PONIENTE NORTE

Poniente Norte exige el instituto que se tenía pensado construir en 1989

Los vecinos lamentan la situación de abandono de algunas calles y los parques y reclaman que el acceso al centro urbano en algunas barriadas se mejore para el tránsito peatonal.

Miralbaida definitiva
photo_camera Hace más de tres años que se recepcionó el parque y aún no se han quitado las vallas.

Hay promesas que pesan como una losa en el ánimo de los vecinos. En 1989 La Junta de Andalucía prometió a los habitantes del actual Consejo de Distrito Poniente Norte la construcción de un instituto de Secundaria y Bachillerato para acoger a estudiantes de Miralbaida, Las Palmeras y Parque Azahara, y desde entonces “seguimos esperando a que se haga una realidad”, se lamentó la presidenta de este organismo vecinal, Concepción Sánchez Pérez.

El pasado 2009, la Administración andaluza anunció que el IES de Miralbaida se construiría en unos terrenos de la zona de Huerta de Santa Isabel, contaría con cuatro aulas para cada curso de Secundaria (cuatro) y Bachillerato (dos), lo que suma un total de 24 clases. No obstante, “ahora han cambiado mucho las cosas y ya no se podría hacer el mismo concepto de instituto”, denunció Sánchez, para recordar que, en la actualidad, los estudiantes de los barrios de este distrito tienen que repartirse entre varios institutos, como el Trassierra, en Arroyo del Moro, o el López Neyra, en Parque Figueroa.

Pero la falta de equipamiento educativo no es la única reivindicación de esta zona de la ciudad. En concreto, y dentro de las competencias del Ayuntamiento de Córdoba, la presidenta del Consejo de Distrito Poniente Norte señaló el mal estado en que se encuentran los diferentes parques o zonas verdes con los que cuentan. Es el caso, por ejemplo, del parque de Miralbaida, el más nuevo.

“Es enorme, soso, poco acogedor, sin árboles de sombra y la solería rota por los camiones de Sadeco que se meten por allí, lo que provoca la caída de muchas personas, y tan sólo se trata de rehabilitarlo”, añadió Sánchez. Igualmente, se quejó de que el llamado Parque Azahara “ni es parque ni es nada”, en alusión a que se ubicó el mobiliario cardiovascular sobre un terrizo carente de vegetación alguna “y los abuelos juegan allí a la petanca como pueden sobre tierra”.

Además, en ese espacio verde, donde también están deteriorados los acerados, hay un terreno que mira directamente a la vía verde, “donde se prometió hace ocho años que se iba a levantar una sala de usos múltiples y todavía se pueden ver allí los cables de alta tensión que usaba la fábrica de la Electromecánica en su día”.

El estado de abandono general de esa zona “está soliviantando a los vecinos”, advirtió la presidenta. Y son varios los puntos urbanísticos que hacen pensar a los vecinos que el Ayuntamiento no quiere nada con ellos. Así, por ejemplo, en el barrio viejo de la Electromecánica hay todavía dos calles a las que “no se ha tocado desde que las dejó así la fábrica en 1927”, mientras que el arroyo Turruñuelos “está sin limpiar, lleno de matojos, culebras y ratas”.

De igual modo, Sánchez incidió en que en Los Verdiales se construyó un parking que por falta de iluminación no utiliza nadie, al tiempo que en el Paseo de La Copla desde hace tres años que el Ayuntamiento recepcionó la obra “no se han retirado unas vallas que hay allí, dejando la calle sin aparcamientos y en una única dirección, con lo que muchos se meten en dirección prohibida para llegar a sus pisos con el peligro que eso implica, y los vecinos ya han advertido que o se hace algo pronto o la retiran ellos mismos a la fuerza”.

La situación del distrito se complicó también desde que se construyó la Ronda de Poniente en 2004, porque la carretera de Palma del Río se quedó sin arcén, se perdió una parada de autobús y la luminaria del puente que lleva hasta los Olivos Borrachos está sin luminaria pensada para peatones, “y eso nos está aislando aún más”. De hecho, según Sánchez, ese puente es la vía natural de salida para las ocho barriadas que hay detrás de la estación del AVE para ir hacia la zona comercial, “ya que en Poniente Norte no hay comercios”, por lo que los vecinos consideran necesario ubicar allí luz, “y evitar los atracos que se producen”, y un entoldado para proteger a los peatones tanto del frío como del calor veraniego.