CIEN AÑOS DEL DESASTRE EN EL RIF

Los tres del Campo de la Verdad que se libraron de la matanza de Annual

Un policía local de Melilla, José Marqués López, investiga cómo fueron las circunstancias de la fuga y la llegada a la capital cordobesa de los tres prisioneros
De izquierda a derecha- Arturo Cid Jiménez, Mario Cifuentes Mellado, y Manuel León Expósito
photo_camera De izquierda a derecha- Arturo Cid Jiménez, Mario Cifuentes Mellado, y Manuel León Expósito

Ha tenido que ser un policía local melillense, José Marqués López, quien recuperara la historia de los tres cordobeses del Campo de La Verdad, que marcharon juntos a Marruecos, sobrevivieron al desastre de Annual, fueron cautivos, lograron liberarse y regresaron a su ciudad natal, Córdoba, donde fueron agasajados por sus conciudadanos.

La ocasión no era para menos, teniendo en cuenta que en aquella batalla, dentro de la guerra del Rif, perdieron la vida 9.000 soldados españoles y a la postre llevó a la dictadura de Primo de Rivera tras dar un golpe de Estado en España. En julio pasado, concretamente el día 11, se conmemoraron sus primeros 100 años y José Marques, persona curiosa donde las haya, acabó investigando sobre esta llamativa historia que comenzó con una foto publicada el 27 de febrero de 1999, sábado, en el periódico Melilla Hoy.

José Marqués López

La imagen llevaba el título de 'El escritor Juan Pando en el Tercio Gran Capitán I de la Legión, en compañía de amantes de la Historia de Melilla'. Ese día, Juan Pando y el coronel del Tercio Francisco Sánchez Barbero depositaron una corona de laurel en recuerdo de los fallecidos en el llamado 'Desastre de Annual', pero es que un día antes, el viernes, 26 de febrero, Pando había presentado su libro sobre Annual en la Aula 10 de la UNED ante un numeroso público.

Pues bien, con aquella imagen en la memoria y mientras repasaba la revista La Unión Ilustrada de Málaga en busca de fotos de cautivos que fueron liberados a finales de enero de 1923 se topó con una imagen impresionada en Córdoba, en febrero de ese año con un pie que rezaba "Arturo Cid Jiménez, Manuel León Expósito y Mario Cifuentes, excautivos de Axdir, que sufrieron durante el cautiverio privaciones. El Centro Filarmónico Cordobés ha verificado una postulación a beneficio de ellos". Dentro de esa misma revista pareció otra foto fechada en Córdoba titulada 'Los excautivos de Axdir después de recibir del alcalde el producto del festival celebrado en su honor en el Gran Teatro'.

Esa fue la chispa para iniciar su investigacion sobre los tres cordobeses. De este modo, Marqués contactó con la historiadora melillense Isabel Migallón, quien le facilitó la lista de prisioneros liberados del Regimiento Melilla 59 a finales de enero de 1923. "Voy repasando nombres y cuál es mi sorpresa que encuentro a los soldados Manuel León Expósito y Arturo Cid Jiménez, pero no aparece en esta lista el nombre del cabo Mario Cifuentes Mellado", explica el investigador.

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Su siguiente paso fue huronear por Internet hasta toparse con una página-blog del investigador Javier Sánchez Regaña que lleva por nombre 'Todos los nombres del desastre de Annual. Regimiento de Infantería Melilla 59'. Y en esta página virtual vio los nombres de los soldados Manuel León Expósito y Arturo Cid Jiménez, ambos del Regimiento Melilla 59. Un poco más adelante encontró, por fin, al cabo Mario Cifuentes Mellado, que estaba en la posición de Terbibin y fue hecho prisionero en Segangan.

Por suerte, y tras contactar con Sánchez Regaña, obtuvo la declaración del cabo, quien, al parecer, "se fugó la noche del 8 de febrero en compañía de otros siete soldados cautivos del campamento de Yebel Kaman, ayudados por dos moros de la policía indígena, que los esperaban en una barca y los trasladaron hasta el Peñón de Alhucemas". Un historia que coincide con lo que el libro del sargento Francisco Basallo, Memorias del cautiverio, señala en la página 93: "Del destacamento inmediato se fugaron el cabo Ignacio López y varios soldados, con dos de sus guardianes, logrando llegar al Peñón  en una barca, que devolvieron sola a la playa".

Igualmente, en el priódico El Telegrama del Rif, con fecha 10 de febrero de 1922, se publica la noticia 'Llegan nueve prisioneros de Annual'. Ahí, la publicación informaba de que "en el cañonero Recalde llegaron ayer mañana nueve prisioneros de Annual, que recientemente habían sido trasladados a la fracción de Kaman, en la divisoria del Kert  y el Nekor". Esos prisioneros habían logrado evadirse durante la noche, llegando a nado hasta la isla de Alhucemas, donde fueron recogidos por ese buque de guerra.

