Se da en fútbol, a veces, curiosas sincronías. La de la jornada 28 viene a devolver la visita del Córdoba CF al Nàstic, de la jornada 7. La manida fecha de estadísticas, comienzo de males, punto de referencia en el que el equipo, por entonces en manos de José Luis Oltra, iniciaba su caída en picado. Veintuna etapas después, ante el mismo rival, los blanquiverdes se posicionan para iniciar otro cambio de rumbo, a mejor, después de la ruptura que supuso su última y balsámica victoria en El Arcángel ante la AD Alcorcón desde la visita a la ciudad califal de los tarraconenses en septiembre pasado.
El gol de Alfaro calmó los cimientos en llamas de un estadio incandescente; cuando la situación quemaba. Los de Carrión, ganaron a los alfareros (de un soplo casi sin aliento, por la mínima, al final) y tranquilizó el ambiente de cara a una visita a Tarragona clave (domingo, 18.00 horas). Fundamental, ahora que el equipo se deshizo del agobio de no haber conseguido una victoria en lo que va de año y ocho partidos sin cantar los tres puntos en casa. Ahora, que se asume la permanencia. Y ante el rival exacto, por posición en la tabla, para poner distancia entre salvación y descenso. O asumir más jornadas de intranquilidad.
Sin Juli ni Cisma
El Córdoba CF llama a la puerta del Nàstic fuera de los puestos peligrosos tras dos semanas sumidos en ellos. Los catalanes también los reciben fuera; ambos estatuas, a un pie de volver a caer al tropiezo de uno u otro. Con un punto de ventaja blanquiverdes sobre los granas. Y con importante bajas. Sin Carrión, primer partido que cumplirá castigo y lo verá desde la grada; sin Juli, lesionado del sóleo de la pierna derecha para un mes; y sin Cisma, sancionado. Antoñito, Rodas y Bijimine están disponibles. Vuelve Luso tras dos partidos de sanción.
A la derecha puede ir Caro y a la izquierda Bíttolo, como remedio a los carriles. La ausencia de Juli plantea más conflictos y está por ver Luis Carrión la delicadeza con que coloca las piezas para cubrir el hueco del único jugador cordobesista que hasta la fecha lo ha jugado todo. "Hay gente preparada para suplir a cualquier jugador y nunca me han preocupado las bajas. El sistema lo tengo claro; pero no lo voy a decir", afirmó, ayer, en rueda de prensa, el técnico.
Nàstic, siete puntos de los últimos nueve
La situación del Nàstic es bien parecida a la del Córdoba CF, aunque sus trayectorias han sido muy distintas. Vuelve a tener vida tras veintiuna de las veintiocho jornadas que van disputadas en descenso y veinte como farolillo rojo. El equipo que entrena Juan Merino únicamente ha conseguido seis victorias; pero dos de ellas vienen consecutivas, las dos últimas: en casa, ante el Numancia (2-0) y a domicilio, ante el Real Zaragoza (1-2). Su racha de 7 puntos de los últimos 9 lo han llevado a colocarse 18, un punto por encima de los puestos de descenso.
En el Nou Estadi, su estadio, los granas han sumado una victoria menos que el peor local de la categoría, el Córdoba CF. Ocho empates y dos derrotas completan la estadística para recibir a unos califas que no ganan lejos de El Arcángel desde diciembre, en el Nuevo Tartiere (1-2, jornada 20). Fuera de casa encadenan cuatro derrotas consecutivas sin marcar ni un solo gol.
De cara a portería, el equipo grana ha recuperado, con su marcha ascendente, la mejor versión de su goleador Juan Delgado. El delantero que llegó de Colo Colo lleva tres goles en los últimos cuatro partidos y coloca al Nàstic en posición para pelear una salvación, que hasta hace bien poco, sonaba quimérica.
