Según el Consejo del Movimiento Ciudadano, el Casco Histórico "es una degeneración del espacio público"

Exigen que se "limite" la celebración del Carnaval, Semana Santa, Cruces y Patios en el Casco Histórico

Para el Consejo del Movimiento Ciudadano, "el descontrol ocurrido con la celebración de Carnaval, aparte de desvirtuar la fiesta, supone una primera muestra de lo que nos puede esperar con la Semana Santa, las Cruces, o los Patios"

Policía Nacional en Los Patios

El presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano, Juan Andrés de Gracia, ha exigido que el gobierno municipal ponga fin a la degradación del Casco por la celebración de fiestas y eventos de todo tipo que provocan una masificación del mismo que no puede soportar. A este respecto, recuerda que espera desde hace más de medio año la constitución de una comisión que analice y ponga condiciones al uso del Casco.

Para el Consejo del Movimiento Ciudadano, "el descontrol ocurrido con la celebración de Carnaval, aparte de desvirtuar la fiesta, supone una primera muestra de lo que nos puede esperar con la Semana Santa, las Cruces, los Patios y con todas y cada una de las actividades que convocan a masas de gente a unas calles y plazas no adecuadas para esas concentraciones". Según, De Gracia, estos lugares "acaban sufriendo problemas de movilidad, de seguridad, de suciedad, medioambientales, y hasta de salud, al parecer con el único contrapunto de una cierta actividad para la hostelería".

Lo que en cualquier punto de la ciudad "ya se convierte en un problema", en el Casco se transforma "en una degeneración del espacio público, en contra del sentido mismo de la fiesta que se celebra, de los visitantes que asisten a la fiesta y, especialmente, a los habitantes de los barrios, que se ven enclaustrados obligatoriamente y sometidos a un asedio de grupos descontrolados y de masas de personas que rompen toda convivencia".

Según el Consejo del Movimiento Ciudadano, "aún estamos a tiempo de controlar y limitar las fiestas y los eventos a celebrar en el Casco, diseñarlos desde el respeto a sus propias características, a la calidad de la celebración y al mayor respeto posible a la convivencia". Las autoridades deben asumir, con la sociedad civil, "la necesaria corresponsabilidad en que nuestro Casco Histórico, aún lleno de vida, no acabe convirtiéndose en un desierto inhabitable o en un mero escenario donde celebrar fiestas descontroladas".