El colectivo Nodo Corduba no sólo se queja, que también, de la situación del Casco Histórico cordobés, sino que, además, aporta soluciones varias y no muy costosas tampoco. El problema, en palabras de uno de sus portavoces, Manuel Ortega, "es que por un oído les entra a este equipo de gobierno y por otro les sale".
Esta mañana sus portavoces, Manuel Ortega (San Lorenzo Existe) y Lourdes Martínez, acompañados por cada vez más vecinos afectados, han vuelto a poner sobre la mesa sus temores fundamentados de que el Casco se va a convertir en un "desierto urbano", sin apenas vecinos y sólo con servicios de ocio nocturno y alojamiento para un tipo de turismo, "el llamado masivo-depredador", que, de hecho, esta "de capa caída y en una profunda crisis a nivel mundial", y un ejemplo de ellos, en palabras de Ortega, es la advertencia que pesa sobre Venecia de perder su catalogación de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad "de seguir dejando entrar cruceros en la ciudad".
En Córdoba no es tan radical el caso, pero el presidente de San Lorenzo Existe ha recordado que el equipo de gobierno local "está consiguiendo que el Casco sea una sucesión de entornos urbanos degradados, tenemos una alerta patrimonial en Icomos, a la que estamos comunicando todas estas situaciones y que ante esa desolación y degradación permanente del Casco, que va a más, no se hace nada", incumpliendo, además, "la Ley de Patrimonio de la Junta y el propio PEPCH".
A la idea remitida al Ayuntamiento de poner en marcha una estrategia municipal de vivienda en el Casco basada en casas-patio, con informes de arquitectos incluido, se une el planteamiento en mayo pasado de una moratoria sobre hoteles y alojamientos turísticos que suponen la terciarización del entorno, así como la recuperación del convenio con la Sareb para que "ese montón de viviendas deshabitadas que hay acaben por lógica sirviendo de alquiler asequible a personas". Y ahora se va a proponer que el edificio modernista de la calle Claudio Marcelo no acabe siendo también alojamiento turístico, llegando para ello a un acuerdo con el propietario, mientras que para el edificio de la antigua Simago ya "tenemos una propuesta para que no se haga allí otro hotel, sino que se convierta en un inmenso centro cívico comunitario con muchos servicios", según Ortega.
"Ya diremos cuáles son esos servicios cuando tengamos el proyecto redactado, como hemos hecho hasta la fecha; lo que pasa es que hasta la fecha o no se quieren hacer las cosas o, lo que sería peor, no se saben hacer".
Esas cuestiones servirían para evitar situaciones dantescas como la reciente ocupación de una vivienda en la Plaza de de Almagra, prácticamente en ruinas y que tiene un cartel que indica 'licencia de obra'. "El equipo de gobierno local se está dejando llevar mansamente por una ola que fue muy alta en su momento y que ahora está plana y con ello busca la ruina económica de la ciudad", ha advertido.
Así, Ortega ha recordado que todos esos ingentes proyectos de hoteles y alojamientos puestos en marcha o pendientes de hacerlo en el Casco son de hace más de 10 años "paralizados porque no cumplían con las directrices urbanísticas en el anterior mandato", mientras que en el actual mandato "apenas sí se han presentado proyectos nuevos y sólo se han desatascado las iniciativas que se presentaron en un momento en el que el turismo depredador estaba en auge".
Y si se sigue con la idea de ejecutarlos, a pesar de que las pernoctaciones con los hoteles que ya hay no aumentan, es "porque ya se ha hecho una inversión interesante en el proyecto y los arquitectos". Ortega lo ha comparado, por ejemplo, con el Hipercor de el Corte Inglés en Turruñuelos. "Aquello estaba presupuestado y se ha tenido que hacer, pero es un agujeros negro para El Corte Inglés y es lo mismo que les va a ocurrir a las cadenas hoteleras y a los fondos buitres" con esos proyectos de alojamientos para turistas.
Para la presidenta de La Medina, Lourdes Martínez, los vecinos y vecinas del Casco "estamos desencantados con el gobierno local; hemos sido engañados y vapuleados y nos han mentido por la cara". ¿En qué? Pues en las promesas de tener un Casco Histórico vivo con viviendas y más vecinos, "pero está siendo todo lo contrario".
Martínez ha recordado que hace un par de décadas en la zona había más de 60 comercios familiares de primera necesidad. "Hoy sólo estamos dos, no 30; dos", ambos negocios de comestibles en la calle de La feria y en Cardenal González. Eso implica que la vecindad ha de ir a comparar a otras zonas de la ciudad. es más en esos 20 años también se ha perdido población, más de 4.000 vecinos, y estaño a la espera del nuevo censo para comprobar una nueva sangría.
Para Martínez, el equipo de gobierno local actual no quiere el Casco y pone todo tipo de trabas para su adecuación, mejora o simple mantenimiento. "No es de recibo que se tarde tres años en un permiso para pintar fachadas, como ha ocurrido en Martínez Rucker, que haya casas en ruinas y que se caen sin que se obligue al propietario a evitarlo, o a tener solares hasta arriba de basura, jaramagos y ratas en abundancia, con grietas peligrosas y ni Urbanismo ni Sadeco acuden a resolver lo que les corresponde a cada uno".
La presidenta de La Medina ha recordado que en Córdoba "no todo se basa todo en una logística militar o en unas Caballerizas Reales" y por eso ha puesto en duda la utilidad de una delegación de Casco Histórico que "es un auténtico cachondeo" y que sólo afronta los problemas "remitiéndolos a Movilidad o Infraestructuras para que tampoco hagan nada".
