La vicepresidenta de la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres, María Gómez, ha indicado esta mañana que "no tenemos nada nuevo" sobre el intento de asesinatos de un varón contra su pareja antes de quitarse la vida con la misma arma blanca al respecto, "sólo que este señor ha intentado asesinar, ha podido pensar que lo acabó haciendo y luego se ha quitado la vida, como hace un tercio de los que actúan del mismo modo".
En este sentido, la Plataforma ha añadido que no llevan la contabilidad de lo que son agresiones que no acaban en muerte, sólo de los asesinatos. Del mismo modo, tampoco hay pensado convocar ningún tipo de acto de protesta, ya que las concentraciones suelen tener lugar al producirse una muerte, pero, a través de María Gómez, ha querido dejar bien claro que este problema continúa con la misma fuerza de siempre, y, a día de hoy, "no hay forma de erradicarlo, hasta que no se ataque directamente a la raíz del problema".
"Nosotras no pedimos que haya más castigo hacia los agresores, porque no es la solución; lo único que pedimos es que se trate como lo que es: Un serio problema educativo, que hay que resolver desde las bases". Es decir, "educación, educación, educación, no nos cansaremos de repetirlo", en igualdad y en valores, porque, en caso contrario, "seguirán ocurriendo estas cosas y será imposible frenarlas".
La inacción educativa tiene un aliado de primer orden, que acaba generando un caldo de cultivo ideal para maltratadores y asesinos en potencia, como son las plataformas digitales, el acceso ilimitado a Internet y la televisión. Elementos que ofrecen "un acceso extremadamente rápido y fácil a la violencia y al sexo mal entendido, y que acaba normalizando estas situaciones aportando los medios para formarse hacia este tipo de desenlaces fatales".
Y es que hay una accesibilidad a plataformas digitales e Internet desde muy temprana edad, y "esa dura agresividad que se detecta ahí con respecto al sexo la tienen al alcance de la mano; es tan fácil como tener un móvil", que es la prolongación natural de la infancia y la adolescencia, "y, al final, acaban creyendo que el sexo es violencia y dominio y termina derivando en un concepto de posesión de la otra persona", ha señalado. Algo que también se da con determinadas letras de canciones, donde el dominio sexual está explicito y claro, y en una sociedad con base en un consumo desaforado, "que va por los mismos derroteros".
Pues bien, todo eso hay que aclararlo y hay que hacerlo desde el punto de vista educativo. "Tenemos, además, el famoso pin parental, que impide que se les hable de sexo sano y son ya demasiadas cuestiones que actúan en contra de una educación en valores, sana y en igualdad".
Para ello, la mejor manera es que se cree una asignatura, que podría denominarse 'Educación en Igualdad', desde la que plantearlo todo con naturalidad y sin miedo a llamar las cosas por su nombre". Una cuestión que tiene que aplicarse desde las guarderías, para "hacer ver que somos realmente iguales entre los dos sexos". por contra, las plataformas y los móviles muestran "la desigualdad, el poder de dominio que puede ejerce el hombre sobre la mujer, y eso confunde mucho en una mente que a esas edades, que son como esponjas".
Además, ese constante bombardeo choca de frente contra lo que unos padres pueden estar inculcando a sus hijos e hijas en una educación doméstica. "La realidad exterior, claramente patriarcal, muestra otros valores morales y económicos sobre el dominio y el poder; esa realidad de la calle compite con mucha fuerza con la realidad de tu casa y necesitamos aliados en el sistema educativo".
