I LIKE FESTIVAL CAJASUR

Un rocker loco por la noche cordobesa

Impresionante concierto de Loquillo ayer en La Axerquía, que se acabó llenando para escuchar tres intensas horas de nostalgia y novedad en un festival donde ni Ciclonautas ni Los Zigarros tampoco defraudaron

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photo_camera Un momento del concierto de Loquillo en La Axerquía de Córdoba

Que se vayan preparando en Las Ventas porque les llega un auténtico vendaval de experiencia, sonido y calidad. Grande el concierto de Loquillo de ayer en La Axerquía y grande el I Like Festival Cajasur, que ha patrocinado la Delegación de Turismo del Ayuntamiento de Córdoba, con ese llamativo giro del Indie al Rock dándole sentido a un escenario que acumula sobre sus tablas toneladas de historia teatral y musical junto al río que baña Andalucía.

Y lo de grande no es mera exageración sureña. El público no salió insatisfecho para nada, ni por el tiempo invertido en escuchar, bailar y beber, ni por el espectáculo vivido en una magnífica noche que dejó respirar a los cordobeses con algo de fresco tras la relajación en los termómetros. Estaban todos los tiempos marcados, pero como manda la tradición en los directos, los horarios están para incumplirlos. Y la verdad es que para el Rock cuanto más tarde, mejor. Comenzaron los Ciclonautas, un trío de excelencia que pisaba por primera vez suelo califal a una hora quizá excesivamente temprana, lo que impidió a muchos acudir a verlos por diferentes compromisos. Los Zigarros, contundentes con su sonido, dejaron el pabellón alto y al público con ganas de guerra, lo que en principio no le vino muy bien al Loco y su banda.

A esas alturas de la noche el Teatro mostraba un lleno prácticamente total, con edades desde los muy pocos hasta los muchos y abundantes años. Un abanico muy amplio y heterogéneo, entre los que había quienes acudieron a disfrutar del Loco en las tres ocasiones que se ha pasado por la ciudad cordobesa, y siempre en el mismo escenario donde acaba dejando huella.

Loquillo no deja de ser un clásico y ha dividido su inmenso espectáculo en tres partes bien diferenciadas. La primera con la que atacó la noche aludió a su nuevo trabajo, 'Salud y Rock and Roll', del que hizo un repaso prácticamente completo, porque, entre otras cosas, vino a Córdoba a presentarlo. Un disco muy maduro, con algunas reminiscencias de la década de los 80 del siglo pasado y letras de peso que bien merece la pena escuchar antes que dejarse llevar moviendo el cuerpo al ritmo. Y eso tuvo su reflejo en el público recién salido de botar a gusto con el grupo anterior.

Precioso homenaje a Los Negativos

Un riesgo calculado que tampoco le salió mal al divo porque cuenta con un público muy fiel que le deja hacer a sabiendas de que luego obtendrá lo que quiere. Además, la excelencia de los músicos no dejaba lugar a dudas y supieron arropar al gigante del tupé gris en todo momento. Gente de la talla de Josu García, Mario Cobo, el granadino Alfonso Alcalá, Igor Paskual, Laurent Castagnet y Raúl Bernal, y con esa calidad acumulada es muy difícil que un concierto pueda salir mal. No se olvidó de ninguno de los doce temas que componen el largo, ni siquiera aquél en el que el rocker acaba homenajeando al mod-ernista, con una maravillosa versión del tema 'Viaje al norte', del grupo barcelonés Los Negativos, donde militaba su buen amigo Alfredo Calonge, lamentablemente fallecido hace ya un par de años.

Pero son tres horas las prometidas y llegó la segunda parte, el nudo anterior al desenlace, en la que el genio derrochó generosidad con sus acólitos sacando del bolsillo todos los temas que han marcado sus existencias. Porque muchos de los allí presentes han logrado vivir con canciones ancladas en la memoria y que acabaron siendo auténticos hitos vitales.

A la postre, dos medio intermedios de ésos en los que el artista se deja querer y obliga al público a llamarle para que no se vaya. Lo que vulgarmente se llaman bises, pero no son otra cosa que puros globos sonda para tomarle el pulso al concierto y Loquillo supo que, a pesar de que ya iban más de cuatro horas de festival, todo iba sobre ruedas.

Así retornó al escenario dos veces más para ofrecer auténtico R'n'R, pensado para los que desde el principio le han sido más fieles: los rockers. Pero los auténticos, los que no eran meros plásticos, aquéllos de verdadera actitud chulesca, que aman el cuero negro, ahorran para comprarse una Norton antes de morir y tratan todavía de peinar tupés ya un tanto ralos. Para ellos cantó de forma desgarradora 'Eres un rocker' y les hizo entrega de curiosas balas de Rockabilly que sonaron con extraña frescura en la noche cordobesa, para rematar la faena con su 'Cadillac solitario'. Y aquello hizo que la grada de La Axerquía se desmadrara.

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