EN LA PROVINCIA EXISTEN 185 FAMILIAS ACOGEDORAS

Familias de acogida, las familias de la alegría

Durante el tiempo que los menores se encuentran acogidos se convierten en auténticos hijos para esas familias. El momento más duro llega cuando tienen que marcharse, un final para el que las familias tienen que prepararse desde el primer minuto

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photo_camera Uno de los matrimonios de acogida que hay en Córdoba

El ser familia de acogida no es "un arrebato de solidaridad ni es tampoco tener ganas de ser padres". "Nosotros somos una transición, damos a ese niño ese abrazo, ese beso reconfortante, les decimos 'te quiero' y eso para ellos es un antibiótico que le cura todas las penas y problemas que puedan tener". Así define el concepto de familia de acogida Enrique Pérez, quien junto a su mujer, Toñi Millán, decidieron acoger hace nueve años a un pequeño bebé de siete meses que no llegó a conocer a su familia biológica. La familia Pérez Millán se amplió hace dos años con la llegada de otro menor de once años de edad.

"Es muy duro cuando se van, nos hartamos de llorar cuando los vemos marcharse, pero tenemos que pensar que ese tiempo de bienestar que le hemos dado no se lo va a poder quitar nadie, y en eso hay que pensar, en ese beneficio que les damos durante seis meses, un año o el tiempo que estén con nosotros". Así resume Enrique ese momento en el que ven salir a los menores por la puerta después de un tiempo con su familia de acogida, en este sentido incide en la importancia de hacerse a la idea desde un primer momento de que "somos una transición no somos una familia adoptiva". 

En cuanto a los requisitos para ser familia acogedora, el único, explica Enrique, es "tener ganas" y "saber donde te vas a meter". Para ello "se hace una valoración y un estudio psicológico de cada miembro de la familia" y una vez que "tenemos el perfil se busca una familia para un menor, nunca al revés". Una vez que llega el momento de que el niño se marche "no solemos tener contacto con él una vez que se van", lo que sí suele haber, señala este padre, es "un periodo de adaptación entre la familia acogedora y la familia adoptiva". 

Enrique hace un llamamiento a todas las familias cordobesas para que sean familias de acogida pues "en Córdoba puede haber unos 200 niños en centros de acogida" y "es muy duro ver como a esos niños nadie los recoge a la salida de un colegio o nadie va a verlos a las funciones de Navidad". Este cordobés es también vicepresidente de la Asociación de Familias de Acogida, 'Mírame', formada por un total de 50 familias de toda la provincia.

Actualmente, en la provincia de Córdoba existen 185 familias acogedoras, repartidas en las distintas modalidades de acogimiento, la mayoría en régimen permanente. Los niños acogidos tanto en familia extensa como en ajena son 228. Incluidos los que están en familia de urgencia y los acogimientos temporales.

Cuatro modalidades

La coordinadora del programa de Acogimiento Familiar de AVAS, Araceli Medina, explica que actualmente son cuatro las modalidades de acogimiento con las que cuenta el programa. En primer lugar está el Acogimiento de Urgencia, que "es de corta duración y con un tiempo máximo de seis meses. Este tipo de acogida está indicada para menores de 7 años". El Acogimiento Temporal que " dependerá del tiempo en el que se restablezca la situación del menor con su familia biológica o adoptiva y en algunos casos está remunerado", señala Araceli.

Después se encuentra el Acogimiento Permanente, en el que "se descartaría la reintegración del niño con su familia de origen. La relación del menor con la familia de acogida finaliza con la mayoría de edad, aunque siempre quedará ese vinculo de cariño por lo que el contacto no se llega a perder nunca". Actualmente, el mayor número de familias acogedoras se encuentra dentro de esta modalidad. Sin embargo, el régimen que "más demandamos y más falta hace", es el cuarto tipo de acogimiento, el Especializado, que puede ser temporal o permanente, explica Araceli.

En este caso, las familias "tienen que contar con una formación específica pues en muchos casos los menores acogidos cuentan con algunas enfermedades que tienen que ser tratadas, aunque en esta modalidad también se incluye a los grupos de hermanos", por ello, argumenta la coordinadora de AVAS, necesitamos de "familias potentes que puedan hacerse cargo de tres hermanos a la vez o de niños con enfermedades cuyos tratamientos haya que pagar". AVAS cuenta con dos sedes, una en Puente Genil y otra en Córdoba capital. Para ponerse en contacto con ellos se puede llamar al teléfono 900 102 388, donde se le informará en caso de que quieran ser familia de acogida. 

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Luis Chamorro y su mujer Toñi Vidal son familia de acogida desde el año 2003, desde entonces por su casa han pasado más de veinte menores. "El primer niño que tuvimos fue un marroquí que estaba pendiente de un trasplante de hígado en el Hospital Reina Sofía", recuerda Luis. Ese niño, a día de hoy, "tiene ya veinte años y seguimos teniendo contacto con él, ya que después fue trasplantado de pulmón y ha tenido que quedarse en Córdoba para poder ir a todas sus revisiones".

Hijos biológicos y de acogida

Aparte de este niño, Luis recuerda con especial cariño todos los casos de menores que han acogido durante estos últimos 14 años. El matrimonio formado por Luis y Toñi tiene tres hijos biológicos, "el mayor con 32 y la pequeña con 19 que viven con nosotros en casa y colaboran con nosotros en el cuidado de los menores", aunque "hemos llegado a momentos en el que hemos tenido a nuestro cargo a siete niños, los tres biológicos nuestros, más cuatro en acogida, de los que tres eran hermanos y uno venía del proyecto Tierra de Hombres que es un proyecto dedicado a niños con problemas y que necesitan ser operados". Esta valentía les ha servido para ser reconocidos con el Premio Andaluna 2016 otorgado por la Consejería de Igualdad. 

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Para Luis, pese a ser todo un experto en el tema de acogida, el momento "más duro sigue siendo el de la despedida". Y es que aunque hayan pasado veinte menores por su casa en los últimos años, "es una pena cuando se van, pero lo sabemos desde el primer momento y nos preparamos para que se marchen". Durante el tiempo que permanecen en la casa "les cogemos mucho cariño, pero tenemos que ser conscientes de que somos un servicio transitorio".

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