JAVIER PÉREZ. EDUCADOR DE LA COOPERATIVA LA ESPIRAL EDUCATIVA

"Los plenos tenemos que hacerlos nuestros, porque ahí se decide lo que incide en nuestro día a día"

Javier Pérez posa para Córdoba Hoy
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En el último Plano del Ayuntamiento de Córdoba se produjo una de las situaciones más frescas vividas en esta ciudad de los últimos años. Un grupo de chicos y chicas llevaron una moción que salió adelante por unanimidad sobre ocio inclusivo. Esa moción salió adelante por unanimidad y la culpa la tienen los tres socios de la cooperativa La Espiral Educativa (Javier Pérez, Esperanza Zamora y Silvia Pozuelo), que forman a estudiantes del segundo curso del Ciclo Superior de Integración Social del Colegio Ferroviario de Córdoba.

Pérez, que es el protagonista de esta entrevista, a la que se ha traído a Babi y María, dos de sus estudiantes, ha explicado que "llegamos a un acuerdo con el colegio Ferroviario de modo que ellos nos ceden las aulas por la tarde e impartimos un ciclo de Integración Social de grado superior". Nacido en Sevilla, al igual que una de sus compañeras, lleva desde 2005 viviendo en la Fuensanta, por lo que ya se considera "fuensantero y cordobés". Ha estado toda su vida trabajando como educador con este tipo de proyectos, educando en valores, normalmente con adolescentes y jóvenes.

"Hace unos años estuve trabajando en una asociación, pero con la crisis mermó bastante y se nos ocurrió montar una cooperativa entre tres personas", responde cuando se le preguntan por el origen de esa sociedad. "Empezamos a hacer proyectos de ciclo formativo, de escuela de tiempo libre, somos los monitores, y hacemos otras cuestiones para las que nos suelen llamar". Una de ellas está teniendo lugar este mismo fin de semana en un pueblo de Cádiz con Madre Coraje para realizar un encuentro de jóvenes de diferentes partes de Andalucía que están estudiando ciencias políticas.

"Somos educadores, pero trabajamos en diferentes ámbitos", asegura. "No sólo soy profe del Ciclo de Integración Social, que es lo que me une con lo del Pleno de esta semana en Córdoba, sino que aparte hacemos otro tipo de proyectos que tienen que ver con la dinamización, con acompañamiento de grupos, casi siempre con jóvenes y adolescentes, que es con quienes más solemos trabajar", concreta.

Además de él y de Esperanza Zamora y Silvia Pozuelo, "tenemos contratadas a otras personas para tiempo parcial como profes del ciclo o para que hagan algún proyecto de forma puntual".

Javier Pérez posa para Córdoba Hoy
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¿Por qué nace esa cooperativa?

Nacimos para trabajar en educación y a través de lo que llamamos educación transformadora. La idea es acompañar a chavales en su crecimiento, en su formación para revertir los valores de insolidaridad, individualismo y de competitividad que hay en la sociedad y construir una sociedad más justa.

Somos cooperativa porque no deja de ser un proyecto económico, colaboramos con otros y educamos desde la cooperación. Por eso tenemos una asignatura en el ciclo formativo que es cooperativa escolar. Porque tiene que ver con nuestra identidad, con nuestra esencia. Nos juntamos con otras cooperativas, con otras asociaciones o colectivos, y trabajamos en red, como es el caso de lo que estamos haciendo este finde semana. Estamos en Cádiz porque Madre Coraje nos llama para que vayamos a dar a un grupo de chavales un encuentro formativo. Estamos en un albergue con gente de Málaga, Jerez, Jaén, Sevilla o de Granada.

Y estamos haciendo un acompañamiento para que estos jóvenes aprendan un poco más. Están estudiando Ciencias Políticas, que son chavales que se plantean que no les gusta la sociedad en la que viven, porque hay elementos que hay que cambiar y mejorar en su pueblo, en su barrio, en su ciudad, y nuestra labor es de acompañamiento para que las acciones que cada uno o una lleva a cabo en su pueblito o en su barrio tengan más impacto.

