El ya expresidente del Comité Ejecutivo Provincial de Vox, Alejandro Hernández, presentó el viernes pasado su dimisión "irrevocable" de ese cargo, tras haber estado "cinco años partiéndome el alma para conseguir que Vox fuera un partido político asentado y respetado en Córdoba", según ha publicado hoy en su página de Facebook.
Quizá el principal motivo de su renuncia es la actitud de lo que él denomina en su escrito de motivos unos "pocos" y "cobardes" "tontos entregados" de photocall de los que ha tenido que soportar "insultos y difamaciones que llegan a ser cansadas".
De igual modo echa en cara a la dirección nacional del partido que "haya estado más pendiente de atender las quejas de esos cuatro alborotadores que de disciplinarlos". Es más, llega a puntualizar que "ojalá me equivoque, pero creo que ese error pasará su factura".
Alejandro Hernández repasa la historia del partido en Córdoba, desde sus inicios, cuando en 2017 comenzó a colaborar con Vox con entre 30 y 40 afiliados, si bien a las reuniones ibas no más de seis. Una época en la que, según él, se funcionaba con la "honestidad" por delante, lejos de las "agendas personales". En la actualidad, por el contrario, la afiliación provincial llega al millar de personas, cuentan con una sede "visitada", incluso, por quienes están de paso por la capital cordobesa, y cargos electos en todas las instituciones a los que se incitan a muchos actos. "Hemos pasado de la casi clandestinidad a la sobreexposición era menos de un lustro", llega a señalar.
En ese mismo escrito asegura que "el proyecto está por encima de las personas", lo que le ha llevado a adoptar decisiones que no siempre han sido del agrado de "amigos y camaradas defraudados en sus expectativas personales". Sobre éstos, Hernández dice recibir de "buen grado" las críticas, "constructivas o no", cuando son educadas, pero no admite los insultos y difamaciones.
En cualquier caso, y como afirma que "no vine a servirme de Vox para mi promoción personal, sino a trabajar por in¡unos ideales", Hernández sí deja claro que lo seguirá haciendo "l mejor que pueda" desde el Paramento de Andalucía.
Y un mensaje final a los "pocos trepas y advenedizos que traté" y que están resentidos con él: "Siempre considera que ese peaje iba incluido con el 0'sueldo de presidente', y si antes no me afectó mucho, ahora, francamente, me importa un bledo".
