Si uno le pregunta a Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España (PCE), cómo lleva lo de representar a Córdoba para el Congreso en las próximas elecciones generales el 23 de julio, responde jocoso: "Lo llevo pensando desde que tenía 17 años e ingresé en el Partido Comunista en la juventud; yo ya quería ser diputado por Córdoba. Como Julio Anguita, evidentemente".
Pero algo de verdad hay en esas palabras. De las opciones que había para presentarse por Andalucía, la cordobesa es la que a él personalmente más le llamaba, a pesar de que Málaga o Sevilla son plazas más fáciles sencillamente porque se eligen más diputados menos ambas y por pura cuestión numérica saldría elegido. Pero Córdoba la ve más como una plaza de gran arraigo de la izquierda, a la que, sin embargo, hay que movilizar con ilusión y con razones de peso.
Porque Santiago ya teme y adelanta que va a ser una campaña sucia, "llena de mentiras", a las que hay que contrarrestar poniendo sobre la mesa "los éxitos del actual Gobierno", donde está Unida Podemos, pero ya a través del proyecto Sumar, de Yolanda Díaz, que no deja de ser "un paso más allá en las alianzas de izquierdas", y con puntos del programa que se pretende poner en marcha, para que el país siga creciendo, pero siempre con la mirada puesta en el reequilibrio social y en la eliminación de las desigualdades.
Quizá el mensaje más claro que aporte Enrique Santiago a este proyecto es la necesidad de la unidad como "arma más poderosa" de quienes "sólo tienen su fuerza de trabajo" y la intranquilidad de llegar a final de mes.
En serio, ¿qué supone para usted liderar la lista cordobesa de Sumar al Congreso de los Diputados?
Lo de Córdoba es un honor para cualquier militante de IU y cualquier militante del Partido Comunista. Ahora el proceso de Sumar ha sido muy ambicioso, de conformación de una alianza, la más amplia que nunca ha tenido la izquierda en nuestro país, al menos desde que llegó la Democracia, y en IU estamos también acostumbrados a tener actitudes responsables de anteponer lo fundamental, que es que los procesos políticos avancen de la forma mejor posible para nuestro pueblo.
Cuando vimos que en Madrid había muchas solicitudes de muchas fuerzas políticas por formar parte de Sumar, nosotros hemos sido en ese sentido más abiertos, porque también tenemos una estructura territorial por todo el Estado que nos permite tener otras opciones. Dentro de las opciones posibles, la verdad es que hubo una decisión del partido, de IU, de que yo tenía que continuar siendo diputado. Es cierto que llevo militando desde que tenía 17 años, pero sólo he sido cargo público en los últimos cuatro años (se ríe). Nunca antes lo había sido, siempre estuve combinando la militancia con mi actividad profesional, como jurista y abogado.
Viendo las posibilidades que había en Andalucía desde el primer momento, desde luego, mi opción ha estado clara por Córdoba. Obviamente la decisión no ha sido mía.
¿No lo decidió usted?
Era mi opción personal. Sí. Es más sencillo el primer puesto, de los que tenemos, por Málaga, por la sencilla razón de que allí se eligen más diputados en la provincia. Que luego hay expertos electorales que entienden que es más fácil el segundo también por población, porque en Sevilla eligen muchos diputados y es más sencillo, también. Yo no sé si Córdoba es más o menos complicado para eso.
Hombre, lo suyo, su nombre en Córdoba, golpe de efecto sí que es.
Es que yo soy muy cordobés. Toda mi familia es cordobesa, toda la vida en las vacaciones venimos aquí al pueblo. Tengo un montón de familia en Córdoba, tanto en la capital como en pueblos. Conozco la provincia desde mi infancia y la conozco políticamente. Córdoba es como mi casa.
En su momento se explicó que se elegía su nombre para que tuviera efecto llamada y movilizar a esa base que se presupone hay en Córdoba. ¿Antes por dónde se presentó?
La única vez que me he presentado ha sido por Madrid.
¿Y allí cómo fue?
Iba de número tres y sacamos cinco. Sin problemas. Pero, vamos, yo no contemplo que aquí vaya a haber problemas tampoco. Ésta es una provincia con un arraigo importante político de la izquierda y el proyecto de Sumar creo que está generando mucha ilusión y muchas expectativas a la gente. Nosotros salimos no sólo a por un escaño, salimos a obtener más por la provincia de Córdoba.
