Hace prácticamente una semana que los niños saharauis llegaron a Córdoba y ya han podido disfrutar de algunas de las actividades más divertidas y refrescantes del verano. Parques acuáticos, toboganes, piscinas, jornadas deportivas y algunos incluso, ya han pisado la playa. Estos son los planes que las familias de acogida preparan para los dos meses que tendrán a los niños y con los que intentan darle la mejor experiencia que puedan tener en este tiempo.
Este es el caso de Carolina, que se estrena este año en eso de ser madre de acogida de niños saharauis. Su experiencia llegó por casualidad, un día se interesó y pidió información a Acansa Córdoba y al día siguiente, explica, "me llamaron a las 7 de la mañana para decirme que había un niño disponible, lo consulté con mi madre y decidimos acogerlo y es la mejor experiencia que podía tener, sin duda el año que viene si puedo, repetiré".
El menor que acoge en su casa se llama Nafe, este pequeño es la tercera vez que viene a Córdoba por "lo que habla muy bien español y aparte es un niño muy bueno", afirma Carolina. Entre los planes que hemos preparado para estos días se encuentra "la visita a la piscina que fue lo primero que hicimos nada más llegar Nafe, es que fue llegar, comer y querer bañarse". Esta cordobesa cuenta que para que el pequeño disfrute de sus amigos saharauis, "nos vamos unas cuantas familias a la piscina de las Dos Columnas donde nosotros estamos muy tranquilos y ellos se lo pasan en grande porque además de bañarse tienen futbolines y diferentes tipos de juegos".
En el caso de Beatriz, repite por segundo año consecutivo con la misma niña, Asma. Según cuenta a este periódico, "lo que me aporta esta niña es sobre todo ver el poco valor que le dan a las cosas materiales, de hecho, fuimos a comprarle ropa y mira que es una niña, pues no le hizo caso ninguno". Por el contrario, señala, "le dan mas valor a otras cosas como, por ejemplo, al agua, y es que el año pasado me llamó mucho la atención que se tirase los primeros días abriendo y cerrando el grifo. La ducha también le llamó mucho la atención". El peor momento llega cuando se marchan a finales de agosto, pero "lo bueno es que no perdemos el contacto con ellos durante el resto del año ya que seguimos hablando con Asma por videoconferencia o washap".
Otra de las familias acogedoras es la de Noelia, que desde hace tres años acoge a Farah. Esta madre de dos niños, señala que la experiencia "que te transmiten es increíble para todos". En su caso, explica, tienen en su casa una piscina y "lo primero que hizo Farah nada más llegar en meterse", además para el resto del verano "hemos preparado viajes a la playa y también de deporte, sobre todo de fútbol".
