Alberto Mayoral nació en Córdoba hace 38 años y militó políticamente desde los 15 años en las Juventudes Socialistas y en el PSOE del Distrito Sur, de donde es nativo. Eso ha hecho que se desarrollara políticamente en esa zona de la capital, y asegura haberlo hecho "con la convicción de unas ideas que son las socialistas", aunque buena parte de esa 'culpa' la tiene la tradición familiar y la "creencia en que la justicia social es lo que tiene que mover realmente el día a día en política y en la manera de comportarnos". Una cuestión que intenta trasladar a diario a su hijo de siete años y su hija de tres. "Trato de transmitirles esos valores, que son los de la justicia social, que es la de compartir, que al que menos tenga se le ayuda a tener igual que el que más tiene.", porque "creo en la igualdad de oportunidades".
A nivel formativo estudió en el colegio Virgen del Carmen y luego se metió en Derecho en la Universidad de Córdoba (UCO), donde se pudo pagar parte de su formación, además de trabajando de camarero en zonas turísticas, ganando debates de oratoria. De hecho, es uno de los fundadores del Aula de Debate de la Universidad y colabora como profesor de Oratoria en el Aula de Debate de la UCO, trabajando, además, en este mismo ámbito con colaboraciones puntuales en la Universidad Internacional de Andalucía o en la Universidad de Málaga, formando bajo el titulo de 'Estrategias para la comunicación política'. No en balde, fue campeón de debate en 2007.
Sin embargo, se considera un politólogo frustrado, "porque me hubiera gustado haber podido ir a estudiar a Granada Ciencias Políticas, pero soy hijo de la clase trabajadora y en mi casa entraba sólo un sueldo, así que lo que podía permitirme era quedarme en Córdoba".
Su militancia activa comentó al finalizar el Bachillerato. Según cuenta, fue a raíz de la Ley Orgánica de Universidades de la ministra Pilar del Castillo, del PP, lo que le sacó a la calle junto a muchos de sus compañeros. "Aquello me impresionó mucho, porque aquella Ley cayó con un Gobierno de Zapatero, aunque fue una de las cuestiones que son más olvidadas, porque la gente se acuerda más del Prestige, del 'Nunca más' y de la guerra, pero un movimiento estudiantil que hoy desgraciadamente no se moviliza en la calle, me removió mucho por dentro".
Eso, y las noches de tertulia en la Plaza Pontevedra. ¿Que qué son? "Las noches más desconocidas del socialismo cordobés". Tenían lugar en esa plaza del Sector Sur, por donde han pasado Pepe Mellado, Antonio Ruiz Almenara, Juan Pablo Durán o Rafael Blanco, para ofrecer grandes reflexiones políticas al tiempo que se cenaba un bocata. "Yo era muy niño y se me invitaba a escuchar a mis mayores, y aprendía y entendía lo que estaba pasando".
Mayoral asegura que ha tenido "a grandes maestros en la agrupación", pero si ha querido destacar a alguien ha sido a Román Fernández, "un gran desconocido dentro de la política, pero sí muy conocido en el mundo social de Córdoba, y a mí me ha enseñado mucho desde niño".
Fuera de la política estuvo unos años en la gestión deportiva, tanto en el Córdoba CF, como en La Liga o en el Spartan Race, donde llegaron a participar hasta 3.000 deportistas. En el CCF intentó salvar la situación como pudo, porque vivió, quizá, la peor etapa en materia de crisis y ruina del club blanquiverde, que fue la de Jesús León, con "un proceso complejo, que toda la ciudad conoce".
De ahí pasó a trabajar para La Liga en clubes de Primera y Segunda, en un proyecto llamado 'Escuela de valores'. Ahí se hablaba con los padres y madres de niños y niñas para intentar encauzar la posible frustración por no jugar al fútbol, porque no todo el mundo puede llegar a ser Maradona o Pelé. "Buscábamos reconducir a los niños que no iban a debutar ni en Primera ni en Segunda, pero no habían terminado la ESO y tenían problemas de educación, por lo que La Liga tenía que dar una solución a esos futbolistas jóvenes que tienen que tener una salida laboral más allá del fútbol".
La pandemia de la Covid-19, como con todo, frenó ese proyecto fundamental en seco. "Merecería la pena que eso siguiera, pero ahora estoy en la actividad política". Precisamente, en los dos últimos años en el Congreso de los Diputados como coordinador de la Secretaría General del Grupo Socialista a propuesta de Rafi Crespín, secretaria general del PSOE en Córdoba y diputada. "Ha sido un honor como socialista haber vivido la mayor experiencia política que se puede vivir y no puedo estar más agradecido, por haber estado tan cerca de los grandes cambios que se han producido en el país en los últimos cinco años".
