Pequeño, pero matón, el municipio de Zuheros, en la comarca de la Subbética, es otro de los pocos municipios del Sur de la provincia actualmente libre de virus. Lo han conseguido con mucho esfuerzo por parte de dirigentes, con la alcaldesa Manuela Romero Camacho (PSOE), al frente, como por parte de la población (641 almas), "especialmente los más pequeños", que han terminado recibiendo del Consistorio un diploma que les acredita su "excelente" comportamiento.
La regidora, lejos del autobombo, ha preferido ponerles medallas a sus convecinos y convecinas, que son los que "han sabido mantener un confinamiento con cabeza y muy, muy responsable, saliendo sólo para lo estrictamente necesario". Y lo dice una alcaldesa que no tiene más remedio que estar presente en las calles del municipio para controlar de cerca la situación.
Pero un análisis más en profundidad nos puede dar las claves de un éxito, en el que , como siempre, el factor suerte es decisivo. Por lo pronto todas las normas e instrucciones que se han recibido desde instancias mayores han sido aplicadas por el Consistorio "al cien por cien", y ya desde el jueves antes al estado de alarma (el sábado siguiente) "se cerró todo al turismo", empezando por la Cueva de los Murciélagos.
Y aquí entra el primer factor que influye en la falta de infectados. Zuheros es eminentemente turístico, con fines de semana abarrotados de visitantes del exterior (de ahí lo de matón), pero da la casualidad de que los días previos al confinamiento "estábamos trabajando con niños y colegios de Córdoba y provincia", con lo que no había visitantes del exterior.
De igual modo, y al contrarios que en otras zonas, donde sí hubo una llegada repentina de madrileños de ascendencia cordobesa, en Zuheros no. "Aquí hay familias de emigrantes que en su día se marcharon a Zaragoza y que pasan la mitad del año allí y la otra, aquí". Pues bien a estos cordobeses del Norte les pilló la nueva situación precisamente en la temporada zuhereña, con lo que pudieron ser causantes de una transmisión foránea.
Otro elemento favorable a un control natural de la situación, es que el municipio, al ser pequeño y vivir todo el pueblo concentrado en el Casco urbano, "todo el mundo sabe de inmediato quién está fuera y si es del pueblo". De este modo se ha detectado que, en efecto, no se han recibido visitas de nadie.
La desinfección de los espacios necesarios, como son las entradas de los locales comerciales abiertos en pandemia, así como de las calles, se llevan a cabo por parte de agricultores voluntarios que prestan sus tractores (y a los que se les ha agradecido con la entrega de una mascarilla-visera a cada uno) y se van turnando, al personal municipal y a Protección Civil, además del material que ha entregado la Diputación en forma de hipoclorito sódico y mascarillas. "En las primeras semanas desinfectábamos las calles dos veces a la semana, pero lo vamos a reducir ya a una vez a la semana". También han participado unidades de la BRI X de Cerro Muriano, así como personal del Infoca.
Si bien ya llegan mascarillas oficiales, ante el caos producido principio y la escasez de material, un grupo de vecinas se dedicó entonces a elaborar mascarillas caseras cien por cien algodón de triple capa (unas 700) que se repartieron a todos los habitantes del pueblo. Entre ellos, evidentemente, las ocho personas que trabajan en Ayuda a Dominio para servir a una veintena de usuarios y que a día de hoy ya cuentan con sus mascarillas FFP2. Zuheros carece de residencia de ancianos, pero el cuidado extremo se ha trasladado a esa población necesitada de atención para la que "las trabajadoras acuden a cada vivienda con un equipo EPI completo que se cambia en cada servicio que hacen". Se les han practicado también sus correspondientes test que han salido todos negativos.
¿Y por qué la alcaldesa ha destacado la actitud de los niños? "En los más de 40 días que lleva el confinamiento no he visto ni uno por la calle", señala. Es más, el pasado domingo, cuando se abrió la mano con los menores "estaban tan conciencias que ni siquiera salieron todos", explica. Hubo algunos recelos, pero la mayoría de los más cautelosos, al comprobar que la pista deportiva no se iba a abrir optaron por quedarse en casa. Esa actitud ha llevado al Consistorio a premiar a sus 60 infantes con un certificado de buen comportamiento y unas chuches que les entregaron el personal de Protección Civil junto al kit escolar para trabajar desde sus hogares. "Me consta que les hizo muchísima ilusión".
Ese nivel de concienciación se ha conseguido mediante mensajes a través de las redes sociales (personales y oficiales) y también en el canal por cable que tienen en el pueblo desde hace un año (para acabar con las antenas que afeaban a la población) para mostrar una teleagenda con toda la información necesaria. A los 15 días, además, la alcaldesa grabó un vídeo para emitirlo explicando las medidas que había que aplicar y se va a emitir un segundo de apoyo al comercio local, para el consumo se lleve a cabo en las seis tiendas del municipio cuando comience la desescalada. Habrá otra proyección más para el resto de establecimientos ahora cerrados y otro nuevo en relación al turismo.
La situación actual ha anulado ya el Día de la Cruz, el 3 de mayo, así como la Romería de San Isidro, para el 15 del mismo mes y de gran tradición en el municipio. En este sentido, Romero ha explicado que ya hay familias que han indicado que se reunirán ese día bien en las terrazas, azoteas o arriates para celebrarlo "guardando las distancias". Tampoco se podrá celebrar en junio próximo la Noche Romántica, enmarcada en la calificación de Pueblo Bonito de España, ni, por supuesto, se va a abrir la piscina municipal este año. Y en eso la regidora ha sido tajante.
"Lo que realmente echan de menos los vecinos es su paseo por la tarde más que otra cosa", señala. Por eso ante la desescalada del confinamiento no teme por lo que vayan a hacer sus vecinos, sino más bien por lo que puede venir de fuera. "Somos un pueblo bastante atractivo y el entorno es una maravilla y estamos un poco temerosos del movimiento de personas que pueda empezar a haber de nuevo", advierte.
De ahí que ya haya hablado con la Guardia Civil y con la Policía Local de Baena, que presta servicio allí tras un convenio entre ayuntamientos, para controlar más la situación a partir de ahora. De hecho, el control es relativamente fácil por contar con tres únicas entradas (una de ellas, la de la cooperativa, en dirección prohibida, además). Pero si los visitantes llegan desde el río Bailón por la CO-6203 en dirección a la montaña "ni siquiera van a pasar por el núcleo urbano", y si acuden desde la Cueva de los Murciélagos por la CV-178, a la que se une la CV-247 a la entrada del pueblo, sería cuestión de controlar un poco que "no acudan en grupos y que haya un margen social para no estar apelotonados".