¿Es lo mismo que están haciendo con el grupo que ha ido al Pleno del pasado jueves?

Es que lo que llevamos al Pleno ha sido exactamente eso: Nuestros chavales del Ciclo Formativo a principio de curso identificaron un tema que les preocupaba y era el del ocio. Estuvieron investigando, vieron que el ocio en Córdoba es excluyente, de consumo, capitalista-consumista, está relacionado única y exclusivamente con el botellón. No es que vayamos en contra de eso, es que la única alternativa que hay es ésa.

A eso han llegado ellos a raíz de investigar, salir, hacer entrevistas. Ellos te dicen que es excluyente porque han visto cómo no pueden entrar en algunos bares, en una discoteca, hay un montón de problemas en el ocio nocturno con la discriminación si eres negro o musulmán, e incluso hay agresiones a personas. Ése es el único ocio que existe.

Ellos y ellas han hecho esa investigación. Además, tienen una revista para reivindicar y dar a conocer su opinión, alzando la voz e intentando plasmar las situaciones que están viviendo con el tema del ocio y reivindicando, al mismo tiempo, un ocio inclusivo, alternativo, saludable y sostenible. Por eso llegaron a hacer esas propuestas.

Javier Pérez posa para Córdoba Hoy
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¿Y el salto de ir a un Pleno cómo fue?

Nosotros, como acompañantes, indagamos en el interés que tiene el grupo. Se investiga, que es el primer paso. Nos hacemos preguntas tales como si se puede prohibir a alguien la entrada a un bar, y es así sólo si hay derecho de admisión. Estuvieron preguntando a la Policía Local, buceando en la normativa de la Junta de Andalucía. ¿Cuáles son los colectivos que tienen más problemas para disfrutar de la noche cordobesa? Pues captaron el testimonio de un chaval negro, al que se le había prohibido la entrada, el testimonio de otro chaval marroquí, que le pasó lo mismo. Una chavala que había sido agredida... ¿Y qué más podemos hacer en nuestra ciudad? Los centros cívicos están cerrados, los colegios están cerrados, es que el Consejo de la Juventud adolece de representación juvenil.

Han hablado con gente de otros colectivos, como Aspacys, y se nutrieron de otros colectivos sociales que también están excluidos de un ocio que solamente es consumista. Todo eso hizo que ellos plantearan sus propuestas sobre cómo tiene que ser el ocio inclusivo en Córdoba. Lo hicieron ellos solitos. Y vieron que lo ideal sería que los centros cívicos tuvieran un horario más flexible, porque no es normal que los centros cívicos de los barrios, que tienen salón para teatro, proyección, juegos, salas de reuniones, instalaciones estén cerrados los sábados y domingos, que es cuando los jóvenes más los pueden utilizar.

Ni es normal que haya cerca de 80 colegios e institutos en toda la ciudad y todos estén chapadísimos y que para poder jugar al fútbol o a cualquier deporte tengan que pagar 30 o 40 euros.

¿Cuál fue el papel de esos otros colectivos con los que contactaron?

Pues plantear alternativas y que éstas se añadieran a la que ya ellos y ellas estaban proponiendo. Por ejemplo, se entrevistaron con la Plataforma de Ampas Cordobesas Niñ@s del Sur y les dijeron que en Córdoba no hay un Consejo de la Infancia y la Adolescencia que pueda elevar su voz al Ayuntamiento. Y eso lo incluyeron entre sus propuestas: Constitución del Consejo de la Infancia y la Adolescencia, que existe en muchas ciudades y aquí, no.

La gente joven les dijeron que el Consejo de la Juventud se cerró hace unos años y que hay que reabrirlo. También hicieron suya la propuesta. Otro colectivo señaló que antiguamente existía una figura, que ellos la desconocían, y era la de dinamizador o dinamizadora juvenil y que había uno por distrito. En cada distrito dinamizaban en los institutos actividades protagonizadas por los propios jóvenes.