Precisamente, por estar en el Sur de la ciudad, ¿por qué el PSOE y no más a su izquierda?
Tiene una razón familiar fundamental. Soy nieto de la represión, de los campos de concentración y la cárcel con el padre de mi madre. Esto siempre ha estado muy presente en mi familia desde muy pequeño y de la militancia socialista. Y eso de más a la izquierda (hace un gesto con la cara)... Creo que es muy difícil que me ganen a la izquierda en algo, porque en la justicia social, en la igualdad de oportunidades un socialista lo es tanto como un comunista.
Pero son las siglas del PSOE las que más me han emocionado, porque las grandes transformaciones en 144 años de este país las ha traído el Partido Socialista Obrero Español. La utopía de pensar que otra España era posible, la de los derechos de ocho horas laborales, la del matrimonio homosexual, pero también la de la defensa del voto de la mujer, la de apoyar las grandes revoluciones democráticas, como la II República, o la de traer la transición, ha venido de la mano del PSOE.
Ciertamente el PSOE realizó todos esos cambios porque es que estaba todo por hacer, pero ahora mismo ¿qué falta? La sanidad y la educación publicas están en marcha, ¿quizá la idea sea defender todo eso?
Creo que hay que ir más allá. Creo que sigue estando todo por hacer, porque la justicia social es como la arena de playa, que es muy difícil limpiarla y al final siempre quedan granos y siempre queda algo por barrer. Los derechos que hoy reivindican los jóvenes aluden a una vivienda, que está en la Constitución y que con la Ley de Vivienda hemos dado un paso. Eso está por construir. Hoy los jóvenes no pueden pagar una vivienda y no se pueden permitir salir de su casa. Está por construir un sistema de bienestar que garantice que cuando termine de estudiar el ciclo que haya elegido el sistema no te mande a la precariedad. La construcción del itinerario de vida que uno quiera no puede ser únicamente para los privilegiados.
Existe un mito, y ahí es cuando me doy cuenta de que está todo por hacer, que es que dicen que la meritocracia, el mérito, es lo que debería imperar, cuando vemos que el 80% de los grandes capitales, de los grandes empresarios, de esos emprendedores jóvenes de éxito, siempre vienen de herencias de sus padres. Yo quiero que los hijos de la clase trabajadora, que los jóvenes que salen del Distrito Sur, tengan las mismas oportunidades a la hora de emprender y a la hora de obtener un puesto de trabajo.
¿Qué queda por hacer? Cuado te das una vuelta por aquí, por estas calles, y te pongo un ejemplo concreto con Pequemúsicos, que es una chica de la calle Motril y la vemos en época de Reyes Magos, y cuando hablas con ella te das cuenta cómo en su barrio se ha emprendido. Es joven y vemos cómo lo está intentando. Pero las dificultades son muchas más que si no fuera hija de la clase trabajadora.
Queda por construir un sistema donde la igualdad de oportunidades esté presente de verdad, y eso va más allá de la defensa de, por supuesto, los derechos en sanidad, educación, que, por cierto, están más en tela de juicio que nunca. Decía un titular reciente en un periódico 'Vox es el único partido que admite que bajará las pensiones'. Está todo por hacer, porque ningún partido, se llame como se llame, podrá poner nunca en tela de juicio el derecho al descanso, lo que se han ganado nuestros mayores trabajando.
Y a una edad normal.
Por supuesto. Cuando escuchamos a los círculos de empresarios que es normal jubilarse a los 70 o los 72 años, quizá sea normal para quienes están con chaqueta y corbata en una oficina, pero para quienes están encima de los tejados, para los encofradores, para los que se buscan la vida desde muy joven y los huesos ya no le dan, o para aquellos que han dejado su vida muy cerquita de aquí; hay muchos vecinos que trabajan en Mercacórdoba y a las cinco de la mañana están en la lonja. ¿Qué va a decir una persona que tiene que llegar hasta los 70 años descargando camiones?
Suelen ser aquellos empresarios, en el círculo del capital y de la banca, los que dicen a cierta edad esas cuestiones. Pero si preguntas a la gente normal, la jubilación a una edad correcta y la defensa de las pensiones está en su orden del día.
