PEDRO DOMÍNGUEZ BASCÓN. CLIMATÓLOGO

"Los Patios no sólo son interesantes como cultura, patrimonio o turismo, sino también por el microclima"

Pedro Domínguez Bascón posa para Córdoba Hoy
photo_camera Pedro Domínguez Bascón posa para Córdoba Hoy

El pasado jueves por la noche, la Asociación para el Progreso y la Modernización de Córdoba Futura puso en marcha una más que interesante charla-coloquio titulada 'Una mirada al clima estival urbano de Córdoba: ¿cómo paliar sus efectos?, #BioclimaCórdoba', en la que participaron Pedro Domínguez Bascón, geógrafo climatólogo y profesor titular de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Córdoba (UCO), y Curro Crespo García, arquitecto y socio de Amasce e impulsor de Espacioplástico. La conferencia estuvo moderada por el arquitecto José Rodríguez Rueda, vocal de la junta directiva de Futura y ahí se dieron a conocer una serie de conclusiones plasmadas en un estudio muerto de risa en el fondo de un cajón.

Un estudio que, como bien señala en esta entrevista Pedro Domínguez Bascón, debería hacerse en todas las localidades por pequeñas que sean, porque todas ellas "tienen sus propias islas de calor", para aplicar de forma inteligente fórmulas que mejoraran sustancialmente el confort climático tanto de nativos como de visitantes.

Su estudio se empezó a elaborar en 1995 y se terminó de publicar en 1999. Se hizo en conjunto entre varios investigadores de otras ciudades españolas que prefirieron publicar un año antes porque sus respectivos trabajos no entraban tan en detalle como el cordobés. "Yo lo quería redondear y tardé más en sacarlo a la luz", entre otras cuestiones por cuenta con muchas variables y se detalla al punto de edificios, casas, patios y, por supuesto, a nivel de detalle urbano.

El Ayuntamiento, concretamente la Gerencia, tiene el original pasado a ordenador. Pero como la Diputación le otorgó el primer premio de investigación Palacio de La Merced, está en forma de libro. Un trabajo que bien merecería la pena recuperar para que sis conclusiones pudieran plasmarse en Córdoba y mejorar la vida de los que aquí viven y los que vienen a visitarnos. Además, se puede proyectar a otras localidades de la provincia, a pesar de que éstas, como es el caso de Palma del Río o Montoro, con temperaturas elevadas, tengan luego su idiosincrasia y sus particularidades morfológicas que obligan a una investigación personalizada. En la charla, según señala el climatólogo, no se vieron políticos, que son quienes tendrían que aplicar estas fórmulas, por lo que valga esta entrevista a mofo de toque de atención.

Pedro Domínguez Bascón posa para Córdoba Hoy

¿Cuál es la fórmula para que los veranos en Córdoba sean un poco menos calurosos? ¿Se aportaron soluciones en la charla del pasado jueves?

Evidentemente, se aportaron también soluciones.

Pues imagínese que soy el alcalde. ¿Qué me aconsejaría que hiciera para hacer de Córdoba una ciudad más amable climatológicamente hablando?

En síntesis, habría que darle forma al trabajo que me encargó hacer el Ayuntamiento y que tardó bastantes años en llevarse a cabo. Es un trabajo que forma parte de un proyecto que hicimos investigadores de seis universidades de España en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, y cada uno le dio forma a su trabajo dependiendo de la ciudad donde estuviese.

En comparación, Córdoba era una ciudad más pequeña que el resto, donde estaban Madrid, Barcelona o Valencia y éstas no se podían dominar tan bien como se hizo aquí. En Córdoba se presentó un trabajo que creo va a ser difícil de repetir, porque es complicado, complejo y bajar al nivel de detalle que nosotros bajamos, cambiando de escala de análisis y se llegaron a sacar una serie de conclusiones que pienso son importantes. Y eso se comentó en la conferencia.

"Córdoba tiene uno de los estudios climáticos más completos que se hayan hecho nunca y aporta las claves para saber cómo actuar"

Pero a efectos prácticos, ¿qué soluciones se dan?

En principio, darle forma a ese trabajo que está en forma de libro y posteriormente fue premiado con el primer premio de investigación en la Diputación. Ahí dentro está todo. Todas las constantes climáticas de la ciudad están recogidas ahí. Por tanto, ya se sabe cuales son los impactos y también se conocen los elementos que producen los impactos y, en consecuencia, al saber eso y cómo funcionan los microclimas urbanos en el interior de la ciudad, porque eso es lo magnífico que aporta el trabajo, al menos se cuenta con las claves para saber cómo actuar.

