SOCIEDAD

Capitulares se 'estrena' con una manifestación espontánea y sin permiso

Unas 150 personas se concentran a las puertas del Ayuntamiento para protestar por el impuesto de sucesiones. La protesta se movió a través de redes sociales y no contaba con autorización

manfiestacion impuesto sucesiones
photo_camera Una imagen de la concentración celebrada hoy ante el Ayuntamiento.

La calle Capitulares aún no está terminada, pero casi. El espacio libre que ha quedado tras su definitiva peatonalización, con una amplia plataforma de baldosas, invita al paseo y a solearse... y también a manifestarse. Aunque aún no está inagurada oficialmente, ya ha sido estrenada hoy mismo con una manifestación a las puertas del Ayuntamiento, que curiosamente no tenía mucho que ver con la protesta. Daba igual, lo importante era hacer ruido y que se oyera la queja. Al menos eso se consiguió. 

Unas 150 personas se han concentrado a las puertas del Consistorio cordobés a los gritos de "manos arriba, esto es un atraco" para quejarse por el impuesto de sucesiones. La manifestación, que ha transcurrido sin incidentes -aunque la Policía Local ha tenido que bloquear los accesos a la Casa Consistorial-, ha sido peculiar en varios aspectos. El primero de ellos es que ha sido una concentración espontánea, convocada a través de las redes sociales, y que no responde a movimiento alguno más allá del hartazgo de un grupo de ciudadanos. Su indignación era patente. Detrás no había ningún partido político o asociación, al menos según han asegurado algunos de los manifestantes. "Alguien dijo de hacerla y aquí estamos", ha indicado José Antonio Mangas, uno de los poco jóvenes que había en la protesta.

Quizás por ese mismo motivo los manifestantes no sabían muy bien dónde estaban. El Consistorio cordobés no tiene mucho que ver con un impuesto que regula y cobra la Junta de Andalucía. Para el joven Mangas eso no es lo importante, puesto que "se dijo de hacerse aquí porque es un sitio clave y queremos que se nos haga caso". Y allí se plantaron los 150 manifestantes, pancartas en mano, en su mayor parte personas mayores o de mediana edad.

Ésa es otra de las curiosidades de la concentración de hoy. Quienes tienen que pagar ese impuesto no son quienes se han concentrado, sino sus herederos, hijos o nietos. Se echaba en falta la presencia de más jóvenes, que son quienes deberán, en teoría, abonar el impuesto de sucesiones al recibir una herencia. José Antonio Mangas era consciente de ello, y con cierto tono de amargura ha recordado que "el fútbol siempre va a existir"; apuntaba a la pasión que los jóvenes muestran por el deporte frente a la indolencia a la hora de reivindicar ciertas cuestiones.

Una de esas cuestiones es conseguir que en Andalucía se pague lo mismo que en Madrid u otras comunidades autónomas por la citada tasa. Una de los concentradas aseguraba que no puede ser que en la capital de España se abonen 5.000 euros por el mismo concepto que aquí cuesta 50.000. "Y en otros sitios muy poquito", aseguraba. Mangas, incluso, afirmaba estar dispuesto a empadronarse en Madrid aunque resida en Córdoba para evitarse el impuesto. Lo que sería, como poco, una situación irregular.

Tan irregular como la propia manifestación, que no contaba con el preceptivo permiso de la Subdelegación del Gobierno ni había sido anunciada de ningún modo más allá de los movimientos en redes sociales. "¿Pero usted cree que la Subdelegación nos iba a dar permiso para venir aquí?", respondía Mangas a la cuestión.