Ha hablado antes de las viviendas. ¿Se sabe cuántas del plan de Pedro Sánchez están en Córdoba?
Es muy difícil bajarlo a tierra. Se habla de 183.000 viviendas a nivel nacional y se habla de la Sareb. Pero yo aquí sí quiero hacer una reflexión y creo que en Andalucía tenemos una gran dificultad que hay que exponer, porque parece que todo es el Gobierno de España. La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba no sé exactamente qué están haciendo con la vivienda.
Desde algunos lugares se señalan mucho los problemas de ocupación, como si fueras a comprar el pan aquí a Roldán (donde se lleva a cabo esta entrevista, en el Sector Sur) y te ocupan la casa. Pero de lo que no se habla es del drama real de muchas familias para poder tener un techo, para pagar un alquiler normal y digno. Las administraciones son competentes, y ahí sí le pediría al alcalde de Córdoba que realmente ponga en marcha un plan de vivienda de verdad, no construir 200 viviendas de Vimcorsa al lado de Hipercor a 180.000 euros.
Yo me refiero a que aquéllos que no llegan al salario mínimo interprofesional y tienen lo justito, puedan desarrollar su vida y tener una vivienda digna. Le pido a la Junta de Andalucía que aquí, en el barrio del Guadalquivir, no se especule con la vivienda.
¿Eso último qué significa?
Me refiero fundamentalmente a que el miedo de muchos vecinos es que no esté acotado a fondos buitre, como ha pasado en Madrid. Y ésa es la conversación normal que hay aquí en el barrio. Se escucha el miedo a la política de vivienda. Porque, al final, nos perdemos en grandes debates, pero a la gente lo que les importa es llegar a final de mes, tener su casa, darles un techo digno a sus hijos. Y creo que debería abordarse por parte de las administraciones competentes. Nosotros hemos aportado un marco regulador, que es la Ley de Vivienda: No se puede subir el alquiler, se garantiza el derecho a la vivienda con 183 días... Pero eso hay que bajarlo a tierra. Y ahí nos chocamos con gobiernos de derechas que están rompiendo absolutamente el concepto de igualdad.
¿Se refiere a la derecha más la ultraderecha?
Bueno, al final el problema no es Vox. Es el PP. Porque el PP es el que aplica las políticas suyas. Vox no sería nada más que una voz discordante, enaltecida, populista, de extrema derecha, fascista, pero el problema es el PP, que está firmando con ellos los acuerdos, donde enfrenta a los de abajo contra los que están un peldaño más abajo, en vez de señalar realmente a las personas que ahogan la vida de los que menos tienen.
¿Para usted no es un problema que Vox pueda entrar en el Gobierno central?
No, no. Está claro que el problema es ése. El problema es que el PP firme con ellos. Un partido que se dice moderado. Pero no sé que tiene de moderado por el PP negar la violencia de género o retirar los derechos LGTBI. Es que ahí es donde tenemos que ir. ¿Qué tiene de moderado no poder amar a una persona de tu mismo sexo? Ésa es la reflexión que yo creo que debería hacerse la gente de cara al 23 de julio. ¿Qué tiene de moderado votar en contra de la reforma laboral? O anunciar la bajada de pensiones. Eso de moderado qué tiene. Eso lo hace el PP, no Vox.
Máxime cuando en las filas del PP hay gente casada con personas del mismo sexo.
Esa contradicción se da mucho en ellos. Fueron los primeros en manifestarse contra el divorcio y los primeros en divorciarse. Al final, en la derecha hay una gran contradicción y sólo hay que leer las entrevistas de Borja Semper hablando de Euskadi hace tres meses y ahora que se ha puesto de portavoz nacional decir lo contrario. Sólo hay que ver las actas de Aznar reuniéndose con Herri Batasuna, ¡cuidado! No con Bildu, con HB, en los años del plomo, en los años duros, donde morían concejales socialistas y del Partido Popular, y señalar ahora cuestiones de este ámbito, cuando el propio Javier Maroto es el que pedía acuerdos en Vitoria.
Es decir, la derecha suele señalar los avances y pide retroceder. Pero son los primeros que se apuntan. Tienen ahí una extraña doble moral a la hora de gobernar y a la hora de vivir. Cuando señalan el aborto, parece que sus hijas en tiempos sí se podían ir a Londres y a Francia a abortar, sin embargo los hijos de la clase trabajadora no se podían permitir hacerlo. Quieren dignidad, o lo que ellos llaman así, pero a la hora de desarrollar políticas de igualdad, educación o sanidad, la dignidad desaparece.
