Rafi Capilla nació en el barrio de Cañero. Estudió en Santa Catalina de Siena, en ese mismo barrio, que ya no es de la antigua EGB, como cuando ella estudiaba allí, sino que es un Instituto de Enseñanza Secundaria bilingüe. Era el centro escolar de las niñas, mientras que los niños iban al San Vicente Ferrer, que sigue siendo de Primaria, y ambos están en la misma calle. Estando ella en el centro ya empezó a ser mixto, señal de que los tiempos iban cambiando poco a poco.
Posteriormente, estudió auxiliar administrativo en la parroquia de San Rafael Arcángel, que por entonces se denominaba el Colegio del Señor Obispo de la Fuensanta y ejerció como tal en la Administración andaluza un tiempo, y también en una empresa privada de aviación, cuando estaba la firma alicantina Cotasa. Acabó en el Ayuntamiento porque la labor de oficina no le gustaba y se presentó a auxiliar de jardinería haciendo cursos y entrando por contratos. Finalmente acabó entrando con un contrato de relevo, que terminó en denuncia.
La echaron a la calle porque ese contrato cumplía, pero en el convenio había un artículo que indicaba que si la plaza no se había cubierto, quien estuviera ocupándola debía permanecer en ella hasta que no saliera de forma definitiva. Y ahí es donde entró en juego Francisco Moro, el rostro visible de la CTA, quien, pese a estar también en Infraestructuras, no coincidieron porque él estaba en montaje. El caso es que Moro se metió a fondo con su caso y lo acabaron ganando.
"A raíz de ese contrato relevo, CTA siempre estuvo ahí". Eso hizo que se afiliara en 2005, porque "vi que me habían estado defendiendo sin pertenecer al sindicato y fue también una manera de agradecérselo". En esa denuncia la sentencia salió a los cinco días, "porque el juez no tenía duda de que yo no pedía la plaza fija, sino lo que decía el convenio", y el Ayuntamiento no recurrió, ya que "temían que a raíz de eso, y si el caso iba a instancias superiores y me volvían a dar la razón, eso hubiera provocado una avalancha de demandas más de otros compañeros en mi misma situación por efecto llamada".
El caso fue que desde CTA se pidió la ejecución de la sentencia, y "tardaron mucho, porque había técnicos que se negaban a que yo volviera a entrar diciendo: "Ésta se cree que va a volver a entrar", y no era lo que yo creyera o dejara de creer, era lo que había dicho un juez; así de simple. Eso fue en el noventaitantos y aquí estamos", recuerda.
Su entrada en el sindicato era casi una cuestión lógica. "Hizo falta gente que se viniera aquí al sindicato y acabé entrando. Antes había estado yendo y viniendo por horas, y en el comité de empresa llevo al menos cinco años".
La verdad es que desde que estoy cubriendo información del Ayuntamiento siempre ha estado la CTA al frente del comité municipal.
CTA ha sido muy fuerte en el Ayuntamiento. Ahora hemos dado un bajón. Grande.
Bueno, eso era algo que le quería preguntar. En las elecciones últimas sindicales ganó por votos la CGT, no la CTA. No obstante, la presidencia del comité de empresa la sigue ostentando la CTA.
Eso significa que tan mal no lo habríamos hecho antes (se ríe). Yo sigo como presidenta desde que entre en 2019 con ese cargo y la Secretaria del comité sigue en manos de CCOO.
¿Le hubiera correspondido a la CGT?
Sí, por votos.Tienen la mayoría, pero si CTA se postula a la Presidencia y todos los que pertenecen a la mesa del comité nos votan para seguir, es lo que hay. Hay que decir que el comité de empresa ha funcionado bastante bien en los cuatro años anteriores. Hemos hecho todo lo que se ha podido hacer desde este órgano. Es verdad que las mesas de negociación tienen mucha importancia y esta vez CTA no está en ellas, porque hemos perdido dos representantes en funcionarios y uno en laborales especialistas. Eso significa que lo que es negociar como tal, esta vez la CTA no va a poder. Asistiremos a mesa, porque vamos como asesores, pero no tenemos ni voz ni voto. Intentaremos hacer fuerza desde los órganos internos del comité para proponer cuestiones.