Lo digo porque creo que cada vez que hay una alianza de la izquierda, parece que quien sale perdiendo es IU. De esas uniones, que es como tratar de fusionar dos grandes rocas y que siempre dejan detrás restos de lascas y polvo, da la sensación de que es a costa de IU.
Yo en eso no estoy de acuerdo (se ríe). Es más, la política de alianza de la izquierda es algo que siempre impulsamos nosotros y nosotras. Creemos que las personas trabajadoras, en situaciones más débiles en la sociedad, aquéllos que solamente tienen su capacidad de trabajo para salir adelante en la vida, su gran herramienta política, si no contamos con medios de comunicación ni tenemos instituciones importantes ni tenemos grandes grupos económicos, el arma más poderosa de las personas que sólo tienen su fuerza de trabajo es precisamente la unidad.
La unidad, creo, es un arma a lo largo de la historia política de nuestro país. La unidad de las fuerzas de progreso han sido un arma que ha permitido avanzar y conquistar derechos. La única vez que ha habido un sistema democrático en nuestro país antes e la actual Democracia, son los años de la Segunda República, donde no siempre gobernó la izquierda y hubo gobiernos de la derecha.
Unidos en la CEDA, precisamente.
Pero ¿cuándo pudo gobernar la izquierda? Cuando se produjo también un proceso de unidad. ¿Qué significó eso? Pues que por primera vez votaran las mujeres, por primera vez hubo un desarrollo del sistema educativo público, por primera vez se abordaron cuestiones básicas de atención sanitaria en la población o de extensión de la cultura. Es decir, el único arma para acabar con los privilegios de las minorías y de los poderosa que tienen los trabajadores y las trabajadoras, o mejor dicho, su arma más poderosa, es unirse.
Por tanto, la práctica habitual del Partido Comunista de España es unirse, la de Izquierda Unida, lo mismo. De hecho, IU es un proceso de unidad, que lo dice su mismo nombre (se ríe).
Pero ahí sí que se noto. Es decir, IU va ya como un bloque indisoluble que de cuando en cuando se junta con otras fuerzas para determinadas elecciones concretas y no acaban de cuajar.
Nosotros hemos impulsado procesos muy importantes. Por ejemplo, gracias a procesos de unidad hemos conseguido por primera vez llegar al Gobierno de España desde la Segunda República. Y luego esa fase ha concluido y ahora estamos en una nueva fase, que es el proceso de Sumar, que es una ampliación incluso de esas alianzas anteriores, y la verdad es que IU no solamente no se ha debilitado, sino que me atrevo a decir que es la fuerza más fuerte y más consolidada de cuantas hay en el espacio que todavía es Unidas Podemos y que ya es sumar.
Las elecciones municipales así lo acreditan. Izquierda Unida es la fuerza de todas las que conforman Sumar, y ya sí hablo de Sumar, que ha obtenido más alcaldías, más concejales y más concejalas. Con lo cual, a nosotros y nosotras la unidad ni nos difumina ni nos debilita, porque nuestra identidad en absoluto se pierde, y nuestro proyecto político no sólo no se pierde, sino que lo que intentamos es que nuestras propuestas y programas sean los que construyan hegemonías y sean aceptados mayoritariamente proezas alianzas que se van conformando.
¿Cómo ve el país ahora mismo?
Nuestro país está en una encrucijada. De eso no hay duda alguna. En una situación difícil por el avance de una ola reaccionaria en toda Europa y en buena parte del planeta. Una ola reaccionaria que desinforma, que utiliza la mentira como herramienta política, y no hay mayor contradicción que ahora mismo la Unión Europea esté saludando a España por el desarrollo económico, por las políticas económicas, sociales y laborales, que estemos teniendo unos resultados excelentes de combate a la inflación, de previsiones de crecimiento económico, de mejora del empleo fijo y disminución del precario, incremento de los niveles salariales, crecimiento real de los salarios.
