Las mujeres comunicadoras cordobesas se suman a los actos convocados por la plataforma Nosotras Decidimos en el Día de la Mujer, en concreto, en la manifestación que partirá de la Plaza de la Constitución el domingo, día 8, a las 12.30 horas y la posterior concentración en los jardines Adolfo Suárez, en donde una representante del colectivo leerá un manifiesto.
Con su presencia, el colectivo vuelve a reivindicar un periodismo digno y feminista y a denunciar la desigualdad que se sigue viviendo en los medios de comunicación, en los que, aun siendo mayoría, la voz de las mujeres sigue siendo secundaria.
Las cosas han empezado a cambiar. Se percibe una cierta sensibilidad por parte de medios y profesionales; los paneles de los programas de televisión y radio comienzan a equilibrar la presencia de mujeres y a elegir más fuentes femeninas como expertas; algunas noticias ya ponen el foco en lo que hacen las mujeres en deporte, en investigación, en literatura, en las artes y las ciencias en general y empiezan a reflejar la desigualdad de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad; algunos medios empiezan a utilizar el lenguaje inclusivo y se empieza a cuidar los comentarios y las preguntas para no atentar contra el respeto y dignidad de las mujeres.
Las comunicadoras no son ajenas a la ola de negacionismo sobre la desigualdad de las mujeres esparcida por los portavoces políticos y periodísticos más extremistas que algunos ciudadanos han comprado. Un negacionismo de mentiras y fake news que parte de la sociedad integra en sus discursos a través de sus redes sociales.
Valores de igualdad, equidad y libertad
Por ello, las mujeres que trabajan en los medios de comunicación siguen exhortando a los medios a que revisen su línea editorial e incorporen los valores de igualdad, equidad y libertad de las personas, extremando el cuidado en las noticias sobre violencia machista. También piden no poner los contadores a 0. Desde 2003 han sido asesinadas por violencia machista cerca de 1.050 mujeres en España, por lo que exigen atender a los criterios del Convenio de Estambul y no invisibilizar asesinatos violentos de mujeres fuera del entorno de la pareja.
Además, el colectivo sigue luchando contra informaciones que no condenan la mercantilización generalizada de los cuerpos de las mujeres, y contra las selecciones profesionales que se rigen por estereotipos de la imagen, porque las mujeres somos diversas.
Junto a lo anterior, las comunicadoras siguen rechazando los contratos en precario y las dificultades para conciliar vida personal y laboral, que como en todos los sectores, afectan más a las mujeres que a los hombres. Rechazan las presiones, vengan de donde vengan, y piden sororidad a quienes han dejado de ser precarias para pelear juntas por los derechos de todas.
Por otra parte, las mujeres siguen exigiendo a los compañeros y compañeras de profesión un periodismo que sea veraz, equitativo en las preguntas, diverso en las fuentes y en los focos, plural en las noticias y en las firmas, y que desagregue los datos siempre. Porque en los datos suele encontrarse la desigualdad. Un periodismo elaborado desde el lenguaje inclusivo, porque lo que no se nombra no existe.
También siguen exigiendo al Gobierno medidas encaminadas a lograr la igualdad en los medios de comunicación. En este ámbito, reclaman planes de igualdad, formación feminista a los profesionales de la comunicación, delegadas de igualdad y que en las facultades de Periodismo y Comunicación Audiovisual haya formación en Igualdad.
Las mujeres comunicadoras están convencidas que con su trabajo y esfuerzo por un periodismo digno y feminista se acelerará la justa empresa de ser iguales en derechos, en oportunidades y en respeto.