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Los nombres de los fugados son del Regimiento Melilla, el cabo Manuel López Sánchez, natural de Ciudad Real, y los soldados Pedro Martín Rueda, de Colmenar (Málaga); Francisco Morrujo Calleja, de San Vicente de Alcántara (Badajoz); Mario Cifuentes Mellado, de Córdoba; José Reina, de Nerpio (Albacete), e Ignacio López Borrallo, de Badajoz, y del Mixto de Artillería Antonio Martínez Mañas, de Alhama (Murcia). Igualmente, de la Brigada Disciplinaria estaban Manuel Ocaña, de Madrid, y de la Policía indígena, Mohamed Beni Zonazen Ben Said el Mohatar.

Evidentemente, El Telegrama del Rif no iba a desaprovechar la ocasión y al dia siguiente, 11 de febrero de 1922, sábado, publica otra información con las declaraciones y la historia contada por los prisioneros llegados de Kaman. El periodista Tomás Segado relataba la crónica y llegó a entrevistar a uno de los prisioneros, al cabo del Melilla 59 Ignacio López Borrallo, perteneciente a la quinta de 1918. Ha sido licenciado y, como es natural, tiene el propósito de embarcar para la Península en el primer correo. Así comenzaba la crónica Segado: "Hemos llegado a las alturas de Cabrerizas. Recorremos una y otra tienda de campaña, en busca de los soldados de Melilla que han sufrido el cautiverio en la fracción de Kaman".

A raíz de esta historia, José Marqués López pregunta a Miguel Ruiz Rueda, natural de Alhucemas y gran amante de los paisajes del Rif, dónde quedaba Yebel Kaman, el campamento de los soldados prisioneros que tantas penalidades sufrieron durante los meses de cautiverio. Y éste le remite un mapa donde con un punto rojo le señala Yebel Kaman, a medio camino de Annual y Boudinar.

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"Recuerdo que en unas de mis visitas a la posición de Annual, ya de regreso a la costa, pasé por Boudinar. Allá en el horizonte observaba la silueta de Yebel Kaman, y en las faldas, un morabo blanco, al que los lugareños llaman morabo de Sidi Hach Guafi", explica el investigador.

El cabo Mario Cifuentes marchó a Córdoba con sus dos compañeros de cautiverio, y allí, pasados unos años, encontró trabajo en la Casa Hospicio como albañil.

"Han pasado cerca de 100 años de esta historia, que yo llamaría 'De la  Historia secreta de Annual', en recuerdo al escritor y amigo Juan Pando Despierto", en un escrito que "va dedicado a Manuel León, a Arturo Cid y al cabo Mario Cifuentes, los tres cordobeses, soldados los tres del Regimiento de Infantería Melilla 59", indica el investigador.

Las fuentes cordobesas

Pero lejos de quedarse satisfecho, Marqués siguió indagando en la historia de estos tres. Así, navegando en la hemeroteca digital del Diario de Córdoba, que por entonces tenía de director a Manuel García Lovera, y buscando el sorteo de mozos de la quinta de 1919, y de fecha 18 de febrero de ese año, encuentra la noticia. Decía así: "Varios niños de la Casa Hospicio fueron los encargados de extraer las bolas de los bombos, y el popular pregonero Carlos López Alcalde tenía a su cargo la misión de publicar las parroquias, nombres y número de los mozos que se sorteaban".

Pues bien, en la Parroquia de San Francisco estaba el mozo Arturo Cid Jiménez con el número 220; en la Parroquia del Sagrario estaba el mozo Mario Cifuentes Mellado con el número 348, y en la Parroquia del Espíritu Santo, el mozo Manuel León Expósito con el número 452.

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Volviendo a la hemeroteca digital del Diario de Córdoba se topó con una reseña que decía: "Esta madrugada, en el tren mixto de Málaga, llegaron a Córdoba los excautivos el cabo Juan Martínez Ramírez y el soldado Manuel Mata del Rey, pertenecientes al Regimiento Melilla 59. Ambos fueron hechos prisioneros cuando se efectuaba la retirada de la Alcazaba Roja, situada a tres kilómetros de la posición de Tizi-Nory, en unión del capitán Narciso Sánchez Aparicio".

El cabo Juan Martínez era esperado en la estación central por su padre José Martínez de Hoza y otras personas de su familia, quienes lo acompañarán al pueblo de Posadas, dónde tiene su residencia.

¿Qué pasó en el Rif? En las páginas de El Telegrama, de fecha 12 de diciembre de 1920, en primera página estaba la noticia 'Sobre la cumbre más elevada del Mauro ha izado el General Fernández Silvestre la bandera española'. Según comentaba el periódico, se había sometido la indómita kábila de Beni-Said y establecido posiciones en Sidi- Abde-lach, Dar Quedani, Tizi-Nory o Tizi-Inora, Hach Dar Bussian o Alcazaba Roja, Timayats y Zoco de Bu-Ermana.