Nos encontramos también con la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara y esta gente que tiene muchísima trayectoria detrás a nivel de Participación Ciudadana les dieron una serie de consejos a la chavalería, y ellos fliparon, porque les decían claramente que para conseguir algo había que tirar por tal o cual camino: Cambiad esta propuesta, formuladla mejor, esto no se entiende, esto depende de tal o cual concejalía... Al final, hemos llegado al último punto con un manifiesto muy enriquecido, con muchas aportaciones, muy limpio y con cuestiones muy claras.

Una vez que ellos arman ese manifiesto con todas esas propuestas les hicimos ver que para que eso se hiciera realidad había que pedírselo al Ayuntamiento.

Javier Pérez posa para Córdoba Hoy
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Es decir que hablaron con los grupos políticos.

Hablamos con Podemos, IU, Ciudadanos, Partido Popular y el PSOE. En la asamblea de la Cooperativa Escolar Marea Integradora, que se creó para la ocasión, vimos que no íbamos a hablar con Vox por cuestiones éticas e ideológicas. Pensamos que un partido que segrega no podía implicarse en esto. Había un chaval de Guinea que decía que no a un partido cuyo discurso y propuestas son excluyentes, no tenía sentido.

Así que llevamos las propuestas a los partidos y todos nos recibieron. Algunos nos han discutido cosas, pero ha sido para bien, porque el manifiesto ha ido siendo más realista y más concreto. Hemos evitado poner propuestas que eran demasiado etéreas.

De los partidos políticos hubo quienes les dijeron que sí a la totalidad de los puntos. Otros que pusieron algunas pegas y que había que limar algunas cosillas, pero al final estamos contentos porque el manifiesto mantiene el 90 o el 95% de lo que se planteaba en un principio. No ha habido que ceder en grandes cuestiones y se han aceptado cuestiones muy concretas. 

Recuérdenos qué se incluyó en el texto, por favor.

La apertura gratuita de al menos dos colegios por distrito, la flexibilidad en los horarios de fin de semana para actividades juveniles; mejorar los equipamientos e infraestructuras al aire libre; descentralizar infraestructuras específicas como la Casa de la Juventud; al menos un dinamizador en cada distrito; la constitución del Consejo de la Infancia y la Adolescencia para temas de ocio; la reapertura del Consejo de la Juventud Local o crear una campaña de sensibilización acerca del ocio responsable. La octava era que se creara una comisión de seguimiento para impulsar la evolución y desarrollo de estas propuestas de cambio.

Pero a los chavales les hemos dicho también que la batalla empieza ahora. Hemos conseguido llegar al Pleno, proponerlo, que se apruebe y ahora tenemos que hacer un seguimiento a esto para que no quede como una simple moción más metida en un cajón. Por eso, vemos la importancia de los medios de comunicación para eso.

Yo he hecho una labor de acompañamiento educativo, pero lo importante es que estas propuestas lleguen a ser una realidad. No es cuestión de jugar a la democracia: Ir al Pleno, hablar, aportar vuestra opinión a los políticos. No. Vamos a hacer democracia, a participar de verdad. Queremos que esas ocho propuestas se concreten en hechos y no se quede simplemente en un día de emoción y algo simbólico o de pseudoparticipación en la que un día les podemos decir a los políticos lo que pensamos. No.

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¿Habían llegado antes tan lejos como es ir a un Pleno y que les aprueben una serie de propuestas?

Creo que en 2017 o 2018 llevamos unas propuestas relacionadas con la figura de integrador social. En esa época, los chavales que estaban formándose con nosotros vieron que su figura profesional no estaba recogida ni incorporada a la institución pública. Pedimos en ese Pleno que se incorporara la figura de integrador social a los pliegos de cuando el Ayuntamiento saca algún programa o proyecto a licitación. Es decir que aparte de educador social, trabajador social, maestros y demás que también se incluyera esa figura.