Le noto bastante contento y sonriente. ¿Qué sabe usted que no sepamos los demás?
Pues mira. ¿Sabes cuando tienes un presentimiento o una corazonada? Pues tengo una corazonada. Estoy recorriendo la provincia entera y ¿sabes lo que me dice la gente? 'No nos van a ganar'. Pero no los militantes del PSOE, porque si me lo dice un militante no tiene mérito alguno. Me lo dice la gente de a pie. Aquí mismo, el otro día, andando, me decía en la Plaza de La Unidad 'oye, oye, que no nos van a quitar las pensiones; que no lo van a conseguir'; 'que la beca de mi hijo'... Y esa sensación, el boca a boca, esa complicidad cuando te vas de un sitio y te dicen 'perdona, que yo nunca, pero ahora sí que voy a ir a votar', eso lo estoy notando ahora.
Yo diría que la gran marea que va a pasar el domingo es un voto oculto. Hay un voto silente de la mayoría social por defender sus derechos que va a sorprender a muchos.
Según eso le hago la misma pregunta que le hice a Juan Espadas: ¿Piensa que la abstención va a reducirse?
Sí, sí, sí, sí. Creo que va a haber menos abstención que en las municipales de hace un mes. Creo que la gente, no por miedo, sino por convicción, va a defender sus derechos. Porque dice la derecha que la gente que vota por miedo es a la llegada de la derecha, pero yo creo que es por convicción, por defender sus derechos. Porque los derechos los ha conseguido la gente en la calle, en los colectivos, en sus asociaciones, en las redes sociales; esas nuevas maneras de participar. Sólo hay que acercarse a las redes y se ve.
No hace mucho ponían en duda un podcast que hacía Pero Sánchez con unos jóvenes: La pija y la quinqui. Decían que eso no valía y que era una frivolidad. Lo que no saben es hay millones de jóvenes que desde la entrevista en Spotify lo están moviendo por las redes.
Creo que el domingo la gente va a salir a defender lo poco que tenemos, que es igualarnos al que más tiene, al banquero que más tiene, con el trabajador o el pensionista de aquí, del Distrito Sur.
Se supone que si hay menos abstención eso favorece a la izquierda.
En este caso, yo voy a creer que eso es así por una razón, y es que se moviliza la mayoría social. La derecha ya está hipermoviliada, porque hay agresividad en su lenguaje, en su discurso, en sus mentiras. Lo estamos viviendo. El gran problema de la derecha hoy es que miente descaradamente, lo hace en 'prime time' e interpela a los periodistas con datos y les pide que le pidan perdón. Está pasando en campaña. Feijóo le ha llegado a decir a una periodista mintiendo que iba a tener que retractar y pedir disculpas por lo que estaba diciendo frente a datos objetivos de una revalorización de las pensiones; eso es tremendo. Es durísimo.
Os dicen a vosotros, los y las periodistas, ante datos objetivos que pidáis disculpas.
Pero yo sí creo que la mayoría social va a cambiar.
¿Quizá sea porque el discurso de determinados partidos es muy genérico y sin bajar al detalle?
Es que lo único que conocemos de la derecha es que va a derogar los derechos. No conocemos nada del programa del PP, sólo que va a derogar la reforma laboral, que va a quitar la revalorización de las pensiones, que va a retirar banderas del orgullo porque les molesta los derechos de las personas homosexuales. Pero no conozco nada realmente que vayan a hacer más allá de derogar. Por eso hay sólo dos opciones: O avanzar o retroceder.
De ahí que preguntara antes qué quedaba por hacer.
Creo que igual que el Pacto de Toledo con las pensiones, que ahora las ponen en tela de juicio, hay que llegar a un gran pacto sobre el salario mínimo interprofesional. Es decir, el salario mínimo tiene que ser el 60% el salario medio. No puede estar en tela de juicio el SMI sobre aquellos que ganan 200.000 o 300.000 euros y dicen que por 1.000 euros se arruina la economía. Ganan miles y miles y miles de euros y dicen que se arruina el sistema económico porque una familia ingrese 1.000 euros. Tendremos que sacar eso del debate y tendrá que hacerse por Ley, por poner un ejemplo.
