La ciudad
FOTOGALERÍA: Radiografía de uno de los días más calientes de la semana (y no hablamos de sexo)
No vamos a exagerar diciendo que no había ni un alma, porque será mentir, pero sí es absolutamente cierto que en la jornada e hoy era infinitamente más fácil buscar rincones (y hasta calles y avenidas) sin apenas seres humanos deambulando sobre el asfalto, que hoy parecía un horno de piedra natural para hacer repostería.
La falta de gente por el calor y porque ya es julio avanzado, de modo que hay mucha gente de vacaciones, te permite contemplar detalles que en la muchedumbre se pierden.
Admirable el tesón de los visitantes extranjeros, que a pesar de que la radiación solar pesaba literalmente varias toneladas se paseaban por su Córdoba soñada con una sonrisa en la boca, unos chapetillos suaves y muy bien pertrechado contra el calor, lo que demuestra que vienen preparados para su visita.
Las terrazas parecían ciudades fantasma, lo mismo que las obras, y pasearse por el entorno de la Mequita-Catedral, la Puerta del Puente o el Puente Romano recordaba en cierto modo al confinamiento por la pandemia, pero sin llegar a aquellos extremos en los que parecía que había caído sobre la capital califal una bomba de neutrones. Ahora, aunque escasa, se podía atisbar algo de vida humana por la calle.
No se busquen en la galería, porque no se van a encontrar.