EMPRESA

El proyecto europeo Frail, en el que participa Magtel, finaliza mejorando su funcionalidad

Frail tiene como objetivo prevenir las mencionadas situaciones de dependencia del colectivo de personas mayores mediante la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)
Participantes en la jornada del proyecto Frail
photo_camera Participantes en la jornada del proyecto Frail

El proyecto europeo Frail, enmarcado en el Programa Eurostars y que tiene como fin la prevención de situaciones de dependencia en personas mayores mediante la consecución de una aplicación completa y funcional enfocada a las necesidades de sus usuarios, ha desarrollado recientemente una jornada final de trabajo, para mejorar su funcionalidad, con la participación de Magtel.

Según ha informado dicha compañía andaluza en su web, en esta jornada, además de Magtel, que tiene sus sedes principales en Córdoba, Sevilla y Madrid, y delegaciones en el resto de Andalucía y en Extremadura, también han tomado parte las entidades españolas Zerintia Technologies y Macrosad, Citard Services Ltd, el centro de investigación holandés Roessingh Research and Development (RRD) y la Universidad de Chipre.

Frail tiene como objetivo prevenir las mencionadas situaciones de dependencia del colectivo de personas mayores mediante la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). En concreto, Magtel es la responsable del diseño de la plataforma y ha participado activamente en la integración de todos los componentes y el despliegue del sistema para su validación en entornos reales.

Entre las conclusiones a las que se ha llegado en el encuentro celebrado recientemente, destaca el hecho de que el desarrollo de la iniciativa ha estado orientado a "la consecución de una aplicación completa y funcional, con énfasis en la seguridad y la usabilidad, enfocada hacia las necesidades de sus usuarios, y disponible al exterior para su utilización inmediata a través de una URL pública".

Además, se han llevado a cabo varias pruebas con usuarios reales en centros tutelados, que han servido para "obtener un importante 'feedback', gracias al cual se ha mejorado la funcionalidad de los dispositivos físicos y se ha podido ajustar el estilo de las interfaces".

Por otra parte, las plataformas individuales, aplicaciones y dispositivos individuales, tanto de nueva creación, como los ya existentes, han sido "adaptados para lograr su integración en una solución global, reforzando la robustez y comunicación para que interactuasen y compartiesen datos entre ellos de modo eficiente y seguro".

Así, el sistema de menú principal se ha reformulado en dos ocasiones, "para darle un acabado más intuitivo, cercano al de los dispositivos táctiles, que al mismo tiempo atendiese a las necesidades visuales de la población objetivo".

Todos los socios del consorcio han realizado un estudio exhaustivo sobre el funcionamiento del sistema de salud en sus respectivos países, con el fin de "acotar el mejor modo de atender a la población y encontrar los servicios que pudieran ser añadidos en la arquitectura de la solución digital".

Frail está concebida como "una plataforma modular, abierta e interoperable, gestionada a través de distintos dispositivos (smartwatches, tablets, etcétera), con la que se pretende promover la atención sanitaria remota en tiempo real, la comunicación activa entre usuarios y cuidadores, y el fomento del ejercicio físico en las personas mayores".

Así, "la combinación de tecnologías de detección inteligente con 'software' de ludificación y servicios de apoyo social, todos ellos adaptados a las necesidades de las personas frágiles de la mano de una formación adecuada, permitirá a la plataforma Frail mejorar la calidad de vida, la salud y el bienestar de sus usuarios".

La solución aborda diversas características del cuidado de la fragilidad, es decir, evaluación, monitoreo de las condiciones personales, apoyo social y herramientas para profesionales, "para reducir los factores de riesgo y fomentar los aspectos que protegen la salud en el transcurso de la vida".

Iniciado a finales de 2017, este proyecto está basado en la colaboración de seis entidades de tres países, y cuenta con el apoyo de la Unión Europea (UE), mediante el Programa Eurostars, a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de España.