Nosotros, es verdad que hacemos escritos a Recursos Humanos casi de forma semanal pidiendo mejoras para la parte social.
¿La negociación, por tanto, corresponde a CGT?
No. La negociación es en mesas generales, con gente del comité de empresa y de la junta de personal. Cada sindicato tendrá más o menos representación en esas mesas dependiendo de lo que tenga en los dos organismos que las componen. Está Comisiones y está CGT.
¿Por qué cree que se ha producido un bajón en los resultados electorales de la CTA?
Tenemos que ser claros. CTA no era CTA. CTA era Francisco Moro. Es la verdad. Él tenía mucha fuerza, él llevaba todo para adelante. Nosotros hemos tenido ahí un bache por ese motivo, porque Paco no está aquí ya. Los que venimos detrás carecemos de tanta fuerza como tenía él.
¿Cree realmente que ésa es la razón de la pérdida de votos?
Todo es una suma. Nosotros teníamos mucha gente mayor. El Ayuntamiento está envejeciendo a marchas forzadas. Tenemos una plantilla muy envejecida y toda esa gente son votos nuestros que se van y como no se van recuperando al no irse metiendo nueva gente, es otra explicación.
¿Cuánta gente menos hay en el Ayuntamiento de Córdoba?
Según un estudio nuestro, desde 2015 a 2023 tenemos 358 trabajadores en plantilla menos. Esto es porque no se contrata. Los laborales son los que pueden negociar, los funcionarios, no. Eso nos lleva a preguntarnos si el Ayuntamiento no quiere que haya negociación y por ese motivo se está mermando la plantilla de laborales a pasos agigantados. Ten en cuenta que hace ocho años laborales había 392 y en 2023 se han quedado en 210; son 182 menos. Mucho.
Eso significaría que esté quien esté en el gobierno local ustedes los sindicatos les molestan.
(Se ríe). A eso se le une el problema de la edad, porque el 44,58% de la plantilla está ya entre los 50 y los 60 años, con un 16,90% que sobrepasan los 60. Es sorprendente. En los próximos cinco años, si no se pone remedio, se van a ir unos cuantos. ¿Quizá sea una puerta abierta a la privatización? Nos lo hemos preguntado muchas veces y hemos llegado a la conclusión de que es muy posible. Si vas dejando morir algo es por algo. Yo, por ejemplo, soy jardinera. Cuando estoy en la calle sólo veo empresas externas en los jardines, cuando ya hemos dicho hasta la saciedad que eso le está costando el dinero a la ciudadanía. Ahí se incluye el pago del 21%, el beneficio empresarial, la dedicación del personal municipal a la hora de elaborar los pliegos de una licitación de servicio, el que controla a esas empresas que cumplan con el pliego... Con todo eso en la mano, es mucho más barato contratar a funcionarios que hagan lo que hacen esas empresas ajenas y que, ademas, permanecen ya en plantilla. Quizá para los gobernantes sea más beneficioso tener subcontratas.
Lo que ha dicho de la edad es muy preocupante. Porque por mucho que a unos les guste mucho o poco la privatización, el Ayuntamiento ha de seguir funcionando a nivel interno.
Bueno, es que a ellos no les importa que Infraestructuras no exista. Y no les importa porque lo que es la casa pasaría a ser una mera empresa de empleo, pero ellos seguirían aquí al mando.
Pero el Ayuntamiento nunca ha sido eso.
Bueno, pero a lo mejor a ellos les interesa que sea así. Es una pregunta que nos hacemos, visto lo visto. ¿Por qué se recurre a la contratación externa si sale más barato tener personal propio? ¿Por qué siguen haciéndolo y me da igual que sean blancos, verdes o amarillos? Esto viene de atrás y han gobernado todos los colores. Es el problema que tenemos.