Tiene que haber avances en la cartera de servicios en la protección de la sanidad pública. No es de recibo que le digan a la gente el trampantojo de que por 40 euros que le paguen a Asisa van a ser curados. Lo peor de eso es que vemos a Moreno Bonilla con Asisa detrás patrocinando un mitin y ahora cuando vas al Hospital Reina Sofía, por poner un ejemplo cercano, a una persona que ha sufrido un trasplante y está en revisiones le dan hasta seis meses de espera en un especialista. ¡Si la joya que teníamos era que sabíamos que si nos pasaba algo muy grave nos iban a atender!
Bajemos más a tierra. Unas elecciones municipales determinan el gobierno de la Administración más cercana. Unas autonómicas lo hacen a nivel, en nuestro caso, andaluz. Pero unas elecciones tan genéricas como las generales, y el mismo nombre lo dice, ¿qué beneficio reporta a Andalucía o a Córdoba si yo ya he dejado atado todo a nivel local y autonómico?
Para empezar, Andalucía, con el Partido Socialista, lo que ha hecho en estos cuatro años ha sido crecer. Se ha generado más empleo. Hombre, y el empleo lo generan las grandes reformas económicas; entre otras, la laboral. Te voy a poner un ejemplo cercano en cuanto a contratación. ¿Sabes cuántos contratos indefinidos se han firmado sólo el último trimestre en la provincia de Córdoba? 40.000, cuando la precariedad era el día a día.
¿En qué beneficia a Andalucía y a los andaluces? Que teníamos un modelo con el PP antes de la reforma laboral, donde en nuestra tierra la precariedad era evidente, con un sector servicios más fuerte, pero a base de contratos basura. Y hoy no es posible hacerlo. Hablamos de contratos, incluso, de cuatro o de tres horas, y de contratarte los fines de semana tres horas y darte la patada. Eso ya no es posible a día de hoy.
¿En que beneficia a nuestra tierra que esté el Partido Socialista en un Gobierno central? Voy a hablar del bono de vivienda joven, que, por cierto, le pediría al PP que lo pusiera en marcha. Esos 250 euros al mes que deberían llegar a los jóvenes para poderse emancipar y alquilar una vivienda, y que hoy la Junta de Andalucía no pone. Si tenemos un Gobierno fuerte que pone medidas de vivienda y que obliga al Gobierno de la Junta a hacerlo, probablemente los jóvenes lo puedan tener.
Han venido a la provincia 50,2 millones de euros en becas. Eso dicho así ya suena a gran cifra, pero bajémoslo más a tierra: Suponen 22.000 familias que hace que sus hijos puedan estudiar y que la igualdad de oportunidades no dependa de la cuna donde nazca, sino del esfuerzo a la hora de estudiar.
Para tierras como Andalucía, donde venimos de muy atrás y donde nuestros abuelos vivían no hace muchos años, porque la transición sigue estando muy cerca, en municipios analfabetos, hemos vivido un proceso donde el 80% de analfabetismo se ha traducido en hacer una comunidad de vanguardia, y hoy 22.000 familias en la provincia de Córdoba tienen becas. Y sólo se le pide al joven que estudie, que tenga esa oportunidad. Ya nadie se acuerda que en nuestra tierra, gracias a gobiernos socialistas, la gratuidad en las matrículas está presente. Y hoy da igual que vivas en El Brillante o que vivas en la Avenida de Cádiz. Invertir en educación es claramente invertir en nuestro futuro.
Cuando hablamos de pensiones hablamos de los derechos de nuestros mayores. El modelo de la derecha te lleva a la precariedad y frente a eso el modelo de la Reforma Laboral te está llevando a los contratos indefinidos. Unos 17.000 jóvenes han firmado entre esos 40.000 que hemos comentado antes. Eso significa poder formar tu familia y tener un proyecto de vida y una esperanza.
Por tanto, para nuestra tierra el cambio ha sido ya fundamental y que el 23 de julio llegue la derecha significa volver a modelos que nos llevan por completo a la desigualdad. Para evitar eso, tendremos que empujar entre todos.
¿Qué opina sobre el mensaje del PP pidiendo a determinados socialistas que abandonen el 'Sanchismo' para votarles a ellos?
Pienso que siempre tienen el mismo discurso. Vamos a mirar el problema de la derecha con perspectiva histórica: Para ellos el problema en la Guerra Civil fue Largo Caballero, no el PSOE; Aznar con su 'Váyase, señor González' cargaba contra Felipe y ahora éste les encanta (se ríe). ¿Y qué le decían a Zapatero? Le llamaban 'ocupa'. ¿Cómo llegó José Luis Rodríguez Zapatero al Gobierno? No admitiendo el PP su gran, su inmensa mentira en torno a un atroz atentado fruto de una guerra en Irak a la que nos llevó José María Aznar. Todo eso indica que no les gusta el socialismo; no les gusta la igualdad.
