¿Qué es el salvamento y socorrismo acuático?

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Como se suele decir, el agua puede llegar a ser un enemigo muy peligroso, especialmente, si no se controla bien. Aquí se pueden dar accidentes inesperados y por este motivo, se vuelve de vital importancia contar con un experto en la materia que ayuda en cualquiera de estas situaciones.

 

Llega la época veraniega y con ella, las altas temperaturas. Es época en la que las personas se van a la playa, a la piscina y se dan innumerables baños para combatir el calor. En cualquier caso, siempre es conveniente contar con una persona experta para que, en el caso de que haya un incidente, se pueda solventar de la manera más segura.

Es precisamente aquí donde cobran protagonismo los socorristas, como personas especializadas en lo acuático, que cuentan con los conocimientos y herramientas suficientes para salvar a las personas. En este sentido, para poder desarrollar esta actividad, es esencial hacer un curso de socorrismo o bien, de salvamento y socorrismo acuático.

Este término designa a un deporte donde las personas deben demostrar sus habilidades de rescate en instalaciones acuáticas o espacios acuáticos naturales y por supuesto, poner en práctica los primeros auxilios a los accidentados.

¿En qué consiste el salvamento acuático?

Como se ha mencionado, se trata de una actividad cuyo principal objetivo es rescatar a las personas que están en peligro dentro de un medio acuático y por tanto, el encargado de hacerlo, debe contar con las habilidades, reglas, conocimientos y destrezas necesarias para ello. De ahí que sea tan importante realizar un curso de socorrista Málaga o en cualquier otra ciudad, porque es un tipo de formación perfectamente homologada que permite adquirir todos estos conocimientos y ponerlos en práctica.

Algunas de las situaciones que se aprenden a manejar en este tipo de cursos son saber localizar a una víctima que está en peligro de ahogarse; llegar a tiempo a puntos peligrosos; o visualizar el contexto en el que está el medio acuático en cada momento.

¿Cuáles son las técnicas básicas de salvamento acuático?

De entre las técnicas básicas de salvamento acuático hay que destacar tres en concreto: hombro-axila, mano-nuca y maniobra de torno. Todas ellas se aprenden adecuadamente en un curso socorrista Málaga, por lo que, en el caso de querer dedicarse a ello, no hay nada como apuntarse a una academia especializada en este terreno.

Hombro-axila

La situación se da cuando la víctima está inconsciente y por tanto, esta suele ser la técnica más efectiva. El especialista debe pasar el brazo por encima del hombro de la víctima y a su vez, agarrar su axila contraria. Esta postura hace que el socorrista pueda nadar de lado o de espaldas y tener apoyada a la persona.

Mano-nuca

Tal y como su nombre indica, aquí se coge a la víctima por la nunca con una mano y siempre se debe mantener la cabeza hacia arriba. Esto permite que el socorrista tenga el otro brazo libre para poder nadar.

Maniobra de torno

Es una de las técnicas más complejas y por ello, una de las que menos se utiliza. Lo habitual es que solo se ponga en práctica si se tienen sospechas de que la víctima puede tener dañada la columna. Aquí el socorrista se sitúa a la espalda de la persona dañada para formar una línea recta a lo largo del pecho de la misma con su brazo y la mano le sujeta el mentón. La otra mano se deja colocada en la nuca y en la parte posterior de la cabeza. Para llevar a la víctima a un lugar seguro, el socorrista debe nada de espaldas.

La importancia de los primeros auxilios

Los especialistas de salvamento y socorrismo acuático también deben contar con los conocimientos necesarios de primeros auxilios. Por este motivo, es habitual que se incluya en la formación el curso soporte vital básico.

En este caso, los socorristas aprenden habilidades y destrezas para poder realizar la desfibrilación automática y la RCP básica. Todo ello teniendo en cuenta que las personas que se dedican a este sector deben tener clara la regla de las tres R: responsabilidad, revisión y recursos.

Responsabilidad en relación con las personas y situaciones que se pueden dar, revisión y actualización constante en términos formativos y recursos adecuados en función del espacio acuático en el que se desarrolle la actividad.