SEMANA SANTA

El concejal de Seguridad reconoce que hubo "muchos problemas" y pide disculpas

Una mujer estuvo a punto de caer al río desde siete metros por subirse al pretil del Puente Romano; "una mano milagrosa la salvó", afirma el responsable de la seguridad

descendimiento puente romano pretil
photo_camera Docenas de personas sentadas en el pretil del Puente Romano el pasado Viernes Santo.

El máximo responsable de la seguridad en Córdoba, y por tanto del plan especial de la Semana Santa, Emilio Aumente, ha reconocido hoy que durante los días de procesiones hubo "muchos problemas", especialmente en el entorno de la nueva carrera oficial, lo que le ha llevado a pedir disculpas por las quejas de ciudadanos y vecinos. Ninguno fue grave, pero pudo haberlo sido. Y pese a todo, su valoración general es positiva: "Creo que ha sido un éxito debido a las complicaciones que había".

Aumente, en una comparecencia con mucha autocrítica, ha ofrecido un relato detallado de los principales problemas durante la Semana Santa. El más grave, que pudo acabar en tragedia, ocurrió el Viernes Santo por la mañana, durante el paso del Descendimiento por el Puente Romano. El concejal delegado de Seguridad optó por dejarlo abierto al público al mismo tiempo que pasaba la procesión, tal como sucede en Córdoba desde hace décadas. "Fue un riesgo que corrimos y tuvimos problemas", se ha sincerado Aumente.

El problema estaba en que ahora el Puente Romano desemboca en la misma carrera oficial, y la aglomeración de personas formó un tapón que llegaba hasta la Calahorra. Al paso de la procesión, el público atrapado en el Puente Romano tuvo que apretarse contra las márgenes del viaducto y algunas personas, unas 40 según la versión oficial, se sentaron en el pretil; otras llegaron a incluso ponerse de pie. Fue entonces cuando una mujer estuvo a punto de caer al río desde una altura de unos siete metros. "Una mano milagrosa la salvó"; "si esa mujer se cae y se mata yo no estoy aquí ahora mismo", ha declarado Aumente.

Un millón de personas

Los primeros contratiempos con la afluencia de público -un millón de personas en toda la Semana Santa, dicen los datos oficiales- se dieron ya en la primera procesión, la de la Borriquita del Domingo por la mañana. "La gente creía que podía quedarse allí -en la carrera oficial y su entorno- porque era vía pública, pero eran carriles de emergencia", en palabras de Aumente. Y no fue así, como era de prever.

En realidad, la Junta Local de Seguridad (en la que están el Ayuntamiento, Subdelegación, fuerzas de seguridad y las cofradías) lo había fiado buena parte de las garantías a la colaboración ciudadana. Todos, incluida la alcaldesa, confiaban en que el público comprendería que no era posible quedarse en la carrera oficial sin un palco o silla, por problemas de espacio. Días antes de que comenzara la Semana Santa, los responsables de la seguridad -no sólo Aumente- aseguraron rotundamente que no se pediría ninguna identificación a nadie para entrar a la carrera oficial.

El mismo Domingo de Ramos por la tarde hubo que cambiar los planes y se empezó a solicitar algún tipo de acreditación para poder acceder a la carrera oficial -clientes de hoteles, comerciantes, residentes, titulares de palcos...-. Y de ahí vienen prinicipalmente las quejas por la supuesta "privatización" del espacio público que han llegado desde muchos frentes, como algunas asociaciones de vecinos e incluso el socio de gobierno del PSOE en el Ayuntamiento, IU.

Aumente niega la privatización, pero lo hace como teniente de alcalde delegado de Seguridad, no como miembro del equipo de gobierno, donde el pacto IU-PSOE muestra a las claras sus grietas: cada cual valora la Semana Santa por su cuenta mientras la alcaldesa intenta llamar al orden sin mucho éxito. Al teniente de alcalde le parece bien abrir el debate sobre la ocupación de la vía pública, pero recuerda que ya se hacía también con la carrera oficial en Las Tendillas. Y las calles se ocupan en otros momentos y lugares: veladores -cómo no-, zonas azules... "¿Todo eso cómo se llama?", se ha preguntado Aumente.

Aglomeración de penitentes

Hubo otros problemas menores. Por ejemplo, el Domingo por la noche con el Rescatado, cuando hubo aglomeración de penitentes que no entraban en carrera oficial porque así lo decidió la Agrupación de Cofradías, según el concejal. O el Jueves Santo al paso de la Legión, con "un cúmulo importante de personas", por lo que hubo que colocar nuevas vallas inamovibles.

Aumente ha reconocido todos los problemas, además de las quejas de comerciantes y hosteleros porque "no han tenido el negocio esperado" debido a la colocación de vallas y la prohibición de circular por la carrera oficial; a todos ellos les ha pedido disculpas. Pero asegura que "mi responsabilidad era que no le sucediera nada a nadie, y si para eso había que cerrar calles, asumo la crítica". "Prefiero ser criticado por personas que no han podido entrar a la carrera oficial que por las familias de gente que no pudo volver a su casa", ha relatado.

¿Y para el año que viene? Aumente no ha querido entrar en detalles, pero sí ha indicado que "habrá que revisarlo en un futuro" -la carrera oficial-, máxime cuando este año "todo era una experiencia nueva".