Esa forma se la damos no ya sólo el climatólogo, sino con un equipo multidisciplinar en el que entren arquitectos, botánicos, urbanistas , y que conjugue conocimientos en muchas materias y que se puedan unificar para el bien de una ciudad. Pueden aportar aspectos manifiestamente claros para mejorar las condiciones climáticas de una ciudad. La base ya está, que es el trabajo en forma de libro que me encargó el Ayuntamiento. Y lo está de una manera como no hay en ninguna otra ciudad. Mire que hay trabajos hechos, pero no a ese nivel de detalle. Las mimbres están hechas y hay que interpretar y plasmarlo sobre el terreno.

¿Pero el Ayuntamiento no recibió ese informe?

Claro; se lo entregué y me pagaron por ello.

Por supuesto. Pero ¿han hecho algo de lo que allí se dice? ¿Se ha aplicado algo?

Me imagino que con toda la problemática de cambios de equipos de gobierno y demás, al final se dejó guardado.

Pues qué bien.

El tema de estas cosas es que es complicado interpretar el trabajo de un climatólogo por parte de personas que no tienen conocimientos en la materia. Ahí es donde está la clave. Lo más fácil es aplicar una especie de huida hacia adelante, seguir haciendo las cosas, pero obviando lo que es el confort bioclimático en una estación tan larga, como es el verano, que en Córdoba son cinco meses. Es una especie de no querer mirar esas cuestiones, porque no las entiendo y sobrepasan mi ámbito de actuación o mi ámbito de análisis, o simplemente no le dan esa importancia que tiene.

Afortunadamente, cada vez están más de actualidad estos temas y en ciudades con un clima tan riguroso como Córdoba es necesario; pero no sólo nuestra ciudad. Yo propongo que sea obligatorio tener un estudio y un planeamiento sobre la base de las condiciones climáticas del lugar en toda Andalucía, donde se dan fenómenos de isla de calor urbanos, y por pequeños que sean en los pueblos va ligado a los materiales que se usan de pavimentos y demás.

"Lo primero que hay que hacer es crear una periferia vegetal, unos parapetos de vegetación que filtren ese aire cálido que viene del Norte en verano"

Los pueblos son más pequeños, más abiertos y no tienen la masa construida como es la ciudad, donde las islas de calor siguen unos ritmos distintos. Pero en los pueblos también se ve, de manera que es necesario hacer ese estudio en todos los sitios y tener en cuenta un planeamiento climático. Y luego que cada uno construya en consecuencia.

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Hagamos un ejercicio práctico. Tenemos el estudio ahí. Quizá, en efecto, el político y el periodista o mejor dicho el que no es técnico, no lo entienda, pero ustedes sí. ¿No nos lo podían traducir a un lenguaje comprensible para poder llevarlo a la práctica?

Ahora mismo lo traduzco. El trabajo está hecho a tres escalas: Regional, local y microclimática. La primera lo que nos dice y es lo que yo propongo es que a nivel de región nos vienen vientos, sobre todo en verano, terrales, del Norte, que son muy cálidos   y se recalienta más cuando llegan al Valle del Guadalquivir. O los vientos del Sur o del Sureste. En esa escala el nivel de actuación debe de ser crear una periferia vegetal. Hablamos de unos parapetos de vegetación que filtren ese aire cálido.

Pero eso parece que ya se está haciendo en la capital con el Cinturón Verde, ¿no?

No lo sé si se está haciendo. Parece ser que hay una labor, pero no puede quedarse ahí la cosa, porque con eso solo no es suficiente. Es decir, después hay que actuar en el ámbito urbano, que es donde realmente se siente. Hay que tener en cuenta que aunque filtremos los vientos del Norte, éstos vienen a distinta altura y además va a depender también de dónde se ponga el parapeto verde para que surta más o menos efecto.