Después también pedimos que se incorporara a los servicios sociales comunitarios.

¿Y les ha servido?

Lo primero lo hemos conseguido, es decir que está plenamente reconocida e incorporada a muchos proyectos sociales de la ciudad y hay muchísimos colectivos sociales que ya cuentan con integradores sociales. Pero en la incorporación de la figura a los servicios sociales comunitarios, no, porque ahí hemos dado con una piedra muy dura, que es que los ayuntamientos están eliminando personal y menguando en el músculo de plantilla. Ahora decirles que abra siete, ocho o 14 plazas nuevas de integradores sociales en los servicios sociales comunitarios es como "¿qué me estás contando?".

¿No ven que se pueda cumplir algún día?

Buenos, es algo que tenemos que recuperar para cuando salga la nueva Corporación después de las elecciones, a ver si nos unimos con otros institutos de la ciudad e intentamos volver a empujar para que replanteen el tema. Porque es verdad que es una figura que en los servicios sociales comunitarios están buscando, porque es muy válida su labor desde dentro.

Mi compañera Esperanza y yo tenemos ya una cierta edad y venimos de un recorrido de trabajo en educación para la participación con jóvenes y hemos hecho cosas parecidas. Hace muchos años hicimos también una intervención en los Baños de Popea, cuando trabajábamos en otra asociación que se llamaba Barbiana, y participamos también de otros proyectos en la época de Rosa Aguilar peleando por el tema del 0,7% para la ayuda al desarrollo. Es decir que para nosotros en todo lo que hemos venido haciendo siempre ha estado presente el que los chavales participen de su entorno más cercano. La institución más cercana todo el mundo sabe que es el Ayuntamiento. Trabajamos en el barrio, que es nuestro espacio, trabajamos en nuestro pueblo y vamos a intentar decirle al Ayuntamiento y a los concejales que si están ahí es para obedecer el mandato de la ciudadanía. Y algo que tenemos muy claro es que los jóvenes son también ciudadanía.

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Es que son el futuro.

Nosotros decimos que son el presente.

Pero quienes llevan las riendas del presente ahora somos los más viejos.

Ya, ya. Tienen que empoderarse. Saber que tienen voz. A nosotros nos importa mucho intentar pasar de lo simbólico, es decir de las campañas de concienciación y de actividades para llamar la atención y que generen impacto poniendo el foco sobre un problema, que están muy bien y es algo muy necesario, a que, además, cuando se nos da la oportunidad de hacer algo concreto, intentamos que ellos vean la experiencia de que las cosas se pueden cambiar, que cuando tienen sentido y se hacen cosas tan sensatas se hagan. Es el caso de que haya 80 centros en la ciudad de Córdoba y lo suyo es que se abrieran los patios para que los chavales puedan ir a hacer deporte allí de forma gratuita. ¿O tenemos que condenarlos a que jueguen a la Play en sus casas o a que se salten, como pasa en mi barrio, la valla para jugar y tenga que venir la Policía para echarlos porque delinquen por querer jugar al fútbol?

Es un sinsentido, una contradicción absurda. Cuestiones tan sanas como ésas nosotros acompañamos a que la chavalería se sienta en el derecho de poder hacer incidencia política, que es lo que nosotros llevamos. Es decir, como ciudadanos tenemos el deber y el derecho a incidir en la política del entorno más cercano, que es mi ciudad.

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Se trata de poder usar también tu propia ciudad y hacerla tuya.

Y hacerla lo más habitable posible. Eso de que participar es votar y que todo lo demás se deja en manos de los políticos es un engaño. Si repetimos eso constantemente, creamos generaciones de durmientes y de personas que delegan en otros. No es verdad. Nosotros tenemos que estar constantemente controlando y mandándoles a ellos para que hagan lo que nosotros queremos, como ciudadanos activos que somos, que se haga el tipo de ciudad que nos gustaría tener.

