Cofradías

Sábado de Pasión: Esplendoroso preludio esperado

La víspera siempre tuvo una magia especial. La certeza de que se produciría en pocas horas lo ansiado, lo esperado, lo anhelado durante mucho tiempo dejaba en el cofrade un sentimiento que iba de los nervios a la satisfacción y casi a la plenitud por lo que estaba por vivir. Pero desde hace unos años, la víspera de la Semana Santa en Córdoba es distinta con la presencia en las calles de varias procesiones protagonizadas por hermandades que miran no muy de lejos a la carrera oficial y grupos parroquiales que salen a hacer estación de penitencia también con sus titulares soñando el futuro. Así, este Sábado de Pasión 2019 recorrieron distintos barrios siete corporaciones que adelantaron la Semana Santa al numeroso público que acudió a acompañarlas.

La más temprana en ponerse en la calle fue la hermandad de la Agonía, que hace estación de penitencia el Martes Santo pero que, al salir ese día desde la Mezquita-Catedral, traslada al Santísimo Cristo y la Virgen de la Salud, Madre del Redentor, desde su barrio de El Naranjo en parihuelas hasta el primer templo de la Diócesis, donde ya están sus pasos. La Virgen, que iba vestida de hebrea, y el Crucificado fueron acompañados por hermanos con traje y por un grupo de música de capilla. Ambos titulares cruzaron Córdoba por el Parque de la Asomadilla y Santa Rosa para llegar por el Pretorio hasta la plaza de Colón y de ahí a Las Tendillas para adentrarse en el Casco Histórico a un ritmo ligero, pues solo tardaron tres horas en hacer todo el trayecto que separa su barrio de la Catedral cordobesa.

A ella llegó la Agonía en torno a las siete de la tarde, hora a la que ya habían salido otras procesiones. Lejos del casco urbano, en El Higuerón, protagonizó la suya antes de las seis el Cristo de la Sangre acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores Santo Rostro de Santaella. Poco después que la hermandad de la periferia salieron de sus templos las cofradías agrupadas de las Lágrimas y la Conversión y la prohermandad de la O. La primera de ellas recorrió el Parque Figueroa con su Crucificado de nuevo este año, aunque con la particularidad de que lo hizo solo sobre su paso después de que en 2018 se estrenara un sayón que no fue del agrado de la hermandad ni los cofrades cordobeses y que su autor va a remodelar. Por ello, al no representarse este año la escena de la Exaltación, el Cristo de las Lágrimas, que contó con los sones de la Agrupación Musical de El Carpio, fue ya elevado presidiendo el paso que ha adquirido la cofradía de segunda mano (el año pasado fue algo inclinada la cruz).

Por su parte, la hermandad de la Conversión volvió a llevar desde Electromecánicas por Miralbaida y hasta la parroquia de Nuestra Señora del Rosario y Santa Beatriz de Silva al Santísimo Cristo de la Oración y la Caridad solo también sobre el mismo paso de 2018, aunque la cofradía ha adquirido otro para el futuro. Y es que en los próximos años tiene puesta la mirada esta joven corporación que ya en la Cuaresma ha bendecido a San Dimas y para 2020 tendrá a Gestas, que formarán la escena de la Conversión del Buen Ladrón junto al titular. Este año en el paso había un calvario formado por antirrhinum, alhelíes, calas, orquídeas, flor de cera, rosas o clavel, entre otras variedades sobre un monte de pino y lentisco. En el frontal del paso iba un relicario con reliquia de Santa María Goretti que ha donado un hermano, pues el asesino de esta niña mártir, que trató de abusar de ella, sufrió posteriormente una conversión. La Agrupación del Santísimo Cristo de Gracia puso su música tras el Crucificado con un repertorio clásico. Es una banda cordobesa, como todas las que fueron en las procesiones de este Sábado de Pasión, que si no eran de la capital, llegaron de la provincia.

La prohermandad de María Santísima de la O también salió como las dos corporaciones anteriores a las seis de la tarde y puso en la calle el único paso de palio de la jornada. Por segundo año llevó la Semana Santa al barrio de Fátima y esta vez comenzó su estación de penitencia una hora y media antes que en 2018, con la seguridad además de que haría buena tarde de sol, algo que el año pasado no estaba tan claro cuando las cofradías del Sábado de Pasión salieron a Córdoba pues el tiempo era inestable. La Banda Sinfónica Municipal de Dos Torres estuvo con la Virgen que tallara Antonio Bernal en 1996 interpretando un repertorio alegre como el andar del palio de la sagrada imagen que se venera en la parroquia de la Aurora. La prohermandad presentó algunos estrenos como el puñal en plata de ley con pedrería en zirconitas de Swarovski, una cruz pectoral en plata, zirconitas, esmeraldas y corales, y el dorado de la crestería de la bambalina frontal que salió bordada en aplicación ya en su primera estación de penitencia. La negativa municipal a cederle las instalaciones del Centro Cívico Levante provocó que de nuevo la Virgen saliera desde una carpa anexa a su parroquia.

En un barrio cercano al de Fátima, como es el de Cañero, la Semana Santa tuvo como protagonista a Nuestro Padre Jesús de los Afligidos en su Presentación al Pueblo. Como en el resto de zonas, había bastante público. Su hermandad es una de las más asentadas de la jornada, con proyecto de hábito nazareno de sarga blanca con cola y cinturón de esparto que podría verse ya por las calles del barrio en 2020 -por ahora, los únicos nazarenos que se ven el Sábado de Pasión son los de la Conversión, las Lágrimas y la Sangre-. Este año volvieron a hacer los costaleros la difícil maniobra de salida por la puerta principal de San Vicente Ferrer, quizá por última vez pues se tiene previsto ampliar la lateral del templo. Por el acceso frontal de la iglesia había salido la nueva cruz de guía en madera de cedro, muy original, pintada con los colores dominicos y escoltada por faroles, todo de estreno, al igual que otros elementos de su cortejo que eran nuevos como la bandera. La banda de la Redención acompañó al Señor, que llegó hasta Fidiana aunque no pudo cruzar a Levante como era su deseo por impedimento del Ayuntamiento, que alegó razones de movilidad para prohibirle cruzar la avenida de Libia.

La última en salir a la calle fue la agrupación parroquial del Traslado al Sepulcro, que es, además, la que pone el punto de contraste y diferencia de la jornada. Fue, asimismo, una de las salidas más esperadas en esta ocasión porque por primera vez hacía estación de penitencia el Santísimo Cristo de las Almas, obra de José Antonio Cabello, que se bendijo a principios de este mes. El Señor apareció sobre un paso delante de la Virgen de la Salud y Traspaso, tal y como se proyecta en el boceto del mismo imaginero, y colocado sobre la piedra en la que ha estado en la parroquia de Nuestra Señora de Consolación desde que fue bendecida la sagrada imagen que tan buena impresión ha causado en Córdoba. El cortejo de esta prohermandad fue el más austero y fúnebre del día como corresponde a la representación del Traslado al Sepulcro. El Señor y la Virgen enlutada iban acompañados por el trío de capilla Trivium hasta la parroquia de las Santas Margaritas, donde hicieron estación de penitencia sus hermanos. Sobre el paso, por primera vez llevado por costaleros, no iban flores, solo cardos en el friso, exorno que la agrupación parroquial tiene intención de que lleve siempre.

Y pasada la medianoche terminó esta esplendorosa jornada en la que se ve el avance de las nuevas hermandades y proyectos de cofradías que serán en el futuro parte indispensable de la Semana Santa de Córdoba que oficialmente comienza este Domingo de Ramos en San Lorenzo.

Firmado: Álvaro Baena

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