Luis Planas (PSOE), ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, ha unido su nombre a la amplia lista de capataces de honor de la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, un nombramiento que ha recibido este sábado en Bodegas Alvear en un acto que ha encontrado en Pedro Carmona y Pepe Garramiola, Capataces de Campo y Bodega, respectivamente, sus otros dos protagonistas.
Hasta el patio de la centenaria bodega montillana, epicentro institucional de la 67 edición de una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional que sirve cada primer fin de semana de septiembre para vestir de largo los nuevos vinos de la campaña, ha reunido a numerosos representantes del sector vitivinícola comarcal, así como autoridades institucionales, reunidos un año más por el Ayuntamiento de Montilla, el Consejo Regulador de la DOP Montilla-Moriles y la Hermandad de la Virgen de las Viñas.
Tras aceptar las Llaves de la bodega de la Casa del Inca, recogiendo, así, el testigo de Rafael Romero, el ministro se ha comprometido con la promoción de los vinos de la DO Montilla-Moriles a nivel nacional e internacional y ha lanzado un mensaje de optimismo y esperanza refiriéndose a la comarca como "una zona de futuro", que cuenta con "4.700 hectáreas que permanecen estableces los últimos años, 55 bodegas, 49 de ellas embotelladoras, y un trabajo muy bien hecho por parte de los viticultores y de las bodegas".
En su intervención se ha referido también a las problemáticas del sector como la situación derivada de la salida de la pandemia, la situación económica derivada de la guerra de Ucrania y la sequía, y ha querido un lanzar un mensaje de esperanza, señalando que "con el trabajo de todos, en un sector tan importante como es la agricultura y la ganadería en España y en este caso, el sector del vino, que contribuyen al presente y futuro de nuestro país, se seguirá adelante gracias a la capacidad que tenemos de superar las grandes dificultades en momentos complejos como el que estamos viviendo".
El alcalde de Montilla, Rafael Llamas (PSOE), ha presentado al ministro como "una persona muy vinculada a Montilla", que, como Capataz de Honor, sabrá defender los vinos de esta Denominación y ha hecho hincapié en que este momento simbólico, la entrega de Llaves de la bodega de la Casa del Inca, se enmarca "dentro de la estrategia de ciudad y de la estrategia de comarca donde se sustenta también la DO Montilla-Moriles".
Pepe Garramiola, histórico capataz de Cooperativa La Unión
Natural de Montilla, José Garramiola Córdoba ha recibido el título de Capataz de Bodega de la Fiesta de la Vendimia meses después de acceder a la jubilación, tras una vida dedicada a la bodega y al vino en Cooperativa La Unión.
Realizó estudios de Formación Profesional en Montilla, continuando con Maestría Industrial, rama Metal, en Córdoba. Inició sus contactos con el mundo del vino trabajando en campañas de vendimia en los años 74 al 81 en diferentes bodegas de la zona, como Bodegas Montulia y Bodegas Pérez Barquero.
En 1983, se incorporó a Cooperativa Agrícola La Unión de Montilla, donde ha desarrollado una intensa actividad profesional durante casi cuatro décadas. Ha participado activamente en las diferentes reformas de la cooperativa, actualmente una de las mejor dotadas tecnológicamente.
Su aportación ha sido decisiva en la diversificando la producción de vinos de la entidad, con la introducción de nuevas variedades: blancas aromáticas (Chardonnay, Sauvignon Blanc y Verdejo) y variedades tintas (Sirah, Merlot y Cabernet Sauvignon). Es habilitado enólogo por la Dirección General de Industrias y Calidad Agroalimentarias y se ha jubilado como director de Producción y capataz de Cooperativa la Unión de Montilla en sus dos secciones de vinos y aceites.
Pedro Carmona, una vida dedicada a la vid en Montemayor
Montemayor tiene en Pedro Carmona Moreno un auténtico guardián de la producción de vinos, especialmente de vinos PX, tras una vida dedicada al cuidado de la vid que le ha servido para acceder al título de capataz de campo de la Fiesta de la Vendimia.
Con 81 años recién cumplidos, Pedro, con tan sólo 15 años, plantó su primera viña. Corría el año 1956 cuando iniciaba su bagaje en el mundo de la agricultura, y del vino. 65 vendimias después, mantiene como lema una de sus afirmaciones más rotundas: "Al campo nunca le engañas. Si lo trabajas y lo labras, da sus frutos y alegrías".
Su amor por la pasera lo mantienen activo aún cada vendimia, liderando un equipo de 60 personas que se distingue por aplicar un proceso de producción de vinos dulces con mucho mimo y con la calidad como bandera.
