EDICACIÓN PÚBLICA EN CÓRDOBA

Podemos exige al cogobierno que adquiera los filtros Hepa aprobados en el Ayuntamiento

La portavoz del Grupo Municipal, Cristina Pedrajas, denuncia la cada vez mayor situación de incertidumbre de los centros educativos en estos momentos de pandemia
Cristina Pedrajas y Juan Alcántara , en defensa de la educación pública
photo_camera Cristina Pedrajas y Juan Alcántara , en defensa de la educación pública

El Grupo Municipal de Podemos Córdoba va a exigir al cogobierno municipal que de una vez adquiera y lleve a las aulas de los colegios los filtros Hepa que en Ayuntamiento se aprobó adquirir con el Presupuesto de los remanentes de 2019 en el mes de diciembre pasado, y "poder de este modo mantener cerradas las ventanas más tiempo para que, así, suban las temperaturas en las aulas", en palabras de la portavoz de la formación morada, Cristina Pedrajas.

De igual modo, Podemos va a reclamar a la Consejería de Educación que atienda a las necesidades de cada centro, que en unos casos implicará enviar más profesorado para desdoblar grupos; en otros, determinar el modelo de enseñanza para que se pueda cumplir el distanciamiento interpersonal bajando la ratio en los grupos; también facilitar la formación digital y las herramientas necesarias a los docentes y familias; la colocación de purificadores de aire y medidores de CO2, o incluso, "llegada una situación alarmante de índice de contagios, prohibir la enseñanza presencial", ha abundado la edil.

En definitiva, "exigiremos a las administraciones que pongan orden en esta caótica y peligrosa situación, y no dejar que esta responsabilidad recaiga por más tiempo en los hombros del profesorado". De hecho, según Pedrajas, "de no adoptar medidas rápidas, nos tememos que tendremos que lamentar trágicas consecuencias más pronto que tarde".

Y es que desde el pasado 3 de septiembre en que una circular dejaba a los centros educativos de Infantil, Primaria y Secundaria la elección de la modalidad de enseñanza que mejor se adecuase a sus características en esta situación de pandemia, los centros han ido pasando por diversas situaciones de agobio, desconcierto y temor a no saber hacer lo acertado y ser responsables de contagios por la Covid.

Según Podemos Córdoba, en primer lugar los equipos directivos se vieron obligados a diseñar un 'Protocolo Covid' en un tiempo récord, nombrar a un profesor o profesora responsable de este tema y formar en los consejos escolares una comisión específica.

Además, se tomaron decisiones sin tener la seguridad de qué recursos materiales y humanos y cuándo enviaría la Consejería. Así, después de muchas quejas por parte de directivas, profesorado y AMPAs, la Junta de Andalucía envió un refuerzo de profesorado "absolutamente insuficiente si la fórmula elegida era la presencialidad, porque no daban siquiera para desdoblar todos los grupos numerosos y cumplir las recomendaciones sanitarias de prevención y de guardar distancia entre el alumnado en las aulas", señala Pedrajas.

Ante esta insuficiencia de personal, muchos centros optaron por fórmulas mixtas, donde algunos grupos iban durante toda la jornada presencial y otros adoptaban la denominada 'modalidad de enseñanza sincrónica', viéndose obligados los y las docentes a impartir su materia a la mitad del alumnado de forma presencial y la otra mitad a través de una videollamada.

La adaptación a esta situación, tanto por parte de alumnado, profesorado y familias no está siendo fácil, y se han tenido que hacer ingentes esfuerzos de aprendizaje sobre herramientas informáticas y adquisición de equipos, cámaras, micrófonos y mejora de Wi-Fis en centros y en el seno de las propias familias.

"Pero lo que no podemos tolerar es que, a estas alturas y cuando estamos en uno de los peores momentos de la pandemia, con un índice de contagios elevadísimo y que previsiblemente irá en aumento, la Consejería y sus delegaciones provinciales no se impliquen a la hora de imponer medidas claras y contundentes en los centros educativos, y dejen al arbitrio de los claustros de profesorado decisiones tan difíciles, dándose hasta enfrentamientos entre padres y madres con claustros y equipos directivos a la hora de decidir qué fórmula es la que evitará que sus hijos e hijas porten virus de unas familias a otras", desvela la portavoz municipal de Podemos.

Un ejemplo de este tipo de situaciones se puede encontrar en el IES Trassierra, donde un grupo numeroso de padres y madres lleva meses pidiendo una explicación, tanto a la dirección del centro como a la Inspección educativa y a la delegada provincial, Inmaculada Troncoso, sobre si deben tolerar un giro del acuerdo inicial de curso de enseñanza sincrónica en los grupos de cuarto de la ESO a una presencial desde hace unos días, y lo que es peor, sin justificarse por un cambio en la situación.

De este modo, se está obligando al alumnado a estar hacinado en las aulas en filas de ocho, 'codo con codo literalmente, y a desplazarse en el transporte escolar, los que vienen desde El Higuerón, en autocares al máximo de ocupación durante un trayecto de más de media hora y dos veces diarias.

En este sentido, se están viviendo situaciones patéticamente dantescas. Una de ellas roza el máximo del absurdo, puesto que para justificar que se mantenga la presencialidad de todo el grupo se ha llegado a decirle al alumnado, al medir en el aula la concentración de CO2 y resultar ésta altísima, que no hablasen para exhalar menos anhídrido carbónico. Y a los padres y madres, cuando exigían cambiar el modelo para bajar la ratio, "que no fuesen tan alarmistas, porque no era para tanto".

Situaciones como ésta "nos llevan a afirmar que la Consejería de Educación obliga a las comunidades educativas a incumplir la Ley y ponen en riesgo la salud de todos sus miembros", añade Pedrajas. Y eso se ha visto cuando han tenido que soportar temperaturas en las aulas por debajo de 4 grados sólo por cumplir la orden de dejar abiertas las ventanas para ventilar, mientras que el Real Decreto 486/1997 de disposiciones mínimas de seguridad y salud que deben cumplir los ambientes de trabajo, especifica que el rango de temperaturas en ambientes de trabajo tiene que estar entre los 17 y los 27 grados, según épocas del año, y de no cumplirse hay riesgo de estrés térmico.