La Asociación de Vecinos La Palomera, a través de su presidenta, Soledad Bermúdez, y la Asociación de Personas Mayores del Barrio de El Naranjo, han negado categóricamente esta mañana que se haya producido ningún acto vandálico que pueda retrasar las obras del aparcamiento de la calle Dean Francisco Javier y han exigido que se cumpla el calendario inicial, ya que "suena a excusa sobre un nuevo retraso en las actuaciones".
Bermúdez sí ha indicado que existe un desprendimiento de tierra, pero está fuera del ámbito de las obras, con lo que "no puede servir de excusa para que éstas vuelvan a sufrir retrasos". Además, ha indicado que los vecinos y vecinas están muy encima de esas actuaciones, "y si se hubiera producido algún tipo de acto vandálico", como señaló recientemente el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMG), Salvador Fuentes (PP), "nosotros lo hubiéramos detectado".
Se trata de un espacio que ya venía siendo utilizado de aparcamiento desde hace muchos años y "lo único que pedíamos era que se adecentara" y como desde que se han iniciado las obras aquello está cerrado "le hemos estado haciendo un seguimiento continuo y no hemos visto nada anormal, salvo que se ha desprendido un espacio de tierra por la rotura de una tubería", ha añadido la presidenta, quien ha asegurado que "no hay absolutamente nada que pueda impedir el que la obra avance".
Al parecer, también hay malestar entre la vecindad, debido a que las palabras de Fuentes se han podido interpretar como que él acusa a los propios vecinos de vándalos al haber causado la rotura de la tubería, por lo que la presidenta también lo ha negado de plano. Es más, Bermúdez ha asegurado que el desprendimiento, que es real, no tiene nada que ver con los retrasos en las actuaciones y que "ha habido meses en los que la obra ha estado totalmente parada".
En este punto la representación vecinal exige a la Gerencia que el aparcamiento se lleve a efecto lo antes posible "y sin más excusas", dentro del plazo que ya habían indicado. Y es que en un principio se había marcado enero de 2022 como final de obra y luego pasó a ser el verano pasado, el otoño y finalmente en enero de 2023 "que parece que tampoco va a poder ser".
No se trata, en palabras de la presidenta, de una obra especialmente complicada, por lo que no entienden los vecinos y vecinales motivo de que no se cumplan los plazos. En un principio se concedió a una empresa que tras un tiempo optó por abandonarla y tuvo lugar otra licitación. "Entendemos los trámites burocráticos, pero no las excusas últimas que se están dando".
