Aparece la veintinueve en forma de esperanza. Este deporte, el fútbol, hace de las jornadas o los domingos, una escultura. Oscila la perspectiva en función de un resultado, que talla al equipo, al entorno, al ánimo. Al Córdoba CF que han esculpido las altas decisiones erróneas, una Liga de pena y van restaurando, le hace falta una serie de resultados positivos para alcanzar belleza en la salvación. Ahora se ve posible. Ha adquirido dureza a base golpes. Es quien maneja el cincel.
El descenso es una galería frágil. Cómo estará el equipo de Sandoval, que una victoria en casa después de cuatro derrotas, con remontada incluida, lo alcanza para tocar el cielo en El Arcángel. Y esta es la máxima expresión de éxtasis cordobesista, cambie Arcángel por Tendillas. Pero para salvarse, en el sentido estricto de vida en la categoría, hay que tener continuidad. Se empieza por ganar uno. Y el Córdoba CF, ante el Real Valladolid, lo hizo. Y le salió una mueca rara en la cara que aún nadie la había visto. Era una sonrisa. Y se vio capaz. Se vio poderoso con quince mil hinchas. Se notó sangre por donde no sentía. Este es su arte.
La dificultad de marcar en Santo Domingo
Lo mental, no tiene calidad, pero juega. Interviene y forma parte de los dueños de la camiseta que pesa o liviana, en función de las circunstancias. Ahora, las franjas blanquiverdes alivian. Sin timidez, el Córdoba CF debe ganar fuera. Indispensable. También en Santo Domingo, por más que desde octubre del año pasado nadie se lleve del estadio alfarero los tres puntos. El reto requiere destreza, suerte y fútbol. El milagro, algo más. Intentarlo, sudor y superar traumas. Los califas no ganan a domicilio desde la segunda jornada. Pero tienen a Guardiola en racha, quince tantos, revelación o quizás no. Y lo sueltan en el estadio en donde menos goles se marcan de Segunda División.
A esto que recibe un equipo que no quiere meterse en problemas, la AD Alcorcón, a otro que no quiere que se le termine de tapar el cuello, el Córdoba CF. Se citan, a decidir, el domingo a las seis. Los de Velázquez, que empataron con el CD Tenerife y perdieron contra el Granada CF en sus dos últimos compromisos, contra los de Sandoval, que ya tiene su primera victoria como técnico califa. Va a por la segunda. Son un equipo dado a la entrega, rendido a la épica. La pasión adquiere la relevancia del juego, en esta fase final que encarrila una Liga de sufrimiento y apaño. Para seguir creyendo, el técnico madrileño enfrenta a un equipo rocoso, los alfareros. Con aire de duros. Serios. Nada brillantes. Tendrán que cincelar en la piedra de su medular para ganarles.
