CRISIS DEL CORONAVIRUS

Cáritas y Cruz Roja activan de nuevo protocolos anti-Covid en sus acciones de invierno

El ala de baja exigencia de Cáritas ha disminuido sus plazas, Cruz Roja trabaja ya con turnos rotativos y grupos burbuja
Acción de Cáritas con personas sin hogar en la calle
photo_camera Acción de Cáritas con personas sin hogar en la calle

Cáritas Diocesana de Córdoba y la Cruz Roja se enfrentan a un peculiar invierno en el que sus recursos habituales se topan con las restricciones por el coronavirus y con la misión de no desatender a ninguna persona. Ambas entidades coinciden en una cifra: debido a la pandemia el triple de familias están solicitando ayuda de emergencia de algún tipo en relación al año anterior. Y también coinciden en otro aspecto: resaltar la brecha digital como misión inmediata a solventar para que los usuarios puedan comunicarse y hacer peticiones evitando en la medida de los posible salir de casa.

Así las cosas también las dos entidades mantienen un dispositivo que ya iniciaron al principio de la pandemia, con pequeños ajustes acordes a las restricciones que entran en funcionamiento y muy pendientes de las que pueden estar por venir, Un ejemplo claro es el del ala de baja exigencia de Cáritas, que abrió de nuevo ayer sus puertas. 

En este caso ha visto sus plazas reducidas de 32 a 20 por las exigencias de la crisis sanitaria, a lo que hay que añadir todo tipo de medidas higiénicas coherentes con la situación, como mascarillas. El ala se llama de baja exigencia debido a que si la persona sin hogar muestra una actitud correcta y colaborativa se le permite cenar y pernoctar independientemente de si se encuentra bajo los efectos del alcohol o las drogas, o si no ha tomado la medicación. Sólo prima una cosa: el buen comportamiento. 

Cáritas, como explica Laly Ramírez, secretaria general de la institución en Córdoba, se ha visto obligada a reducir el aforo. Esos usuarios que puedan necesitar el servicio contarán con otros recursos, como el dedicado a la ola de frío del Ayuntamiento o el espacio habilitado en el hostal Lucano. 

Residencia de Cáritas

Además cuenta con las 40 plazas también de su Casa de Acogida y la residencia San Pablo para mayores en exclusión, donde hay 30 personas. Junto a todo ello se activa el dispositivo nocturno "para gente que permanece en la calle y a la que atendemos con ropa de abrigo y una cena".

Al estar muchos residentes de diverso tipo más tiempo en esos diversos lugares a causas de los toques de queda o la conveniencia de mantener menos contacto personal, Ramírez ha explicado a Córdoba Hoy que han potenciado mucho los talleres ocupacionales, puesto que "son personas que al encierro suman en la mayor parte de las ocasiones problemas de salud mental o adicciones, no es nada fácil para ellos".

Cruz Roja

Al igual que Cáritas, la otra gran institución humanitaria asentada en Córdoba, Cruz Roja, puso en marcha protocolos especiales desde marzo. Como explica su responsable de comunicación, José Luis Hitos, incluso los trabajadores ya están desempeñando su labor de nuevo en turnos rotatorios mediante la puesta en marcha de los denominados grupos burbuja. 

Acción de la Cruz Roja en la calle

Cruz Roja, con el apoyo de la Junta, puso un plan contra la Covid que desde enero hasta ha antendido a más de 12.500 las familias cordobesas (frente a las algo más de 4.600 del mismo periodo de 2019) que han sido apoyadas por la institución humanitaria para cubrir necesidades básicas como la alimentación, el pago de suministros, vestuario o el material escolar.

Hitos ha indicado que más allá de las peticiones de ayuda quieren centrarse en las llamadas tarjetas monedero que igualmente han puesto en marcha con la Junta. Son tarjetas canjeables por productos de alimentación, higiene o limpieza en tiendas de proximidad. 

Por su parte, Laly Ramírez, aunque no dispone de estadísticas precisas, sí que percibe por el trabajo de las Cáritas parroquiales que las demandas de ayuda directa se han triplicado en unas zonas o duplicado en otras, depende del área de la ciudad.

Brecha digital

Otro de los puntos de máxima atención ya lo comentamos al principio y hace coincidir a Cáritas y Cruz Roja. Es la llamada brecha digital, el acceso de personas en riesgo de exclusión a la red, lo que implica formación y acceso a la tecnología. Y es que como indica el responsable de comunicación "el teléfono y las redes sociales han echado humo desde el principio de la crisis". Urge por tanto, insistimos, para ambas entidades, que muchos usuarios no sólo sepan desenvolverse en el universo digital, sino que tengan la posibilidad de hacerlo.