El sueño romántico que tenemos nosotros es que si la gente estuviera concienciada para ir participando de forma activa en sus pueblos y en sus ciudades, ésa sería la forma de contribuir a cambiar el mundo. Cambias tu barrio, te comprometes por tu barrio y por tu ciudad con la mirada puesta en cambiar el mundo. Nosotros estamos este fin de semana con gente de pueblitos y de ciudades de diferentes puntos de Andalucía que quieren estar implicados en cambiar los lugares donde viven. Hay un chaval que nos ha contado que están implicados para que el transporte mejore en Jerez y vaya hacia una movilidad sostenible, pero también se trata de tener una conciencia planetaria y global, y como el mundo no lo puedo cambiar, sí puedo hacerlo, sin embargo, en mi barrio o mi ciudad. El Ayuntamiento, que es la institución más cercana para los ciudadanos y ciudadanas, tiene que escucharnos y obedecer los mandatos ciudadanos.

Javier Pérez posa para Córdoba Hoy
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Una curiosidad: ¿Qué comentaron los chavales y chavalas tras su participación en el Pleno del pasado jueves?

Ellos fliparon. Para empezar, nunca habían ido a un Pleno. Además fue un Pleno muy movido, con los bomberos protestando, los porteros liándola y la gente de Sadeco lo mismo. Fue supermovido y me decían: "No nos imaginábamos que un Pleno fuera así". Y les dijimos que los plenos tenemos que hacerlos nuestros, porque es ahí donde se deciden las cosas que luego inciden en nuestra vida del día a día.

Se fueron muy contentos, porque cuando en septiembre pasado iniciamos el camino, no sabíamos hasta dónde nos iba a llevar. Porque igual los partidos nos podrían haber mandado a la mierda, no hubieran aceptado nuestras propuestas, podríamos no saber hacerlo bien. No queríamos engañar a nadie. Teníamos que dar todos los pasos a ver si se conseguía. De hecho, hay que tener claro que no se ha conseguido aún. Se ha llegado hasta el Pleno, Pero luego hay que seguir para que esas propuestas sean verdad.

¿Cómo van a controlar eso?

Nosotros solemos vincularnos con los alumnos y alumnas con un compromiso personal, y les hemos dicho que si querían, una vez acabado el ciclo formativo y comiencen con las prácticas y demás, seguir haciendo presión les íbamos a acompañar. Lo más seguro es que de ese grupo de algo más de 20 alumnos, no todos seguirán con la misma fuerza y entusiasmo, pero con que se queden cinco, seis o 10 que quieran continuar reuniéndose y demás, nosotros vamos a seguir acompañándoles.

Además, ya conocen a Toledano, de la Federación vecinal, a Manu Ríos de las AMPAs, a los de los otros colectivos, como los de la Vocalía Joven de El Naranjo, que son supercañeros, y estamos unidos con esa gente y vamos a intentar que ese seguimiento lo hagamos entre los diferentes colectivos con los que han contactado.

Javier Pérez posa para Córdoba Hoy
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Sería muy interesante para esta ciudad que en cada uno de sus barrios hubiera un grupo de jóvenes con esa inquietud.

Sería lo suyo. En mi barrio, que es la Fuensanta, estamos ahí trabajando para que esas cosas sigan sucediendo. De hecho, a nivel de vecinos nos hemos vinculado con la rehabilitación del colegio Lucano y que se abra, porque ahora está cerrado. No sólo nos comprometemos en el ámbito de nuestra profesión, sino también con otras cosas.

En el caso de este grupo que tenemos ahora, son una gente muy apañada, muy comprometida, que han ido más allá de lo que les pedía la asignatura y si el grupo no hubiera respondido, no hubiéramos llegado hasta aquí. Nosotros tenemos mucha experiencia en el acompañamiento, pero los grupos llegan hasta donde ellos quieren. Nosotros podemos tirar, empujarlos y acompañarlos, y este grupo se ha plantado en cuatro meses en el Pleno del Ayuntamiento con un planteamiento muy serio, sistemático y bien hecho, porque el grupo se lo ha creído y confía en nosotros. Pero nosotros sólo hemos permanecido a su lado y todo lo han hecho ellos.

