Básicamente, el motivo del rechazo se basa en que si se elimina la mitad de cada una de las aceras no se dejará espacio suficiente a los peatones, que se verán obligados a ir casi en fila india. Eso trasladará el peligro a las aceras y creará conflictos de convivencia entre personas que se desplazan de modo saludable y sostenible.
Ademas, en la actualidad cada uno de los carriles derechos del puente son Ciclo-carriles, con limitación de velocidad de 30 kilómetros por hora y preferencia para quienes van en bicicleta o patinete. Aunque desde la PCBici reiteradamente se han enviado propuestas concretas de señalización y control de la velocidad, éstas nunca se han puesto en funcionamiento adecuadamente y la falta de vigilancia y control por parte del Ayuntamiento hace que sea muy peligroso su paso en bici o patinete.
Recientemente en esa zona resultó atropellada una mujer en bicicleta por un autobús de Aucorsa y aún a día de hoy se encuentra en el Hospital.
"Pedimos al Ayuntamiento que se reúna de forma urgente con los colectivos y representantes vecinales para buscar la solución más adecuada a la movilidad y el tránsito del Puente de San Rafael, evitando, así, el peligro que puede generar el proyecto anunciado", ha añadido el comunicado.
Medidas como la que pretende el Consistorio cordobés "contradicen" lo muchas veces expresado en el argumentario político municipal de "establecer un marco urbano de la movilidad sostenible, segura y saludable", "prestar especial atención al transporte público, a los desplazamientos peatonales y al uso de la bicicleta" o "disminuir el tráfico motorizado para mejorar la calidad de vida".