Ayer (por el jueves pasado) se publicó ese estudio de las instituciones económicas diciendo que por primera vez en tres años el salario iba creciendo en términos reales, a pesar de la inflación y, sin embargo, vemos que hay avances políticos de la derecha. Tampoco tanto como nos hacen creer, pero sí es verdad que hay avance de la derecha, en muchos casos por la desaparición de uno de los partidos de ese espectro político, Ciudadanos, y el impacto que eso tiene en el sistema electoral, de un crecimiento que es más allá del proporcional para las opciones de derecha.
Pero, francamente, es una situación que no tiene una lógica. Lo lógico sería que estuviéramos rentabilizando mucho más el resultado de las buenas políticas que hemos hecho.
¿Y por qué no es así?
Pues probablemente porque los mensajes que se emiten, es lo que decía antes, nosotros desgraciadamente los trabajadores y trabajadoras de este país no disponen del control de medios de comunicación. No nos confundamos, los mensajes que llegan a la sociedad mayoritariamente son los que deciden los consejos de administración. ¿Quiénes son los consejos de administración? En buena parte están puestos por las grandes empresas financieras, las grandes empresas energéticas, los grandes fondos de inversiones internacionales, que cada vez penetran más en los medios de comunicación.
Nosotros hemos hecho cosas como aprobar un impuesto a los beneficios extraordinarios de estas empresas, que, por cierto, les está permitiendo tener beneficios, pero también nos está permitiendo recaudar para luego poder fortalecer los servicios públicos. Y, obviamente, a estas empresas no les gusta pagar más impuestos (se ríe). Y esas cosas tenemos que ser capaces de explicárselo a los ciudadanos.
¿Cree que va a ser una campaña limpia o va a estar otra vez plagada de los mensajitos de siempre?
No. Va a ser una campaña basada en la mentira, en la desinformación y en la deslegitimación de la Democracia. Eso ya empezó claramente en las municipales y autonómicas. Ese intento de hablar de una campaña donde se estaban falseando los votos con una clara intención. La derecha siempre tiene la misma estrategia: Preparar el ambiente para que un resultado que les sea desfavorable no reconocerlo. Eso lo hace Trump, lo hace Bolsonaro y eso lo hacen el Partido Popular y Vox.
Son la misma matriz.
Y ellos van sembrando la semilla de la discordia, de la deslegitimación, del descrédito de la Democracia. Tiene su lógica. Son fuerzas políticas que nunca han trabajado por la Democracia. La Democracia ha sido un mal menor que les ha caído; han tenido que aceptarlo. Pero nunca han luchado por la Democracia. Al revés. Ellos han estado siempre instalados en su pasado y en sus orígenes. Seis de los fundadores del Partido Popular eran ministros franquistas, y han estado siempre instalados cómodamente en las estructuras de la dictadura y después en el búnquer del franquismo.
Vox no es más que esa expresión; es el franquismo más acérrimo que siempre ha habido en el Partido Popular, que se ha escindido. Pero, vamos, que es el franquismo acérrimo. Ya vimos ayer (por el jueves) al nuevo vicepresidente de la Generalitat Valenciana (y conseller de Cultura, el torero Vicente Barrera) diciendo que hay que reivindicar el papel de los ministros franquistas, que no había que avergonzarse de reivindicar las políticas del franquismo.
Por tanto, la campaña va a estar llena de mentiras, que van a intentar confundir y van a intentar engañar y sobre todo van a intentar crear pánico. Yo creo que el proyecto de Sumar es el proyecto que da seguridad, debe dar tranquilidad a las personas, porque mientras más fuerza tengamos, más protegidas van a estar las personas de este país, y especialmente lo van a estar las que tienen más miedo para llegar a final de mes y para poder llevar a sus hijos a las universidades, las que tienen más preocupaciones de poder atender cualquier gasto extraordinario, porque no tienen suficientemente dinero ahorrado, o incluso carecen de ahorros, y porque viven al día.
Ésas son las personas que tienen que estar tranquilas con que Sumar avance, tenga unos resultados mejores de los que hasta ahora ha tenido Unidas Podemos y continuemos estando en el Gobierno de España. Y ojalá con más peso, porque eso va a redundar en garantizar un futuro tranquilo y de bienestar a todas estas personas.
¿Considera que la sombra de Ayuso es muy alargada?