"Debemos fomentar la circulación del viento en el núcleo urbano generando gradientes de presión a base de pequeñas zonas verdes"

Y si primero son esos cinturones verdes, en segundo lugar eso no sirve para nada si no se actúa en el interior del ámbito urbano, donde hay elementos de clima más local que regional que nos enseñan muchísimas cosas. Hay un sistema de brisas Sierra-Valle, hay un sistema de inversiones de temperatura muy interesantes en la Sierra que nos indican que son dos aspectos que hay que fomentar. Es decir la circulación del viento en el núcleo urbano se genera y se activa creando gradientes de presión. Se crean a partir de diferencias de temperatura entre lugares próximos que crean pequeñas diferencias de presión y activan la circulación del aire.

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Como mover un inmenso abanico en el interior de la ciudad.

Sí, en el interior del ámbito urbano. ¿Cómo se crea eso? Digamos que se puede matar dos (o muchos) pájaros de un tiro, en el sentido de que hay que generar zonas verdes. Y no tienen por qué ser zonas verdes amplias que signifiquen un impacto para los núcleos habitacionales de la ciudad. No. Hay muchos lugares, como las plazas, que son susceptibles de ser más densamente poblados de vegetación y se creen lugares de frescor con agua y vegetación y que éstos generen gradientes entre lugares más cálidos y menos cálidos. Así se activará.

A eso hay que añadir, por supuesto, tener un tratamiento del pavimento muchísimo más adecuado a las condiciones de cada lugar. Es decir, no se puede usar granito o cemento o asfalto a mansalva, porque en los registros el granito me ha llegado a dar temperaturas de 64 grados con termómetros láser.

¡Madre mía! ¿Podemos bajar un poquito más al detalle? ¿Han estudiado en qué plazas o rincones habría que instalar esos pequeños espacios de frescor para generar los gradientes?

No. Tenemos hecho un recorrido simplemente para demostrar las alteraciones que se producían a nivel espacial. Tengo, por tanto, hecho un recorrido, porque. todo hay que decirlo, nos sorprendía esas diferencias tan grandes en pequeños espacios. A nivel de actuaciones urbanísticas, lo primero que hay que hacer es un mapa de impacto micro-climático como el que proponía en la conferencia del jueves para empezar a traducir las conclusiones que se dicen en el libro y ese mapa nos va a aportar lo que usted me está preguntando, es decir, dónde hay que actuar, dónde se pueden generar zonas verdes, micro-islas de frescor que activen la circulación del aire.

"En los registros que realizamos para el estudio el granito me ha llegado a dar temperaturas de 64 grados con termómetros láser"

Nosotros lo hicimos entre Plaza de Tendillas, que recogimos datos a las siete de la mañana, pasamos por Gran Capitán, Plaza de la Compañía, Plaza Juan Bernier, Pedro Muñoz, la calle Cabezas, calle Osio, la Calleja de las Flores y Calleja de la Hoguera. Simplemente para ver si realmente se seguían observando los extremos que hablamos visto. Buen, pues en Las Tendillas se hizo la primera toma un 18 de agosto de 1995 y a las siete de la mañana entre la plaza y la última calleja, con una hora y media de diferencia entre ambas mediciones los datos demostraban que en la Hoguera había 21,7 grados y en Las Tendillas fue de 24. Hablamos de más de dos grados menos a pesar de que era más tarde y en teoría hace más calor.

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¿Y en el resto de mediciones?

En Gran Capitán fueron 24 grados, Plaza de la Compañía 24,7, en Juan Bernier fueron 24,2... Son plazas duras todas. Ya en Pedro Muñoz se baja a 20 grados, otros 20 en Cabezas, 21 en Osio, en la Calleja de las flores un poquito más de 21 y con eso está todo dicho. Eso tiene su explicación recogida en el trabajo. Por tanto, la línea, que no hay otra, es hacer todo lo posible para tener en cuenta el esfuerzo racional, científico de personas que están aportando trabajos e ideas, y que se vea la voluntad de llevar a cabo todo eso que se está diciendo. Eso, también, es lo que van a valorar los organismos europeos, que tienen fondos para poner en marcha estas cuestiones, y eso mismo es lo que se va a valorar por parte de cualquier turista y cualquiera de los que vivimos aquí.

Efectivamente, hay que pensar en los nativos también, o sobre todo.

Es que el hecho de que no recorras más de 30 metros sin sombra es terrible. Por tanto, tenemos que generar sombra , generar gradientes a partir de micro-islas de frescor y generar pequeñas zonas verdes, sin necesidad de inundar toda la ciudad.

