Una concentración en la que han participado unas cincuenta personas ha pedido más participación de las mujeres en diversos ámbitos de la Iglesia católica, incluida la posibilidad. Con lemas como "con voto, con voz, así nos quiere Dios" o "Igualdad en la calle y en el altar", y al ritmo de la canción "Mis derechos de mujer" las convocantes 'Mujeres cristianas de Córdoba' ha leído un manifiesto titulado "La revuelta de las mujeres en la Iglesia, hasta que la Igualdad se haga costumbre".
Con esta concentración y dicho manifiesto, 'Mujeres cristianas de Córdoba' se une a diversas manifestaciones que en todo el mundo piden una apertura al Papa Francisco. En dicho manifiesto denuncian la estructura patriarcal de la Iglesia, el hecho que la tradición está haciéndola quedar al margen de las conquistas sociales, la desproporción entre el número de teólogas y el de profesoras de teología o la perpetuación de la hegemonía masculina.
"La parte de celebra no, a esa todavía no hemos llegado, pero quién sabe, a lo mejor llegamos, porque es algo con lo que soñamos: esa igualdad real", ha declarado con respecto a la posibilidad de sacerdocio femenino una de las portavoces del acto, María Isabel Herrera. Por su parte, otra de las portavoces, Ana Altamirano, ha indicado que reconocen en la figura de Jesús de Nazaret a "un compañero y un amigo", añadiendo que si "recurrimos al Evangelio, la relación que Jesús tiene con las mujeres es de igual: son amigas, son discípulas, son familia".
Por su parte, la también portavoz Carmen León, ha indicado que "la Iglesia se está quedando a la cola de los avances sociales y además no entre en el tema de la igualdad", por lo que ese asunto sumado a posturas como el abordaje del sexo hace que los feligreses se alejen de la Iglesia o que esta tenga cada vez menos predicamento.
Por su parte el manifiesto detalla que las mujeres son la mayoría en el voluntariado, en las celebraciones religiosas, en catequesis, en la pastoral, en la acción social, en la enseñanza o en la vida religiosa, "pero se nos niega la palabra, tener voz y voto, la toma de decisiones y el liderazgo en los ámbitos oportunos, como se puso de manifiesto, una vez más, en el Sínodo de la Amazonía".
El mismo manifiesto aboga por una Iglesia que reconozca "la plena ministerialidad" de las mujeres y que dialogue con los movimientos de liberación de las mujeres, así como que reconozca la diversidad sexual y de las familias. También el manifiesto indica que este movimiento aboga por una denuncia del sistema neoliberal que a su juicio impide condiciones de vida dignas.
