Opinión

Artículo Periodístico 3.779º: 'No hablar de nadie, en particular'

Hoy el articulismo de opinión, los miles de columnas que cada día se publican en nuestro país, en todas las lenguas posibles, están llenos de improperios o críticas a personas.

Por un lado vivo y existo en una contradicción interna o externa, o, mejor dicho también en una convicción. No quiero hablar en mis columnas de nadie en particular, cosa que parece muy difícil, pero que lo he conseguido. Si cito a alguien con nombre y apellidos, no es para criticarle negativamente, sino para mencionar algo positivo o laudatorio.

Tampoco me agrada ese ejercicio, maniqueo, unos, unos siempre son los buenos, otros, otros siempre son los malos. Pienso que la vida y los acontecimientos son un arco iris, existen muchos colores, y muchos grises. Y, hay que procurar mencionar todos, no solo una parte...

También, deseo, en este último trayecto de mi existencia, cumplir el deseo, que siempre he tenido, quizás un sueño irrealizable, de que un periódico a nivel nacional, me contrate o me permita publicar al menos, cuatro o cinco columnas a la semana. Sé que es un sueño, imposible de cumplir, por mil razones. Pero cada uno tiene sus deseos. Y, éste ha sido uno constante en mí, durante décadas –quizá, ese deseo de pasar la filosofía académica a lenguaje de la calle-.

Pero vivo en una contradicción, me pueden decir otros, si hoy todo el mundo quiere criticar a los otros, con nombre y apellidos, sean entes personales o sean jurídicos o ideológicos o políticos o sociales o colectivos... -tú, no estás jugando con las reglas de juego, por tanto, nadie te va a contratar...-, porque además los medios, los suscriptores, quieren ver una línea ideológica en todo lo que leen cada mañana o noche...

Por lo cual, todo lo tengo que elevar a categoría abstracta o general. Todo juicio sobre un hipotético individuo o colectivo lo generalizo y lo abstraigo, y, lo hago una ley de la naturaleza social –sin poder mencionar excepciones teóricas-. Un gran pastel, y que cada persona o individuo, capte lo que quiera o lo que pueda, lo que desee o lo que sienta, que añada o cercene o quite o ponga. Con lo cual es bueno, en el sentido, que esa idea, con las excepciones que se quiera, pueda ser útil, a mil situaciones diferentes durante siglos venideros, y, es malo, porque exige al lector, que sea actor, debe contemplar y perfeccionar lo que se le indica, debe pensar y razonar y meditar y analizar y criticar el mismo escrito que le ofrezco como aperitivo…

Supongo que algunos, pongamos un caso o un ejemplo, esperan que escriba de futbol y del lío nacional, cientos y miles de artículos y comentarios y noticias y horas de difusión sobre el problema de la selección femenina… Supongo, que si tengo algún lector o lectora fiel de mis columnas, en alguno de los medios en los que pongo el nombre y el rostro, alguno espera que le señale alguna idea. ¿Y, yo me digo, tengo el deber de hacerlo, me pregunto y le pregunto a las estrellas...?

¡Pero nos encontramos con la situación de antes, que he expresado y que pienso sinceramente que un juicio tiene que ser verdad, que sea equitativo, justo, verídico, verosímil, bondadoso, racional, útil, eficiente, constructor, y, que no añada más dolor al dolor, sino que cure alguna herida...! ¿Qué digo...?

Podría indicar, que el esfuerzo de veintitantas mujeres, que llevan años esforzándose en ese trabajo-deporte, no se está valorando. Podría expresar que un hito y mérito y un enorme valor que han alcanzado las mujeres en el deporte, este es un ejemplo, no se está valorando. Podría indicar que ese placer y ese orgullo que los españoles, en este caso españolas hayan ganado una premio tan importante, ese orgullo colectivo y esa alegría colectiva no la estamos sufriendo, porque claro todos los medios se están ocupando de otras cosas. Podría decir que el símbolo y la realidad que la mujer, en la práctica tiene las mismas capacidades que los hombres, se expresa claramente en que han ganado una liga internacional no se está valorando. Podría también contar que el orgullo que pueda ser para todas las mujeres de España y del mundo, esta victoria, se está difuminando...

No sé, como terminará este asunto del futbol femenino, o, si pienso y opino como va a terminar, que no redactaré aquí, porque no sé, cuándo este artículo saldrá en la prensa de Internet. Porque claro está, muchos dicen, que el pescaíto/noticia/información tiene que venderse fresco, es la frase del maestro Alcántara, que no puedo decir nada en contra de ella. Eso es la teoría de la actualidad, la novedad, de lo que todo el mundo está hablando en ese día o en esos días. Por eso, esta noticia, que llevamos una semana, a día de hoy, está todo lleno de ella –mientras tanto, quizás nos estemos olvidando, de otras realidades muy graves, que están sucediendo en nuestro terruño-.

Pero también, hay que indicarles a los de la novedad, actualidad, y del 'pescaíto' fresco, que también ellos degustan jamón y queso y otras viandas, que se tarda en su elaboración, sin contar vinos, varios meses/semanas/años. Macerar ideas y noticias e informaciones es y debería ser, por fin, un objetivo a conseguir en el periodismo...

¡Porque por desgracia, algo semejante, mañana, o dentro de diez años, volverá a producirse en una cancha de deporte…! ¡Porque hasta que seamos conscientes, que necesitamos tener una moral personal, sería y profunda y verídica y verdadera, y, también, una moral social y colectiva verídica y verdadera, nos encontraremos con multitud de injusticias que los humanos se hacen a sí mismos y a los otros...!

¡Porque yo esperé durante semanas y meses y años, que el ejemplo del cine en Estados Unidos, aquello de los abusos, se extendería como información y queja, por otras industrias del cine, de otros países, ¿o es que no sucede en otros países?

Pero también esperaba que se desarrollara esa queja de aquellas grandes actrices americanas, a multitud de sectores sociales y económicos. Pero parece ser que los abusos solo se producen en el seno de la iglesia católica y en el seno del cine de Hollywood, ¡todos los demás sectores del mundo y en el mundo económico, social, cultural son santos y perfectos en la moral sexual...! ¡Y, en todos los países...!

¡Pero quién quiere oír, hoy, que hay que tener una ética y moral mínima universal, que hay que intentar cumplir, dígame, quiere usted aceptar la posibilidad, al menos de este concepto e idea y enunciado y juicio y proposición!, ¡¿lo quiere...!?