Ecología y medio ambiente

La señora de la dehesa campea sus anchas por el Norte de Córdoba

Este fin de semana se celebra en Añora las II Jornadas Nacionales de la Grulla, con ponencias científicas y escapadas a contemplar a estas aves en su estado natural
Grullas en la dehesa cordobesa
photo_camera Grullas en las dehesas cordobesas del Norte

Casi un centenar de expertos de toda España, además de Portugal y Suecia se han reunido este fin de semana en Añora para participar en las II Jornadas Nacionales sobre Grulla Común, en las que se dan a conocer los últimos avances de la investigación sobre estas aves migratorias, que llegan a tierras españolas entre octubre y noviembre y vuelven al Norte en febrero o marzo.

Y aunque son unas jornadas eminentemente técnicas dirigidas a expertos, investigadores y científicos, también tiene su parte lúdica, como bien ha explicado a EFE el impulsor de estas jornadas y agente de medio ambiente Juan Manuel Sánchez.

Así, el Parque San Martín de Añora acoge en paralelo estas jornadas así como el I Encuentro Ornitológico de Los Pedroches, si bien desde el pasado fin de semana se están celebrando talleres, concursos, proyecciones de documentales y excursiones para conocer in situ a la considerada joya zoológica de Los Pedroches y el Alto Guadiato.

Festival de las Grullas de El Viso

Entre los participantes han llegado desde todos los lugares de la geografía nacional donde la grulla pasa el invierno, como Zaragoza, Teruel Navarra, Madrid, Toledo o las dehesas extremeñas y del Norte de Córdoba, pero también está presente un miembro del Museo de las Ciencias de Madrid, un portugués y hasta el coordinador del Área Báltica de los anilladores de los pollos de grullas, Sigvard Lungdren.

Precisamente ese anillado, que se lleva a cabo en las crías porque en los adultos es realmente complicado hacerlo, y que se realiza en el Norte de Europa, ha aportado datos muy interesantes sobre estas aves. Por ejemplo, se ha comprobado que las hay que acuden al mismo sitio, con la misma pareja y con una nueva cría desde hace años.

Cuatro mil kilómetros de Norte a Sur (y vuelta)

Y eso que realizan un viaje de unos 4.000 kilómetros desde las gélidas tierras de Noruega, Finlandia, Polonia, Alemania, Estonia, Letonia, Lituania y algunas, incluso, desde Rusia, hacia el Sur, "no porque no sean capaces de soportar temperaturas heladas, sino porque allí el hielo y la nieve no les deja alimentarse lo necesario".

De hecho, en Los Pedroches este mismo invierno se han llegado a registrar hasta temperaturas de -7 grados y otros años de -14, pero las grullas aguantan lo que les echen, durmiendo con las patas dentro de una lámina de frías aguas para estar a salvo de los depredadores, siempre que éstas tengan acceso a la comida.

"En contra de lo que se piensa, las grullas apenas comen bellotas, porque no tiene medios para pelarlas y son más bien como las gallinas, que se alimentan con todo lo que encuentran en tierra, desde pequeños tubérculos, hasta lombrices y hierba", indica Sánchez.

grullas

El espectáculo en estos casos está servido. "Hemos llegado a pensar este año hasta 8.060 grullas, entra adultos y pollos, que son del mismo tamaño pero con la cabeza marrón, repartidos entre bandadas de 100 o 120 aves, que suelen ser muy territoriales y se quedan en su zona, cerca de donde hay agua".

Por eso, las excursiones que se han preparado para los 'profanos y curiosos' , con grupos de unas 50 personas y para las que no hace falta inscripción previa, son espectaculares. Se trata de observarlas en tierra posadas, para lo que se requiere de un catalejo para no aproximarse mucho, porque no se dejan avistar así como así, o bien volando en bandadas.

"En este caso, al atardecer nos quedamos extasiados con la llegada de cientos de animales llegando a sus dormideros con los últimos rayos rojizos del sol: es un espectáculo único".