Ése es, por tanto, el principal reto al que se van a enfrentar en los próximos años.
Claro. Nosotros vamos a seguir luchando por que no hay más privatizaciones. Es complicado.
¿Externalización es lo mismo que privatización?
La externalización es un término que suena muy bien. Suena mejor que privatización, como más suave y es mentira. Externalización, ¿eso que es? Es una privatización con todas las palabras. Y fueron los de Izquierda Unida los que empezaron a hablar de externalizar, porque privatizar en boca suya suena muy feo. Es pura privatización. Me niego a utilizar la palabra externalización, no me gusta suavizar la realidad de lo que esta pasando.
¿El Ayuntamiento cordobés destaca por sus privatizaciones o es algo generalizado en los municipios?
Creo y me temo que está generalizado. Se lo he dicho a más de uno: "Cuando llegáis al poder se os olvida de dónde venís, y por que y por quienes os sentáis en las sillas rojas del salón de plenos".
Si eso es así, lo que está en riesgo es la función pública en general.
Efectivamente. Si te fijas, los trabajadores públicos no estamos bien vistos en la calle tampoco. La ciudadanía piensa mal de laborales y funcionarios, de los trabajadores públicos en conjunto. No estamos bien vistos. Nos ven como vagos, como personas que se escaquea del trabajo... Y habrá de todo, como en la privada.
¡Y tanto!
Pues a mí me da mucha pena. Y te hablo de jardines porque es lo que me toca directamente. Cuando voy por la calle y veo a las empresas, no a todas evidentemente, veo que van más identificados que nosotros en los monos, tirados en el suelo fumando o viendo el móvil bastante más que la media hora que tenemos nosotros y cualquiera que los vea dirá "mira ésos del Ayuntamiento cómo se tocona las narices". Y no, señor, no somos nosotros. Son los de las empresas contratadas. Me duele eso, por la falta de jardineros que tenemos en el Área. La plantilla dio se renueva, no hay bolsa de trabajo, aunque parece que ahora se va a mover algo en ese sentido.
A veces da la sensación de que sacan plazas de cara a la galería, porque esas plazas no son reales. Fíjate la convocatoria de auxiliar administrativo que hay ahora. Esa gente ya está aquí trabajando. No genera nuevos puestos.
¿Es para afianzar las plazas ya existentes?
Para afianzar plaza y dejar en el paro a gente que a lo mejor lleva una década trabajando en el Ayuntamiento.
¿Por que dice eso?
Porque si no aprueba el examen se tendrán que ir con 50 años a la calle. Ten en cuenta que uno no tiene la misma capacidad de sentarte a estudiar ni de memorizar que cuando eres joven, aunque tengan toda la experiencia del mundo ya acumulada para ejercer perfectamente su labor. Mientras que uno nuevo que entre tiene que formarse de cero. Eso pasa. Ya ocurrió en 2017, cuando la mitad de las plazas fueron a la calle, con una edad muy complicada para buscar trabajo. No son plazas, por tanto, reales. No es dar más trabajo, porque una parte ya estaba trabajando aquí.
¿Está usted, entonces, de acuerdo en que alguien que lleva trabajando un montón de tiempo, que significa, evidentemente, una experiencia de años, no necesitaría hacer esa prueba para afianzar su puesto?
Bueno (Mueve la cabeza).
Es que para eso están las ofertas públicas de empleo.
Claro. Pero depende. Porque a partir de ahora es verdad que los administrativos que entren, que lo harán en marzo, como hacen falta quizá 30 más imagino que se hará una bolsa, una lista de reserva de todos los siguientes que están aprobados, y entrarán como interinos, que a los tres años tienen que volverse a examinar para coger plaza. Que no se examinen (resopla), no. Tampoco. Porque es por ley.
Lo que sí es cierto es que una cosa es la creación de empleo nuevo y otra es el afianzamiento de plazas ya existentes. ¿Cuánta gente haría falta que entrara para recuperar músculo de empleados públicos?