Ayuso es la expresión de esta ola reaccionaria. Es una construcción clarísima del Partido Popular, de esta ola reaccionaria que utiliza la mentira y la desinformación como principal herramienta política y que, además, desatiende los servicios básicos que tiene la obligación de dar una administración pública a los ciudadanos.
Hemos visto el desastre con resultados prácticamente criminales de la gestión de las residencias públicas o ahora mismo el caos absoluto que reina en la sanidad pública en Madrid. La huida masiva de los profesionales de la sanidad a otros territorios por las condiciones indignas, el abandono de la educación pública, a la vez que se van abriendo sistemas de educación privada pagados con dinero público.
En Andalucía eso se hace.
Bueno, es que me has preguntado por Ayuso. Pero es que Moreno Bonilla es más de lo mismo. Quizá con un rostro más sonriente que Ayuso, pero sigue absolutamente las mismas políticas de abandono de los mecanismos de compensación social, de los mecanismo de reequilibrio y de atención a las personas que sufran más la desigualdad. Lo que hacen es abandonar a su suerte a la gente. Todas las medidas fiscales que toman el señor Moreno Bonilla o la señora Ayuso son medidas para que los ricos paguen menos y obviamente si los ricos pagan menos impuestos el Estado puede gastar menos, las administraciones pueden gastar menos en las personas que más lo necesitan.
Ya que ha dicho que la derecha tiene en el horno sus mensajes claros, ¿cuáles son los que debería esgrimir la izquierda para contrarrestarlos?
Nosotros vamos a fortalecer los servicios públicos, los servicios sociales, a generar empleo de calidad, a fortalecer los recursos en cada territorio, para que nadie tenga que abandonar los territorios, para que la España del interior no se quede vacía. Para comenzar a poner en marcha proyectos de transición energética, transición industrial, que permitan trabajadores y trabajadoras cada vez más formados, mejor pagados, con más estabilidad en el empleo y con menos riesgo de deslocalización, es decir que las empresas se vayan a otro lugar.
Nuestro proyecto es potenciar los ejes de producción primaria, secundaria, ponerlos en condiciones, en línea también con la prestación de servicios, de forma que no haya territorios que vivan exclusivamente del sector primario, del sector secundario o del terciario, sino que haya un reequilibrio y donde, además, pueda haber unos sitemas de formación de trabajadores y trabajadoras que los haga imprescindibles para las empresas, que creo que es uno de los grandes retos.
Esa formación de la que habla es clave. ¿Cómo se va a llevar a cabo?
La deslocalización se combate de muchas formas. Una es con la formación. Es decir, ninguna empresa aspirará a abandonar la provincia de Córdoba si sabe que no va a encontrar trabajadores y trabajadoras tan formados como pueda encontrarlos aquí. Y aquí hay una Universidad muy buena en la provincia, hay centros de Formación Profesional y hay que alinear todo esto en los proyectos de transición energética y empresarial e industrial.
Le vamos a ver más por Córdoba en las próximas semanas, ¿no?
Nosotros ya estamos recorriendo la provincia y explicando nuestro programa y viendo cómo solventar los problemas. A mí siempre se me ha visto mucho por aquí. Basta tirar de hemeroteca y la verdad es que sin tener ninguna previsión de que iba a tener el grandísimo honor de presentarme para representar a la provincia de Córdoba creo que de forma mensual en los últimos años yo he estado viniendo por toda la provincia.
Y no sólo eso. Hemos estado atendiendo también en el Parlamento innumerables problemas que surgían de cualquier ayuntamiento de la provincia o de organizaciones de la provincia, con problemas relacionados con el ferrocarril, con la agricultura, con la producción industrial; hemos presentado preguntas parlamentarias, hemos impulsado proyectos de desarrollo legislativo, por ejemplo todo lo que tenía que ver con la Ley de los trabajadores y trabajadoras del campo, que no se llegó a aprobar, pero bueno lo impulsamos, y ha sido permanente nuestro trabajo.
Eso es así porque también IU en Córdoba, y en toda Andalucía, es una organización muy fuerte, y siempre ha tenido mucha presencia y mucha implantación en el trabajo del Grupo Parlamentario.
