"Estamos acostumbrados a ver en las zonas turísticas de todas las ciudades muchos souvenirs por las calles, no es algo que nos llame la atención ni nos parezca raro". Ésta era la opinión de Markus, un australiano que este miércoles paseaba junto a su esposa por las calles de la Judería. Una opinión que contrastaba con la de Mercedes Garrido, de Valladolid, que se encontraba visitando la ciudad junto a un grupo de diez amigas, y afirmaba a este periódico que "hay calles de Córdoba en las que es casi imposible pasear porque te encuentras carteles de publicidad en mitad de la calle y tienes que ir esquivando obstáculos", aún así, señala, "no es algo raro, ya que en Sevilla o Granada están igual".
Éste es el nuevo debate al que hará frente la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) una vez finalice la regularización de los veladores en las distintas zonas afectadas de la ciudad. Y es que, como ya avisó hace unos días el presidente de este órgano municipal, Pedro García (IU), el nuevo paso será acabar con la contaminación visual en el entorno del Casco Histórico.
Ello conllevará al fin de carteles publicitarios de tiendas, tablaos flamencos o rutas turísticas en mitad de la calle y con la invasión de las paredes con miles de recuerdos de Córdoba en forma de abanicos, camisetas, imanes, tazas y demás enseres.
Pérdida de ingresos
Esta nueva decisión no ha sido bien recibida por los comerciantes de la zona que ven en esta regularización una forma de perder ingresos, ya que, como señala Puri, dependienta de una tienda de souvenirs cercana a la plaza de Santa Catalina, "la pared nos sirve como escaparate para poder vender los productos, si ahora no podemos ponerlos fuera los clientes no entrarán a las tiendas, porque hay veces que vienen con tan poco tiempo que no pueden ni pararse a entrar y compran lo primero que ven fuera".
Otra compañera explica que otro de los problemas es la falta de espacio y es que hay tiendas tan pequeñas que "no sabemos dónde vamos a meter todas las cosas que tenemos colgadas en la calle". Según cuenta a Córdoba Hoy, "las tiendas han estado así desde que yo recuerdo y no entiendo por qué ahora quieren cambiarlo todo".
En la calle Deanes, una de las más concurridas en cuanto a la proliferación de tiendas de recuerdos, un dependiente argumenta que "si hay que quitar las cosas se quitarán y se hará lo que diga la ley, pero lo que esperamos que no sea sólo el capricho del concejal de turno, porque al final lo que pasa es que nos acaban volviendo locos con el ahora sí, ahora no".
Ya en su día, la Federación Provincial del Comercio 'Comercio Córdoba' advirtió al Ayuntamiento de que no tratara al comercio de cercanía "como está haciendo con la hostelería", es decir, retirando el material ubicado en la calle, ya que, "en nuestro caso, caerá todo el peso de la Ley sobre los responsables de cualquier desafuero y se verá la capacidad de movilización de un sector duramente castigado por la crisis".
Así se lo hizo saber el presidente de Comercio Córdoba, Rafael Bados, al primer teniente de alcalde, Pedro García, en respuesta a "la campaña que anuncia va a acometer contra una supuesta contaminación visual en el Casco Histórico, lo que afectaría de pleno al comercio de cercanía de la zona".
Aparte de a la alcaldesa, Rafael Bados se ha dirigido a los máximos dirigentes de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO), Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) para hacerles partícipes de su posición y ha solicitado reunirse con el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, para que la Policía Nacional ejerza sus competencias en el ejercicio de sus obligaciones dado el caso.
