoba CF y a la que, desde la máxima jerarquía, se le intenta poner mesura.

Emilio Vega, el director deportivo, el encargado de construir junto a José Luis Oltra un equipo capaz de regresar a la élite, fue engullido. Fulminado como lo fuera, hace casi tres meses, el técnico valenciano. Con muy pocas palabras, éstas: "el Córdoba C.F. ha comunicado en el día de hoy a la dirección deportiva la finalización de la vinculación contractual entre ambas partes.

El Club les desea la mayor de las suertes en su futuro profesional y les agradece el tiempo que han estado ligados a la entidad blanquiverde", expuestas en forma de escueto comunicado en la web cordobesista. Justo cuando el equipo, en la jornada 27, encadena dos semanas consecutivas en los puestos de descenso y espera la cuarta visita de la temporada de la AD Alcorcón a El Arcángel. Justo terminado el mercado de invierno que dejó a Javi Lara, Sergio Aguza (como contrapunto a la inesperada salida de Borja) y Bíttolo. Y una vez concretado y asumido el objetivo real (el opuesto al de inicio): la permanencia. A un punto de la salvación y a dos del colista.

Intento para calmar el ambiente 

El manchego, con contrato en vigor hasta el 30 de junio, cumplió su segundo ciclo en la dirección de la entidad blanquiverde, a la que llegó en el verano de 2015. En su primera etapa, del año 2006 a 2009, el equipo ascendió a la categoría de Plata en Huesca (2007).

En esta segunda, el equipo califa peleó el ascenso a la máxima categoría la anterior temporada; y en la que nos ocupa, la de su marcha, suya fue la apuesta de Luis Carrión para el banquillo tras el cese de Oltra, y contribuyó a una política deportiva fallida; en la que la liquidez no era el problema a la hora de traer refuerzos, versión apoyada también por los máximos dirigentes de cara a la opinión pública. Que había total libertad para fichar. Pero que los resultados, rendimiento y confección de la plantilla, le ha costado el puesto.

Emilio llegó a Córdoba procedente de Elche y con él, su hombre de confianza, Keke Durán. El secretario técnico cumplió labor en el filial, elaboró el equipo que ascendió a Segunda B. Su despido, en bloque de la alta dirección, es la primera decisión de calado importante de Alejandro González, el nuevo presidente, en el ámbito deportivo.

Destinada a calmar los ánimos y tranquilidad en un cordobesismo que pedía su marcha. Y en vista al partido trascendente ante la AD Alcorcón; con el club en plena campaña para llenar El Arcángel y de reunión con el principal movimiento peñístico.