"Hemos llegado a comprobar una diferencia de 8,1 grados en mayo entre lo que es la periferia de la Campiña y el núcleo urbano de la capital"

¿Y en cuanto al pavimento?

Ya he adelantado los tipos de pavimento que son absolutamente descartables en Córdoba: Granito, asfalto, terrazo rojo o el cemento. Todos ellos generan un aumento de temperatura con cifras muy altas y además los ritmos térmicos de esos materiales hacen que las temperaturas del interior de la ciudad se mantengan permanentemente altas hasta que empiezan a soltar la temperatura a la caída de la tarde, con lo que el fenómeno isla de calor está reforzándose. Es que por la noche aún siguen calientes y generan islas de calor nocturnas también muy fuertes. Hemos llegado a medir hasta 8,1 grados de diferencial térmico entre la periferia de la Campiña, con 9 grados, y la ciudad, con 17,1 grados. Es una diferencia muy grande. Y eso que fue en mayo.

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¿Todo eso qué indica?

Que hay que ponerse serios con estas cosas y aprovecharse de los conocimientos y de los trabajos que se aportan. Porque esto no es cuestión de colores políticos, sino que se mira por el bien de los cordobeses y de todas las personas que nos vengan a visitar. Es una mera cuestión de bienestar psíquico, social y de todo tipo, porque no hay cosa que más tranquilidad y sosiego aporta que estar en un jardín bien diseñado, con una fuente de agua al lado o un surtidor. Sólo eso ya amansa a las fieras.

Eso es algo que los árabes ya sabían.

Ya lo sabían y además lo hacían muy bien. Lo que es la morfología de la ciudad árabe no se puede trasladar a la actualidad, pero tenemos ejemplos en la morfología del Casco Histórico. En realidad lo que nosotros podemos aportar es patrimonio, porque tenemos muchísimo y muy rico, pero si además aportamos esa sensibilidad ambiental de micro-climática, es decir demostrar el esfuerzo que está haciendo Córdoba por aumentar de forma racional y no desbocada el número de zonas verdes que repercutan tanto en su alrededor inmediato como también en otras zonas espaciales de la ciudad y que se oiga también el ruido del agua corriendo, se completa todo.

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Si se aplicara al completo ese estudio que tardó algo más de nueve años en hacerse, ¿en cuanto bajaría la temperatura? ¿Se puede calcular?

A ver, frío no vamos a pasar en verano (se ríe). Pero en cualquier caso, sí se puede generar unas situaciones, aunque sean nocturnas o por la mañana de mayor confort, no sólo térmico, con una temperatura menor, sino también sensorial, porque no es lo mismo ver una plaza dura que contemplar un jardín con agua. Ya ese hecho, de forma inconsciente, genera una situación  de confort muchos más agradable que tener que atravesar una plaza dura. Es que el bienestar sensorial que produce eso está poco valorado y hay que tenerlo en cuenta también, porque supone un enorme beneficio para la salud.

"Sólo el hecho de ver un espacio ajardinado y escuchar el rumor del agua ya genera de por sí un bienestar sensorial que supone un enorme beneficio para la salud"

El hecho de tener la posibilidad de andar por un sitio con sombra, ya sea por una zona verde o por una arboleda o incluso por edificaciones con toldos, eso redunda en beneficio de la persona.

En esa charla estaba también su colega arquitecto Curro Crespo García, Es de suponer que se hablaría igualmente de arquitectura paliativa contra el calor, ¿no?

Sí, claro. Curro es una persona muy preparada, sabe mucho y precisamente por eso lo invitaron. Está a lo último en materia de arquitectura bioclimática. Y se habló de que están saliendo materiales mucho más inertes desde el punto de vista térmico y refuerzan el fenómeno de frescor y con ritmos térmicos menores que los materiales habituales en la construcción. Se habló de zonas verdes y su conferencia fue interesantísima y muy actual.

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Es de suponer que ustedes no empezarían de cero con su investigación y lo lógico es que hayan avanzado a partir de estudios previos en la mataría. Por tanto en otras localidades o países habrá investigaciones similares que ya se estén aplicando a nivel práctico. ¿Es así?

Estudios hay hechos en las ciudades más importantes del mundo. El interés por este tipo de materia comienza ya en los años 70' del siglo pasado. Hay, incluso, un pequeño estudio de Londres en la primera mitad del siglo XIX de Ebenezer Howard.

¿Ya en esa fecha?