Lo mínimo sería, por ejemplo, recuperar las cifras de 2015. Es que depende mucho del área. En Museos se han perdido tres trabajadores, que pasan de 30 a 27, aunque ahora se están cubriendo porque se ha hecho mucha presión últimamente con los porteros, de los que hay pendiente un examen para 18. En Ferias y Festejos también se han perdido tres, Alumbrado está bajo mínimos y se está intentando que se meta una empresa exterior. Hace tiempo los trabajadores de alumbrado tuvieron un amigo de privatización que no salió adelante y siguen luchando por que entre más gente. Había pendiente allí una promoción interna y se va a buscar en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) algo para cubrir unas plazas mientras que salen las fijas.
En Bibliotecas se pierden otros cuatro puestos. La sangría está en Infraestructuras, con 20 menos, y en Centros Cívicos, donde se pierden 16. Es una bajada mortal. En Infraestructuras había un taller que funcionaba de forma espectacular, en la Carpintería hay una única persona, que es el jefe sin nadie a quien mandar y está ahora de baja. Es todo un poco desastre y rocambolesco. Ninguno de los que llegan se da cuenta de eso y coge el toro por los cuernos. (Suspira) No sé. Es bastante triste la situación.
Además está todo el tema del personal de confianza que no hace más que crecer. Y el gasto en personal currito es lamentable. Cada vez tenemos más personal directivo, o por decirlo de otro modo, hay cada vez más jefes y menos indios. Y un ejemplo claro de ello es que en 2019 teníamos 3.101.329,12 euros para la bolsa de empleo y en 2024 tenemos 1.039.730,23. Son más de dos millones menos y es porque esas partidas no se utilizan y van bajando cada vez más.
Teniendo esto en cuenta, y con las elecciones sindicales recién celebradas, ¿qué tienen en mente? ¿Qué proyecto quieren poner en marcha? ¿Cuál va a ser su estrategia de actuación?
En principio, tenemos que luchar por un convenio, que desde el año 2008 no se ha vuelto a negociar.
¿Cómo dice? ¿Desde 2008 no hay convenio en el Ayuntamiento?
Imagínate. Está obsoleto del todo. No ha interesado negociar, no han tenido tiempo. Cualquier excusa es válida para ponerla sobre la mesa. Tenemos que reconocer que también se han producido trabas entre nosotros mismos, los sindicatos.
Usted se refiere al convenio de la casa en general.
Sí.
¡Desde 2008! Son 15 años. ¿Eso es normal?
No debería, pero es así. La verdad es que hubo un intento de negociación, pero entre nosotros mismos empezamos a ponernos trabas y aquí estamos. Precisamente, el jueves pasado se llevó a cabo un registro del comité de empresa pidiéndole a la Corporación que volviéramos a las negociaciones.
¿Se han puesto, por tanto, los sindicatos de acuerdo en eso?
Sí. Bueno, comité de empresa ha mandado un escrito que se registró esta semana. Es un primer paso. También hay pendiente una Valoración de Puestos de Trabajo (VPT) y una relación de puestos de trabajo (RPT). Está todo pendiente.
Intuyo que las rencillas internas sindicales se han resuelto.
Claro. Ahora es la Corporación la que nos tiene que convocar. Nosotros ya hemos dado el primer paso. Con la anterior Corporación estábamos ya negociando. Los sindicatos, menos CGT, nos hablamos juntado para ello.
¿El convenio que quieren negociar afecta igualmente a Policía Local y al Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS)?
Sí. Les interesa también que haya negociación, porque aunque se rijan por acuerdos propios, la base general también les afecta. Son trabajadores del Ayuntamiento.
Por tanto, desde 2008 se habrá ido actualizando el IPC del sueldo y punto, ¿no?
Ni eso, porque ese incremento del IPC ya viene dado. No es que lo negociemos.
