SUBIDA DEL PRECIO DEL GASÓIL

Un millar de transportistas colapsan el centro neurálgico de la capital para hacerse notar

Numerosas personas aplaudían y jaleaban al convoy a su paso por las principales avenidas de la ciudad
Camiones de ida y de vuelta a la altura del Oxidado
photo_camera Camiones de ida y de vuelta a la altura del Oxidado

Si no hay un millar de camiones (sin carga, sólo la cabeza) no había ninguno. Es también la cifra calculada por Jorge Ruz, portavoz en Córdoba de la plataforma convocante del paro indefinido en el transporte nacional. Una inmensa cola de transportistas se ha hecho notar (y de qué manera) esta mañana en el corazón de la capital cordobesa con un itinerario que iba desde El Arenal pasando por Avenida de Cádiz, Plaza de Andalucía, Puente de San Rafael, Vallellano, La Victoria, vuelta por la Pérgola, Avenida de Argentina, Vallellano de nuevo, Puente de San Rafael, Plaza de Andalucía, Avenida de Granada, Carretera de Granada y vuelta a El Arenal.

Pues bien, diez minutos después de que saliera el último camión del recinto donde se ubica la Feria estaba entrando de nuevo la cabeza de la cola, para que se pueda hacer una idea de cómo ha sido la cosa. En algunas zonas como el Puente de San Rafael los que volvían se cruzaban con los que todavía estaban yendo con una importante cacofonía de bocinas y claxon. Han llegado de todas partes: La capital, Baena, Montalbán, Montoro... De todos los tamaños y variedades, y daba la sensación de que se estaba viviendo la película rodada en 1978 por Sam Peckinpah, 'Convoy', aunque la protesta del film iba por otros derroteros.

En los pasos de cebra a su paso numerosas personas aplaudían y alentaban con gritos al convoy por solidaridad y por hartazgo, que de todo había. Lo mismo que entre los camioneros, donde tan pronto se veía una hoz y un martillo amarillos sobre fondo rojo, una bandera republicana, decenas y decenas de españolas constitucionales, alguna que otra con el aguilucho negro (en el interior de la cabina, por supuesto) y hasta banderas andaluzas.

"Esto es apolítico digan lo que digan en el Gobierno; hay hombres, mujeres, de izquierda, de derecha, gays, lesbianas... Todos unidos por un mismo problema: Que el Gobierno sigue sin escuchar a quienes de verdad estamos afectados por los precios del gasoil".

Quien así habla es Jorge Ruz, quien ha vuelto a insistir en un punto: "No es huelga, sino paro, indefinido, por cierto". Y lo de hoy forma parte de una campaña para "hacernos notar a diario, sea de la forma que sea". Aunque en Madrid, quienes tienen la posibilidad de frenar esta escalada optan por hablar con la patronal del transporte, que "no esta a favor ni de paro ni de huelga ni de nada".

Aplausos al paso de los camiones
Aplausos al paso de los camiones

Pero con la plataforma convocante, que ha conseguido que 60.000 camiones estén parados a lo largo y ancho del país, "sólo ha habido palabras como ultraderecha o boicoteadores, pero ninguna intención de negociación", señala Ruz, quien ha señalado que por culpa de no querer hablar con ellos "a partir de hoy el país está ya en plena crisis, con empresas cerradas o al 50%".

Según ha indicado en Córdoba ya las hay. "Cunext Copper ha parado, como Smurfit Kappa, mientras que Plastienvase o Aceitunas Torrent están al 50% y las almazaras acaparan un montón de aceite que no tiene salida". De seguir así, "o el 80% del transporte nos vamos a la ruina o el país se para por completo", ha llegado a decir.

Un problema que viene, por cierto, arrastrado desde 2008, cuando la huelga del transporte "la rompió Fendismer a cambio de subvenciones, como está pasando con la patronal a día de hoy, pero sin que se mire al autónomo que somos los que realmente no podemos aguantar más". Ruz mira con envidia a Francia, Portugal o Hungría, donde "los gobiernos han bajado algo el precio del gasoil y parece que son más conscientes del problema que se avecina".

En este sentido, Ruz ha advertido que la crisis de chóferes que se produjo en Gran Bretaña y Estados Unidos "está viviendo para acá", unido a una "falta de relevo generacional muy preocupante, porque ser transportista no le merece la pena a nadie, salvo al 20% de los negocios que son los que están recibiendo ayudas directas del Gobierno".

El portavoz en Córdoba de los convocante del paro ha indicado que el Gobierno español lo que tiene que hacer es "hablar con la plataforma y no con esa patronal, y sacar un Real Decreto nuevo en el que se incluya la sentencia del Tribunal Supremo que dio la razón a una empresa cordobesa para no trabajar por debajo del coste de producción; es así de sencillo".

A día de hoy los transportistas cobran la carga con más de tres meses de retraso, pagan 10.000 euros en gasoil para llenar un depósito y asumen la Seguridad Social de los chóferes. "No nos llega", añade. Y si este paro va a tener éxito es porque "a nadie le merece la pena salir a carretera porque les cuesta dinero, así que de perdidos al río".