Las cosas como son. A nadie se le escapa que esta semana atípica salpicada de festivos está dejando un buen número de visitantes a la ciudad de Córdoba, según han señalado tanto guías turísticos, como comerciantes de la zona patrimonial, pero con un nivel adquisitivo realmente mermado por la crisis energética, que ha venido seguida de la sanitaria cuando apenas se estaba recuperando el país del crisis inmobiliaria de 2008. Y eso se traduce en un gasto nulo para los negocios comerciales, aunque bastante bueno para la hostelería.
Otro dato significativo es que a pesar de que también se han visto cabellos muy claros (de procedencia nórdica) y se han escuchado idiomas extranjeros en las calles (inglés y francés, especialmente), la inmensa mayoría son turistas nacionales, que habitualmente son los que más notan los efectos de las crisis. "El turismo extranjero no acaba de despegar del todo", señalan los expertos de la zona, que toman el pulso a la ciudad a pie de acera.
El considerado decano de los informadores turísticos de Córdoba, con medio siglo a sus espaldas explicando la Mezquita-Catedral a visitantes ilustres, pero también a cualquiera que tenga la sabiduría de querer escucharle, Luis Recio Mateo, ha indicado que "el puente está yendo bastante bien, gracias a Dios", con "mucha gente", aunque "su poder económico no está boyante como otros años, antes de la pandemia se entiende".
Optimista por naturaleza, autor de numerosos artículos en medios de comunicación y de cinco libros, Recio ha insistido con una inmensa sonrisa en que "hay movimiento y fundamentalmente, una gran alegría espiritual". De hecho ha indicado que "me congratula decir que este año, una vez remitida la pandemia, estamos trabajando bastante bien". Según su ojo de experto en la materia, las visitas se han ido repartiendo a lo largo de todos estos días, desde el pasado viernes, 3 de diciembre, "con un goteo constante de personas".
"La cuestión económica no ha sido tan boyante como otros años, pero he visto mucha alegría y muchas ganas de vivir, que es lo importante en la vida", ha incidido. Son visitantes venido de todas partes del país. Un turismo eminentemente nacional. "Los extranjeros siguen faltando y no vienen como en otros años; hay italianos, franceses, americanos de cuando en cuando, pero no es para nada el turismo que venía antes de la Covid". Sin embargo, los españoles sí están viajando, y proceden sobre todo de Madrid, algo que se viene arrastrando desde que se puso en marcha el AVE.
"El sábado pasado, día 4, le expliqué la Mezquita-Catedral de Córdoba a mi gran amigo Luis Planas (ministro de Agricultura por segundo mandato seguido) y me dijo: "Luis, acabo de venir de Madrid en el AVE y a las ocho, después de estar contigo en la Catedral, como siempre haces, volveré a Madrid", señala a modo de ejemplo. Igualmente le ha explicado el monumento a personas Alicante, Valencia, Denia o Zaragoza.
Sus palabras las recogen otros guías que deambulan por el Patio de Los Naranjos y que prefieren quedarse en el anonimato. "Hay bastantes visitantes, pero con un nivel económico bajo, y en el momento que hay que pagar algo se echan para atrás; mucha afluencia de gente, mucho paseante, mucho visitante, pero...", explica uno de ellos.
En su caso sí ha notado un pico de visitas el pasado día 4 y también el lunes, día 6, evidentemente de visitantes nacionales, que son los que están disfrutando estos festivos y fines de semana tan seguidos de inicios de diciembre. Por el momento, ha trabajado con madrileños, vascos y valencianos.
"¿Los extranjeros? Mucho menos que en otras ocasiones", señala, para destacar que "clientes de mayor nivel adquisitivo pocos, porque huyen de la masificación", a pesar de que antes de la pandemia se los veía con más asiduidad por Córdoba.
Otro colega suyo insiste en que al ser un puente nacional, lo normal es que la inmensa mayoría sean españoles, pero es también "un puente en el que se nota que la gente no está gastando nada, porque están dejando el dinero para la Navidad".
Eso mismo es lo que dicen los propietarios de tiendas turísticas del entorno de la Mezquita-Catedral. "Lo que vendemos es para extranjeros sobre todo y estamos viendo a muchos españoles que nos nos compran", indican resignados.
Por contra, los establecimientos de consumo de alimentos, como es el caso de Sabor a España, en la calle Cardenal Herrero, estaban más contentos: "Sí nos están comprando", han señalado algunos de los trabajadores que se encontraban elaborando dulces propias de estas fechas, como son manzanas caramelizadas acompañadas de adornos navideños (comestibles, evidentemente).
Otros que han corroborado el gasto turístico han sido los de la hermandad del Descendimiento que venden dulces conventuales en el patio de Vimcorsa y que ayer aseguraban que están vendiendo más que en la primera edición de su muestra el pasado año.
