Opinión

Artículo Periodístico 4.181º: 'Gastrocultura y gastrosofía: Polvorón de las Clarisas'

Seamos justos el polvorón, la crónica más antigua escrita es un documento que las Clarisas de Estepa, en 1780 hacen un encargo para que les traigan cacao de Cádiz.

De ahí, la enorme importancia que este pueblo a lo largo del tiempo, ha tenido sobre el polvorón y los mantecados –que serían variedades unos de otros–. En dicho documento se consta que las monjas Clarisas, es decir de la orden de Santa Clara, es decir, la rama femenina de los Franciscanos, es decir, de los Franciscanos de San Francisco de Asís, indican a ese vecino que les traigan de Cádiz unas fanegas de cacao, de azúcar y unas libras de canela, ingredientes y alimentos para formar el conglomerado o la arquitectura o la catedral básica del polvorón.

Mi olfato siempre me ha indicado, que es cierto, que los humanos tenemos que buscar el origen en un momento, sea por documentos escritos o por habladurías pero la realidad histórica es compleja. Puede que el documento más antiguo sea éste. Y, por tanto, tenemos que dar la originalidad y el origen a este convento y a esta ciudad.

Pero alguien que sepa y conozca algo de las órdenes religiosas, saben que existían trasuntos entre ellas, cartas entre ellas –véase las Cartas que Teresa de Jesús escribía a sus monjas y a otras personas, dicen que redactó quince mil, eso dicen los expertos y entendidos, aunque solo han quedado quinientas, que lo achacan no a la desidia de las monjas, sino al temor de la Inquisición, a que en algunas ocasiones, por alabanza y veneración a su fundadora las monjas posteriores rompían las cartas y cogían trocitos de sus palabras y hacían frases copiando sus mismos escritos, y, también, las guerras y las revoluciones y las desamortizaciones y los incendios y los roedores y las humedades y las ventas por necesidad y los regalos a protectores y bienhechores y...–.

También entraban nuevas monjas –aunque se dividen en dos categorías en general, monjas o monjes de profesión, y, monjes o monjas legos o convertidos, pero ya esta descripción, ni simplificada, la expondré, ya le dejo esta diferencia, para que sus análisis marxistas los aplique, o los existencialistas, los que usted desee–. Lo que quiero indicar, que la victoria tiene mil padres, la derrota es huérfana, decían los maestros antiguos griegos. Con los alimentos que florecen y tienen éxito, incluso identidad nacional sucede lo mismo, todo el mundo se achaca su originalidad.

Pero quién sabe, si el polvorón lo trajo una pequeña y jovencita mujer del campo, que entró en algún convento, sea de América o sea de España, y, que enseñó esa receta a las monjas, una receta que se hacía en su casa heredada de su abuela y bisabuela. Quién sabe, tracemos un pequeño misterio de y en la historia. Aunque de momento continuemos aceptando la originalidad y origen en Estepa, también seamos agradecidos y demos al César lo que es del César, hasta que se encuentre algún documento –creo que el Big Data aplicado a todo, revolucionará el conocimiento, porque encontrará en miles de archivos, miles de notas, miles de nombres, miles de conceptos, incluso, tantos aspectos olvidados de la gran literatura del siglo de Oro español...–.

Es un postre o respostería o dulcería típica de Navidades, aunque ahora los hipermercados están abriendo el horizonte en cualquier tiempo, y, supongo que cuándo los grandes chefs los ofrezcan en sus cocinas de cinco tenedores, como postre acompañando a algo el polvorón, se extenderá por todas las geografías sociales y culturales –siempre he pensado que arroz con leche y polvorón al lado sería delicioso, o arroz con leche con polvorón diluido, o natillas con polvorón, de las dos formas anteriores, o yogurt con polvorón o flan con polvorón o...–. Los expertos indican que el polvorón o polvorín de sabores, que eso es este pequeño manjar, típico y popular, los especialistas consideran que es una especialidad del mantecado –pero esto es otra historia–.

La receta típica es la que hemos indicado, arriba, que las Clarisas indicaron en ese documento, pero generalmente, se insertan almendras, evidentemente con clara de huevo, harina tostada. Su nombre se deriva porque todos los ingredientes se transforman en un grano muy fino, como polvo, de ahí el nombre de polvorón...

Tenemos que ser conscientes, que todas las comidas del arco Mediterráneo han sufrido durante siglos interrelaciones. Unas se habrán perdido, otras habrán quedado. Pero siempre ha sido un encontronazo entre diversidad de influencias. La comida llamada mediterránea es el resultado de todas esas corrientes, de todas las culturas durante siglos y milenios, y, además, las del Norte de Europa, y, las que vinieron de América. Cierto que algo habrá venido de Asia y del Centro de África, especialmente ahora.

Por eso, cuándo pensamos en el origen de los platos y de los fogones, es muy difícil,  creo averiguar las realidades reales –eso que se llama históricas, quién sabe en estos cinco días de dolor y preocupación y temor que negociaciones y comunicaciones y acuerdos se estarán produciendo en nuestro país, y, que sabremos la solución el 29 de abril del 2024, pero quién sabe los ingredientes de esta comida sociopolítica–. Unas comidas se olvidan en el tiempo, otras se transforman, otras se modifican, unas cambian de nombres, algunas varían algunos ingredientes, algunas se prohíben por llevar una substancia u otra... ¡Pero nunca sabremos totalmente, los que nos han ido dejando en nuestra Celtiberia todos los pueblos que han ido pasando, empezando desde la prehistoria...! ¡Y, cuántas serán prácticamente lo mismo, los asados de carne de caza, serán y son esencialmente iguales en miles de años...!

Por cierto las Clarisas de Estepa hace dos siglos no pudieron imaginar que en dicha localidad, con el tiempo se crearía un Museo del Mantecado y la Ciudad del Chocolate. Bueno es que en tantos viajes que se hacen usted lo visite... Un modesto polvorón cuánta influencia ha tenido y seguirá dando sabor y luz y color a los ojos de grandes y pequeños...