Ahora no les gusta Sánchez porque ellos hablan de 'sanchismo'. Lo que no les gusta es lo que significa el socialismo en términos de igualdad.
'Sanchismo' se supone que es despectivo, ¿no?
Es porque siempre el PP ha intentado denostar al secretario general del PSOE, porque saben que el Partido Socialista es el que ha traído los grandes cambios. Si cuando hablan de 'sanchismo' supone revalorizar las pensiones, ¿eso queremos quitar? Si cuando hablan de 'sanchismo' lo que quieren quitar es las becas, ¿eso queremos que desaparezca? Si cuando hablan de 'sanchismo' quieren quitar la Reforma Laboral ¿eso es lo que quieren quitar?
De lo que hablamos es de socialismo, de igualdad de oportunidades. Lo que les molesta de verdad, lo que más les irrita, es que sus hijos y los míos tengan las mismas oportunidades.
¿Ve, por tanto, que el domingo este país le pueda dar una lección a Europa?
Creo que España va a responder. España no olvida. Hemos vivido años de pandemia, donde los ERTEs han hecho que la gente no se vaya a la calle, como sí ocurrió con los EREs del PP. Han sido años de pandemia, donde la economía no se ha caído por un Gobierno que yo le haría esta pregunta a la gente: ¿Si esta pandemia, si esta crisis, se hubiera producido con un Gobierno de derechas, qué hubiera pasado en barrios como Moreras, el Distrito Sur, con grandes dificultades económicas, que no con dificultades de vida, porque aquí se dan lecciones de convivencia, y aquí es donde se rompe el círculo de ese discurso del odio de la derecha en torno a la inmigración, en torno a la convivencia y donde comen dos acaban comiendo tres y siempre hay sal y un yogur para el vecino?
El domingo van a responder. ¡Por supuesto que van a responder! No tengo la menor duda.
Hay un asunto que apenas ha salido en campaña, ni siquiera en las municipales, pero es una situación preocupante: La proliferación de casas de apuestas en todo el territorio estatal.
El mayor drama del capitalismo a la hora de alienar a los jóvenes es vender ilusiones en forma de máquinas tragaperras, en forma de apuestas deportivas. Venderte la ilusión de que puedes hacerte rico arruinando tu vida. Me gustaría destacar, porque muchas veces hablamos de lo que hacemos los partidos, y poner en valor la labor que hacen las entidades sociales. Y si a mí alguien me ha demostrado que hay solución es Acojer. Esta entidad, que surge de gente que ha tenido problemas con el juego y que están ayudando a los jóvenes, no sólo con la adicción en las apuestas, sino a niños con la adicción a los móviles, con jóvenes que pierden sus sueldos y el de sus padres en casas de apuesta, que aquí, en el Distrito Sur, se ven de una manera muy fuerte. Si alguna agrupación, si algún partido político ha hecho charlas específicas sobre eso, ha sido el PSOE. Las hemos hecho, hemos traído a la gente de Acojer, hemos derivado a jóvenes que se han acercado a nosotros y lo seguiremos haciendo.
Hoy sí le digo a la gente que si tiene miedo, si siente soledad en ese ámbito no le pido que se acerque al PSOE, pero sí que lo haga a Acojer, porque creo que van a encontrar las puertas abiertas de grandes profesionales que les van a ayudar.
¿Desde el Gobierno central qué se puede hacer?
Desde el Gobierno hemos retirado los anuncios publicitarios sobre apuestas y juego en horario de 'prime time', los hemos quitado del fútbol con una lucha titánica, que ha costado grandes debates. Pero creo que es una cuestión de responsabilidad colectiva. Creo que hay que empezar a señalar que el juego puede llevar a la destrucción de la persona en su máxima expresión, y puede destrozar vidas de jóvenes. Muy cerca han puesto uno en la Avenida de Cádiz y mi reflexión era que ojalá todos los jóvenes que salgan no arruinen su vida allí. El llamamiento fundamental es que ante esa soledad, porque tiene mucho de depresión y de insatisfacción, por el tiempo que nos ha tocado vivir, y antes de caer en eso que se acerquen, por favor, a los profesionales. Sobre todo a profesionales y no a vendehumos.
Hablamos también de campañas, ¿no?
Campañas activas de prevención frente a cualquier adicción, pero en el alcohol y en el juego de manera fundamental.