Sí, porque este señor, que era taquígrafo, observaba con muy buena visión que en el centro de la ciudad había más temperatura que en la periferia. Era la época de la Revolución Industrial y del famoso esmog de las chimeneas y la combustión del carbón que era el combustible que se usaba entonces, y eso que era un clima más sano que el que tenemos en la actualidad, pero no dejaban de ser ambientes muy tóxicos. Vio que había esa temperatura de más y fue un trabajo pionero que después tuvieron que pasar casi 100 años, ya en la década de los 60', cuando se hicieron una serie de trabajos en Viena y en París y confirmaron que en efecto la ciudad generaba un islote de calor importante. Y no sólo eso, sino que las ciudades eran más secas. Y ya a partir de los años 70' se han hecho otros trabajos en muchísimos sitios. En Sudamérica hay bastantes.

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En la charla yo destaqué un trabajo muy interesante en México de Jáuregui, otro de Lombardo en Sao Paulo. En América del Norte hay muchos, como Toronto, Montreal, Nueva York, San Luis, Chicago... En Japón, en Tokio, que es también pionero, en Hiroshima, los mismo que en la India, en Dheli y otras ciudades indias. Ya he comentado el de Viena y París en Europa, pero también los hay en Cracovia (Polonia), Roma (Italia), Utrecht (Países Bajos)... Casi todas las ciudades importantes tienen su estudio. Hasta en Nairobi lo tienen.

"Casi todas las ciudades importantes del mundo tienen su propio estudio, pero ninguna a un nivel de detalle como el que tenemos en Córdoba"

Pero ninguno con tantas variables como el que tiene el de Córdoba, que tiene múltiples variables. En cualquier casos sus resultados son muy buenos.

¿Y en esas localidades aplican esos estudios?

Bueno, en principio hay sensibilidades al respecto. He tenido contacto con arquitectos con mucha sensibilidad hacia la arquitectura bioclimática y vienen aquí a Córdoba a aprender lo que es el Patio. Pero el antiguo, porque hay muchos patios de nueva construcción que no funcionan todo lo bien que se quisiera. Pero vienen y aprenden, pero también aprendemos todos, porque un Patio es un micro-cosmos y precisamente generan esos gradientes que se busca en la ciudad.

Cuando uno pasa por delante de uno de estos recintos y recibe esa bocanada de aire fresco, no deja de ser más que el resultado de las diferencias de gradientes que se establecen entre el Patio, la casa interior y el exterior. Son, por tanto, tres ámbitos que a lo largo del día presentan un ritmo térmico diferente y todo eso activa el aire. Esa brisa fresca no existiría son las gradientes del Patio.

"A Córdoba vienen arquitectos sensibilizados con la arquitectura bioclimática a aprender lo que nos aportan Los Patios"

Eso en el ámbito urbano es lo que realmente debería de hacerse con lo que digo de las pequeñas zonas verdes con agua. Está todo inventado y los árabes lo hacían de alguna manera y era la forma de adaptarse al medio. No es plan de hacer a estas alturas el callejero de la ciudad árabe porque los tiempos no marcan eso, pero sí algo parecido.

En Córdoba, las avenidas amplias, soleadas no son lo más convenientes. Sólo hay que cruzar Vallellano a las cuatro de la tarde en julio y se llega al otro extremo de la calle achicharrado.

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Entonces, por lo que dice, deberíamos mantener Los Patios no solo por razones culturales, patrimoniales y turísticas, sino también por conveniencia climática práctica, ¿no?

Claro que sí. El Patio es una maravilla arquitectónica. Hay que saber hacerlo también. Por eso hay algunos de ellos cuya repercusión micro-climática no es tan evidente como en otros casos. Pero el Patio siempre es el Patio y es interesantísimo. Genera sociabilidad, bienestar y microclimas. Y luego también algunas zonas de bloques de viviendas que tienen su patio interior, como ocurre en la calle San Pablo, en un bloque que hay más abajo de la iglesia (el número 18), enfrente de una oficina de Correos, y que genera inversiones, es decir lo que nos enseña la propia Sierra que nos rodea. Es un bloque de dos plantas y está abierto con una reja que da al exterior y cuando se pasa por ahí se nota una bocanada de frescor a la altura de la cabeza. Ahí no llega el soleamiento, hay una fuente en el centro y está muy bien diseñado y genera el gradiente que buscamos.

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