El general Fernández Silvestre había realizado con su Estado Mayor la ascensión de tres kilómetros al mítico Monte Mauro, e izó la bandera española, la misma bandera que fue izada en el pico Basbel, Monte Gurugú, el 29 de septiembre de 1909. Se habían sometido las kábilas de Beni-Ulichek y Beni-Said en poco más de una semana.

En ese mismo periódido, del 18 de diciembre de 1920, se hablaba de que 'Melilla ha rendido homenaje a este brillante Ejército', cuando el día anterior habñia tenido lugar un impresionante desfile militar en la Avenida Alfonso XIII y la Plaza de España, en el que participaron las tropas que habían tomado parte en la sumisión de Beni-Ulichek y Beni-Said.

Igualmente, La Unión Ilustrada le dedicaba una página, con magníficas fotografías del capitán Carlos Lázaro Muñoz. Además, el general Fernández Silvestre, y el segundo jefe, general Navarro, impusieron condecoraciones a la tropa.m Llegado el 28 de diciembre El Telegrama hablaba que "El General Fernández Silvestre, como complemento de las operaciones últimamente realizadas, dispuso que se tomase un nuevo punto dominante de los poblados de la zona septentrional del monte Mauro. Ayer quedó realizado felizmente ese objetivo, posesionándose las tropas, sin hallar la menor resistencia, como era de esperar, del sitio elegido en Ulad Aisa, distante seis kilómetros de la Alcazaba Roja y unos dos de la costa".

Eso implicaba que se había conseguido rodear o cercar de posiciones las estribaciones del mítico Monte Mauro en la indómita Kábila de los Beni-Said. El mismo periódico el 23 de febrero de 1923 publicaba 'Embarque de licenciados y llegada de reclutas': "Amainando el temporal, ayer tarde salieron de este puerto, con dirección a Málaga, los vapores Monte Toro, Vicente Puchol, y Antonio Lázaro, llevando a los soldados del reemplazo o quinta de 1919, pertenecientes a las regiones primera, segunda y séptima".

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Marqués en este punto vuelve a la hemeroteca digital del Diario de Córdoba, de fecha domingo 25 de febrero de 1923, y en primera página titula 'El regreso de los cautivos Cid y León'. Efectivamente, los soldados licenciados Arturo Cid Jiménez, Mario Cifuentes Mellado y Manuel León Expósito embarcaron la tarde noche del jueves 22 desde Melilla para Málaga, desde donde el viernes 23, a la una de la madrugada, emprendieron viaje en tren militar y llegar el sábado, 24, por la mañana a Córdoba.

Llegaron sin avisar, pero fueron reconocidos y una multitud acompañó a los tres soldados a Casas Consistoriales o Ayuntamiento, dónde fueron recibidos por el Alcalde, Patricio López y González de Canales.Allí narraron que el sargento Mario Cifuentes fue hecho prisionero en la posición de Terbibin o Zoco Bu-Ermana, posición que mandaba el capitán Cándido Irazazabal, del Regimiento Melilla 59.

Logró fugarse con otros siete soldados del campamento de Yebel Kaman, la noche de 8 de febrero de 1922 y llegar en una barca hasta el Peñón de Alhucemas, siendo conducidos a Melilla por el remolcador Recalde.

Por su parte, los soldados Arturo Cid Jiménez y Manuel León Expósito fueron hechos prisioneros en la posición de Tizi-Nory o Tizi-Inora, que mandaba el teniente Luis Tapia del Regimiento Melilla 59. Ambos soldados pertenecían a la tercera compañía, tercer batallón. El capitán Narciso Sánchez Aparicio se replegó con unos 30 soldados de la posición Hach Dar Bussian o Alcazaba Roja hacia Tizi-Nory, tomando el mando de esta posición.

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El Diario de Córdoba, de fecha 10 de marzo de 1923, titulaba: 'La función de gala en honor de los rescatados cordobeses', donde se indicaba que "en el palco reservado a los rescatados se hallaban los sargentos Basallo y Cifuentes y los soldados Arturo Cid Jiménez y Manuel León Expósito, acompañándoles, como antes decimos, el soldado excautivo Juan Martínez Ramírez.

El sargento Francisco Basallo llegó a Córdoba el 23 de febrero tras pasar unos días en Málaga, acompañando desde Melilla por Francisco Páez Ortiz, redactor jefe del diario 'El Popular de Melilla', cuyo director era el cordobés Juan Berenguer Rodríguez.

Mario Cifuentes Mellado encontró trabajo en la Casa Hospicio de Córdoba, y residía en Campo Santo de los Mártires número 4. Manuel León Expósito contrajo el tifus durante el cautiverio, y fue curado gracias a los desvelos del sargento Basallo, al que los soldados llamaban el 'Ángerl del cautiverio'. Manuel León residía en la calle de los Gitanos, 2, en Campo de la Verdad, muy cerca de la parroquia del Espíritu Santo. Arturo Cid Jiménez era sastre y residía en la calle la Feria.