De acuerdo. ¿Qué haría falta en el nuevo convenio? ¿Dónde tendrían que poner el acento?
Es que hay que rehacerlo de nuevo por completo. Hay que retocarlo todo, empezando por los permisos y la forma de contratación. Es hacerlo nuevo.
Todo eso tendrá que actualizarse con las cifras de plantilla que hay, ¿no?
Claro. Por ejemplo, en la Policía Local no pueden pedirse determinados descansos si no tienen quien cubra esas bajas temporales. El convenio tiene que amoldarse a la situación actual del Ayuntamiento. Tenemos mucho trabajo por delante. Es complicado. Cada uno tenemos nuestra manera de ver las cosas. Y si la parte social no está en todo de acuerdo para remar en la misma dirección, se complica más la cosa. Creo que muchas veces no tenemos claro que la parte social debe de ir a una, porque los que tenemos enfrente, la empresa, no somos nosotros. Hay que tener claro quien tenemos delante y no pelearnos entre nosotros, que es la estrategia empresarial.
Por cierto, ¿han contactado ya con la empresa? Porque Recursos Humanos ha cambiado de responsable.
El director general es Antonio López y la responsable política es Cintia Bustos. Y tenemos que decir que no hemos tenido ningún problema en los contactos que estamos ya manteniendo con ellos y que siempre han mostrado su disposición. Por ahora, bajamos y hablamos directamente con ellos sin necesidad de cita previa, siempre que estén disponibles. Pero eso de tener la puerta abierta no me basta. Tienen voluntad, pero me valen los hechos. Hay que reconocer que está todo muy enrevesado, que hay muchos frentes abiertos y es complicada la negociación.
¿Para cuándo quieren que esté en marcha el nuevo convenio?
Queremos llegar a un acuerdo para finales de 2024. Ojalá en 2025 tengamos ya el nuevo convenio en marcha. Es muy lioso y necesitamos paciencia para desenredarlo, y si nos marcamos una meta temporal nos forzaremos a resolverlo cuanto antes. Ten en cuenta que para la negociación local hay que contar con las modificaciones que ha habido estatal con permisos y demás. A día de hoy, no tenemos muy claro los días que tenemos para una muerte o una intervención sanitaria. No nos aclaramos bien, carecemos de unas directrices claras. Para eso se necesita tener todo al día, RPT y VPT incluidas. Y, por supuesto, se requiere de unidad en la parte social.
¿Qué tiene previsto hacer la CTA para recuperar terreno perdido tras las elecciones sindicales?
Algo que también nos ha mermado un poco ha sido que a la gente no les gusta escuchar la verdad de las situaciones. Muchas veces los compañeros y compañeras no han querido escuchar la verdad, y nosotros somos un sindicato que vamos con la verdad por delante, aunque no guste. Eso, a efectos prácticos, ha supuesto que nos hemos dejado comer terreno por quienes no dicen la verdad. En esta casa ha habido sindicatos que llevan a gala el populismo y eso a nosotros no nos gusta, aunque pueda parecer lo más amable a la hora de afrontar problemas. Si a alguien hay que decirle las cosas como son, aunque duelan por ser realistas, las seguiremos diciendo. Si algo es imposible conseguirlo lo decimos claramente y eso no siempre gusta. No vamos a crearle a nadie expectativas falsas sólo para contar con su apoyo. Hacer eso es jugar sucio. Y hay gente que se ha querido creer cuestiones que el tiempo nos acabará dando la razón. Entre medias se han producido unas elecciones sindicales y lo hemos notado.
¿Cuántos sindicatos hay en el Ayuntamiento?
Hay ocho y sólo uno no ha conseguido representación, por lo que quedan siete representativos. Esto complica un poco la situación a la hora de ponernos todos de acuerdo para una negociación. Siempre se ha dicho eso de divide y vencerás, y es lo que está pasando. El problema es que la división la hacemos nosotros y no viene de la parte empresarial.
