El movimiento no siempre es indicativo de negocio. El pasado Black Friday, que ha desplazado ya al Puente de la Constitución como pistoletazo tradicional de la campaña de Navidad en España, se pudo ver a numerosas personas curioseando por los establecimientos de la capital cordobesa, pero no por ello se produjo el consumo deseado.
El presidente de la Federación comercial Comercio Córdoba, Rafael Bados, que esa jornada "no fue especialmente bien" para los intereses de los comerciantes, algo que se pudo comprobar en el panel de establecimientos que tienen para tantear estas situaciones y "no es para tirar cohetes en absoluto, porque el resultado no ha sido el esperado".
Bados achaca el bajo consumo, que no ha sido cuantificado en un porcentaje, a la situación actual con una subida generalizada del IPC, el incremento galopante del precio de las energías y los carburantes, así como del precio del dinero, que "han mermado enormemente la capacidad de consumo" de la clientela, y "esperemos que no sea el preludio de una maña campaña navideña".
A eso se le añade que el estudio del CIS sobre el índice de confianza del consumidor "está muy bajo", aunque todavía hay confianza en que al gasto no realizado ahora se acabe haciendo en las próximas semanas más cerca de Navidad. Se supone que en eso tiene cierto influjo la iluminación especial que se encenderá el próximo día 2 de diciembre.
El representante del comercio cordobés también culpa del miedo a consumir por la "constante llamada de algunos al desastre económico que mete todavía más miedo en el cuerpo a realizar compras", y frente a eso hay índices económicos que indican que la situación, a pesar de no ser buen, tampoco es catastrófica, como el hecho de que la afiliación a la Seguridad Social ha fundido récords. "No deja de ser una cifra que llama a la esperanza y que puede incentivar el consumo y la economía al mismo tiempo".
