Dentro de un plan estrategico municipal de adaptación al cambio climático

Medio Ambiente estudia limitar el tráfico en zonas de la ciudad coincidiendo con picos de contaminación atmosférica

Amparo Pernichi también ha avanzado la posibilidad de ubicar semáforos de punto rojo o badenes en grandes avenidas para reducir a 30 kilómetros por hora el paso por vías de alta densidad de vehiculos

Amparo Pernichi
photo_camera La delegada municipal de Medio Ambiente, Amparo Pernichi

Semáforos de punto rojo, un impulso de los coches eléctricos, campañas de sensibilización, lomos de asno o badenes en grandes avenidas y peatonalizaciones son algunas de las medidas que se contemplan en el borrador del plan estrategico municipal de adaptación al cambio climático que quiere aplicar el Ayuntamiento, según ha avanzado esta mañana la concejal de Infraestructuras y Medio Ambiente, Amparo Pernichi (IU). La edil ha avanzado también que se acaba de sacar a concurso la asistencia técnica para la ayuda del citado plan, que suponen 18.000 euros de la Fundación Biodiversidad y otros 4.000 euros del Ayuntamiento, para un total de 22.000 euros.

Ese plan, según Pernichi, tiene mucho que ver con el de la calidad del aire, que formará parte de esta estrategia general y "cuyas medidas y plan de acción también estamos terminando", y tiende, sobre todo, al calmado de tráfico y a abandonar cada vez más el vehículo en favor de una movilidad más sostenible en la ciudad. En este sentido, Pernichi ha recordado que el medidor de la estación de Al-Nasir, uno de los puntos de tráfico más importantes de Córdoba, indica que en 2015 se superaron los 40 nanogramos por metro cubico, "que es justamente lo que dice la Organización Nacional de la Salud que no se puede superar".

La concejal ha rechazado, no obstante la prohibición de entrar en vehículo a zonas concretas de la ciudad, ya que existen zonas ACIRE que limitan de hecho la circulación, pero sí ha apostado por aplicar fórmulas para reducir la velocidad del tráfico a los 30 kilómetros por hora en vías sensibles, como la propia Avenida de Al-Nasir, la Avenida de Barcelona, Carlos III y otras más de circulación densa. Hay que tener en cuenta, que "el tráfico es la mayor fuente de emisión de ruidos y de contaminación que tiene esta ciudad".

estacion de medicion del aire

Además de badenes o los conocidos como 'guardias tumbados' (como ha hecho el Ayuntamiento de Lucena en numerosas vías principales), Pernichi ha hablado de semáforos de punto rojo, que controlan la velocidad y multan en caso de sobrepasar el límite.

Pero, además de limitar la velocidad, también se plantea en el borrador la idea de reducir el tráfico en momentos puntuales. Esos momentos coincidirían con los picos de las estaciones de medición y supondría "parar y prohibir el tráfico en determinadas zonas", como se está llevando a cabo en Madrid, donde "creo que se lleva más de 20 días con limitaciones intermitentes", ha añadido la responsable municipal.

Este plan estratégico trata de unificar los diferentes planes que se están creando para corregir los problemas medioambientales de la capital, de modo que esos indicadores de contaminación bajen y se normalicen. No sólo de contaminación atmosférica, sino también acústica, con lo que se ha pensado en ubicar dos puntos que controlen el ruido en la zona de La Axerquía o también en La Ribera, donde se acumula el ocio nocturno.

Con esta iniciativa, para la que se va a contar con la colaboración técnica de la Junta, el Ayuntamiento quiere tener un análisis completo de la situación real del territorio con las implicación del Consejo Municipal de Medio Ambiente, que antes de las vacaciones de Navidad mantuvo una reunión para trabajar sobre este asunto.

Las otras medidas con la que se prende conjugar son el Adaptaclima, que ya ha demostrado que las infraestructuras verdes son islas de frescor, con diferencias de hasta seis grados entre el aparcamiento del Palacio de La merced y el parque de Colón; el Pacto de Milán que transformará a la ciudad en un "referente en la alimentación mas sana, más justa y más sostenible fomentando el consumo de productos de cercanía", o el plan de eficiencia energética.

Sobre esto último, Pernichi ha explicado que las inversiones que se consolidaron en los años 2016 y 2017, contando con el Jessica, permitirán una reducción prevista a finales de 2018 de aproximadamente unos 6,2 gigabitios menos en un consumo, que en la actualidad llega a los 49 gigavatios.