¿Hay muchos agitadores de almas como ustedes?

(Se ríe) No hombre, somos acompañantes. Motivadores. Les hacemos ver que tienen posibilidades, que son la caña y que lo hacen genial, y vamos por el camino con ellos. Ser educador implica también saber estar ahí cuando se producen frustraciones cuando, por ejemplo, algún colectivo no apoya lo que se esperaba, y ahí estamos nosotros para hacer ver también que no todo son caminos de rosas ni que las cosas sean fáciles y sencillas. La frustración es también parte del aprendizaje, porque la vida no siempre es un arcoíris dulce y meloso; la vida es dura, es difícil, hay que tragarse sapos y hay que superarlo todo y al día siguiente seguir.

Javier Pérez posa para Córdoba Hoy
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Las cosas no se consiguen de forma tan rápida como un WhatsApp o una historia del Facebook o de Instagram. Es un proyecto de largo recorrido. Mi compañera y yo llevamos ya 20 años con esto y lo que queremos para ellos es que esto sea como un subidón, una motivación para que esto no pare. Y luego que ellos, donde estén, ya sea en su trabajo, en su barrio, en su vecindario, en su sindicato, con sus colegas, con sus colectivos, pues ya la semillita está sembrada y ellos y ellas van a seguir con ese compromiso para cambiar las cosas estén donde estén. Es nuestra meta. Que sea una experiencia de vida que les acompañe luego en el resto de su existencia. Lo que buscamos es formar a ciudadanos y ciudadanas comprometidos por su entorno.

Aparte de Ferroviario, ¿trabajan con más centros educativos?

Además de trabajar allí en el Ciclo de Integración Social, tenemos una Escuela de Tiempo Libre y formamos a monitores y monitoras desde esa misma óptica educativa. Ahora mismo tenemos la actividad de Madre Coraje en Cádiz, igualmente hemos ido a centros de menores para hacer alguna intervención o también nos llaman algunos profesores para que les demos formación sobre la metodología que trabajamos nosotros. Estuvimos, por ejemplo, en Maristas para la dinamización de un grupo y nosotros les acompañamos en su proceso de reflexión y de búsqueda de líneas de trabajo. Tengo que decirte que nos ganamos la vida con esta cooperativa, pero al final el trabajo desborda a lo meramente profesional y muchas veces hacemos una labor de acompañamiento personal. Hay que cuidar a las personas para que no se nos rompan por el camino y llegar a conseguir un mundo mejor.

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Para llegar a hacer lo que hacen ustedes, ¿de qué forma hay que formarse?

Somos educadores y educadoras, pero es verdad que una de las socias ha hecho Economía, la otra estudió en su día Periodismo, yo estudié Magisterio, y hay gente vinculada con la cooperativa que ha estudiado Educación Social y para Trabajador Social. Nuestra forma de trabajar la hemos mamado de la educación sociocultural, de la educación popular, de la educación para la Paz. Hemos transmitido un proyecto de trabajo con chavales en la educación no formal y ahora hace unos años hemos dado el salto a la formal, pero trayéndonos toda esa experiencia al aula. Por eso somos un poco raros y un tanto peculiares.

¿Y forman a formadores para que sigan esa senda suya?

Nosotros formamos a integradores e integradoras sociales que esperamos que cuando trabajen en sus proyectos, unos con mujeres víctimas de violencia de género, otros con menores en riesgo de exclusión, otros con migrantes, otros con personas en la cárcel, pues que se lleven pegada a la piel esta metodología, esta forma de acompañar a la gente. Nosotros aspiramos, deseamos y anhelamos eso.

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