Por tanto, y volviendo a la pregunta, ¿qué tienen previsto hacer para recuperar terreno?
Seguir trabajando duro, seguir diciendo la verdad de las cosas. No le vamos a decir a nadie eso de "no te preocupes que vas a tener plaza". No, para nada. Tú vas a tener plaza a no ser que te presentes, que estudies mucho y que saques la mejor nota. Todo pasa por ahí. Nunca vamos a decirle a nadie que no se preocupe que ya lucharemos nosotros por alguien para que consiga plaza. Nunca por parte de CTA, aunque no sea populista. Y, por supuesto, vamos a seguir llevando a gala que lucharemos por cualquiera que tenga un problema interno laboral o sufra una injusticia esté o no afiliado al sindicato. Siempre ha sido algo que hemos hecho y no dejaremos de hacerlo, aunque a veces te pueda dar rabia. Porque cuando logras tu objetivo te produce satisfacción, sea o no afiliado.
Por cierto, antes ha comentado que a los trabajadores públicos, funcionarios y laborales, se les ve mal en la calle y se les tiene en una consideración baja. ¿Qué pasa si a eso se le añade que además sean sindicalistas?
Entonces ya mueres. En la calle está claro que piensan así. Y peor si además de ser trabajador de la administración estás en un sindicato.
Hay, de hecho, una derecha que ha satanizado al funcionariado y al sindicalismo.
Bueno, pues ya está. ¡Qué le vamos a hacer! Que sigan pensando eso. Del mismo modo, cuando escucho hablar de nosotros en la calle, no me doy por aludida, porque cuando salgo de casa a las 06.30 horas, tanto cuando iba a jardines como cuando vengo aquí, creo que cumplo con mi trabajo y a veces más de lo que debiera. Y de los que estamos aquí, la mayoría venimos a cumplir con nuestra función, a luchar por el trabajador, a tender a todo el que puedes y si te tienes que quedar más horas no importa, aunque luego no se vea. También atendemos a la gente por la tarde, es un servicio permanente, como las funerarias. Hasta fines de semana.
En cuanto a los compañeros y compañeras, a nivel interno, no creo que me vean mal. Alguno habrá. Pero la gente con la que hemos trabajado antes, cuando ven que cumples en tu trabajo y que te vas al sindicato por circunstancias de que se necesita que haya una continuidad, no me siento rechazada por eso. Los habrá que digan que me he venido a la CTA para no trabajar. ¡Pues vale! Que lo piensen. Yo tengo la conciencia muy, muy tranquila.
¿Y ya que lo nombra, cuál es el futuro de CTA? Hemos hablado de que había un rostro que lo ha estado encarnando durante muchísimos años, se ha apartado y ahora alguien tiene que tomar el relevo. ¿Qué pasa con eso?
Nada. Aquí vamos a seguir. Vamos a cambiarle la cara. Y vamos a intentar recuperar terreno. Vamos seguir intentando ampliar la afiliación, siempre con la verdad por delante, peleando con la Corporación a capa y espada para que el convenio salga adelante, que la VPT vaya para adelante, y vamos a luchar por una creación de bolsa de empleo para la ciudadanía. Es verdad que de las oposiciones que están en marcha se van a sacar listas de reserva, pero nosotros hablamos de una bolsa más general.
Porque es cierto que hay muchos planes de empleo, pero son para personas sin estudios ni recursos, y tenemos a muchos jóvenes que salen con su carrera bajo el brazo y de alguna forma tendrán que entrar a trabajar, y podría haber una bolsa para eso. Hablo también de ayudantes, auxiliares administrativos, que no hace falta que tengan carrera. Se propondrá que se ponga en marcha esa bolsa. La idea es que el trabajo público se recupere, aunque lo veo muy complicado. ya hemos tenido alguna que otra reunión y todo es dar vueltas sobre los mismo: La privatización y la necesidad de contratar fuera. Vamos a seguir trabajando y si nos vuelven a querer aquí seguiremos. Si no, allá ellos.