Por otro lado, el pasado viernes, la escritora y periodista Mari Pau Domínguez protagonizó el pregón que cada año, con motivo de la Fiesta de la Vendimia, ensalza los vinos de Montilla-Moriles. Un pregón que estuvo precedido por la coronación de la Vendimiadora y el Vendimiador Mayor, Ana Raya y Miguel Ángel Polo, en las centenarias Bodegas Alvear (1729) y donde la pregonera quiso subrayar el peso histórico y la proyección internacional de este personaje nacido en Montilla.
En la apertura de unas fiestas declaradas de Interés Turístico Nacional bajo la organización del Ayuntamiento de Montilla, el Consejo Regulador de la DOP Montilla-Moriles y la Hermandad de las Virgen de las Viñas, la pregonera de la 67 Fiesta de la Vendimia comenzó la intervención explicando cómo fue el proceso de su afamada novela Las dos vidas del capitán, que la trajo hasta Montilla desde su Sabadell natal, en 2014.
Desde entonces Montilla ha ocupado "un lugar perpetuo en mi corazón", expresó la autora. Y es que la figura de Diego, "condensa casi un siglo de historia de España", puesto que representa a "uno de nuestros últimos héroes contemporáneos", un "náufrago en un paraíso que se convirtió en un infierno". Un personaje, un gran marino, versado en matemáticas, álgebra, física, teología moral y eclesiástica, leyes y cánones, derecho público, astronomía, diplomacia, comercio, historia de las naciones e historia natural, y que "era de Montilla", subrayó, y que además, "sintió nostalgia de su tierra durante los 60 años que sirvió a la Corona española, la mitad de ellos en América".
Montilla siempre viajaría con él, remarcó la periodista en un pregón en el que también fue desgranando la vida de este hombre, también de carne y hueso, que sufrió indeciblemente y del que, en su discurso, relató cómo fue el regreso a su tierra natal: Esa "entrada de padre e hijo", a su pueblo, 35 años después, "cargando con la tragedia a sus espaldas" –la del hundimiento de la fragata La Mercedes, donde viajaba su primera esposa y siete de sus hijos excepto uno, éste con el que volvería a Montilla–.
El pregón, aplaudido por la gran multitud que se dio cita en uno de los patios de la encantadora bodega, con aromas a vendimia y a madera, finalizó con el paralelismo y el reconocimiento, por parte de la escritora, de la historia "de amor y de superación" de los vinos de Montilla y la vida de Diego "cultivados con la misma libertad con la que los grandes personajes que ha parido esta tierra se enfrentaron a la vida y la amaron".
Llamas, en su intervención posterior al pregón, resaltó que la localidad "se abre al mundo en cada Fiesta de la Vendimia", dando a conocer "su esencia como ciudad que no es distinta a la de los vinos generosos que llevan su nombre". Una esencia, ha dicho, sobre la que está construida "una cultura vitivinícola cargada de siglos y llena de futuro".
Llamas también ha destacado "la obra intelectual de Mari Pau Domínguez que conjuga Literatura, Historia y Verdad", y en la que "Montilla tiene el privilegio de figurar", siendo "un orgullo para esta ciudad que Mari Pau sea la pregonera de su vendimia festiva".
Una escritora de cuidada prosa y una novela apasionante
La periodista y escritora Mari Pau Domínguez, nació en 1963 en Sabadell. Ha trabajado en prensa, radio y televisión en las mejores editoriales y compañías audiovisuales y en su faceta como escritora, ha publicado varios novelas, ensayos y libros de humor, entre ellas la reconocida Las dos vidas del capitán (ed. Grijalbo, 2014).
En abril de 2007, cuando la empresa estadounidense Odyssey, dedicada a rescatar tesoros submarinos, descubre el fabuloso tesoro de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida dos siglos atrás, la autora comienza a seguir la pista de la figura del marino montillano, para escribir la apasionante epopeya de Diego de Alvear y Ponce de León, segundo comandante de las cuatro naves que conformaban en octubre de 1804 la travesía de regreso a España. La odisea de un héroe y su azarosa vida sentimental, y del naufragio, que sepultó hasta hace poco uno de los tesoros más valiosos y discutidos descubiertos en el fondo marino, se convertiría en una novela apasionante.
Mari Pau Domínguez nos acerca en su novela a la figura de Diego de Alvear, un héroe desconocido, que sirvió a su país tanto en las peligrosas colonias de ultramar como en las calles tomadas por los enemigos franceses. Y, al tiempo nos cuenta esta historia de amor y redención, y cómo era aquella España que aún disfrutaba de su papel colonizador pero que a la vez sufría las presiones de reyes poco hábiles y el acoso constante de las tropas napoleónicas.
